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Aprecia lo que tienes, no lo que perdiste por Yukihana-Hime

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Sakura en compañía de sus hijos se dirigían al edificio donde se llevaría a cabo el primer examen, querían ser puntuales; así que salieron antes por si se presentaba algún incidente.


-¿Nerviosos? -cuestiono la mujer de modo juguetón.


Los menores desviaron el rostro lo más lejos que podían, no querían que su madre notara el rubor en sus mejillas al verse descubiertos... ¡Por supuesto que estaban nerviosos!... Al contrario de lo que creía Sasuke ese no era su primer examen al que eran recomendados, pero eso no evitaba que se sintieran a la defensiva, estaban fuera de casa, dándole ventaja a los ninjas locales... ¿Eran suficiente capaces de salir triunfantes?


-Nee~ contéstenme...-Sakura movía a sus pequeños desde la espalda de modo infantil.


Desde antes sabia la respuesta pero quería ayudar a que se relajaran. La noche anterior no había tenido oportunidad con Sasuke por lo que le preocupaba lo que pasaría si no lo encontraba en el tiempo en que los menores estuvieran en el examen; esa sería su única oportunidad para convencerlo de al menos esperarlos a la salida.


-Sakura... ¿Qué pasaría si no aprobamos el examen? -pregunto tímidamente el chico mientras hacía girar alrededor de sus dedo un kunai que traía maniobrando, temiendo la respuesta.- ¿Papá se decepcionara aún más?


-Ryuu...


-¡Auch! / ¡Itee! -los quejidos de dolor de dos adolescentes, interrumpieron la respuesta.


-¡Ryuu! / ¡Nii-san! -gritaron con preocupación Sakura y Sarada al ver como el pequeño Uchiha chocaba con otra chica.


La pelirosa corrió al lado de su retoño y la otra chica, para revisar que no se hubieran lesionado por el kunai con el que había estado jugando el azabache. Pero la médico quedo estática al observar el físico de la chica con la que choco su hijo.


-Lo siento...-dijeron al mismo tiempo los accidentados.


-¡Kōgō-sama!** -gritaron algunos aldeanos de Suna, corriendo auxiliar a la chica y alejando a la pelirosa de la menor.


-Estoy bien. Estoy bien. -repetía felizmente la chica, mientras palpaba su traje para quitar la arena.- No pasó nada. No hay que exagerar. -comenzó a sobarse un poco el área dolida, después de todo había caído de sentón.


-¿Cómo se atreven a lastimar a Kōgō-sama? -preguntaron molestos unos pequeños que habían corrido a ayudar.


-¿Kōgō-sama? -preguntaron los ninjas de Konoha mirándose entre sí.


Toda la familia Uchiha veía el ajetreo desde el suelo, ya que Ryuu no había tenido oportunidad de levantarse, al quedar desconcertado por las acciones de los demás, incluso había ninjas entre los aldeanos. Mientras que Sakura y Sarada se habían puesto a su altura, la primera aun sorprendida por el aspecto de la contraria. Ojos negros, cabello largo amarrado en dos coletas color negro con un pequeño mecho rubio sobresaliendo de cada agarre, con una figura envidiable para las chicas de su edad.


-Hey, acabo de decir que estoy bien. -aclaro de nuevo la chica.- Me dejan en ridículo si los regañan a ellos. Fui yo quien no se fijó por donde iba...-hacia varios ademanes con las manos, que hacían reír a los habitantes de Suna- ¿Qué van a pensar de vosotros? ¿DE MI? -se espantó ante la idea.


-Lo sentimos. -se disculparon los menores con una sonrisa, que les provoco las gestos de la chica.


-A mí no. A Ellos. -regaño la chica.


-Sentimos mucho haberlos acusado injustamente. -dijeron al unísono los niños mientras hacían una reverencia.


-¡Oh! Está bien. -contestaron como pudieron los hermanos pelinegros.


-En verdad siento su comportamiento...-la chica hizo una leve reverencia.- Todos en Suna son unos exagerados, padecen de sobreprotección a hijos ajenos...-los nombrados rieron sin sentirse ofendidos, ya que era la verdad.


-No pasa nada. También tuve un poco de culpa. -agrego el azabache, al fin levantándose con ayuda de la mano que le ofrecía la contraparte.


-Deberían de aprender a comportarse. -decía la chica seriamente, asintiendo con su cabeza y cruzando los brazos sobre su pecho.- Suficiente tengo con la sobreprotección de mi padre como para que ustedes lo ayuden...


Los aldeanos comenzaron a reír, el carácter de la chica era igual al de su padre, siempre amable y exagerado para algunas cosas.


-Kōgō-sama, no puede culparnos, siendo hija de quien es, es nuestro deber ver por usted y sus hermanos...-se excusaba un ninja.


Pero la verdad era que no importaba de quien fuera hija, la chica se había ganado el amor de toda la aldea por su carácter y sus acciones, sin embargo no se lo dieran, ya que ella comenzaría a decir que los destrozaría, los cazaría y los comería felizmente... la chica tenía un lado tsundere. Diría todo aquello mientras agitaba sus brazos y saltaría, toda sonrojada. Bueno, tal vez no sería malo decirlo, solo por ver su faceta infantil que usaba para ocultar su vergüenza.


-Shhh... Shhh... Circulen, circulen. El espectáculo termino. -exclamaba la chica, con ademanes de mano, intuía las malas acciones de los contrarios, quienes se alejaban riendo al verla bien.- Siento todo este ajetreo. -se dirigió a la familia Uchiha.


-En verdad no pasa anda...-dijo Sakura con una sonrisa al ver lo amable que era la joven.


-Ustedes son...-exclamo sorprendida al percatarse por fin con quienes había chocado.- Uchiha...-murmuro.


-¿Nos conoces? -pregunto Sarada acomodándose los lentes. No recordaba a nadie con el aspecto de la otra adolescente.


-Yo...


-¡Karura-sama venga de visita después! -el grito de uno de los aldeanos que seguía alrededor interrumpió la conversación.- Tenemos la especialidad de la casa.


-Más tarde me daré una vuelta por el negocio. -contesto con alegría la chica, saboreando desde ya, aquella delicia.- Tenemos que celebrar el triunfo de mis hermanos. -agrego con orgullo por ello.


-Kōgō-sama vamos a jugar...-unas niñas se acercaron con una cuerda para brincar.


-Hoy estoy un poco ocupada. Lo siento. -se disculpaba la chica a las niñas, sintiéndose mal por no poder complacerlas.- El día de hoy los mellizos realizan el examen...


-¡Wooo! -exclamaron asombradas. Son geniales, iremos a apoyarlos. -aseguraron mientras se alejaban.


-Ellos se alegraran. -contestó la chica de coletas agitando la mano para despedirlas.


-En verdad pareces una emperatriz. -Sarada se cubrió la boca al notar que dijo su pensamiento en voz alta.


-Sarada...-regaño la mayor.


-Yo lo sien...


-Está bien.- interrumpió la otra adolescente.- Estoy acostumbrada. -rio avergonzada un poco.- Aquel sobrenombre me lo gane de muchas maneras. Pero para que tengan un modo de llamarme ya que nos veremos seguido...-los Uchiha no comprendieron el comentario. ¿Se verían?- Dejen me presento... Mi nombre es Karura, soy una ninja de la arena... Es un gusto conocer a los únicos miembros decentes del clan Uchiha. -otro comentario que no comprendían.


-Así que si nos conoces...-decía Ryuu frunciendo un poco el ceño al sentirse en desventaja.


-Claro... Sarada Uchiha y Ryuu Uchiha. -contestó con una sonrisa, después miro a la mayor, cambiando su expresión a uno serio.- Y la señora Uchiha, Sakura-san.


La pelirosa se sorprendió aún más por el modo en que se dirigía a ella, completamente diferente al que uso con sus hijos, sumándole el malestar de ser llamada con el apellido Uchiha, desde hacía mucho le molestaba ser llamada con aquel apellido que solo traía desgracias.


-Al fin la encuentro. -una tercera voz masculina se unió a la conversación, atrayendo la atención de los presentes.


-¡Oh, pero miren quien es! -exclamaba Karura de modo burlón.- ¿En qué puedo ayudar a uno de los seguidores de mi padre? -el hombre frunció el ceño por la ironía en las palabras de la chica.- Baki, tu cara da miedo... relájate, relájate.


-Cómo si tus hermanos y tú me dejaran...-respondió el mayor enmudeciendo con quienes acompañaban a la ninja de Suna.- ¿Qué haces reunida con la familia Uchiha? -la miro fijamente buscando una respuesta.- Creí que...


-Coincidencia. -interrumpió. La familia los analizaba con la mirada, desconfiaban de ellos.- Choque con ellos al ir en busca de Yuu. -respondió comenzando a caminar.


-¿A dónde vas? -le pregunto Baki.


-Si estás buscándome significa que alguien más me busca para algún trabajo. -decía mientras caminaba- Temo informarte, que gracias a mi padre estoy fuera de servicio mientras dure el examen.


-¿Qué?


-¡Espera! -gritaron os hermanos Uchiha. Querían respuestas.- ¿Cómo es que nos conoces?


-Van a presentar el examen chunnin ¿cierto? -respondió con tranquilidad, deteniéndose para verlos asentir.- Hasta el día de ayer era una de las encargadas de supervisarlo. Sus nombres y rostros están en las fichas de inscripción. Y por cierto, ya es tarde. Deben estar a tiempo para el inscribirse a la primera prueba. Yo me retiro he encontrado lo que buscaba. -y sin dejarlos responder algo más, desapareció.


La familia Uchiha se miró entre sí, para después salir corriendo. El resto del equipo de los menores los estaría esperando.


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-Y antes de que les dé un infarto...-la gruesa voz del Kazekage se escuchó en la silenciosa habitación.- Les informo que tengo otros tres hijos...-los ojos de los contrarios se agrandaron de la sorpresa.


-No sabía que se había casado Gaara-sama...-comento Sai, aparentando una serenidad que no sentía, estaba conmocionado al igual que su esposa por enterarse que uno de sus viejos compañeros de armas, tuviera una vida personal que desconocían.


-Me case hace 13 años...-respondió el pelirrojo encogiéndose de hombros restándole importancia. - Mito es la menor de mis hijos.


-¿Y porque no hemos conocido a su esposa? -Interrogo Kakashi.- No había oído hablar de que el Kazekage contrajo nupcias...


-Me case con un chico...-interrumpió el pelirrojo- Y ustedes deben conocerlo...


-¿Cómo es que nosotros podríamos conocer a su esposo? -preguntó el peli-plateado.


-No creía que tenías esos intereses...-comentó burlonamente el Uchiha, viendo una oportunidad de molestar al contrario.


-Y yo creo que eres el menos indicado para hablar de eso. -interrumpió Gaara con el ceño fruncido.


-¿Y quién es su esposo? -Sai hablo antes de que esos dos comenzaran a pelear.


Sasuke siempre había mostrado su desprecio hacia el pelirrojo durante las visitas de este a Konoha, sentimiento que el contrario compartía. No importaban los años que pasaran, ese odio que se tenían, parecía que nunca llegaría a su fin.


-¿Alguien ha visto a la princesa? -la puerta seguía abierta y la pregunta proveniente del pasillo atrajo la atención de todos, interrumpiendo la conversación.


-Creo que entro ahí. -respondió otra voz- Alguien le dijo dónde encontrar a su papá y sin más entro. Ya la conocen.


El peli-plateado tenía la intención de cerrarla, no fuera siendo que los interrumpieran creyendo que ahí estaba la dichosa princesa, apenas toco la puerta, cuando una voz conocida se hizo presente.


-Gracias Baki. Esta niña nunca entiende que no debe irrumpir en una sala así. -decía en tono serio.


-El Kazekage y tú, la tienen difícil. -los conversadores rieron ante el comentario.


Con gran velocidad la pequeña bajo de los brazos de su padre y corrió a esconderse detrás de la puerta y del hombre que se había quedado estático cerca del pedazo de madera. Gaara sonrió ladinamente al momento de acercarse al mayor, tocando su hombro para que saliera del trance y colocarse en el paso de la puerta para recibir a la próxima visita.


Ino y Sasuke sintieron su corazón detenerse al escuchar aquella voz, no podían equivocarse al identificar al dueño... Era él... Era...


-Naruto...-dijo Kakashi sin poder creer que quien había entrado a la sala riendo, era su viejo estudiante y del cual no habían sabido gran cosa durante muchos años.


El rubio se detuvo de golpe, observando al mayor. Kakashi lo observo de abajo para arriba, notando que la estatura del chico no era muy diferente a cuando se fue, vestía un traje parecido al de los Anbu de Konoha ceñido al cuerpo, pero en colores más claros y sin mascara, su cuerpo tenía una estructura un poco más delgada pero no por ello no se mostraba el cuerpo de un hombre, su corte de pelo era parecido al de Minato. Naruto parecía en buen estado de salud al cual lo había dicho Tsunade, pero los cambios físicos eran notables y a la vez insignificantes.


-Kakashi-sensei. -el rubio rápidamente rodeo con sus brazos a su antiguo profesor, sintiendo nostalgia y culpa por no haberse puesto en contacto con él durante largos años.


-¿Y la princesa? -pregunto el acompañante castaño del rubio, al cual no prestaron mucha atención los demás por la aparición del Uzumaki.


Gaara se limitó a señalar con el rostro detrás de la puerta, el chico rio al ver a la pequeña escondiéndose. Al no ver problemas con alejarse, se despidió con un gesto de mano de su líder, no era su momento de interrumpir aquel reencuentro, además de que aún faltaba la otra fugitiva de Konoha.


Ino no espero nada y se lanzó a los brazos de su viejo amigo en cuanto soltó al peli-plateado. El rubio correspondió el gesto con ternura, había extrañado tanto a sus amigos, pero por razones más fuertes a él, nunca pudo visitarlos.


-¡Naru-chan! ¡Naru-chan! -gritaba la chica mientras lagrimas sin fin salían de sus ojos.- ¡Te extrañe tanto! ¡Quería verte!


-Ino...-llamo tiernamente Sai, él también deseaba abrazar a su amigo.


-Es Naru, Sai. Es mi Naru. -dijo Ino al separarse del abrazo pero sin soltar del todo al rubio, temiendo que se evaporara como el agua.


El Uchiha frunció el ceño ante el posesivo de la chica, deseaba alejar al rubio y apresarlo en sus brazos como en el pasado, pero a diferencia de antes, esta vez no lo dejaría ir. Cuando iba a dar unos pasos para acercarse al recién llegado y arrebatarlo de los brazos de su reemplazo en el equipo 7, observo como el Kazekage tomo en brazos a su inútil hija y se posiciono detrás del rubio. La niña cubrió los ojos azules que tanto amaba con sus manos.


-¿Adivina quién soy? -canto la pequeña mientras se reía.


-¿Quién será? -la risa de la pequeña se intensificó al creerse ganadora.- ¿Sera una hermosa princesa a la cual estaba buscando para regañar por interrumpir el trabajo de una persona tan importante como el Kazekage? -siguió el juego el rubio.


-No...-respondió la pelirroja, mirando a su alrededor un lugar seguro para no recibir el tan mencionado regaño.- Cierra los ojos y cuenta hasta tres. Cuando los abras, veras que no soy nadie. Soy un fantasma. -intento asustarlo, a sabiendas del miedo del rubio por aquellos seres.- Buuu...


Los amigos del rubio se quedaron quietos intercambiando miradas al ver la escena. No podían negar que era tierna aquella niña, por lo que justificaban que el Uzumaki le pusiera más atención que a ellos.


-Que miedo, un fantasma me ha tocado...-ironizo el rubio fingiéndose aterrado.-...1...-la pequeña retiro sus manitas y le indico a su padre que la pusiera en el suelo.-...2...-una vez en tierra, corrió a refugiarse entre la capa blanca de su tío, quien la ayudo a ocultarse.-...3...-el rubio se giró y solo vio como Gaara levantaba las manos demostrando que él no tenía nada.- Uyy, era un fantasma...-fingió asustarse más.


-Que miedo... Deberías tener cuidado...-decía Gaara juguetonamente. Ambos contenedores rieron.


La habitación se llenó de la risa de la pequeña. Los presentes -a excepción de Sasuke- sonrieron, no tenían mucho de conocer a la pequeña pero no podían evitar reír con ella. Algo en la pelirroja les era tan familiar.


-¿Qué haces aquí? -pregunto Ino mientras alternaba su mirada entre el pelirrojo y su amigo, ya que estaban muy juntos. Además, no entendía porque el rubio estaba en Suna.- ¿Conocías a la hija de Gaara-sama? ¿Dónde está...?


-Ino...-llamo dulcemente el rubio- Estoy aquí porque soy un ninja de Sunagakuren.


-Déjate de bromas Naruto.-dijo Kakashi al no entender la gracia


-No es broma, sensei.-afirmo Naruto viéndolos a todos.- Soy un Anbu de Suna, al servicio del Kazekage; Sabaku No Gaara.


Todos los ninjas de Konoha abrieron los ojos como platos debido a la sorpresiva noticia. Naruto siempre era honesto con sus palabras y más si los miraba fijamente como ahora. La habitación quedo en silencio total, no sabiendo que decir ante la revelación de que el mejor ninja de la historia, sirviera a otra aldea que no fuera la de su origen.


-Y la pequeña que ves ahí es mía. -más sorpresa.


-Pero ella es hija de...-la rubia enmudeció al reflexionar en lo dicho.


-Y mía. -afirmo Naruto sonriéndole como nunca, era su mayor felicidad decir quiénes eran sus hijos.

Notas finales:

Yukihana: Bueno eso sería todo por hoy, disfruten y dejen sus comentarios para hacerme saber que les gusta la historia...


Cuéntenme sus teorías sobre la historia... eso alegrara un poco mis días... 


Se cuidan~


Bye~ Bye~


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