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El columnista Min. [TAEGI] por NanTaeGi

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Taehyung abrió los ojos miro la cama, la habitación y sin ningún sonido que pudiera percibir supo que estaba solo en la habitación. No sabía cómo sentirse, sus emociones estaban mezcladas, nunca había considerado que su hyung, el hombre perfecto que había idealizado en su cabeza fuera de esa manera, un hombre de una sola noche. Parándose de la cama vio su ropa en una silla doblada.

-Vaya, se tomó la molestia.- dijo con tono irónico.

Se vistió y al no saber que más hacer en esa habitación salió sin más, preguntándose pero también justificando el por qué Yoongi lo dejo en esa habitación solo, sin ninguna despedida, no es que esperara una mañana romántica o que Min se enamorara de él después de esa noche pero mínimo una despedida o intercambiar sus números era lo que imaginaba pero como todo lo que espera siempre no se cumplió.

Decidió ir a recoger sus cosas a su propio hotel pues ya no tenía nada que hacer en Berlín y su mamá lo esperaba en corea con un trabajo por hacer.

 

 

Eran las más de las doce en corea lo que significaba que las oficinas del edificio donde Yoongi trabajaba estaban la mayoría cerradas a excepción por la de Yoongi que aún se encontraba iluminada por la luz de la computadora. El sonido de las teclas era el único sonido que se podía percibir en la obscuridad de esa oficina. De repente alguien llamo a la puerta de la oficina.

 

-Adelante- dijo Yoongi sin despegar su mirada de la computadora.

- hey, ¿todavía estas aquí?- pregunto Seok Jin  .

- si no estuviera aquí, no me estarías viendo Hyung.

- siempre tan irónico Min Yoongi- dijo desde el marco de la puerta.

-¿Qué necesitas Hyung?- dijo despegando sus dedos de las teclas y su mirada de la computadora para fijarla al chico que le hablaba- estoy ocupado.

-Solo ya me iba y me sorprendió ver que aún había luz en tu oficina.

-estaba trabajando en los últimos arreglos de mi artículo a publicar.

 

Kim Seok Jin sabía que algo estaba mal con su amigo, lo notaba disperso e irritable además de que había veces que se queda perdido con su mirada en algún punto o en la pantalla de su teléfono, como si esperara la llamada de alguien. Esto lo comenzó anotar desde que volvió de hacer su reportaje en Berlín sin embargo Seok Jin no pensaba en presionar a Yoongi para que le dijera que era lo que le estaba preocupando.

 

-oh bueno, me voy espero no te quedes hasta tarde.

-ok.

- te veo mañana y por cierto el jefe quiere verte mañana.

-ok.

 

Yoongi se estiro en la silla, cuando vio salir a Seok Jin pensó que él también tendría que retirarse ya. Apago su computadora, recogió sus cosas y salió de su oficina con dirección al elevador. Una vez más en el día volvió a comprobar su teléfono en lo que esperaba a que las puertas del elevador se abrieran pero de igual manera nunca había una notificación de algún número que no conociera o para ser más específicos esperaba el mensaje de Kim Taehyung.  

Ya estando en el estacionamiento del edifico se subió a su auto, no quería pensar más en ese niño, siempre había representado problemas desde el momento en que lo conoció. Aún recuerda la primera vez que vio al castaño en su desalineado uniforme de secundaria lleno de manchas de lodo y su cara cubierta por helado de chocolate, pero aun con esa imagen ese niño era demasiado encantador.

“Si los dos hubiéramos tenido la misma edad en ese entonces sin dudarlo me hubiera lanzado a ti Kim Taehyung”

Cuando ese pensamiento surgió en su mente se dispuso a borrarlo, ¿en qué diablos estaba pensando ahora?, con un suspiro trato de poner su mente en blanco, había estado bajo mucha presión desde que volvió de Londres con un estúpido artículo de comida Gourmet. Tenía que descansar, tal vez unas vacaciones no estarían mal para Min Yoongi.

 

-¡Kim Taehyung!.-

-Ya te lo dije mama, no.

-pero Bebe, osito, mi taetae.- suplico la mujer.

-NO.- reafirmo Taehyung ya cansado de la conversación.

 

Desde que Taehyung había vuelto a casa su madre, ella había estado obstinada con el tema de poner su vida en orden, donde entraban el tema de un trabajo, terminar la universidad y por supuesto el de formalizar una relación seria, por eso había estado insistiendo en presentarle a todos los hijos de sus conocidos y amigos. Sin embargo Tae no quería salir con nadie, el solo tenía en mente a esos ojos gatunos de su Hyung.

 

-Vamos osito, solo una cita, ¿sí?- rogo la mamá de Taehyung una vez más.

-No.

-Es una de mis mejores cartas este chico.

-No me importa si es un Príncipe.

-Está bien, Kim Taehyung vas a ir a esta cita a ciegas quieras o no.

-No voy a ir.

-osito ya arregle todo, es el hijo de una familia muy importante, su madre fue la que me pidió que hiciera arreglos para que se diera esta cita.

-Ya te lo dije no quiero, por favor ya no quiero escuchar del tema.

-¿qué hago para que aceptes ir?- pregunto por última vez.

 

El castaño sabía que si su madre hacia esa pregunta era porque realmente estaba desesperada y que accedería a cualquier pedido, así que mediándolo un poco talvez conocer a alguien no estaría mal.

-Mis tarjetas de crédito devuelta.- comenzó la negociación.

- una tarjeta.

-tres.

-una tarjeta- reitero la mujer mirando sus uñas.

-dos y puedo salir hasta tarde.

-dos pero sigues bajo las mismas reglas

Tae sabía que esa era la última oferta, si no aceptaba tendría que ir de todos modos a esa estúpida cita a ciegas y el no ganaría nada de esta situación.

-Ok trato.- acepto Taehyung.

-muy bien la cita es mañana, te mando el lugar por mensaje más tarde- dijo emocionada su madre- te va a encantar, por lo que leí en internet es un muy buen partido además es muy guapo.

-no quiero saber.

-osito amargado, espero ese chico endulce a mi  bebe- dijo su madre mientras salía de su habitación.

-solo espero termine pronto ese circo.

 

Cuando Taehyung regreso a corea no pensó que realmente su madre tomaría tan enserio el querer reformar y ponerle los pies en la tierra, ya tenía suficiente con el trabajo que estaba haciendo en la agencia de modelaje de su madre, a el nunca le había llamado la atención el modelaje, ni siquiera le gustaba que le tomaran fotos para el anuario escolar o de generación, aunque todos sus amigos le hubieran dicho en un pasado que él tenía todo lo necesario  para ser un idol o actor nunca lo considero por la sencilla razón de que nunca se había sentido cómodo frente a una cámara.


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