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Un único alma. por Junsuhiroishiwata

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Los árboles danzaban con el viento, las hojas se desprendían con ímpetu. Y clint, solo se perdía entre la vista. El atardecer era enternecedor, su corazón palpitaba descontrolado.

«Estuvo bien lo que hiciste.» La pregunta apareció en el contorno de sus labios. El reflejo de su desconcierto era latente. Ahora las dudas salían afluente, como si el recuerdo de natasha no se fuera. Tenía que dejarla ir, pero era complicado. Difícil, un amigo nunca se olvida. Más uno tan cercano como lo fue ella. Quería hablarle ahora mismo.

Decirle que habia valido su sacrificio. Que todo marcharía mejor de ahora en adelante. Aún con las bajas, el quería decirle que su desicion fue la adecuada.
Y se estremeció, por qué ya no volvería a ser capaz de mirarla. Mucho menos encontrar real alivio sobre la tierra.

¿Había solución? Todo era claro desde el punto científico. Los hechos no se corregían. Servían a forma de aprendizaje. "¡Ahg!" entonces que demonios haría.

Y entre aquella lucidez revuelta se halo de los la alta caballera rapada. Buscando remover los nervios. La luz por su contrario, se torno refulgante. Tan estrepitosamente brillosa que a cualquiera podría cegar. Como la emitida por el sol. Sí, y cuando lo notó. Intentó correr, pero nada... O eso pensó.

─ ¡Que!─ grito, ahogado por tantos sentimientos contrarios. Cada uno más asfixiante que el contrario, que inclusive llegó a considerar la idea de que su cordura había sido arrastrada con "El snap" hace cinco años.

─ Todo esta bien clint. ─
Y, lo peor de todo fue la voz. Aquella que sonaba detrás suyo. Tan nítida que pudo contener la curiosidad de enfrentarla.

─Natasha. ¿Pero como? Que... ─
La imagen no era clara, no como la voz. Pero era la indicada, era justo aquel dejó sereno de la agente rusa. Era ella, no había duda. Pero... El atuendo no era el que recordaba de su último momento juntos. No, era como la recordaba hace ya mucho más. Mucho pasó, y sin embargo nunca perdería noción de su primer encuentro.

─ Si supones que te has vuelto loco. Debería noquearte por ser un tonto iluso. ─ El reflejo que le era mostrado a clint era contundente. Era irreal, aunque cada característica fuera similar a la verdadero. Y, se replanteó las ideas al respecto.
O bien, la figura le mentía y estaba en un estado lleno de locura demencial. O, era ella en carne propia, viva y con un sentido de humor tan único como le recordaba.

─ Soy real por qué así lo has querido tú. ─ contestó antes de que el mismo pudiera abrir la boca para preguntar. Y, seguía sin entender. Era fácil suponer que estaba metido en un apuro.

─ Yo... ─ sollozo enternecido.

─ Te vi caer... Te vi muerta en el fondo del precipicio. ¿Como? ¡Como!─

Clint se sentía débil, quería caer y apoyarse sobre sus frágiles rodillas. Eso era demasiado, inlcuso para un agente tan calificado como el. Podía soportar torturas, dolor y sufrimiento externo. Pero el hecho de que algo, o alguien estuviera jugando con sus sentimientos ya se tornaba vil y cruel.

La figura no comentó, le miro tristona y con una cara de negación. Pero en el fondo se sentía en paz, y eso nadie se lo podía cuestionar. Dio todo por un amigo, el único que le dio el mundo entero, era su agradecimiento. Ya no tenia nada más que decir.

─Me siento extraño sin estar a tu lado. ─ confesó antes de regresar al entrono que tanto anhelaba. El fondo de tonalidades amarillas desaparecía, y el bosque frente a su granja se alzaba febril sobre sus narices. Seguir estando en el justo momento en que se fue... Nada extraño habia pasado. ─ Se dijo con melancolía y picor sobre el contorno de los ojos. Todo fue una ilusión. ─ insistió consternado.


─No lo entiendo ─ su cerebro recarburo, buscando pistas. Indicios sobre su actual condición, y no física. Si no mental, podía ser algo malo si no lo trataba. Y es que, ya era la tercera vez que esto le pasaba.

Podía ver momentos, personas y visiones. Cosas que antes nunca pasó, pero que ahora debía soportar con sigilo. Su esposa no lo comprendería, sus amigos podrían creerlo. Pero no debía molestarlos, cada uno ahora mismo seguía con un rumbo ya destinado. A quién consultaría, a un ¿Mago? ─ Río con solo pensarlo. Pero aceptó que no solo era una plausible posibilidad. Si no que ahora si conocía a uno de verdad. ─

─ Strange. ─
Musito quedito, considerando una ayuda como esa. Era ¿Exagerado? Bueno, y aunque lo fuera. Debía consultar con un experto.
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