Dos meses después:
Los gemidos inundaban la habitación. El reloj todavía marcaba las siete de la mañana y aunque sabían que debían arreglarse rápido para la sesión fotográfica, allí estaban, enfrascados en temas más personales.
Con la sábana cubriendo sus muslos, Sasuke seguía moviéndose sobre la cadera del rubio. Sus sensuales movimientos excitaban cada vez más a Naruto. Sus manos no podían apartarse de su cuerpo, recorriéndolo con sensualidad mientras sentía el placer recorrer su cuerpo.
El vibrador dentro de él era algo completamente nuevo. Jamás había experimentado nada igual, pero le gustaba demasiado. Sentir la penetración del juguete, vibrando con fuerza en su interior mientras estimulaba su escroto y a la vez, ver a Sasuke cabalgándole y hundiendo su miembro en él, era una visión única en la vida.
Los jadeos se intensificaron y las piernas del rubio temblaron como nunca antes en el instante, en que todo su cuerpo se tensó preparando el orgasmo. ¡Caliente! Así sintió Sasuke el semen que entraba en él, invadiendo cada centímetro de su interior mientras se relamía al imaginarse la escena.
- Está resbalando – rió Sasuke al levantarse un poco, viendo como algo de semen salía de su entrada deslizándose por el miembro de Naruto – parecía que necesitabas descargar.
- Si lo necesitaba. Tenía los huevos cargaditos de amor para ti – bromeó ante aquella situación.
Sasuke se dejó caer a un lado de la cama, observando el reloj marcar en ese mismo instante, las siete y media. ¡Dos meses llevaba con la banda! Ahora él era el nuevo vocalista y aunque no habían hecho pública su relación con el guitarrista, había visto rumores por las redes sociales de fans que sospechaban que ocurría algo entre ambos.
Aprovechando ese momento de tranquilidad, Naruto se quitó el juguete, apagando la vibración para llevárselo a la ducha con él y lavarlo antes de devolverlo a su caja.
- Llegaremos tarde. Mejor voy yendo a la ducha – sonrió Naruto.
Una sonrisa picarona se escapó de Sasuke, porque había algo en lo que ese chico no había caído. ¡Él no había terminado todavía! Por eso mismo, continuó masajeándose el miembro lentamente, evitando que su erección bajase. Por un momento pensó en la cara de su representante si llegasen tarde, pero por otro lado, ¡Quería terminar lo empezado!
Con ese planteamiento en su cabeza, se dirigió a la ducha. Naruto parecía acabar de entrar tras poner el agua caliente. Ni siquiera se había mojado entero todavía. Aprovechando que seguía regulando la temperatura, Sasuke entró a la ducha, observando el juguete en la mano de su novio.
- ¿Te duchas conmigo al final Sasuke? – preguntó Naruto.
- Creo que se te olvida algo.
- ¿A mí? ¿Qué se me olvida?
- Que yo no he terminado aún contigo.
Naruto sonrió al darse cuenta que debido al inmenso placer que había sentido, se olvidó por completo que su chico todavía no había terminado.
- Eso puedo solucionarlo ahora mismo.
Giró para poder tener a su chico de frente y con sutileza, tomó posesión de sus labios. Lo único que le había dado tiempo a Naruto, fue a regular el agua caliente y limpiar levemente el juguete, lo cual ahora agradecía. Llevando su mano a la entrada de Sasuke, metió la punta del consolador, provocando una sonrisilla en el moreno.
- Sigues dilatado – sonrió Naruto.
- Espero que tú también. Ahora puedes ser un buen chico, encender ese trasto y ponerte a cuatro patas para mí.
- Siempre das demasiadas órdenes.
- Y te gusta – susurró todavía con una sonrisa y rozando los labios de su novio.
- Me encanta.
Con un ágil movimiento de sus dedos, terminó de introducir el consolador en su chico, pulsando el botón de la vibración y agachándose frente a él con un toque seductor, depositando suaves besos por su abdomen hasta llegar a su miembro.
Arrodillado en el plato de ducha, con el pene de su chico entre manos y lamiéndolo, su excitación regresaba aunque con mayor lentitud que la de Sasuke. Él estaba realmente cachondo, era normal por no haber terminado. Su lívido clamaba atención. Sin embargo, notar la juguetona lengua de Naruto recorriendo toda su intimidad, conseguía sacar una sonrisa a Sasuke.
Tan sólo un poco de juego, es lo que Naruto decidió ofrecerle, porque enseguida, dio la vuelta, quedando a cuatro patas sobre el plato de ducha y dejando su entrada disponible para que Sasuke terminase. Lo mejor de todo, es que al menos ya estaba completamente dilatado debido al juguetito que ahora tenía Sasuke en su entrada dándole placer, pero que antes, había sido suyo.
- Vamos Sasuke, sé que te pone verme a cuatro patas.
No necesitaba demasiado ánimo para hacerlo. Ya lo deseaba desde hacía rato y que le dijera esas palabras, sólo fomentaba que quisiera penetrarle con mayor rapidez. No se hizo de rogar. Se posicionó mejor y tomando su miembro entre sus dedos, lo llevó hacia la entrada. Con un pequeño empujón, entró sin problemas, prácticamente, succionó entero su miembro como si él también lo desease.
Un gemido brotó de los labios de Naruto, seguido por otros más continuos de Sasuke al sentir tanto el placer en su miembro como el placer del vibrador en su interior. Al menos, la seguridad de que pegarse un resbalón era casi improbable en esa postura, calmó a ambos, consiguiendo que se centrasen en el placer.
Con el nivel de excitación que llevaba, Sasuke no perdió el tiempo, entrando y saliendo de Naruto lo más rápido que pudo, aumentando el ritmo lo que podía. La ventaja para él, es que ahora no necesitaba centrarse en el placer de su compañero, él ya había eyaculado y por tanto, ahora ambos sólo se preocupaban por el placer del moreno.
Gracias al gran gemido y el cese de la velocidad, Naruto supo que Sasuke estaba eyaculando. Además, podía sentir como un líquido resbalaba entre sus muslos y no era el agua de la ducha, esa estaba golpeando sobre su espalda.
- ¿Te has quedado a gusto? – preguntó Naruto con la voz entrecortada.
- Mucho – sonrió Sasuke, saliendo del rubio para sentarse en el plato de ducha.
El fuerte golpe en la puerta hizo que los dos mirasen hacia ella. Alguien estaba realmente enfadado y cuando escucharon el tono de voz, supieron que se trataba de su representante.
- Vosotros dos, ya esta bien de perder el tiempo y arreglaros de una vez.
- ¿Cómo sabe que estamos juntos? – preguntó Naruto en un susurro, a lo que Sasuke alzó los hombros en señal de incertidumbre.
- Supongo que porque últimamente duermo en tu cuarto y no me habrá encontrado en el mío – dijo finalmente Sasuke, dando con una posible respuesta.
- Ya salimos – gritó Naruto – casi estoy arreglado.
- Más te vale. Como hagáis esperar al fotógrafo os mataré a los dos.
Los dos se echaron a reír, pero estuvieron atentos hasta escuchar el ruido de la puerta de la habitación cerrándose.
- Será mejor arreglarnos cuanto antes – comentó Sasuke, poniéndose en pie para ducharse.
- Sí, creo que tienes razón. Por cierto... el otro día llamó mi padre, la semana que viene vuelve de las maniobras en el pacífico, así que habíamos pensado en repetir lo de la otra vez y cenar juntos en casa.
- Me parece un buen plan.
- Llama a tu hermano también por si quiere venirse.
- Sí, lo haré.
***
Eran las seis de la tarde cuando ambos llegaron por la casa de los padres de Gaara. Ellos vivían a las afueras, en una casa en el campo. Hoy todos habían quedado allí para cenar frente a la hoguera y seguramente, tocar algo de música juntos. Los padres de Gaara eran grandes amantes del Blues y el Jazz, por eso no le sorprendía en absoluto que la música estuviera presente.
- ¡Por fin llegáis! Ya era hora – se quejó Gaara, sentado frente a la hoguera con un pincho de carne haciéndose.
- Nos han entretenido en la sesión de fotos – sonrió Naruto como todo un buen niño que nunca había roto un plato.
Sasuke tomó asiento con rapidez junto a Ino y a su hermano, quién ya le pasaba la bandeja con los pinchos de carne para ponerlos al fuego a hacerse. ¡Todo era perfecto! Así lo sentía Sasuke. Estaba convencido, que a su padre le habría encantado poder estar en un lugar como aquel, rodeado de gente que amaba la música y aunque cada uno tenía un estilo diferente, todos compartían la misma pasión.
La que parecía estar mucho más tranquila, era Ino. No dejó el ballet pese a que últimamente le agobiaba un poco, sin embargo, Sasuke sabía que Gaara llegó a tener una seria conversación con su madre, aunque él no quiso preguntar al respecto. Gaara daba miedo cuando se ponía realmente serio.
Sonreía con sutileza, mirando a Kiba discutir con su perro por un trozo de carne, a Neji bebiendo en sigilo algo de sake, a los padres de Gaara tocando juntos una pieza de Jazz, a Gaara e Ino lanzándose furtivas miradas pese a que todos allí sabían que mantenían una relación y sobre todo... sonrió cuando sintió el brazo de Naruto pasar tras su nuca y acercarle a él.
- Me gusta esto – sonrió Naruto.
- A mí también.
- Sasuke... trae aquí tú guitarra, estoy cansado de escuchar Jazz – sonrió Gaara – demostrémosles lo que hace un poco de rock.
- Voy por ella – sonrió Sasuke – la tengo en el coche.
- Espera, también iré por la mía – comentó Naruto antes de levantarse y acompañar a su chico al coche a por los instrumentos.
¡Una noche perfecta con su novio y la música! No podía pedir nada más en la vida. Todo estaba en su sitio y ahora como nuevo integrante del grupo, consiguiendo trabajos en revistas y programas, no podía quejarse de nada en absoluto.
- Naruto, me alegro de haberte dado aquella oportunidad.
- ¿De qué hablas?
- Cuando creía que eras famoso y sólo querías acostarte conmigo.
- Quiero acostarme contigo – sonrió Naruto – pero no sólo una vez Sasuke, quiero hacerlo siempre contigo. Ya te dije, que yo no iba a cambiarte como si nada. Eres importante para mí.
- Lo sé. También tú eres importante para mí. No quería tu fama.
- Ahora lo sé – sonrió antes de agarrar las guitarras y pasarle la suya a Sasuke – venga, volvamos con los demás. Aunque no podremos estar demasiado rato, mañana tenemos ensayo.
Fin