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¿Por qué no dejo de pensar en ti? por meyagatha

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Notas del capitulo:

hola mis amores! gracias por tomarse el tiempo de leer esta cosa xD LOS AMOOO . el viernes sacamos un nuevo fic de Given con mi waifu preciosa : chiaki28 asi que les ordeno que lo lean porque de verdad vale mucho la pena https://www.amor-yaoi.com/viewstory.php?sid=203817 

y tambien se encuentra en wattpad : https://www.wattpad.com/story/203009165-solo-puedes-ser-t%C3%BA-given

sin mas aqui les dejo el capitulo

“lo siento niño pero no podrás hacer deporte por seis meses y un mes tendrás que quedarte aquí en observación”

Aun no asimilaba las palabras del doctor, aun no podía creer que perdería todo el año de la escuela y que no podría demostrar mi talento a nadie, esto realmente era lo peor que me había pasado en la vida.

 

Quería llorar, quería gritar de rabia ¿Por qué mis amigos no habían hecho nada para protegerme? ¿Por que no llegue a frenar? ¿Por qué me castigaban de esta forma?

 

Tenia que ser el mejor, debía ir a una universidad privilegiada, conocer muchas chicas, salir de fiesta pero ahora ni siquiera sabia si entraría a un equipo de futbol decente

 

-ahhhhhhhhhhh- grite de frustración mientras jalaba mis cabellos, el hospital apesta, todos apestan.

 

-cálmate muchacho que estas en un hospital- dijo una joven enfermera quien se encontraba muy seria

 

-tu no me das ordenes- le respondí cruzándome de brazos. ¿Quien se creía esta tipa?

 

- pues su madre me dejo a cargo así que me obedecerás quieras o no- luego de hacer una mueca de desagrado se retiro sin nada mas que decir.

 

No me resultaba extraño que mi madre no estuviera a mi lado ya que jamás se comporto como una madre para mí, ni siquiera iba  a mis partidos cuando era pequeño.

Al principio lloraba mucho, era un niño que solo quería atención y luego cambie, no los necesitaba, podía desenvolverme solo.

 

Las horas pasaban y de verdad me encontraba aburrido, no tenia nada que hacer ya que no podía moverme de mi cama por mi pierna así que me dedique a ver mis redes sociales las cuales estaban llenas de mensajes de fanáticos preocupados por mi salud.

 

Seguía siendo el rey, esa escuela me necesitaba por lo que publique una historia en instagram diciendo donde me encontraba para que todos mis fieles seguidores vengan a verme y me traigan cosas.

 

Paso otra hora mas y resignado agarre un viejo manga que tenia en mi mochila y lo comencé a leer. Aquel pequeño comic había sido mi salvación en varias ocasiones, cuando mis padres peleaban, cuando me sentía solo, cuando mis amigos me dejaban de lado, siempre me había animado en momentos así.

 

 

-señor Takano tiene visitas- cuando la otra enfermera mas amable dijo eso me emocione por un momento, sabia que nadie podría estar sin mi y que muchos de mis amigos vendrían a ver a su capitán.

Espere que fuera Yukina, Haitani o Erika pero jamás me espere ver al Friki que tanto odio con sus mejillas sonrojadas y su cabeza gacha.

 

- ¿ c…omo e..stas?- dijo apenado sentándose en la silla que se encontraba al lado de mi cama y aferrándose a su morral.

 

-¿Qué diablos haces aquí?- le respondí con mi tono de voz mas frío, esperando que se vaya y me dejara solo.

 

-s...olo vine a ver...c...omo te encontrabas- su tono de voz me era desagradable.

 

- pues nadie pidió que vengas. Vete de aquí- el castaño se levanto de su lugar y cuando pensé que por fin se largaría el muy idiota hizo una reverencia

 

-¡lo siento¡ siento ser tan molesto Takano san. Para recompensarte te traje dulces. Eto…no sabia cuales te gustaban así que traje variados- en definitiva me extendió una bolsa azul la cual se encontraba cerrada y yo sin esperar la arroje a la basura.

 

-no como azúcar, soy deportista idiota. Las odio- su ojos estaban cristalizados, parecía que de verdad iba a llorar y yo lo tomaría como un modo de venganza por gustar de mi pero no esperaba que se enojara consigo mismo

 

-¡idiota¡ ¿Cómo no pensaste en eso? Aghhh- sus distintos gestos me llamaban la atención, era un chico muy extraño.

 

-lo siento mucho- otra reverencia se hizo presente mientras yo suspiraba. Aunque pensándolo bien… podría ser mi esclavo personal ya que mis amigos no se dignaron en aparecer.

 

-no te preocupes Ritsu-mi tono cambio a uno mas amable y mi rostro se ablando. Si quería que fuera mi perro faldero debía engañarlo.- ¿sabes que quiero en este momento?- susurre mientras el se ponía rojo como un tomate.

 

- te traeré lo que quieras sempai- ¿sempai? Nadie me decía así aunque me sentía con mucho poder en este momento.

 

-pues tráeme un juego portátil. Me aburro mucho.- respondí pensando que no lo haría.

 

- enseguida sempai- Onodera sin pensarlo dos veces tomo su morral y salio corriendo en dirección de mi juego. Que patética puede ser la gente aunque por fin me había liberado de aquella molestia.

 

Ya casi era de noche y no sabia nada d mi novia por lo que decidí llamarla, quería que viniera a verme, que se preocupara y llorara por mí.

 

-¿no piensas venir a verme?- fue todo lo que dije mientras ella reía malévolamente.

 

-¿piensas que luego de como me trataste todo este tiempo me preocuparía por ti? Ahora que no estas aquí todos son más felices, no te temen. Así que no esperes visitas porque nadie acudirá a ti- sin más corto, dejándome con una sensación de vacío que conocía muy bien: soledad.

 

¿Era verdad eso? ¿A nadie le importaba? Claro que no. Esa zorra solo esta resentida porque jamás la ame ni lo haría. Es obvio que sigo siendo el rey, el numero uno, solo que quizás los demás están ocupados con sus cosas pero ya mañana vendrían a verme.

 

- Takano Masamune, el doctor debe hacerte chequeos- luego de decir eso la enfermera odiosa me puso en mi silla de ruedas y me translado al lugar en el que me revisarían mi preciada pierna.

 

Cuando volví vi una pequeña caja arriba de mi cama con una nota:

“Takano sempai aquí esta el juego que querías. También te traje algo de comer que no son dulces. Vendré mañana por si necesitas otra cosa. Atte Ritsu”

 

De verdad a este idiota no le funcionaban las neuronas aunque no se puede hacer nada contra ello, es el efecto Takano Masamune.

 

Saque el juego de su caja y me sorprendí al ver que era la ultima edición y que era nuevo. Mis padres jamás me hubieran comprado algo así porque según ellos arruinan la mente y porque valía mucho dinero

 

A los minutos de jugar un hambre voraz se apodero de mi, tenia hambre y mi madre ni siquiera se había dignado a aparecer en todo el día por lo que me abalance a la comida que me había traído el castaño y la devore, de verdad estaba muy deliciosa.

 

Seguido de esto saque los dulces que había arrojado y para mi suerte estaban intactos. Cuando abrí la bolsa me di cuenta que eran todos mis preferidos, Onodera había elegido bien por lo que también los comí, saboreando cada uno.

 

-eres raro Ritsu. Demasiado raro- susurre mientras jugaba con mi nueva adquisición.

 

Esa noche sin ser consciente me había empezado a fijar en aquel chico que prontamente seria el dueño de todos mis pensamientos


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