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Nuestro maldito dulce pasado (Stony) por KaiLuShipper

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Cuatro.








—No intentes nada estúpido. Ahora tienes un bebé ahí adentro y todo lo que hagas, le afectará también a él.

La puerta del taxi se abrió, y del vehículo descendió primero Bucky mientras explicaba sus advertencias a su amigo castaño, quien bajó también. Él se encontraba algo perdido, todavía no procesaba del todo el hecho que Steve ya no estaría a su lado, mucho menos que tendría un hijo.

Cuando ingresaron al hogar del ex soldado, Anthony se limitó a sentarse en el sofá relajándose algunos minutos, o al menos eso era lo que intentaba.

—Prepararé algo para que comas, no te vayas a mover.

—Bucky, no sufro ningún tipo de parálisis, estoy embarazado. —se quejó y tan pronto vio como el más alto rodó sus ojos.

—Nunca he tratado con un embarazado, ¿si? Así que sí exagero, tenme paciencia.

Al menor le pareció entre divertido y tierno, pensó que realmente Steve tuvo mucha suerte de haber tenido tan buen amigo como lo era el castaño.

—Lo haré —se puso de pie y se permitió abrazar al otro tomándolo por sorpresa, pero finalmente correspondió también mientras embozaba una sonrisa—. Haz hecho mucho por mi, no sé como podré pagarte tanto...

—Algún día lo harás cuando me nombres padrino de tu bebé. 



       

 

Segundo mes.

 

 

 

 

 

—¡Tony, mira! —Bucky ingresaba a la casa con entusiasmo, estaba feliz porque una muchacha que trabajaba en la pastelería frente a su oficina le había obsequiado un pastel de fresas con crema, y sí bien el hombre no estaba interesado en la chica, aceptó el regalo gustoso para compartirlo con su amigo al llegar. —Es pastel, del que a ti te gusta —aún mantenía su sonrisa mientras dejaba el postre sobre la mesa quitándole el plástico que lo cubría, y el aludido se acercó curioso a ver lo que había traído, colocando una expresión de asco más tarde. —¿Qué pasa? ¿No te gusta? Ven, prueba un poco —Barnes untó su dedo en la crema, y lo llevó a los labios del menor para que probara, entonces fue cuestión de unos segundos para que este terminara corriendo al baño a vomitar.

Enjuagó su boca, y salió del baño.

—Lo siento mucho, no creí que te iba hacer mal —se disculpó a penas Tony volvió. El rostro de James estaba un poco embarrado de crema y a Stark le regresaron las náuseas. Al parecer mientras estaba en el baño, el otro había estado comiendo del pastel.

—No te preocupes, me acostumbraré, sólo... Límpiate la cara sí no deseas que te vomite encima. —se volteó para no verlo en lo que terminaba de quitarse la crema. —Bucky, he estado pensado algunas cosas, como por ejemplo que debería buscar un trabajo.

—¿Qué?

A Stark no le hizo falta voltear a verlo para saber que estaba con la boca llena, y automáticamente cubrió su boca conteniendo una nueva arcada.

—Siento que no estoy ayudando y... ¿Qué carajos estás haciendo? ¡Deja de ser tan escandaloso para comer, Barnes!

—No digas malas palabras, Tony. —agregó señalándolo por la espalda mientras ahora si limpiaba su rostro. —¿Qué decías?

—Te decía que no quiero seguir recibiendo dinero de parte de mi padre, así que buscaré un trabajo. Quiero ayudar en la casa. —comentó en tiempo que se cruzaba de brazos. —Así que... ¿Qué dices? ¿terminaste de comer?

—Si, lo hice, y pienso que es peligroso que comiences a trabajar estando embarazado, pero considerando que eres Tony Stark y te importará un bledo lo que te digan, puedo ayudarte a buscar algo en donde no sea muy pesado para ti. —había tomando el resto del pastel y lo llevó al refrigerador. Para ese entonces Tony ya estaba sentado siguiéndolo con la mirada. —Cuando empiece a crecer el vientre y te comiences a sentir exhausto, lo dejarás.

—Es para ayudar aquí en la casa, y porque quiero ahorrar dinero para cuando nazca el bebé.

—Por la casa no te preocupes —Bucky se acercó hasta quedar frente a él, y se inclinó un poco mientras tomaba sus manos—. Mientras yo trabaje, no tienes que hacerte problema por eso, pero entenderé sí quieres ahorrar para el niño... O niña, lo que sea.

Anthony enarcó una ceja, y luego soltó una pequeña risa mientras asentía.

—¿Crees que puedes con mi terquedad?

—Por Dios, ¡Tony!

Otra vez rio, pero esta vez fue más fuerte, Barnes se puso de pie y luego lo hizo él manteniendo una leve diferencia de altura. Stark soltó un bostezo, y empezó a caminar hacia la sala, el embarazo le causaba bastante sueño.

—Creo que iré a dormir —llegó a las escaleras para empezar a subirlas hacia donde era su habitación.

—Recuérdame que cuando tu vientre crezca, que debo cambiarte de habitación. —se dejó caer en un sillón para ver la televisión.

Tony se adentró a su habitación, y no tardó en acostarse después de cerrar la puerta. Había cubierto todo su cuerpo con mantas, y se posicionó de costado encogiéndose en su lugar. No dejaba de pensar que sí no fuera por Bucky, probablemente estaría perdido. Howard no sabía de su embarazo y no pensaba decírselo, temía que este lo obligara hacer algo que no quería y de sólo pensarlo su piel se erizaba.

Se había prometido a sí mismo que sería fuerte por el bebé, sin embargo existían momentos en donde era inevitable no recaer, por más fuerza de voluntad que poseyera, el dolor permanecía en su pecho. En esas ocasiones donde la oscuridad lo envolvía y la soledad lo atacaba, era cuando más creía necesitar a Steve.

ã…¡ Te extraño, Steve... —apretó sus ojos tratando de evitar llorar, pero no pudo, extrañaba tanto a su novio. —Steve... Mi Steve...

Tendría que cuidar solo de su pequeño o pequeña, sin el hombre que amaba a su lado. 
Sollozó mas fuerte enterrando su rostro en la almohada, aquella que era su única testigo de las noches de sufrimiento que pasaba... Porque todas las noches lloraba pensando en Rogers. 



       

 

Tercer mes.

 

 

 

 

Se encontraba observando una fotografía en donde se podía apreciar a Steve abrazando a Tony mientras besaba su mejilla, y el menor mantenía sus ojos cerrados con una sonrisa, era una imagen muy bonita, la favorita de Stark se podía decir. 
Una lágrima rodó por su mejilla y la limpió rápidamente, se sintió algo mareado pero logró sostenerse de la pared. Estaba solo, Bucky estaba trabajando y sí se caía o algo por los mareos, debía arreglárselas solo.

Aguardó unos minutos, cuando se encontró estable nuevamente, fue hasta la cocina a beber un poco de agua. Acarició su abdomen levemente más hinchado que antes pero no lo suficiente para ser notorio. Luego de esto fue a prepararse para ir al trabajo, había logrado encontrar empleo rápidamente debido a alto nivel de estudios, y sacando provecho de su gran inteligencia, se halló pronto trabajando en una empresa.

Mantenía una alta eficiencia y se destacaba muy bien en su labor, incluso se podía decir que su capacidad asombró al mismo jefe encargado quien siempre decía lo bueno que era Stark. 
Su padre se había quejado al enterarse, ya que el contaba con muchas empresas que Tony tranquilamente podía llevar un cargo de líder, pero este prefería mantenerse lejos. Y es que menos supiera Howard de su embarazo, sería mejor.

Cada día soñaba que Steve volvía, una pequeña parte de él tenía aquella esperanza y sonreía al imaginarse contándole al rubio sobre el hijo de ambos que pronto llegaría. 




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—He aumentado un kilo y medio. —comentó con un puchero en su rostro frente a Bucky.

—Al menos tengo la certeza que estás alimentando bien a mi sobrino. —sonrió mientras se acercaba para acariciar el vientre de Tony. —Aunque dos hamburguesas gigantes para ti solo, sí suena un poco exagerado.

—Para ti es exageración, para mi se llama gloria. Amo las hamburguesas.

 

_______________________________

 

 


Anthony no encontraba la forma de conciliar el sueño aquella noche después de una pesadilla que había tenido, así que poniéndose de pie, tomando su peluche con el que dormía y calzándose con un par de pantuflas peludas de color rojo y amarillo, salió de su habitación para dirigirse a la de su amigo. Golpeó su puerta y tras un "pasa" ingresó a la misma. Sin preguntar ni nada por el estilo, subió a la cama y se colocó a un lado del ex soldado. Bucky bajó el volumen de la televisión, y observó como el menor se metía bajo las mantas y abrazaba un peluche.

—¿No puedes dormir? —preguntó y Tony negó con su cabeza, parecía un niño pequeño.

—Soñé que helados gigantes de menta granizada me perseguían. —habló con voz baja, haciendo reír a James.

—Sólo fue un sueño Tony, calma.

—Pero...

—¿Tienes miedo?

—Quiero tomar helado ahora.

—Tony, son las dos de la madrugada y como sí fuera poco, ¡estamos en pleno invierno!

—Pero mi helado...

Barnes soltó un pesado suspiro para después salir de la cama y buscar ropa abrigada.

—Veré donde consigo.

 

_______________________________ 

 


—¿Porqué me miran así? Me empiezan a asustar. —dijo en tiempo que veía como Thor y Loki tenían grandes sonrisas en sus rostros.

—Con Thor queríamos regalarte algo, Stark. —comentó el pelinegro de ojos esmeraldas, echándole una mirada al rubio alto.

—Queremos que sepas que estamos muy felices de saber que tendrás un bebé, y esperamos que te guste. —ahora habló el mayor.  Cuando terminó, Loki se acercó al castaño, y le tendió una caja de color amarilla. Stark se apresuró a abrir la caja, encontrándose con dos pares de zapatitos celestes de bebé.

—Sí resulta niña, la próxima serán rosas entonces.

Sus emociones a ese punto estaban a flor de piel, sus hermosos y brillantes ojos rodeados de largas pestañas se aguaron mientras que su boca temblaba. Los zapatitos eran preciosos, Tony estaba tan emocionado sin poder quitar su mirada de ellos.

—Son hermosos... Estoy muy feliz, es el primer regalo que recibe mi bebé. —dijo entre lagrimas tomando entre sus manos los dos pequeños calzados. —Enserio muchas gracias. 


       

 

Cuarto mes. 

 

 

 

 


Había salido del trabajo y caminaba por la misma vereda del edificio donde Bucky trabajaba. Ambos amigos habían acordado encontrarse a la salida, así que Tony había ido a buscarlo a penas llegó. 
Se sentía un poco mareado pero no fue impedimento, sin embargo cuando ambos castaños llegaron a casa fue que perdió la fuerza, su vista se oscureció y todo comenzó a moverse hasta caer desmayado en los brazos ajenos.

A lo largo de esos meses, el ex soldado había aprendido a controlar la situación; en lugar de correr mientras entraba en pánico, ahora llevaba a Stark a su habitación, lo acostaba y procedía a despertarlo con una serie de métodos que el médico aconsejó.

Acarició el cabello de Tony, y sonrió con dulzura cuando este despertó.

—Estás en el cuarto mes, y es cuando empiezas a necesitar más cuidado, Tony. Creo que lo mejor es que ya dejes el trabajo, juntaste lo suficiente.

—No, todavía puedo trabajar unos meses más, Bucky.

Sin ningún lugar a dudas Anthony Edward Stark, era la persona más terca del mundo, y aquellos meses junto a James, este lo aprendió muy bien.

—Voy a matarte.

—No sí yo lo hago primero.

 

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—¿Porqué? ¿Porqué el amor es tan difícil? —cuestionaba entre lagrimas. Barnes enarcó una ceja y le echó una mirada dudosa.

—Ellos están juntos otra vez, ¿porqué lloras? —señaló la televisión.

—No me gusta esta película, Bucky.

—Espera, ya falta poco para que termin- oh no otra vez Tony...

—B-Bucky, no me gusta esta película. —repitió con su rostro húmedo y sonrojado.

—Okay, okay, ya lo saco —tomó el control remoto y quitó la película. —¿Feliz?

—Si, ahora tengo hambre.

—Un día de estos tus cambios de humor van a matarme.

—Mejor quiero una paleta.




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