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Promesa de 10 Años por Kumagoro2093

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Notas del capitulo:

Wow, han pasado años. (La verdad es que creí haber finalizado esta historia aquí, por eso la subí a Wattpad:c) pero al parecer no lo hice. Comenzare a subir de a poco todo lo que debí finalizar. agradecco todos los comentarios??’? volvere a leerlos todos, (y ahora que se que se pueden responder, lo haré!)

 —Mamá, ¿Cuando vendrá papá a casa? —Decía triste un pequeño niño de ojos heterocromaticos, y cabello rojo. Completamente igual físicamente a su padre. Aunque en su forma de ser, igual a su madre. 

—No lo se, hijo. En estas fechas, sabes que es mas difícil que el llegue temprano. Sonríe, hijito. Recuerda que papá te traerá un obsequio de América. —Sonrió Kouki contestándole a Masaki, su pequeño niño.

Su padre, Akashi Seiyurou, era administrador de la empresa "Akashi", y como tal debe ir fuera del pais, e incluso a veces fuera del continente para concretar acuerdos con otras afiliaciones semejantes, —Como en ese momento—.

Pero a su hijo, poco era lo que le interesaba las cosas materiales si no podía estar con su madre y padre a la vez. No era materialista. Virtud de su madre.

Ellos vivían en su propia mansión.

 

"Podría ser mas grande..." Decía Akashi al ver la casa en la que vivirían. "Sabes que puedo darte mucho mas que esto, Kouki. Por que te lo mereces."

"¡E-Esta bien asi, Sei! Prefiero... que estemos juntos. ¿N-No crees que es mejor que estemos juntos l-los tres? T-tambien... seria muy complicado encontrarte... e-en una casa tan grande" Decia Furihata algo avergonzado, acariciando su panza de ya siete meses.

"...Tienes razón, otra vez." Sonrió Akashi, y le dio un beso en sus labios, acariciando en donde se encontraba su hijo creciendo. En el vientre de aquel que tanto amaba".

 

—M-Mamá...quiero ver a papa... —Pequeñas lagrimitas escapaban de rostro de Masaki, haciendo que el recuerdo de Furihata se esfumara. Con tristeza, se agachó y limpió las lagrimas que dañaban su corazón, pensando en alguna manera de darle el gusto a su bebé. -¿

¿Y si le hablamos por Skype? Si tenemos un poco de suerte él estará en línea. —Un ligero brillo adornó los ojos de Masaki, y corrió a buscar la computadora portátil, en donde su madre ingresó la clave y buscó a Akashi en los contactos del programa. Afortunadamente, el se encontraba en conexión, así que le llamaron. Masaki saltaba de la felicidad, y Furihata a pesar de ser mayor, no se aguantaba la alegría que se desbordaba por su boca.

—¿Hola? —Al contestar, pudieron ver a quien querian, pero con unas ojeras enormes.

—¡P-Papá!

—Hola cariño... —Decía Furihata. —Con Masaki te extrañamos... ¿C- cuando vuelves a casa?

—No se preocupen los dos, que les tengo una sorpresa.—Sonrió Akashi, y comenzó a caminar. No se veía el fondo en donde se encontraba. Ya que era de noche, y solamente se escuchaban pisadas curiosas de él.

—¿Donde estas, papá? —Preguntó curioso Masaki meneando su cabeza alrededor de la pantalla como si pudiera ver a través de ella. 

—Es una sorpresa. —De repente, el timbre sonó en la casa, y Furihata fue a ver quien era, mientras su hijo y esposo seguian conversando. Masaki le preguntaba muchas cosas, y su padre le contestaba una por una. Hasta que Furihata abre la puerta, y se encuentra con su esposo. No tardó tres segundos, y ya estaba abrazando a quien habia llegado. Masaki veía algo rara la camara con la que hablaba con su padre. Algo borrosa, y se movia torpemente. Al final, cerró sesion en el programa y fue a ver a su madre. Cuando vio a su padre en la puerta, gritó "¡Papá...!" Y saltó a sus brazos tal como lo hizo su madre. Akashi con una gran sonrisa en su rostro, abrazó a esos dos individuos y como pudo cerró la puerta de su casa, para tener mas privacidad.

— ¿Como estuvieron estas dos semanas que no estuve? —Preguntó una vez que se habian rejalado. Pero su hijo y esposo no pensaban en separarse de él, por lo que se acurrucaron en el sillon con Masaki en medio.

—Te extrañamos mucho. —Dijeron los dos al mismo tiempo, sorprendiendose y riendo. —Papá, no te vayas más. Es triste cuando papá no está, porque mamá y yo nos ponemos tristes. Una vez vi a mamá tener demasiada pena cuando te fuiste por un mes. Parecía que quería llorar... –Masaki amaba a su madre, y si le veia llorar o estar triste, parecía estar sincronizado. Así que él también se sentía de la misma manera.

Akashi se sorprendió por lo que dijo su hijo, y las mejillas de Furihata se tiñeron carmesí. El joven se alejó un poco de su marido y se sentó recto, agachando su cabeza y sus manos acariciando sus muslos. 

—¿Eso es verdad, Kouki? —Preguntó Akashi con ojos que ven la verdad, y los grandes ojos de su hijo le miraban sereno.

— ...Si. ¡P-pero no hablemos de eso! ¿Q-quieres té? M-Murasakibara me dio un té para ti... m-me dijo que era tu favorito...-Eso últimos, lo dijo con una salada pizca de celos. A pesar de que lo que hubo entre Murasakibara y Akashi fue hace tantos años, corto, y casi sin amor; le molestaba el hecho de que a veces conociera mas de su marido el, que el mismo.

Akashi supo de inmediato que Furihata tenia un pequeño ataque de celos escondido detras de sus ojos. Pero guardó silencio... ya que en la noche se preocuparia de quitar cada uno de los bichitos de los celos de la mejor manera. Asi que sonrió, y solo para hacer que esos temibles bichitos atacaran mas, y de esa manera en la noche disfrutaran ambos mucho mas, dijo:

—Atsushi si que sabe lo que me gusta.

 

Furihata al escuchar eso, jadeo levemente. Sonrió levemente, y dijo con la sonrisa que podia:

—A-Asi es.

Masaki miraba todo con una sonrisa. Akashi se dio la vuelta a mirar a su hijo, y guiñó un ojo para que su niño supiera que solo era para molestarlo. Aún así, el no dijo nada. Cuando habia que parar, habia que parar. Porque Furihata era vulnerable, y eso hacia que el mínimo acto y gesto le afectara bastante.

En la noche, los tres fueron a acostarse. Akashi y su esposo, acostaron a su niño en su cama, y le contaron un cuento como todas las noches cuando el padre estaba en casa. Al terminar, el niño ya roncaba. —Manía que saco de su padre—; y ambos padres le regalaron un beso de buenas noches. Prendieron la luz de noche, y cerraron la puerta de la habitación, mirandole una última vez.

Kouki se habia mantenido callado toda la tarde. Pues ni siquiera él lhabia planeado que esa pequeña frase de Akashi le afectara tanto. Porque el a pesar de todo, aun no es tan bueno en los quehaceres de la casa. Aun cocina platos basicos, y a pesar de que ya sabia perfectamente como conllevarse con la limpieza, sabia que aun faltaba. Y esa pequeña pizca era lo que tanto le afectaba. Le dolia que su marido hablara de esa manera de alguien quien le perteneció hace tanto tiempo. Murasakibara a pesar de ese rostro despreocupado, por dentro se preocupaba de las minimas cosas. Habia bajado la mirada, y se concentro en levantar los platos y servicios para llevarlos a la cocina, y asi lavarlos. Pero una mano traviesa se coló en su espalda, y comenzó a acariciarla. Se paseó por sus homóplatos, haciendo que Kouki mantuviera esa mirada abajo, aunque con brillo en sus mejillas.

—N-No... Sei. No quiero hacerlo hoy... Estoy cansado. —Mintió. A pesar de que tenia deseos, no iba a amargar el sexo con su marido por sus celos. Le avergonzaba, y entristecía.

—¿Por que no...? Estas celoso por lo que dije de Atsushi, ¿No es cierto?  —Sonrió Akashi, adivinando cada uno de los pensamientos de Kouki. —Y sientes que no eres suficiente.

 

Kouki no dijo nada, ya que si decía algo, sentía que iba a llorar. Apretó sus labios con sus dientes, y miró hacia el lado contrario en donde estaba Akashi. Pues tenía razón, en cada una de las cosas que decía.

—Eres mejor. —Sentenció su marido. —Pues te amo más de lo que le amé a él. Ya que no era para mi, ni yo para el. A pesar de que me conoce, quien me conoce realmente eres tu. Quien no me juzgo en aquel momento fuiste tu. Y a pesar de que al principio me tenias miedo, logré quitártelo cuando te enamoraste de mi. Y no sientas celos, Kouki. Porque sabes, me dan ganas de hacerte tanto el amor, que a parte de quitarte los celos, embarazarte sin antídotos.-Dijo, y no esperó más para atacar toda la noche a Furihata en aquel ataque de besos, caricias, roces y embestidas con el que lo torturó de placer toda la noche. Furihata gemía y jadeaba velozmente por la pasión de su esposo. Le ardían los ojos de tanto llorar, no solo por el placer ni la excitación. Todo lo que sentía se habia juntado en aquellas lagrimas. La tristeza que sentía antes, la relajación y felicidad en la que se siente ahora, y cuanto habia extrañado a aquel hombre durante esas simples dos semanas en donde no habia estado.

Masaki tenia un dormir bastante profundo. Y tambien, la habitación de sus padres estaban algo alejada de la suya, asi que a pesar de que Kouki hacia un gran esfuerzo en bajar su voz, no era tanta la fuerza que utilizaba para ello.

El amor y el placer que sienten en ese momento, es el mismo que sentían como cuando se enamoraron. Pues, a pesar de esa personalidad de alfa proveniente de Akashi, se preocupaba de los detalles que hacian sonreír a su pareja. Y no solo eso, ya que siempre le sorprendia con algo. Quizas con cualquier cosa, con algo completamente insignificante. Pero, Kouki no podia ser mas feliz que eso.

—Kouki. —Dijo Akashi unos minutos despues de terminar el acto. —Ten. Furihara abrió los ojos y estiró su mano dispuesto a recibir lo que le iba a dar. A pesar de estar cansado, aun le quedaban energías para mimar a su marido. Trabajo que amaba hacer cada noche.

No pudo dejar de llorar al recibirlo. Era una pequeña cajita, la cual al abrirla, su contenido era un simple tubo que tenia una jeringa al lado. Era el antídoto para tener un niño.

—Espero que lo aceptes. Y que sepas que te amo tanto como para hacer esto tantas veces como quieras. Que mereces todo, y mas, más de lo que quizás yo te puedo dar. Así que lo siento, Kouki. Mereces mas de lo que te puedo dar. —Furihata saltó a los brazos de Akashi, susurrandole "Si quiero, Sei". En su oído. No podía dejar de llorar ahora de la completa felicidad en la que se encontraba.

Al dia siguiente, Masaki supo de la noticia, y a pesar de que al principio sintio un poco de celos por el hecho de que ya no seria el favorito, se sintió feliz de tener a alguien con quien compartir la felicidad de su familia. Simplemente abrazo a sus padres, y besó con ternura.

 

Y claro, el rumor entre sus amigos no se hizo esperar. Primero lo supo Kise, luego el se lo conto a su pareja, y asi se extendio en todo el círculo de sus amigos. Le llegaron felicitaciones, y no faltaron las peleas de otros porque querian tambien tener un segundo niño. Bueno, su amistad era asi.

—Kouki. —Decía una vez mas Akashi, cuando ambos estaban solos. —¿Si? —Respondió de inmediato, viendole a los ojos.

—¿Mis palabras son...?

—Absolutas.  —Volvió a responder, pero con rareza. Preguntadose porque había preguntado aquello.

—Desde hoy te daré una rosa diaria. Hasta completar 999.

—¿Que, por qué? ¿Que significa eso, Sei?

—No importa eso, simplemente quiero que aceptes todas y cada una de ellas.

Kouki sonrió, y tomo entre su mano la bella rosa roja que le habia dado su marido. —Claro que si, aceptaté todas y cada una... para guardarla en el fondo de mi corazón. 

—Te amo, Kouki.

—Y yo mas, Seijurou. —Ambos, terminaron uniendo sus labios en un dulce beso.

"Fuerte y eterno es nuestro amor"

Notas finales:

Gracias por leer, y si lo sigues desde hace años, hola de nuevo.<3 


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