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INMIGRANTES por Garriando

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Notas del capitulo:

Capítulo 2:

 

"Ojalá algún día pueda agradecerte todo lo que has hecho por mi"

No recuerdo cuántos minutos habían pasado desde que cruzamos por la trocha y estábamos en suelo colombiano, cuando decidí no seguir caminando junto a Alejandro, me detuve y no quise seguir aferrándome a esa pequeña ilusión que se había creado en mi, de que el podía ayudarme. ¿Como me iba a querer ayudar alguien que no me conoce? Y al cual yo también desconozco, era insólito o bueno eso creía en ese momento

-¿ Porqué te detienes?- me preguntó

- No voy a seguir, no seguiré caminando junto a ti, junto a alguien que no conozco y por él que arriesgue mi vida sin saber cual es tu pasado y sin saber porque te están persiguiendo.

-¿Vas a comenzar de nuevo?. Pensé que ya había quedado claro que no hablaríamos de eso- me dijo

-¡Lo siento, te agradezco y todo que por ti yo este aquí, pero no voy a continuar, no seguiré junto a una persona que la policía está buscando. No tengo ni idea de quién eres, no se si eres un criminal, un asesino, un terrorista ¡no lo sé!, tengo miedo!-

-¿Miedo de que?. Yo no voy hacerte daño, yo no soy nada de eso que estas pensando-

Esas fueron sus palabras y yo no le creí. Desearía haberle creído pero no, él no era nada de lo que yo imaginaba, él era peor y me costó mucho descubrirlo -¿Entonces quien eres?- le pregunté- Porque por esta frontera, por esa trocha pasan miles y miles de personas y no las persiguen para detenerlas, no le hacen nada, simplemente las dejan irse y ya. ¡Pero a ti no! ¿Porqué? ¿Quien eres tú, quien eres?-

Él se acercó a mí y sin previo aviso, me besó. Senti sus labios sobre los míos, su piel tibia tocando mi piel.

Deje de sentir por un momento ese vacío enorme que habitaba dentro de mí, esa maldita soleda que me acompañaba se fue por unos breves segundos mientras sus labios acariciaban los míos, mientras él me besaba. Ese fue nuestro primer beso, quizás el menos sincero de todos los que vendrían después.

-¡Soy el hijo de un millonario, quizás por eso me querían detener! - me dijo Alejandro

-¿De un millonario?. Entonces estas huyendo, ¿es eso?-

-¡No!. ¿Porqué piensas tantas cosas? Esto no es una película, donde todo el que huye es porque cometió un crimen o un delito, no es mi caso. ¡Confía en mi!

- ¿ Que confíe en ti? Como voy a confiar en alguien que no conozco, que me miente...

-¿y tu no mientes?- refutó - Te mientes a ti mismo, al no corresponder a mis besos. Tu mismo sabes que no parabas de mirarme durante todo el viaje, que deseabas que yo te besara y ahora que te besó, te rehúsas. Además no tienes a más nadie que pueda ayudarte, no creo que seas tan estupido como para desistir de mi ayuda.

-Ni siquiera sé porque me besaste, pero si quieres que confíe en ti lo voy hacer y lo haré por necesidad, porque no tengo más nadie que me ayude pero pagaré todo lo que gastes - le dije


-¿Y el besó, también me lo vas a pagar? - me pregunto esbozando esa sonrisa que aún hoy, estando en mis peores días no he podido sacar de mi cabeza. Pero mis inseguridades y desconfianzas seguían igual, pero las ignore y volvi a caminar con él

Durante todo el trayecto él iba delante de mi, su aspecto era el de una persona que gozaba de la buena vida. Su ropa era de marca, sus zapatos eran de esos que solo las personas con dinero pueden comprar y ni mirar su bolso, pensar que solo llevaba dinero en el y mucho dinero verde, un dinero que muchos en Venezuela no podíamos tener, por lo menos yo no. Y esa era mi razón más fuerte por la que estaba convertido en un inmigrante


-¿Te quieres duchar?- me pregunto cuando estábamos pasando frente a un local donde alquilaban baños y cuartos

-No tengo dinero!- le dije

-No te estoy preguntando si tienes o no dinero, te pregunto si te quieres duchar- me dijo

-¿Siempre eres así?-

-¿Así como ?- sonrío

-Tan... tan antipático, se pudiera decir, no se.- le dije

-Quizas, a las personas les gusto más así, ¿o no?- me pregunto mientras no dejaba de mirarme

-Juro que algún día tendrás que explicarme muchas cosas - le dije antes entrar al local y no responder su última pregunta

Y es que no podía responderle, como le iba a decir a él que si, que si me gustaba así tal y como era si solo teníamos horas de habernos conocido. Pero ese era mi defecto, encariñarme con las personas muy rápido sin siquiera conocerlas del todo, y este era el caso de Alejando, me gustaba sin conocerlo, pero tenía miedo y ojalá le hubiera echo caso a esa intuición de protección, no estaría pasando por lo que estoy pasando ahora, mi vida fuera diferente.

-¿Vas a entrar o te vas a quedar ahí mirándome?- me pregunto Alejandro y yo entre al local

-VE NE ZO LA NOS - dijo la cajera, utilizando ese tono despectivo.

- Si somos venezolanos y con mucho orgullo, ¿hay algún problema?- le pregunte, me molestaba su mirada tan xenófoba

-Aqui me bajas el tonito, este no es tu país, VENECO- se atrevió a insultarnos nuevamente-

-Es obvio que este no es mi país si fuera mi país, tu serías una mejor persona- le dije

-¿Van a usar el baño si o no?- pregunto la mujer.

Yo me alejé, no quería seguir escuchando su tonito de voz tan despectivo que usaba para dirigirse a nosotros. Alejandro si siguió charlando con ella, hasta que nos guió a donde estaban los baños. Y pensar que de ahora en adelante iba a tener que toparme en el camino con más personas así, pues este no era mi país, debía aprender a controlarme

-Tienen 40 minutos para ducharse, cuando se corre el agua, es porque se agotaron los minutos- nos dijo - además tienen hasta mañana a las 8 a.m. para salir del cuarto

-¿ Y cómo vamos a saber cuantos minutos llevamos?, hay un cronómetro dentro del baño?- le pregunté aún cuando lo que más me sorprendió fue que Alejando había rentado una recámara

-Pues ustedes verán como hacen. Si no les gusta ahí esta la trocha porque a este hora ya el puente está cerrado. -

Quise responderle pero una descarga de energía recorrió todo mi cuerpo. Pues, Alejandro me había tomado de las manos para que me controlara. No se que me estaba pasando, hacia mucho que no me sucedían estas cosas con nadie, desde aquella vez. Pero no podía caer en las riendas de alguien que me hiciera daño, no podía sufrir nuevamente, así que sin aviso lo solté.

-¿No te gusta que toque?- me pregunto, esta vez arrinconandome a la pared. - Sé que te gusto, lo puedo ver en tu mirada, en como me miras, me examinas, recorres con tus ojos cada parte de mi ropa, de mi cuerpo, admítelo!

Y ahí estaba yo, pegado a la pared. Sintiendo su respiración chocar contra mi rostro, sus ojos verdes me miraban fijamente. ¿A que jugaba él?, sera que tiene alguna fijación con que le diga que si. Que si me trae loco desde que se cruzo en mi camino, pues mi corazón se aceleraba cada vez más, no podía seguir escuchando sus latidos tan cerca de mi, así que dejé de mirarlo.

-Ok, ok... - repitió un par de veces antes de entrar al cuarto y yo lo seguí. No sé cuantos minutos transcurrieron pero yo solo me quedé ahí, sentado en la cama de ma habitación, pensando en su voz, en su mirada, pensando en él, imaginandome como seria mi vida junto a él. Cometiendo nuevamente el maldito error que siempre hacía de llevar mis pensamientos tan lejos, cuando ni siquiera era nada de esa persona. Pero volví a la realidad cuando lo vi salir del baño sin camisa, sin toalla, solo llevaba puesto el bóxer. Y lo mire, vi sus tatuajes por todo su abdomen y sus brazos , sentí como mi ruborizaba y sali lo más rápido que pude al baño. Me quité la ropa y entré a la ducha, el agua estaba caliente, no me gustaba, me hizo recordar esa noche y tan pronto como pude la cambie y ahora era tibia, por no decir fría. Gracias a Dios, ya me había sacado el jabón cuando el agua se cortó, los cuarenta minutos habían pasado, tomé la toalla y me envolvi en ella, me agache a tomar mi ropa y salí del baño.

Para mi sorpresa él ya estaba vestido, bueno, solo llevaba su franela puesta, se podía ver su bóxer aún y el tatuaje que tenia en su entrepierna, así que dejé de mirarlo. Busque entre mi poca ropa que había empacado y tomé un bermuda y me lo coloque. -¡ Si quieres yo puedo dormir en el sofá! - le dije indicando el pequeño sofá que había en la recámara

-La cama es muy grande. Aquí podemos dormir los dos.- me dijo

-De verdad, tu estas pagando todo esto, mereces dormir bien. Yo no quiero incomodar, estoy acostumbrado a dormir en espacios pequeños-

-¿Tienes miedo de que te haga algo?- me pregunto muy serio y yo dude en responder- Pues no voy hacerte nada que no quieras - me dijo antes de reírse- ¡ Mentira, mentira !

Esa noche no pegué un ojo en toda la madrugada. No dejaba de pensar en mi madre, en mis hermanos. Hasta lloré de solo pensar que podían haberse acostado sin comer nuevamente, no podía seguir arriesgando mi vida. Bueno no arriegandome, sino a depender de alguien que solo conocía su portada. Así que esa noche tomé una decisión.

Cuando desperté eran casi las 6 de la mañana. Lo supe por el reloj de Alejando, tomé mis cosas y le escribí una nota

" Gracias, gracias de verdad. Ojalá algún día pueda pagarte todo lo que hasta hoy has hecho por mi"

La doble y la dejé sobre la mesa donde estaba el reloj. Yo me estaba ilusionando con un desconocido y ya sabía por experiencia propia lo que venía después de eso. Así que no me iba a permitir sufrir nuevamente, tome mi bolso y me fui, dejándolo a él, a la única persona con la que podía estar sin fingir ser alguien que no era, con la que podía ser yo. Pero era lo mejor, él tenía dinero, no tenía la necesidad de salir a buscar trabajo. En cambio yo si tenía que hacerlo, por mi, por mi familia.

Cerré lentamente la puerta del cuarto no sin antes mirarlo por última vez. Y emprendí mi "viaje" estaba comenzando un nuevo día en mi nueva vida como inmigrante.
Notas finales:

Nos vemos la próxima semana.

 


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