Un nuevo día, un nuevo sufrimiento en este lugar en donde me sentía tan solo y sin nadie. ¿Qué les pasaba?
¿Por qué me ignoraban así como así? No lo comprendía, era el rey, el mejor, el numero uno.
- señor Takano su madre me ordeno que le diga a usted que no cause problemas, porque no tiene tiempo de arreglarlos- era tan típica esa frase, “no causar problemas” pero ¿ella que daba?¿por que yo tenia que ser el hijo ejemplar cuando Aoi no lo era?
-pues dile que me da igual lo que diga- sin mas saque mi consola de juegos y me dedique a ignorar a la joven enfermera que se termino yendo luego de unos minutos.
¿Vendría Ritsu hoy? ¿Traería algo nuevo? Pensamientos como esos me atacaban ya que el castaño era el único que se había dignado a venir, aunque era algo obvio ya que si yo le gustaba tendría que hacer todo lo que quisiera.
Cuando levante la mirada vi a Usami Akihiko parado, con un aura seria y misteriosa, mirándome fijamente mientras yo dejaba mi juego a un lado y le prestaba atención
-¿Qué quieres?- pregunte a la defensiva-¿vienes a burlarte de mi?- su semblante seguía siendo el mismo
-no, solo vine a decirte que esto es lo que logras con el miedo, querías ser el rey y terminaste siendo el bufón de toda la escuela- sin mas se acerco y me mostró un video en donde mis compañeros de equipo tenían una pelota con mi foto y la pateaban una y otra vez
“viva el nuevo capitán” “ Haitani te amamos” “Takano bakamune deberían decirle”
¿Eso pensaban de mí en realidad? Que patético había sido
-a mi no me agradan esas cosas pero…luego de lo que nos hiciste a mi y a Misaki creo que te lo mereces-¿para eso vino? ¿Para estamparme la realidad?
-pues ya me mostraste que todos me odian, ahora vete- no aguantaba su personalidad, lo detestaba
- no vine por eso. Resulta que hay alguien que se preocupa por ti y me pidió que te trajera esto ya que hoy tenia clase y luego se le haría tarde- sin esperar me entrego un paquete que contenía un libro
-¿Quién lo manda- pregunte algo extrañado
-tu lo sabes bien, aunque espero que se de cuenta de la clase de persona que eres y le de su amor a alguien mas. Tu no lo mereces- sin mas salio de la habitación, dejándome con miles de pensamientos en mi mente ¿amor? ¿Preocupación? Nadie haría eso por mí, ya estaba acostumbrado a no tenerlo y a no darlo.
Al siguiente día me encontraba en otro mundo, leyendo ese fascinante libro de deportes que contenía las carreras de los jugadores más famosos. Siempre quise comprarlo pero nunca pude encontrarlo por mas librerías que recorriera ¿Cómo carajo sabia Onodera que yo quería esto?
No lo entiendo, lo maltrate todo el año, le hice la vida miserable y aun así ¿me entrega las cosas que deseo? Me daba lastima, pero a la vez, internamente le estaba agradecido, solo un poco.
- toc toc ¿Cómo estas cielo?- de todas las personas desagradables que me rodeaban ella era la peor
- ¿te duele viejo? ¿Quién es el incompetente ahora?- Haitani y Erika, quien lo diría
- veo que aun me extrañas cielo- respondí irónicamente mientras ella se sentaba en las piernas de mi ex mejor amigo
- claro que no. Haitani es todo lo que la escuela quería: es atento, caballeroso y un gran capitán de equipo, todo lo que tu no eras- sin mas la azabache beso los labios del contrario y este me veía con cara de odio, como siempre lo había echo, nunca fuimos amigos verdaderamente.
-por fin el entrenador vio mi esfuerzo y no dudo en reemplazarme. Por fin alguien me toma en serio. Espero que sufras Takano, cuando vuelvas nadie se acordara de ti- ¿otros que venían a burlarse?
-te diré algo amigo: jamás serás como yo, nadie lo será oh…y no te descuides porque tu nueva novia es una zorra- ver la cara de enfado de mi ex novia no tuvo precio
-pues si, nadie será como tu Masamune, estarás solo- luego de pegarme una bofetada la chica se retiro indignada seguida de su perro faldero, porque eso es lo que seria Haitani.
Llame a mi enfermera muy enojado y le pedí que nadie mas entrara en esta habitación, estaba cansado que todos me echaran en cara lo mala persona que era ¿y ellos que? Tampoco eran los mejores seres humanos.
Luego de que el doctor viera mi rodilla y me cambiara los vendajes sentí una mirada acosadora y enseguida supe quien era.
-pasa- dije mientras tomaba mi libro y me disponía a leerlo nuevamente
-pero…la enfermera dijo que no querías que nadie te moleste- ¿de verdad me hizo caso?
-ya que, es normal que quieras verme, después de todo soy la persona que te gusta ¿o no?- sus ojos se agrandaron y su cara se torno roja. ¿Qué le pasaba?
-¿c…o…m..o lo sabes?- el chico parecía querer que lo tragara la tierra, ese Friki, con sus expresiones podía ser algo ¿adorable?
-porque eres algo obvio. No puedes ocultarlo- Ritsu se sentó al lado mío y agacho la cabeza en señal de derrota
-bueno…es verdad… debo parecerte asqueroso…- parecía querer llorar, quería lograr eso, quería que se sintiera humillado, derrotado, sin ánimos, para que se rindiera y aprendiera que jamás tendría algo conmigo, sin embargo una parte de mi no quería verlo en ese estado.
- ¿quieres salir conmigo?- no podía creerlo, ¿en que rayos pensaba? Aunque…no es tan mala idea, no me sentiría solo y ahora si podría hacer todo lo que yo le pidiera
-¡¡cl…aro!!- sus ojos volvían a recuperar brillo, su semblante cambio a uno tierno y me abrazo efusivamente contacto que yo rechace
-mira…para salir conmigo hay reglas: numero uno, no puedes decirle a nadie, solo lo sabremos tu y yo- no quería que nadie supiera de esto, no era homosexual, jamás lo seria, solo jugaría un poco con el es todo
-¡si sempai! Lo que ordene-
-regla numero dos: nada de besos abrazos o contacto. Me da nauseas- ¿besarlo? ¿Abrazarlo? Jamás se me pasaría por la cabeza
- si...- esa pareció deprimirlo pero no me importaba
-y ultima: harás todo lo que yo diga, si te digo que me acompañes lo harás, si te llamo dejaras lo que sea que estés haciendo por acudir a mí, y nunca te quejaras de ello- no creí que aceptara la ultima pero haciendo una reverencia mostró su alegre rostro
-entonces… ¿puedo tener tu numero?- emocionado agendo mi contacto y abrazo su celular posesivamente, como si tuviera un tesoro.
-bien ya puedes irte- sin mas el castaño se retiro, no sin antes dejarme una bandeja con comida y susurrarme un te quiero, el cual me causo escalofríos
-no esperes que sienta algo por ti Friki…nunca lo hare- pero que tonto había sido.