Grayson se encontraba en el piso de la sala del departamento que compartía con Ethan, vestido solamente con un bóxer negro cuando recibió el mensaje de su hermano de que en unos minutos subía al departamento. Había pasado poco más de 24 horas desde la última vez que lo había visto, y eso comenzaba a hacer efecto en su salud mental. Fuera del departamento comenzaba a desatarse una tormenta.
La verdad es que lo máximo que llegaron a separarse alguna vez fueron unas horas, jamás estuvieron un día entero sin verse ni hablarse. Intentaron hacer una videollamada la noche anterior, pero el lugar donde Ethan se encontraba no proveía el internet necesario ya que no estaba previsto para ser utilizado de esa manera. Apenas podía recibir mensajes y enviar alguna imagen que tardaba minutos en enviarse.
Ethan tuvo que viajar de imprevisto por un llamado de sus padres informándoles que su madre se encontraba en la sala de urgencias del hospital porque se había desmayado en el trabajo. No era necesario ir, pero habían acordado que Ethan iría, se aseguraría de que todo se encontraba en orden y luego volvería. No irían los dos porque su padre les había recalcado varias veces que todo estaba bien, pero que necesitaba que alguno de ellos vaya y se hiciera cargo de algunos asuntos.
Hacía ya exactamente 25 horas, que Grayson contó exactamente hasta los minutos por la falta que le hacía su hermano. Ambos no estaban acostumbrados a mantenerse alejados del otro, eran inseparables, y a pesar de que a veces Ethan podía ser molesto e hiciera enojar a Grayson a menudo, no podían durar más de una hora peleados, porque cuando se daban cuenta ya se encontraban en una misma habitación uno preguntando si podían jugar a la play o ir a comer algo, utilizando esas excusas como formas de reconciliación para la hermandad que ambos compartían.
Grayson estaba cansado de esperar en el espacio del piso del salón que había ocupado después de comer algo de cereal que había encontrado en la despensa, de lo cual habían pasado fácilmente varias horas. Ethan iba a llegar en cualquier momento, y la casa estaba tal y como la había dejado hace un día. Grayson casi no había tocado nada. Solo a la noche después de tener una pesadilla como siempre tenía, se adentro en la habitación de Ethan y se acostó a dormir en su cama, la cual en la mañana se encargó de arreglar y dejarla tal y como estaba, para que su hermano no se diera cuenta de que había extrañado tanto su presencia que no había encontrado otra manera de sentirlo cerca que adentrarse en su habitación y olfatear el lugar en busca de algo que lo hiciera recordar a los brazos cómodos y confortables de su hermano mayor.
Grayson ya levantado, se disponía a ir a su habitación a ponerse algo encima, para no recibir a su hermano en esas pintas, cuando escuchó la puerta abrirse y un Ethan agotado física y psicológicamente entraba por ésta.
“Hey yo” dijo Ethan, medio sorprendido por ver a su hermano parado frente a la puerta mirándolo como si lo hubiera encontrado haciendo algo vergonzoso o malo. “Qué bien se siente estar en casa” entró totalmente al departamento, bajando la mochila que mantenía colgada en los hombres y la dejaba en el piso. Su ropa estaba completamente mojada por el temporal de afuera.
Grayson reaccionó recién al ver como su hermano se estiraba y hacía sonar los huesos de su espalda. Estaba agotado por el viaje y suponía que por todo lo que había tenido que pasar con sus padres en la casa, y se merecía un buen descanso, ya luego le contaría bien lo que había sucedido allá. Por lo menos ya sabía lo más importante, que su madre se encontraba estable y a éstas horas ya se encontraría en su casa.
Cuando ambos eran chicos, Ethan siempre fue el que se golpeaba más duro al arriesgarse haciendo más cosas de las que había aprendido, siempre intentando ir un paso más adelante, pero tropezándose en el camino y siempre terminaba con moratones, raspaduras, huesos rotos, heridas las cuales Grayson se encargaba de cuidar. Cuando Ethan estaba enfermo, Grayson siempre hacía todo para que éste se sintiera mejor. Como prepararle una sopa cuando sus padres no se encontraban en casa o quedarse a su lado en todo momento por si éste necesitase algo. Así que Grayson sabía exactamente qué hacer cuando su hermano se sentía agotado como ahora, porque lo había cuidado toda su vida.
“Dejame” dijo avanzando hacia donde se encontraba Ethan para agarrar la mochila que estaba recargada en el piso.
“No es necesario, puedo llevarla solo” susurró, pero Grayson ya cargaba la mochila sobre su hombro haciendo una mueca, porque verdaderamente estaba pesada.
“Que suerte que solo llevaste lo necesario” ironizó mientras se alejaba de Ethan. “Seguro tienes hambre, y debes estar muriéndote por un baño de agua caliente. Ve a ducharte, y ponte algo cómodo, yo te prepararé algo para comer” Ethan simplemente acató la orden de Grayson, con una sonrisa en forma de agradecimiento. Su flequillo se pegaba a su frente y chorreaba unas gotitas de vez en cuando, dándole una pinta de un nene de muy poca edad. Grayson solo pudo sonreír con ternura y aprecio.
Ethan desapareció de la sala en rumbo a su habitación, dejando a Grayson solo de nuevo, quien quería ir corriendo y abrazar a su hermano. Quería envolverse en sus brazos y sentir el aroma que tanto extrañaba. Ansiaba cualquier contacto que pudiera mantener con su hermano, pero podía esperar un poco más. Por ahora se encargaría de hacer algo para comer, porque su estómago estaba rugiendo del hambre ya que casi era la hora de cenar.