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Fugaz por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Advertencias: Relación homosexual mujer x mujer. Spoiler si no has leído el Manwha.


Género: Yuri, GL, Romance, Drama, Songfic.


Manwha: What does the Fox say?


Pareja: Sumin x Seju.


Palabras: 1,019 –Songfic-.


Canción utilizada: La fugitiva de Natalia Lafourcade & Lila Downs.

Notas del capitulo:

Notas: Este fanfic nace por mi obsesión con los personajes de este web cómic. Ocurrirá antes de que Seongji aparezca en la vida de Seju y Sumin.

Fugaz

[El olor a tabaco inundó la enorme habitación, veía los patrones difusos del humo. Nuestra relación era similar, tan clara y fugaz como este, se desvanecía frente a mis ojos y no podía sujetarla por más que quisiera, solo me quedaba con el aroma y los estragos que dejaba en mi cuerpo.]

Nuestras bocas se devoraban con tanta pasión que mi cuerpo se estremecía por las sensaciones. Sumin era la única que me manejaba a su antojo y lo aceptaba con los brazos abiertos, no importaba si era odio o migajas de amor, tomaría todo lo que me ofreciera.

—¿Se siente bien? —aquellos detalles que aún seguía teniendo conmigo, provocaban que mi corazón palpitara como si fuera de nuevo una adolescente.

—A-Apresúrate… —pedí, alzando mis caderas para poder llegar al clímax. Los años pasaban y aunque ella seguía sin perdonarme, conocíamos cada rincón del cuerpo de la otra, cada punto que nos hacía gemir hasta desmayarnos.

Sumin era mi único y gran amor. No la dejaría ir tan fácil, en este mundo lleno de desastres ella era mi refugio.

—Abrázame… —«como si me amaras de nuevo» completé el pensamiento después de correrme en sus manos.

Nos desplomamos sobre las suaves sábanas de seda y le sonreí tiernamente. En aquellos ojos oscuros sentí un brillo especial, aunque su cara permanecía estoica. Quería volver a ver a la antigua Sumin, esa chica sonriente y con esperanzas que era como un Sol brillante, alguien que logró enamorarse de una inútil como yo.

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El olor a tabaco inundó la enorme habitación, veía los patrones difusos del humo. Nuestra relación era similar, tan clara y fugaz como este, se desvanecía frente a mis ojos y no podía sujetarla por más que quisiera, solo me quedaba con el aroma y los estragos que dejaba en mi cuerpo.

—Tienes que marcharte a trabajar, muévete. —su tono hosco seguía apuñalando mi alma. A lo largo de estos diez años, sentía que mi corazón estaba tan lleno de huecos como un queso suizo. Acaricié el largo cabello negro de Sumin y sonreí levemente, amaba lo frágil que se sentía entre mis dedos. No importaba cuántas personas compartieran la cama con ella, siempre volvería a mí hecha un desastre.

¿Cómo describiría nuestra relación? ¿Dependiente? Quizá era lo más acertado, pero no me importaba lo enfermas que estuviéramos la una por la otra, yo la amaba hasta el punto donde renunciaría a todo por ella y haría cualquier fechoría para que me siguiera eligiendo.

Porque al final del día, yo seguiría siendo su primer amor y ella el mío.

—Tú también tienes que trabajar. —le recordé, colocándome mi sostén. Un gruñido salió de esos hermosos labios y la vi levantarse de la cama para buscar su ropa. Su tatuaje relucía a lo largo de su brazo recordándome mi pecado.

«¿Aún te duele? ¿No extrañas los viejos tiempos? ¿Por qué pareciera que aún me amas?» de nuevo me quedo con las dudas intrincadas en mi garganta, ocultándolas bajo la máscara de una sonrisa fragante.

—¿Quieres que nos bañemos juntas? —veo el leve sonrojo en una de sus mejillas y me siento triunfante, no sé qué clase de expresión tiene en su rostro, pero aquella espalda luce desprotegida. Me levantó de la cama y la abrazo de inmediato, acurrucando mi barbilla en el hueco de su cuello, olfateó su aroma y me sumerjo en él.

—S-Suéltame Seju.

Nunca lo haré Sumin, hasta que muera seguirás siendo mía. No importa si nunca soy perdonada, si siempre soy tu segunda opción al fracasar tus intentos de relación con otras chicas, qué más da si no podemos regresar el tiempo, estaré encadenada a ti por toda la eternidad.

—¿Por qué? ¿Aún te pongo nerviosa? —susurro con malicia y soy empujada con fuerza. La observo desde el suelo con una sonrisa juguetona y veo esos ojos llenos de confusión.

—No tientes a tu suerte Seju. Ve a ducharte, no tenemos tiempo.

Siempre actuando tan imponente, aunque estés hecha pedazos, eso es lo que me gusta de la nueva Sumin, intenta esconder su lado frágil y vulnerable.

¿Por qué? ¿Acaso lo ocultas para no volverte a enamorar de mí?

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Llegamos a mi compañía y suspiro con pesadez. Será otro día largo y tedioso, me siento tan agotada por la noche apasionada que tuve con Sumin que mis energías están en su límite.

—Ve primero, me fumaré otro cigarrillo. —miro por el rabillo de mi ojo su perfil delicado. Sumin parece una estudiante de secundaria cuando se ve así de relajada, quisiera que siempre lo estuviera. Me inclino a un lado y acerco mi rostro antes de que encienda el veneno que ama consumir.

Un fugaz roce, un beso robado que me revitaliza.

—¡¿Qué haces?!

Me río y salgo del automóvil antes de recibir una bofetada como respuesta. Al entrar a las oficinas mis empleados me saludan con alegría y respeto, estoy acostumbrada a que me observen por lo que es una tarea sencilla.

Entro a mi oficina y cierro la puerta tras de mí, al sentarme en la cómoda silla recuerdo ese efímero toque y froto mis labios. Ha sido tan ligero que desaparece como el humo del cigarrillo que Sumin fuma en el estacionamiento.

Sus labios saben a nicotina, reproche y rencor. Sin embargo, son mi adicción.

—Presidenta. —escucho el sonido de golpeteos en mi puerta y permito que pase una de las empleadas de recursos humanos.

—¿Qué sucede?

—Estos son los documentos de la nueva empleada que contrataremos para la siguiente semana. —recibo el currículo y asiento con la cabeza. La chica sale de la oficina rápidamente y ojeo el documento hasta detenerme en la fotografía de la nueva asalariada.

—Ju Seongji. —murmuro con una sonrisa en mis labios. Es una chica linda, de seguro Sumin estará babeando cuando la vea. Cierro la carpeta y la aviento a un lado.

No importa si todas las promesas que tuvimos en un pasado se han esfumado, da igual si nuestras vidas se han vuelto caóticas con el pasar de los años, ya no me interesa que no vuelva a decirme que me ama, me tiene sin cuidado que sus caricias sean pasajeras…

Deseo que me siga lastimando porque el dolor que nos propiciamos es más honesto que el amor. Es más duradero y palpable, se queda como las cicatrices en el brazo de Sumin, como su tatuaje, como su rencor.

Es permanente como mis sentimientos hacia ella.

Fin.

Notas finales:

Es algo corto, pero me gustó el resultado. Espero sus comentarios.


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