Tal vez se arrepentiría de haber ido allí, pero en ese momento ya no sabía que podía hacer...
Tocó el timbre de esa gran casa, en la que hace más de 10 años había dejado de vivir. Una de las sirvientas de la casa le abrió la puerta, informándole que sus padres estaban en una reunión en la editorial y no se encontraban presentes, más sin embargo, lo dejó pasar, diciéndole que se pusiera cómodo y que podía esperar en la sala de estar o en la que alguna vez fue su habitación.
Optó por refugiarse en su antiguo cuarto. Le ofrecieron un té, el cual aceptó amablemente mientras esperaba a su madre.
Tenía que decirle la verdad...
Tenía que desahogarse...
Ese día salió del departamento de Takano temprano, él aún no despertaba y optó por dejarle una nota en la mesa de noche, diciéndole que tenía que atender un asunto con urgencia.
Últimamente él y su jefe habían tenido muchas peleas por sus problemas personales, Takano estaba perdiendo toda la seguridad con la que contaba hace un año, sabía que Takano estaba sufriendo, que quería cambiar las cosas, que quería darles una oportunidad. Él también lo quería. Pero hasta ese momento no se encontraba listo. Se sentía atrapado, tenía miedo. Pero ya no más.
Ya no quería pelear con Takano, ya no quería tener miedo, quería intentarlo con él, quería que todos las inseguridades que tenía Takano desaparecieran, que estiviera seguro que ya no lo iba a abandonar nunca más.
Pero no podía evitar sentirse con preocupaciones.
"En ese caso parece que has decidido claramente que prefieres la relación sólo corporal."
Esas palabras lo habían destrozado por completo. El tono de voz que uso Takano era uno que jamás había escuchado, y el significado de esas palabras eran aun más preocupantes. Takano pensaba que si seguía a su lado era sólo por el sexo. Porque después de todo ¿había otra cosa que los uniera? Muy aparte de su relación de jefe-subordinado.
Si no hacía algo rápido, Takano se cansaría de esperarlo, y esta vez... Él sería el que desapareciera de su vida.
Se aventó de espaldas en su cama, mirando al techo con esos pensamientos. La verdad no estaba muy seguro de que era lo que iba a solucionar hablando con su madre, primero tenía que sllucionar todos sus problemas con Takano antes de darle la noticia a sus padres. Pero, a pesar de todo, su madre siempre había sido su única confidente, aunque se había separado mucho de ella cuando se fue a estudiar al extranjero. Sin embargo, tenía que aclarar todas sus ideas con alguien.
Tan sólo esperaba que Takano no malinterpretara su salida temprana.
Dio un vistazo rápido a su habitación, si bien, ya casi no había nada en él, la mayoría de los muebles y el orden de las cosas seguían iguales a como cuando se fue. La mayoría de su ropa la había sacado cuando se mudó, a lo mucho quedaban algunas prendas en el armario. Lo que estaba casi intacto era su librero, aun seguía lleno de libros, cuando se fue, al tener que viajar de un lado a otro del mundo, no pudo llevar consigo muchas cosas, por lo que había tenido que dejarlos atrás, muy a su pesar.
Si sus padres estaban en una junta significaba que tendría que esperar un par de horas. Normalmente su madre regresaba a casa antes y su padre se quedaba a revisar algunas cosas de la editorial antes de regresar a casa, así que aprovecharía para hablar a solas con ella.
Agradecía que fuera fin de semana y no tuviera que ir a trabajar, hubiera sido un problema ir sintiéndose como estaba.
Al tener que esperar por un tiempo optó que lo mejor sería descansar un poco, tampoco es como si pudiera hacer algo en esas horas, así que se acomodó en su cama y cerró sus ojos.
Se quedó dormido. No despertó sino hasta unas horas después (o eso supuso) cuando sintió el peso de alguien más en la orilla de la cama. Abrió sus ojos con lentitud y pudo divisar la figura de su madre frente a él, mientras le acariciaba el cabello tiernamente.
- ¡Hasta que te dignas a visitarnos! -exclamó su madre al verlo abrir los ojos por completo.
- Hola mamá... - Ritsu nunca sabía muy bien como responder a esos saludos mitad reclamo de su madre, le avergonzara que le recordara que los dejaba de lado.
- ¿Hace cuánto que no te veía? ¿Desde año nuevo? - ese tono de burla y regaño a la vez.
- Lo lamento - desvió su mirada.
- Está bien, pero ven y dame un abrazo - hasta ese momento el castaño aún estaba recostado sobre la cama, tal vez sólo un poco enderezado, pero cuando su madre dijo eso, timídamente se incorporó y recibió el abrazo que su madre le brindaba - Pero, viniste a hablar de algo ¿no es así? - Ritsu no contestó sólo agachó la mirada a la vez que asentía levemente - ¿Qué sucede? -
- Y-yo... - si bien, antes de llegar a la casa de sus padres había ensayado un poco lo que le iba a contar, ahora teniéndola frente a frente preguntándole qué era lo que pasaba, todas las palabras que habían pasado por su cabeza se habían desvanecido. Su madre no decía nada, simplemente esperaba a que su hijo hablara. Antes había visto esa mirada en el menor perdida y sonrojada, incluso, había actuado de la misma forma, cohibido y sin saber que decir, hace más de 10 años...
- Estás enamorado ¿verdad? - preguntó, de no haber sido por el verdad de al final, hubiera estado seguro de que era una aformación.
- ... - no dijo nada, no tenía que hablar para darle la razón a su madre, esa mujer lo conocía demasiado bien.
- ¿De un hombre? -
- Sí... - lo dijo en un susurro, de no ser porque estaban solos y en completo silencio, no hubiera escuchado esa respuesta.
- Lo imaginaba ¿sabes? - su madre miró hacia el techo con una mirada perdida - Desde que salías con tu senpai en preparatoria, supe que sería muy difícil para ti superarlo. Incluso cuando nos contabas que tenías alguna novia, me era difícil de imaginar.
Así es, Ritsu había ido en ayuda de su madre cuando comenzó a salir con Saga en la escuela media. Su madre ya sospechaba que estuviera enamorado de alguien, porque todos los días, siempre, luego de la escuela se quedaba más tiempo de lo usual en la biblioteca y cuando volvía siempre estaba en las nubes y con una leve sonrisa. No tardó en hacerle el comentario a su hijo, pero él nunca le habló mucho de esa persona no fue sino hasta que empezaron a salir que supo que se trataba de un chico mayor que él, se sorprendió cuando le dijo que era un hombre pero, sabía que para que hubiera llamado la atención de su hijo, debía de ser una persona buena que valiera la pena y, la verdad ¿quién era ella para juzgar el primer amor de su angelito?
- ¿No estás molesta? - su madre se calló por unos segundos, pensativa sin mirarlo.
- Realmente me hubiera gustado que te casaras con Ann-chan. Pero supongo que si no siquiera ella pudo ganarse tu corazón, no habría una chica lo suficientemente buena para ti. - eso también podía confirmarlo Ritsu, por lo que sonrió levemente tras eso, Ann era su mejor amiga y era de las personas con las que realmente se llevaba bien, pero sólo era eso; su amiga casi hermana. - Pero hay más cosas que te preocupan ¿no? No querías sólo contarme que sales con un hombre...
- E-ese es el problema... - la mujer lo miraba confundida.
- ¿Qué cosa? -
- No salimos... - el castaño dijo eso con dificultad, le era muy difícil hablar de eso con alguien - Estamos en una relación muy complicada y difícil que quiero arreglar. No puedo seguir simplemente rechazándolo... ya no puedo... -
- ¿Por qué no puedes solucionarlo? -
- Esa persona... - paró sus palabras, suspirando con pesadez - Es mi senpai de la escuela... Volví a encontrarme con él hace un año, cuando comencé a trabajar en Marukawa, es mi editor en jefe. - cuando dijo eso pudo ver claramente la expresión de sorpresa en el rostro de su madre - Nunca te conté porque dejé de salir con él...
- ¿Fue cuándo nos pediste estudiar en el extranjero? -
- Sí... cuando estabamos saliendo, le pregunté que si él estaba enamorado de mí... cuando lo dije soltó una risa que yo malinterpreté, pensé que sólo estaba jugando conmigo y desaparecí sin decirle nada. Hace unos meses, me dijo que todo fue una confusión y que él realmente estaba enamorado de mí... Desde que nos reencontramos hemos tenido esta especie de relación tóxica, de jugar al gato y al ratón, donde yo sólo huyo de él muy a pesar de todas las veces que me ha dicho que me ama.
- ¿Tú también lo amas? -
- Sí... - Ritsu puso una sonrisa triste - Pero no puedo evitar sentirme inseguro, pensar que todo va a salir mal de nuevo... - en ese momento los ojos de Ritsu comenzaron a aguadarse, su madre no lo soportó y lo abrazó fuertemente contra ella. El menor sólo se limitó a esconder su rostro en el cuello de su madre para seguir hablando - Ahora estoy más que seguro de que quiero estar con él pero, por todo el daño que le he hecho no sé como decírselo y siento que si no lo hago pronto, esta vez él será el que me deje a mí...
- ¿Sabes? El amor siempre es complicado... - su madre le acariciaba el cabello con ternura acunándolo en sus brazos - Sufriste demasiado luego de que te fuiste a Inglaterra, estoy segura de eso, estabas sólo y con el corazón roto por tu primer amor. Pero seguramente él también sufrió mucho, te marchaste sin decirle nada, debió sentirse perdido también y más sabiendo que luego de tantos años él sigue amándote...
- Yo tampoco pude dejar de amarlo... - soltó eso sin pensarlo ¿para qué mentir? Pasó esos diez años tratando de olvidarlo, de sacarlo de su cabeza pero nunca pudo, siempre que estaba a punto de lograrlo los recuerdos de ellos dos en la biblioteca de su escuela aparecían de nuevo, haciendo que su pecho se llenara de ese sentimiento de calidez que sentía en esos momentos.
- Y es momento de que se lo digas antes de que haya más malentendidos - murmuró su madre sin dejar de abrazarlo.
- Y... ¿tú estás bien con eso? Es decir... probablemente nunca me case ni tenga una familia...
- Me hubiera encantado tener nietos pero... - separó a Ritsu de su abrazo para poder mirarlo a los ojos - Mientras tu seas feliz, yo seré la mujer más feliz y satisfecha del mundo - sonrió ampliamente al decirle eso a su pequeño.
- Muchas gracias mamá... - Ritsu la abrazó de nueva cuenta, se sentía muy aliviado, después de tanto tiempo.
- No hay nada que debas agradecerme -
- ¿Qué hay de papá? - era lo unico que aun preocupaba a Ritsu, no demasiado, pero sin dudas, no podría seguir tranquilo sin la aprobación de su padre.
- Bueno, yo me encargaré de contarle, pero también debes hablar con él. Aunque siéndote sincera, creo que ya lo sospecha, nunca estuvo muy de acuerdo con el compromiso con Ann-chan, nunca se le notó cómodo con esa clase de cosas. No creo que le moleste en absoluto.
- Tienes razón nunca mencionaba nada sobre eso... - soltó un leve suspiro, como si por fin todas sus preocupaciones se hubieran desvanecido, después de tantos meses al fin sentía que todo iba a salir bien con Takano, pero debía decírselo, decirle esas dos palabras que por evitarlas, les había causado tanto sufrimiento... haber hablado con su madre sólo había sido el primer paso para arreglar todo - Debo irme mamá -
- Ve a buscarlo hijo -
- Eso haré - y sin decir nada más, tan sólo sintiendo todas esas emociones golpeándole el estómago, se marchó de la casa de su padres, dispuesto a regresar al departamento de su primer amor...