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Nuestro maldito dulce pasado (Stony) por KaiLuShipper

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Dos

 

 

 

La puerta del baño se abrió dando paso a un castaño algo

descompuesto bajo la preocupada mirada de su amigo.

-¿Otra vez?

-Si...

-Tony, vas a tener que ir al médico, y no es una opción.

El muchacho de cabello castaño, semi-largo y ojos claros, no tardó en tomar del brazo al más bajo para arrastrarlo a un sofá de tres plazas y hacer que se recostara en este.

Después del triste día en donde había discutido con el señor Stark, Tony había estado viviendo en el pequeño departamento de Steve, sin embargo, luego que este se fue, la soledad lo envolvió tanto que no le gustaba ni un poco. No era opción volver con su padre, allí bien podría tener todos los lujos que quisiera, mayordomos que le sirvieran, y dinero para arrojar por los aires, pero ni todos esos beneficios podían con el amor que tenía por su rubio. 
Steve tenía un viejo amigo que Tony había conocido junto a él, y aunque en un principio le tenía algo de idea, finalmente él también se había hecho cercano al ex soldado. Su nombre era James Buchanan Barnes, pero lo apodaban «Bucky», quien por supuesto al igual que Rogers, formó parte del fuerzas armadas, teniendo que quedar fuera de estas por una lesión en su brazo que no le permitió continuar. 
Bucky era agradable, y muchas veces sombrío, podía pasar de estar diciendo chistes mientras reía a carcajadas, a ponerse completamente serio. El joven estudiaba idiomas debido a que en su nuevo trabajo mantenía comunicaciones extrajeras, y fue quien desde que Steve se fue, había estado cuidando a Tony, bajo las estrictas indicaciones de su mejor amigo las cuales eran proteger a su «rollito». Es por esto que cuando Tony la explicó que no se sentía a gusto solo, además de que la última semana había estado muy descompuesto, James no dudó en llevarlo a su casa para una mejor supervisión en el adverso.

Exactamente pasaron tres semanas y dos días, si, tres semanas y dos días desde que Steve se había ido. Anthony llevaba muy clara su cuenta, era cierto que los viajes podían llegar a durar hasta meses, y lo comprendía, pero lo extraño para el castaño era que tampoco había recibido ni una carta del rubio. Rogers no era muy bueno en el uso de la tecnología, por lo que preferiría hacerlo a la antigua y con su siempre romanticismo de por medio, enviando cartas. A su novio le gustaba porque las cartas llevaban su letra, también su perfume, y venían en compañía de una rosa azul, a lo que siempre las colocaba en agua, y las cartas en un cajón como recuerdo. Pero las tres semanas pasadas no obtuvo ni una nota hecha en papel higiénico, llevándolo a pensar que estaría muy ocupado.

-No creo que sea grave.

-Como sea, vuelves a vomitar y te llevaré al médico yo mismo. -dijo en tiempo que tomaba asiento en un sillón frente a él. Tony sólo rodó sus ojos.

-Como sea -lo imitó- ¿Qué dices sí me preparas un sándwich de esos que tan bien te salen?

-Tony acabas de comerte dos cajas de donas y como si fuera poco, ¡lo vomitaste todo! -exclamó mientras alzaba sus brazos exageradamente.

-Es el glaseado, el glaseado me cayó mal. -explicó frunciendo el ceño, para después observar al adverso comenzando a juntar lágrimas en sus ojos, entonces Bucky supo de inmediato lo que se avecinaba. -Yo le diré a mi Stiff que tú no me quieres hacer de tus deliciosos sándwiches de pavo con lechuga, tomate y aderezos.

-¡Bien! Bien, pero deja de llorar. Por favor, no sé como es que te pones así por un tonto sándwich... -comenzó quejándose al tiempo que se ponía de pie para ir a la cocina. -Sí lo vomitas, te mato. -advirtió.

-¡Gracias! Bucky, eres un amor.

Fueron algunos minutos los que había tardado el ex soldado en preparar lo que había solicitado su amigo. Tal como lo pidió, hizo dos sándwiches de pavo con lechuga y tomate, los aderezos que a él le gustaban, y por supuesto dos vasos de jugo de naranja exprimida a mano.

-Aquí tienes, princesa. -había dicho James entrando con una bandeja donde posaba la comida. Ante la forma en que lo llamó, iba a protestar, no obstante mandó aquello al diablo cuando vio la comida, sintiendo como se le hacia agua en la boca.

-Oh James, realmente eres mi héroe. -se incorporó en el sofá hasta quedar sentado para recibir la bandeja, pero de pronto sintió su corazón romper cuando Bucky tomó uno de los sándwiches y se sentó frente a él para comer.

-Le puse todo lo que te gusta -explicó con la boca llena y señaló los vasos-. Incluso el jugo de naranja es como te gusta, ya no tienes porque llorarle a Steve.

-Te ganaste un poquito mi corazón, ¿y porqué poquito? Porque te quedaste con uno de los sándwiches, pero te perdonaré... Sólo esta vez. -luego de decir aquello comenzó a comer con todo el amor del mundo lo que había preparado el adverso, saboreándose como sí fuera un niño de cinco años o menos. El tomate se caía en la bandeja, pero no importaba, porque Tony lo volvía a agarrar, y lo llevaba también a su boca. Pronto su comida se había terminado, y el castaño quedó decepcionado, pero lo aceptó sin quejarse. 
Elevó su vista, y se encontró con un Bucky desconcertado, sus ojos estaban muy abiertos al igual que su boca, no comprendió porque, hasta que se dio cuenta que había comido demasiado rápido y con demasiada desesperación, tanto así que James iba a penas por la mitad del suyo, cuando él hasta se había bajado por completo su jugo de naranja, y de no ser por los reflejos del otro que fue más rápido y llegó a tomar su vaso, también se hubiera bebido el de este.

ã…¡¡Ni siquiera me diste tiempo a decirte que comieras despacio! ã…¡regañó pero lo único que obtuvo fue una sonrisa, de esas sonrisas tan típicas de Tony.

James sacudió su cabeza y se dispuso a terminar su comida, en ese entonces se dejó oír el timbre haciendo que Tony se pusiera de pie con mucha energía asustando al contrario.

ã…¡Yo abriré, tú sigue comiendo ã…¡había dicho el de pequeña estatura mientras iba hacía la puerta de la entrada, dejando medio atragantado a Bucky por su repentino cambio de energías. 
Caminó hasta la entrada, y se puso de pie para ver por el mirador, sin ser capaz de detectar ninguna presencia. ã…¡Voy abrir. ã…¡Avisó antes de cometer la acción, llevándose una gran sorpresa al ver al hombre que se encontraba parado detrás del umbral.ã…¡ ¿Howard?

ã…¡Creo que me apetece más que me llames «papá», sí es que no es mucha molestia. ã…¡sarcástico y lleno de arrogancia, que bien había sacado eso de su progenitor.

ã…¡Papá -corrigió sin muchas ganasã…¡. ¿Qué se supone que haces aquí?

-¿No me vas a dejar pasar?

Estuvo a punto de negar con la excusa que la casa no era suya, sí no que de Bucky, pero cuando iba abrir la boca el castaño llegó, posicionándose a lado suyo.

-Tony, deja pasar a tu padre -dijo palmeando su espalda con expresión seria. Al final él accedió, y haciéndose a un lado, invitó a pasar al hombre multimillonario.

Howard entró a penas se le fue indicado, y James lo guió hasta la sala invitándolo a sentarse, no obstante le respondió que prefería quedarse de pie porque quería hablar con su hijo fugazmente. Cuando Tony llegó, él si se sentó, pero antes Bucky le había dicho que estaría en la cocina para dejarlos hablar solos, haciendo énfasis en que sí sucedía algo no dudara en llamarlo y vendría enseguida. 
Una vez solos, fue el hombre mayor quien comenzó a hablar.

-¿Dónde está Rogers?

Pregunta repentina, y no esperada por Tony, pero de igual forma se apresuró a responder con otra pregunta.

-¿Para qué quieres saber eso? Hasta donde yo sé, Steve no te simpatiza ni un poquito. -sus palabras sonaron algo cortantes, entonces Howard soltó una risa sarcástica logrando confundir al menor.

-Antes de venir aquí, pase primero por su departamento creyendo que estarías ahí, y mira -sobre la mesa pequeña de la sala, el hombre depositó un sobre de lo que parecía una carta.

-¿Qué es eso?

-Cuando me vaya, léelo por ti mismo -respondió cruzándose de brazos sin quitar la vista de Tony-. Lo encontré justo debajo de su puerta, estaba sobresaliendo así que me atreví a tomarla.

-Eso no está bien, ¿Porqué tomas cosas ajenas? Te llenas la boca hablando sobre educación pero pareciera que la tuya es escasa. -el contrario sólo movió la mano, como restándole importancia a lo que su hijo decía.

-Yo te lo dije, ahora ve por ti mismo...

-¿Y para que me buscabas?

-Para decirte que vuelvas, pero veo que sigues tan terco como siempre. -respondió comenzando a caminar hasta la puerta. Tony se levantó de inmediato y abrió la misma para que se retirara. -No sé que estabas pensando cuando te enamoraste de ese, sólo te dañará.

-Adiós, viejo. -lo despidió ignorando lo último. Howard salió, tan pronto cuando iba a decir algo, Tony cerró la puerta en su cara. 
El sonido de la puerta fue lo suficientemente alto para que James lo escuchara, entonces no tardó en ir junto al menor que claramente estaba enojado. 
-¿Qué fue todo eso? -preguntó llegando a su lado en tiempo que volvían a la sala.

-No tengo idea, pero al parecer leyó esto. -levantó una mano para mostrar el sobre abierto. Bucky lo tomó y le dio vuelta dejando la abertura hacia abajo, y de ahí cayeron numerosos pétalos azules y luego una carta. 
El menor de los dos se inclinó para juntar los pétalos dejándolos sobre la pequeña mesita, y después fue por el papel. Nuevamente se incorporó, y bajo la atenta mirada de su amigo desdobló la hoja.

-Steve siempre me regala rosas azules, pero lo de los pétalos es nuevo. -comentó mirando a Bucky y luego a la carta. -Y efectivamente es de él, reconozco su letra. -sonrió emocionado, entonces se dispuso a leer la fecha y el lugar en voz alta, seguido lo demás lo hizo para sí mismo. 



"Mi querido Tony:

¿Cómo estás?, espero que bien. Yo por mi parte he llegado bien a Rusia, bonito lugar, aunque la mayor parte del tiempo nos mantenemos ocupados en la misión que nos asignaron. 
Disculpa que no te he escrito antes, como expliqué, mi tiempo es muy escaso y los momentos que puedo descansar los he utilizado para pensar mucho en nosotros y en lo que acordamos. 
Sé que prometí buscar un hogar aquí, pero creo que cambié de opinión...-



-¿Qué sucede? -la voz del mayor interrumpió su lectura al verlo con su entrecejo fruncido, obteniendo un movimiento de cabeza en negación mientras retomaba la lectura. 



... llegué a una conclusión y quizás sea algo difícil al principio, pero prometo que después todo mejorará. La decisión se basa en que tomemos caminos diferentes. Tony, nunca pude ser alguien bueno para ti, quiero decir que nunca pude darte todo lo que mereces. Tengo miedo de no poder hacerlo nuevamente, incluso te he alejado de tu familia para cumplir con un capricho que eres tú...-


¿Capricho?

 

 

Un nudo se formó en su garganta, los ojos empezaron anidar lagrimas, mientras su cuerpo era sacudido por James quien con temor preguntaba que sucedía, pero Anthony no escuchaba.



...Tampoco tengo la certeza de seguir amándote en un futuro, temo que sea temporáneo y que termine lastimándote. 
Me quedaré en Rusia, mientras tanto quiero que seas feliz, se que te dejo en buenas manos con Bucky, y con tu padre también. Quiero que puedas experimentar el amor de otra manera, y de otro hombre, que no te lastime como lo estoy haciendo yo en este momento.

Esta es mi forma de despedida, no me queda más que pedirte que seas feliz, te cuides y me perdones, porque sé la maravilla de persona que eres."

Te amo.

Steven Grant Rogers.

 

 

-No... -llevó una mano a su boca cubriéndola buscando reprimir su llanto, algo que terminó por ser imposible-. ¿Porqué? -voz quebrada y manos temblorosas dejando caer el papel de sus manos, sentía una opresión en su pecho otorgándole desesperación, el aire no terminaba de llegar a sus pulmones.

-Tony... -el mayor tomó la carta y la leyó para comprender de que se trataba, y cuando lo supo su cuerpo se llenó de rabia acompañado de anhelo de matar a su amigo. -¡Lo mataré! -furioso arrojó la hoja y no tardó en envolver el cuerpo adverso en un consolador abrazo contra él para que no se hiciera daño ya que Tony comenzaba a entrar en pánico, y vio como las manos inquietas de este jalaban su propio cabello. -Calma...

-Él me dejó... ¡Steve me dejó mediante una estúpida y cobarde carta! -gritó entre lágrimas inquieto entre los brazos del otro; estaba temblando y sofocado.

 

¿Qué pasó con el futuro que me prometiste


¿Porqué decías amarme sí al final no tenías
certeza? 


¿Porqué me abandonas así? 



-La firma... ¿Es suya?

-Si, es su firma, Bucky... -ahora sonaba roto, el dolor en su pecho no cesaba, por el contrario crecía junto a otros sentimientos horribles. -Duele mucho...

Sus manos todavía vibrantes se aferraron a la espalda adversa, así como su rostro se permitió hundirse en el hombro. Tan pronto pasaron unos segundos, James comenzó a percibir la humedad de las lágrimas impropias y las uñas clavándose en su piel aún sobre la fina tela de su camiseta. 
Anthony no podía detener el temblor en su cuerpo, el sentimiento que estaba apoderándose de sí era punzante, semejante a una puñalada en el corazón. Su boca se abría en una búsqueda desesperada de aire, porque el pecho le pesaba tal como sí alguien lo hiciera intencional y no podía respirar. Los sollozos aumentaban conforme pasaban los segundos, y su cabeza dolía demasiado, no tanto como su corazón. De un momento a otro, toda fuerza empezó a abandonarlo, a tal punto que sus piernas fallaron, y de no ser porque su amigo aún lo sostenía entre los brazos, ambos aseguraban que hubiera caído al suelo. 


¿Porqué Steve?

 


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