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Lobo Protector por lotochoc

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Notas del capitulo:

Disculpen la demora. Pensaba publicar los sabados, pero lo he olvidado por completo, pero en recompensa aqui hay un capitulo mas largo. 

En la escuela trate de esquivar lo que mas pude tanto a mis amigos como a el profesor, el ayudó bastante también, supongo que estaba asustado, pensando en como deshacerse del problema que lo agobiaba ahora, sentía ganas de decirle, que la única razón que le dije, era por el terror que me había hecho sentir. El timbre de la salida fue el alivio mas grande, en el instante recibí un mensaje de Erland avisando que estaba fuera de la reja del colegio. Me apresuré evitando los cuestionamientos de mis amigos. Al salir allí estaban esos ojo turquesa salvadores que tanto deseaba ver, corrí abrazándome a él. Me abrazó suavemente por unos segundos.-Gracias por venir. Me da calma tu presencia. Sonrió y emprendimos camino. Le invité a tomar un café, hacia algo de frió. -Espero no ocasionarte problemas por acudir a mi llamada de auxilio tan seguida. -Me gusta verte, estar contigo.-dijo algo sonrojado sin mirarme, sonreí y volví a disfrutar del café que estaba tomando. Hasta el silencio entre ambos era realmente grato, simplemente compartir miradas cómplices. Trataba de explicarme como no me había cruzado con él mucho tiempo antes, esa era una duda que solo con el tiempo sabría, ahora solo me tocaba agradecer. Tomamos nuestros rumbos un poco antes del anochecer. Siempre que me despedía de alguien tenia en mente no mirar atrás a esa persona, pero con Erland rompía esa rutina siempre, lo vi nuevamente desde el auto, esta vez sonreía y me sentí algo mas aliviado. No quería convertirme en una carga pesada para él, por que ya le tenia afecto. Si, me estaba volviendo blando, o al menos mas sensible y lo atribuía a mi bebe. Al llegar a casa subí rápidamente a mi habitación y comencé a buscar en mi notebook información con respecto al embarazo masculino. Me sentí aliviado al ver que uno de los síntomas era la sensibilidad. Otro era el orinar seguido, y leyendo aquello me dieron ganas. Deje el notebook a un lado y corrí al baño de mi habitación. Al volver aliviado encontré a mi hermana leyendo mi notebook, sentí un dolor agudo en mi pecho, ella alzó la vista lentamente con una cara mezcla, de preocupación, susto. Me acerqué lentamente.-¿Que significa esto Alex?-pregunto indecisa. -¿Que podría significar?-reí falsamente-Me dio curiosidad, es que un chico de mi clase quedó...-le quite el notebook lentamente. -Alex-se levantó mirándome cerca-...hermanito...tu...-se me apretó el estomago, mi hermana era una de las pocas personas que no podía mentirle.-Dime la verdad. Puedes confiar en mi.-tomó mis manos y su mirada me hizo sentir acorralado. Me acomodé en mi cama y bajando mi mirada comencé a llorar, si nuevamente, seguro que esto le hacia mal a mi bebe. Tome mi vientre y asentí sin poder a mirarle a los ojos. Ella respiró, retrocedió-Dios...no-Les dije. Les dije que debían contarte ¡Pero no! Ellos quisieron ocultarlo- se levantó paseándose junto a la cama tomándose a la cabeza. Pero van a saber cuando...-la detuve rápidamente-¡No ellos no pueden saberlo!-me miró sorprendida-Por lo menos no aun.-la miré y luego tomé mi vientre.-Seguramente querrán acabar con él. Me miró acariciándome mi rostro suavemente.-¿No pensabas decirme? ¿Ya no confías en mi? -No es eso. Tu estas enfocada en tu matrimonio ahora, no tienes tiempo para algo sin importancia. -¡¿Sin importancia?! ¡Voy a ser tía!-la miré borrando mi sonrisa. -No es lo que tengo planeado.- me miró extrañada-¿Entonces cual es tu plan? -Voy a darlo en adopción-me miró decepcionada-Es muy pronto para tomar ese tipo de decisiones. -No lo voy a discutir contigo eso.-se volvió a sentar mirándome pensativa-¿Quien es el padre? Me senté buscando en mi móvil para mostrarle la selfie que me había sacado con Erland- Que chico mas guapo hermanito. ¿De donde lo sacaste? -Se llama Erland. Lo conocí por casualidad. Es de un estrato mas bajo. -Comprendo que no quieres que nuestros padres se enteren. Pero aun así ese chico es muy lindo. -Hermana-le tomé las manos-Necesito que me guardes el secreto por un tiempo. Te juro que lo contaré, pero aun no es el tiempo. Ella asintió resignada. Días después estábamos tomando un helado, el me miraba de reojo muy seguido. -¿Ocurre algo?-le miré curioso -Tenemos que controlar al bebe.-pensé en sus palabras y estaba en lo cierto, si quería darlo en adopción debía estar en buenas condiciones.asentí luego de unos segundos.-Las clínicas privadas deben estar conectadas con tu familia, pero al contrario el sector publico...-titubeaba en sus palabras -Si es contigo, voy donde sea-el sonrió, me contó que había pedido una hora con ayuda de su madre-¿Entonces ella sabe? ¿De mi? ¿Del embarazo? -Algo así. Le conté que llevábamos un tiempo de novios. Que te sentías algo mal, inmediatamente me preguntó si tu podías engendrar y le contesté que si fingiendo ser ignorante del tema, ella algo asustada me sugirió este doctor-me dio un papel con el nombre de una doctora-Dijo que ella es una buena doctora y podría ayudarnos.-sonreí por su preocupación. Al momento de separarnos, le miré y le di un beso en la mejilla.-Quizás si fueran otras las circunstancias, si tu fueras el padre de este hijo...me sentiría tan feliz, pero por lo menos ahora me das consuelo y fortaleza. Gracias otra vez. Al día siguiente me bajé del auto que me dejaba fuera del colegio, esperé que diera la vuelta y comencé mi camino a donde quedamos en juntarnos con Erland, era una mañana extrañamente fría, lo vi bajo un árbol, no me acerque a dos pasos y se giró mirándome a los ojos con una gran sonrisa. Me abrazó, me envolvió su aroma y su calor, no quería que se acabara este momento. Nos encaminamos al consultorio publico. Unos minutos después estábamos sentados en la sala de espera fuera de la sala donde me atenderían. Me sentía nervioso, con el estomago apretado. Sin previo aviso Erland tomó mi mano mirándome a los ojos con una gran sonrisa, me pude sentir un poco mas calmado y justamente la doctora nos llamó. Me hicieron algunos exámenes, ella me pesó y me examinó de apariencia, peso, estatura. Nos invitó a sentarnos frente a ella en su escritorio. Estábamos expectantes, ella sonrió.-Los ayudaré en el camino que van a recorrer. ¿Son pareja verdad?-ambos nos miramos y asentimos-Lo que si les voy a pedir, como ambos son menores, necesito saber que alguien mayor de edad tiene conocimiento de tu embarazo. Por si no tenias conocimiento estas en la semana 14 de embarazo, por tu contextura no se nota mucho, pero ya la próxima semana habrá un aumento repentino de peso, debes alimentarte bien, come saludable, tanto como puedas. Te daré a mi numero por cualquier consulta que tengas-me entregó una tarjeta-Puedo guiarte por cualquier duda, no dudes en contactarme.-Ven en dos semanas y te haré una ecografia.-mi corazón se aceleró al conocer la posibilidad de ver a mi bebe. Sonreí entusiasmado. Salimos del control mas tranquilos.-Gracias Erland, no sabes lo que me ha tranquilizado esto. -Digo lo mismo, pero ahora te tengo que pedir un favor. -Dime cualquier cosa en la que te pueda ayudar...-se masajeó incomodo la nuca. -Le prometí que te llevaría a casa a mi madre. Nos esta esperando, pero si no quieres... -Claro que quiero, me gustaría conocerla. Vamos-le hice un gesto invitándolo a guiarme, el sonrió nuevamente y comenzamos a caminar. A unos minutos de aquel lugar llegamos a un barrio bastante antiguo, casas de muchos años, en una a mitad del pasaje, con un prominente jardín de hortensias de todos los colores nos detuvimos, el me miró con la mirada realmente perdida, lo noté algo dudoso.Le acaricié la cara-Está bien, podemos con esto-sonrió débilmente y entramos a la casa, se veía bastante humilde, con muebles antiguos, al cerrar la puerta de entrada gritó su llegada mientras me ayudaba a sacarme el abrigo. En unos segundo salió de una puerta una mujer, secándose las manos en el delantal, era de tez blanca, de cabezo rizado y un color muy cobrizo, sus ojos turquesas inconfundibles-¡Ay mijo! Ya estaba preocupado por...-alzo la vista mirándome, me observó unos segundos, se notaba algo incomoda, mire a Erland de reojo estaba inmóvil, evidentemente incomodo.-Madre este es Alexander Buenaventura...mi novio.-la mujer volvió a dibujar una sonrisa mas relajada y cuando le ofrecí mi mano, ella me abrazó efusivamente. -Es un gusto conocerte, Erland me había hablado de ti, y la foto no te hace juicio justo, eres mucho mas guapo en persona- miré a Erland y había un leve sonrojo en sus mejillas -El gusto es mio. Erland también me ha hablado de usted. Estuvimos unos minutos y apareció una mujer que caminaba apenas con un bastón, de cabellera blanca, pero unos profundos ojos turquesas, la madre de Erland me presentó, pero la anciana fue mas fría.- ¿Y estas embarazado o no?- dijo de manera cortante, miré a mi novio, luego a su madre, algo incomodo, pero la mujer anciana necesitaba una respuesta, aun sostenía mi mano fuertemente. -Si abuela. Mi novio esta esperando un hijo mio-dijo de manera seria, la mujer anciana cambió drásticamente su rostro mostrándome los pocos dientes que le quedaban. -Podre conocer a mi bisnieto o bisnieta. Pensé que seria imposible con este chiquillo, solo le pasa todo el día estudiando, o con sus amigotes- mientras hablaba se acomodó en un sillón a duras penas. Caí en cuenta cuan ilusionadas estaban ambas mujeres.-Entonces hay que celebrar- se puso de pie la mujer mas joven-Iré por la champaña-mientras se alejaba la mujer anciana pidió vino. Yo miré a Erland, quizás había leído mi rostro porque en silencio me rogaba-Lamento con lo que te encontraste aquí. Tienen la tonta esperanza de que estaremos juntos por mucho tiempo-dijo la ultima frase mirando al suelo. No me molestaba, pero tampoco me gustaba la idea de romperle el corazón a dos mujeres que se habían ilusionado tanto con la idea de un niño por aquellos pasillos. Aunque no puedo negar que la consulta que habíamos tenido en la mañana me había dado una pequeña ilusión en mi corazón, pero no quería alimentarla, debía poner los pies en la tierra. Celebramos, luego comenzamos a preparar la comida, yo aunque no tenia mucha idea de la cocina la madre de Erland me hacia sentir acogido. Hablamos por muchísimo tiempo. Luego de la comida jugamos cartas los cuatro, realmente me divertí muchísimo y el tiempo se pasó volando. Luego de la cena me retiré y Erland me acompaño un poco mas al centro para llamar a uno de los chóferes de mi padre. -Lamento nuevamente si te sentiste un poco incomodo con el entusiasmo de mi madre y mi abuela. -No te preocupes, aunque si me da un poco de lastima, se les romperá el corazón cuando llegue el tiempo del parto y sepan que di en adopción al bebe.-sus ojos turquesas denotaron tristeza, se despidió de mi fríamente y volvió por donde habíamos venido. Nuevamente le causaba amargura a Erland y me fastidiaba, pero era su culpa por ilusionarse con una mentira, solo una mentira. Llegué a casa y mi hermana me estaba esperando en mi habitación. Cerré la puerta tras de mi curioso de lo que tenia que decirme. -¿Has ido al medico? Déjame pagar tus controles, podemos buscar a alguien discreto. -Hoy fuimos con mi novio. Fuimos a un consultorio publico- mi hermana me miró con una cara de desaprobación.-No quiero tu opinión hermana. Debo hacerlo así hasta que pueda decirle a nuestros padres. -Entiendo, pero luego deberías ir al sector privado, por la salud del pequeño. -no di respuesta y ella cambió de tema-¿Por que demoraste tanto?- sonreí sin poder evitarlo por los buenos recuerdos -Estuve en la casa de mi novio, con su madre y abuela. -¿Y como es tu suegra? ¿Es agradable o una bruja como la mía? -Es una mujer muy buena, como lo es Erland.-dije mirando a la nada, reflexionaba en cuanto se parecían, ella debía amarlo muchísimo.Hablamos solo un rato mas porque yo me sentía agotado. Luego de que se fuera, me di un baño de tina. Al salir mientras me aplicaba crema pude observar con mas atención, claramente tenia un pequeño bulto en mi vientre. Al darme cuenta sentí mariposas en el estomago que yo mismo maté. Me puse el pijama y me acosté para ver mi móvil, tenia un mensaje de Erland agradeciéndome haber aceptado la invitación a su hogar. Me dormí pensando en mi situación. Durante la semana siguiente sufrí mucho de antojos y hambre como nunca. Traté en su mayoría comer cosas saludables, pero siempre se me antojaban comida chatarra. Estaba en un local de comida rápida con Erland, quien me observaba comerme mi tercera hamburguesa, me detuve lentamente acalorado de la vergüenza y el dio una pequeña carcajada. -No me mires así, me haces sentir como un monstruo.-alegue volviendo mi atención a la hamburguesa.-Yo no he dicho nada, pero si sigues comiendo de esa manera no tardaras mucho en convertirte en uno.- fingiendo enojo deje la hamburguesa de lado.-¿Ves lo que logras? Ya no quiero nada-me levanté al baño. Cuando estaba frente al espejo, me cercioré que no hubiera nadie y desabrochando mi abrigo puse en excibición mi pequeño vientre que había crecido bastante los últimos cinco días, presté atención a mi cara que estaba un poco mas rellenita, entonces Erland apareció tras de mi y con una sonrisa me abrazó por detrás, suavemente colocando sus manos sobre mi vientre, apoyó su cabeza sobre mi hombro y cerrando sus ojos se quedó quieto por un segundo, esperé su reacción, pero sentí incomodidad ante tal intimidad, mis mejillas sintieron calor y mis ojos se aguaron. Nunca nadie había sido tan dulce conmigo. Sentí que alguien entró y rompí aquel momento rápidamente, cerrando mi chaqueta-Debemos irnos ya-dije serio y salí del baño dejando a Erland sin si quiera mirarlo. Deje el dinero de la cuenta y esperé a Erland afuera. Salió luego de cinco minutos-Perdón por hacerte esperar tanto.-dijo evidentemente preocupado, ya estaba tiritando, estábamos entrando al invierno. -No te preocupes. Llame a alguien para que viniera por mi.-bajé mi vista, no quería retomar ese tema, pero Erland se veía inquieto e impaciente.-Necesito que hablemos. -Podemos hacerlo mañana. Ahora estoy muy cansado y el auto llegará en cualquier momento- por suerte a los segundo de mi frase apareció el auto, ni si quiera me importó que me vieran junto a él. Lo observé antes de cerrar la puerta en modo de despedida. Llegué a mi habitación rápidamente. Luego del baño observaba mi vientre y vino a mi el recuerdo de la dulce caricia de Erland. No quería que se hiciera ilusiones. Ya era difícil para mi ver la manera en que lo estaba la madre de Erland como para que él se sumara ahora. Le envié un mensaje para que nos juntáramos al siguiente día y me dormí. Por la mañana en mi móvil leí un mensaje de Erland excusándose. Sentí rabia, no quería que evitara esta conversación. Desayuné y me dirigí a la casa de su madre. Aunque no estaba en casa, su madre me recibió gustosa-¡Pero que alegría recibirte hijo! Entra y comparte un rato con nosotras-me rehusé un momento-No quiero ser molestia señora -¡Claro que no eres molestia! pasa por favor-me hizo entrar casi de manera obligada a la sala de estar, se sintió el cambio de temperatura con la chimenea. La anciana estaba tejiendo-Hola muchacho ¿como has estado?-me acerqué a saludarla notando que lo que tejía era ropa para bebé-Muy bien gracias-la mujer mas joven me invitó a sentarme junto a ellas. -Nos alegra verte. Queríamos conversar contigo. -Pues la verdad yo necesitaba conversar con Erland. -Mi muchacho hoy entraba a trabajar en una tienda. Quiere juntar algo de dinero antes de que llegue el bebe. Decidí esperarlo, pero mientras lo hacia, conversé muchísimo con su madre y abuela. Dándome cuenta lo emocionadas que estaban con el bebe. Estuve compartiendo con ellas hasta casi el anochecer que es cuando llegó Erland sorprendiéndose de mi presencia en su casa. Lle pedí que saliéramos a hablar en privado. Me despedí de las mujeres y nos dirigimos hasta una plaza algo retirada. Nos sentamos y nos mantuvimos en silencio por unos momentos.-Creo que deberíamos dejar esto hasta aquí Erland.-el me miró sorprendido-¿Por que dices eso? ¿cometí algún error? -Sabes que es lo que está pasando. Te estas ilusionándote mucho con esto. Dijimos que no pasaría. -No es así, Si tomé ese trabajo fue porque tu siempre eres el que me invita a cosas y yo me sentí mal, además necesito traer dinero a casa. Estarás viviendo con nosotros en un corto tiempo mas, tengo que tener un poco mas de comodidades para ti. -No es necesario. Además también es por tu madre y tu abuela. -Se que les dolerá, pero cuando llegue el día que el bebe nazca, les diré que al final me confesaste que no era mio. Así que no debes preocuparte por nada.-me miró suplicante.-Solo espero que no sufran tanto. -No lo harán, Son mas fuerte de lo que tu crees. Acepté sus excusas, no muy convencido y me retiré a mi casa. Cuando estaba acostado seguía pensando-No me lo hagas mas difícil Erland por favor.

Notas finales:

Espero les haya gustado, nos estamos leyendo el sabado o domingo. 


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