Dia 7: Familia
¿A qué suegros visitar durante sus días libres? Según Charasuke eso no era un dilema, ni siquiera una pregunta, pero...
—Vamos a ver a tus padres ―soltó repentinamente Menma.
El café a medio tragar de Uchiha salió disparado de su boca al oírlo. ¿Qué había dicho su novio? ¿Por qué su tranquilo y hasta el momento apacible, desayuno se iba a la…?
―Deberíamos ir a visitarlos ―dijo Uzumaki confirmándole que no había escuchado mal. Ni era algún sueño loco.
—¿Perdón? ¿Oí bien? ―preguntó sin entender la razón de tan repentina decisión de parte del otro―. Tiene que ser una maldita broma ―exclamó haciendo berrinche.
—Yo no bromeo ―le recordó con su rostro estoico.
—Sí lo haces ―rebatió Uchiha mirándolo de forma acusatoria―. Para burlarte de otros como de mí, sí que lo haces ―agregó jugando con la cuchara al lado de su taza de café.
—Exceptuando esos casos puntuales, no lo hago ―aceptó Menma.
El joven de ojos azules prestó atención a los movimientos de su pareja. Estaba nervioso, usaba la cuchara para hacer círculos imaginarios en la mesa y evitaba mirarlo. Pese a estar con la cabeza gacha sabía de su tristeza al tocar el tema. Aun sin verle la cara, el simple hecho de evitar mirarlo le estaba confirmando sus sospechas. Hacía mucho tiempo que Charasuke no contactaba con su familia. Según sabía, Fugaku no aceptó la elección de ser cantante y eso los llevó a pelear fuertemente. No deseaba entrometerse en un asunto familiar, pero como pareja, creía que al menos debería presentarse formalmente. Al menos eso le dijo su madre Kushina. Era mejor saber sobre su relación por boca de ellos antes de por rumores de terceros.
—¿Y para qué quieres que vayamos a verlos? ―cuestionó sin despegar su mirada de la mesa―. Tú sabes bien lo que sucedió entre mi familia y yo ―le recordó. Estaba seguro de haberle contado sobre la pelea con su padre. Ellos no serían bienvenidos en esa casa.
—Se acerca el cumpleaños de Itachi ―contestó con sencillez. Hasta donde sabía con su hermano mayor no estaba peleado.
—¿Te interesa? ―inquirió con cierto toque de molestia en su voz.
—No seas celoso ―pidió cerrando los ojos mientras suspiraba. Charasuke tenía un fuerte complejo respecto a su hermano―. Sólo quiero evitar que te distancies del único familiar que nunca te dio la espalda ―explicó con sinceridad.
—Podemos ir al día siguiente ―sugirió Charasuke con mayor calma. Él también quería ver a su hermano, pero no quería enfrentar a su progenitor y arruinarle el cumpleaños―. El día de su cumpleaños será agasajado por nuestro padre y lo presumirá delante de toda la familia ―bufó con fastidio mientras se cruzaba de brazos.
—¿Te asusta ver a tus familiares? ―inquirió su pareja calmadamente. Menma no perdería la paciencia ante un simple berrinche.
—Para ellos soy una vergüenza ―confesó Uchiha con algo de tristeza. Estaba decepcionado de sí mismo por no cumplir sus expectativas sobre él―. Me fui de casa, no he vuelto a hablar con ellos y eres mi pareja. ¡Creerán que soy gay! ―gritó alarmado.
—Lo eres ―le recordó con obviedad.
—No me la mete cualquiera ―contradijo Charasuke negándose a definirse a sí mismo como homosexual.
—Eso no sería ser gay sino fácil, supongo ―reflexionó algo dudoso Namikaze―. Encamarte con tantas "gatitas" no te hizo precisamente hetero.
—Ese no es el maldito punto ―reclamó enojado.
—Irás ―dictaminó el joven de ojos azules mirándolo con seriedad.
—No lo haré y no hay forma de que cambie de opinión ―aseguró el cantante completamente confiado de sí mismo.
Menma ni siquiera se molestó en contradecirlo, al menos no verbalmente. Si fuera por él mismo ni siquiera habría estado interesado en anunciarse ante los Uchiha. Fue la visita a su querida madre lo que despertó su interés en eso. Ella le habló acerca de los rumores sobre su relación, una conocida sólo por Minato y Kushina. Para el público era un secreto y como tal no tardaría demasiado en ser descubierto. Los Uchiha de una forma u otra averiguarían lo suyo, pero podían ahorrarse malos entendidos y mentiras de gente ociosa dando el primer paso ellos.
—No puedo creer que me convencieras ―protestó Charasuke al verse frente a la casa de sus padres.
Ni siquiera se dio cuenta cuando Menma lo convenció. Habían discutido el asunto bastante tiempo, siempre dándole negativas. Seguramente fue en alguno de sus momentos más cursis o durante una de esas sesiones de sexo salvaje. Esas donde su mente quedaba en blanco y terminaba gritando puros “sí”. Soltó un suspiro sabiendo lo tarde que era para emprender una retirada. La casa seguía siendo aquella que recordaba de su niñez. Era algo esperable de sus padres. Ellos no renunciarían con facilidad a la casa hecha por generaciones anteriores. Si no recordaba mal, el abuelo de su padre fue quien la construyó desde sus cimientos. Menma aprovechó para llamar a la puerta mientras él estaba distraído viendo el lugar. El joven de ojos azules imaginaba lo que tardaría su novio en decidirse dar ese paso.
—Bienve... ―saludó Mikoto pensando que se trataba de otro invitado a la fiesta de Itachi―. ¿Sasuke? ―preguntó emocionada al reconocerlo.
—En realidad ahora me dicen "Charasuke", mamá ―aclaró con una sonrisa nerviosa.
—Buenas noches, señora Mikoto ―saludó Menma educadamente al lado de su pareja.
—Oh, Menma-chan tanto tiempo sin verte ―respondió ella con alegría―. Kushina me ha contado mucho de tu nueva vida, pero hace años no te veo.
—Lo sé, ha sido mucho tiempo ―secundó él naturalmente. A diferencia del menor de los Uchiha, quien seguía incómodo y nervioso.
―¡Mikoto! ―gritó Fugaku acercándose a la puerta―. ¿Quién llegó? ―preguntó asomándose a ver. Su gesto se tornó aún más severo que antes―. ¿Qué haces aquí, Sasuke? ―interrogó viéndolo sorprendido
―Vine a ver a mi hermano ―respondió frunciendo el ceño creyéndose rechazado―. Es su cumpleaños y venía a saludarlo ―respondió viendo la estoica cara de su padre mientras se acercaba a su persona.
―Me alegra ver que volvieras a casa, hijo ―dijo Fugaku abrazándolo sorpresivamente mientras su rostro abandonaba aquella expresión.
Charasuke quedó sin habla unos momentos, pues no recordaba cuando fue la última vez que su padre lo abrazó de esa manera. ¿Cuándo era un niño pequeño? Quizás. Pues sus últimos recuerdos junto a él estaban llenos de peleas e insultos. Vagamente sabía de las palabras de decepción de su parte por no haber estudiado donde le ordenó. Reconocía haber sido impulsivo y no haberse molestado en pensar en lo preocupados que tuvo a sus padres. Bajó un poco la mirada, pero correspondió al abrazo con calma.
―Estoy en casa, papá ―dijo con las mejillas sonrosadas y los ojos brillosos de lágrimas contenidas. No sabía por qué quería llorar, pero seguramente era por la felicidad de ser nuevamente recibido con los brazos abiertos.
―¿Dónde está Itachi? ―preguntó Menma tranquilamente a la señora Uchiha―. Vinimos para que Sasuke le cantara por su cumpleaños ―dijo rápidamente mirando al otro más calmado luego del abrazo de su padre.
―Oye, yo no… ―replicó a su pareja, pues jamás planeó dar eso como regalo.
―¿En serio? ―preguntó el agasajado saliendo por la puerta―. Me encantaría volver a oír a mi hermanito cantar. No lo hace desde que éramos niños ―comentó Itachi mirándolo con aquella sonrisa de antaño.
―Yo… este sí ―accedió nervioso.
Charasuke iba a negarse, pero al ver las miradas emocionadas de sus familiares no pudo rechazar esa petición. Aunque se acercó disimuladamente a Menma y le dio un pequeño golpe con su codo por meterlo en ese aprieto. Él sólo se encogió de hombros y restó importancia al asunto. Incluso sonrió divertido al ver sus nervios cuando entraron a la casa. Desde hacía mucho tiempo vio a Charasuke pararse frente a escenarios con miles de personas con despreocupación y frescura, sin inmutarse siquiera. En cambio, ahora estaba temblando como un novato y su “público” no pasaba de veinte personas.
“Creo que esperaré un poco para decirle que Itachi descubrió lo nuestro y ya les explicó a sus padres. Si de sólo cantar para ellos está nervioso, ya quiero verlo tratando de decirles que somos pareja”. Pensó Uzumaki con diversión.
Los Uchiha ya habían aceptado a Charasuke como era, con su carrera en la música y novio incluido, el único que aún no estaba enterado de eso era el mencionado. Y al igual que Menma, su hermano mayor estaba dispuesto a torturarlo un poco antes de decirle la verdad. ¿Cómo podría hacerse llamar su hermano mayor si no lo ponía en vergüenza?
OWARI