Lobo Protector por lotochoc

Llegó el esperado día de la ecografia. Me sentía nervioso en extremo. Las mariposas revoloteaban en mi estomago, pero esta vez no interferí con ellas. Al llegar al lugar de encuentro Erland estaba con su madre que me recibió con un gran abrazo. En la ecogafria estaba solo Erland junto a mi. Apenas sentí el latido mis lagrimas comenzaron a salir, mi corazón se sintió desbordado de felicidad junto al sentir el apretón que le dio a mi mano Erland. Me sentí tan acompañado junto a él. Me sentí plenamente feliz.-Felicidades chicos, Es un fuerte varón. Celebramos en una cafetería, los ojos de Erland estaban brillosos, pero eso me hacia sentir tan acongojado, podía ver la ilusión en él, en su madre y me golpeaba la realidad de mi decisión. Miré en el calendario y quedaba solo una semana para la boda de mi hermana y se notaban muchísimo sus nervios. Ese fin de semana iríamos a comprarnos traje, yo quería evitar a toda costa que me vieran mi vientre ya abultado. Llamé el día miércoles a Erland para que me acompañara el jueves y aceptó gustoso. Estaba observando mi vientre y entró mi hermana mirándome con nostalgia.-Hermanito-me abrazó y yo le correspondí suavemente.-Estamos viviendo momentos tan importantes en nuestra vida y el tuyo no lo podemos compartir de la manera que merece-dijo acariciando mi vientre. -Es mejor así hermana. Que tu seas la protagonista-sonreí para luego recostarme en la cama.-Oye aproposito de la boda ¿Que tal si invitas a Erland? Podrás presentárselo a nuestros padres y estarán obligados a comportarse. -Sabes que al llegar a casa me matarán.-ella se acercó.-Pero al menos los prepararás un poco antes de la gran bomba.-las palabras de mi hermana me dejaron pensando. El día jueves por la tarde mientras me probaba trajes de etiqueta que la mayoría no me quedaba, le sugerí a Erland que se probara uno. Al salir del probador, podría decir que me corría una cascada de baba, se veía realmente atractivo, tenia una postura perfecta y la corbata era del color de sus ojos.-Erland...-dije arreglándole la corbata-...¿Querrías acompañarme a la boda de mi hermana? El me miró algo indeciso pero al final sonrió-Por supuesto-sin previo aviso deposito un suave beso en mis labios que me sorprendió, pero no me dio tiempo a decir nada y volvió al probador. Ese sábado cuando estaba por comenzar la ceremonia, estaba esperando a Erland junto a la puerta de la iglesia, lo había mandado a buscar con uno de los choferes de mi padre y se estaba tardando, pero finalmente llegó un minuto antes que mi hermana, así que no me dio tiempo a decirle a mis padres. Nos alejamos un poco y repasamos nuestra historia.-¿Que tal si nos dedicamos a pasarlo bien?-me dijo sonriendo al notar mis nervios-Creo que estoy mas nervioso que la novia-ambos miramos a mi hermana caminar al altar-Se ve hermosa.-y era realmente así, parecía un ángel resplandeciente, con razón mi madre le había puesto Angela. La ceremonia terminó yo salí rápidamente con Erland y nos subimos al auto con unos primos. Llegamos al lugar de la cena. Entonces divisé a mi madre, me sentía nervioso, pero el apretón de la mano de Erland y su mirada me dio seguridad. Nos acercamos y antes de tres pasos ella ya nos observaba juzgándonos. Al estar frente a ella me paralicé. -Señora mucho gusto. Soy Erland Wolff. Encantado-el tomó la mano de mi madre y haciendo una reverencia besó su mano suavemente entregándole una encantadora sonrisa-¿Me puedes contar quien es este encantador muchacho hijo? -Es mi novio madre. Llevamos unos meses. La cara de mi madre borró su sonrisa rápidamente. -En la casa hablamos. Ahora disfruten.-se alejó con cara de incrédula. Miré a Erland quien la observaba y luego me dirigió la mirada algo confundido.-Pense que reaccionaria de otra forma. -Solo ha sido así porque estamos rodeados de personas a las cual le gusta impresionar. Tratamos de pasarlo bien a pesar del momento tenso que estaba viviendo con la mirada de mi madre sobre mi todo el tiempo. -Ya quiero irme.-dije suavemente a Erland. Salimos a la calle. -¿Te sientes bien?-me miró preocupado, me senté con su ayuda en la escalinata abrazando mi vientre, lo miré a los ojos y me hundí en su pecho. Tenia terror a que mi madre descubriera mi embarazo e intentara atentar contra la vida del bebé. Erland llamó a un taxi y nos fuimos a mi casa. Me recosté en mi cama.-Llamaré a uno de los choferes de mi padre para que te lleve a casa. -Claro que no-se sentó a mi lado tomando mi mano-Tengo que estar contigo cuando tu madre venga a enfrentarte. No quiero que corras riesgo alguno.-sonreí aliviado por su respuesta y cerré mis ojos algo aliviado. Nos mantuvimos en silencio por un buen rato, casi diría que dormitamos apoyados el uno en el otro, cuando un fuerte golpe nos despertó abruptamente. Era mi madre que como un rayo llegó a mi habitación poniendo cara de desagrado cuando nos vio.-¿Que hace este joven aquí?- me incorporé con ayuda de Erland-Ya te dije madre es mi novio. -No tienes permiso para traer a nadie-dijo despectivamente como olvidando que hace algunas horas parecía una mujer muy amable hablándole. -No tengo que pedirte permiso para todo. Esta es mi casa también. -Eres....-su cara se puso roja de rabia e iba a golpearme pero Erland le detuvo la mano, aquel gesto la descolocó tanto a ella como a mi. -No voy a permitir que le ponga una mano encima a mi novio.-dijo serio y muy seguro -No te atrevas a querer mandar en esta casa. Es mi hijo. -Antes que su hijo es un ser humano que tiene derecho a hacer elecciones sobre su vida y si no le gusta pues adopte un perro al cual podrá mandar a su gusto. Las palabras de Erland fueron como un balde de agua fría para mi madre que se zafó bruscamente-No quiero verte mas aquí-gritó antes de salir del dormitorio dando un portazo. Miré a Erland tratando de analizar lo que había pasado-Te ganaste su odio. -No iba a permitir que te faltara el respeto frente mio. Espero que no lo haga menos cuando no esté.-lo miré sonriendo y besé sus labios suavemente a lo cual el respondió algo tímido. Llevé mis manos uniéndolas tras su nuca y él tomó con una de sus manos mi cuello y con la otra mi cintura. Fue un beso real, lleno de sentimientos de los cuales temía, pero ya no podía detener bajo mis poros, nos descubrimos a través de aquel beso, me sentí por primera ves desnudo, vulnerable, ante aquel chico dulce y tierno que me trataba como al pétalo de una frágil flor. Nos alejamos algo turbado por nuestros sentimientos. Volví a la cama. -Será mejor que partas luego. Tu madre debe estar preocupada.-dije sin verle y el retiró en silencio. Me recosté tocando mis labios suavemente, luego de que había sentido tan seguro ese beso, ahora mi cabeza estaba llena de preguntas, pero el pensamiento mas fuerte que rebotaba en mi cabeza era el echo de que no era correcto, o al menos de que seria un inconveniente para el plan que tenia en mente y el saber esto ahora me hacia temer las consecuencias mas adelante.