Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Fénix de Porcelana [Xiaolin Showdown - Chack] por 0kami

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Capítulo 2: Fantasma

Después de cinco horas de vuelo en el avión pagado por la universidad, donde pasó todo el tiempo durmiendo, Jack finalmente llegó a su destino. Una vez concluyó los tediosos tramites en el aeropuerto, y luego de discutir con el personal para que trataran bien sus pertenecías, Jack logró tomar un auto contratado exclusivamente para su traslado al hotel que hospedaba a los participantes de la Robocup.

 

A través de la ventana del vehículo, Jack pudo observar las alegres y concurridas calles de la capital nipona y también tuvo la oportunidad de ver la Torre de Tokio, rodeada por abundantes áreas verdes en las que algunas personas compartían o se divertían.

 

—La vista desde arriba debe ser genial. —llevado por el impulso de su curiosidad, el pelirrojo le ordenó al chofer detenerse para después indicarle al hombre al volante que llevara sus cosas al hotel y para estar más seguro de que sus cosas llegaran seguras, activo uno de los Jack-Bots. —Espero que la subida hasta el mirador sea tranquila y sin gente que fastidie.

 

Para su desgracia, no subió solo. Un grupo de personas lo arrastró al interior del ascensor de la torre, donde su espacio personal fue invadido brutalmente y para ser él, resistió un considerable tiempo aquella situación.

 

Una vez el elevador llegó al último piso y después de que se abrieran las puertas, la multitud de turistas se dispersó en dirección de las grandes ventanas que permitían observar la ciudad. Por su parte, Jack permitió que todos bajaran para recuperar un poco el aire.

 

Pero su molestia no se desvaneció, ya que el lugar estaba bastante saturado de gente gritando y moviéndose por todas partes. El joven genio del mal se quedó parado en la puerta del elevador mientras miraba a todos lados tratando de ver una zona vacía para ubicarse.

 

—Tal vez no fue una buena idea venir tan temprano. —pero el joven ya había llegado hasta ese lugar y él no iba a irse sin disfrutar de la vista.

 

—Disculpa… —la pregunta hecha en un monótono inglés, fue susurrada por una voz infantil que logró sobresaltarlo. —… ¿Puedes moverte?

 

Jack estaba seguro de que se había quedado solo en el ascensor, pero junto a él había una niña de unos diez años parada al fondo del elevador. Su piel era pálida, llevaba un blanco vestido simple y su cabello del mismo color la hacía parecer un fantasma. Jack parpadeó varias veces, como si ella fuera una ilusión.

 

—Eee… si… —el pelirrojo se hizo a un lado con desconfianza y sin poder evitarlo preguntó. —¿Estás muerta? —Jack ya conocía a demasiados seres sobrenaturales como para sentirse tonto al realizar tal pregunta.

 

—No. —la pequeña hizo una mueca parecida a una pequeña sonrisa y salió del elevador.

 

Aun con la respuesta negativa, Jack todavía tenía la sospecha de que esa pequeña no era un ser humano, pero decidió no pensar más sobre eso, si era un fantasma, podía ser un alma atada a la torre después de caer desde el último piso y nada de aquello tenía que ver con él. Jack había ido a ese lugar para ver la ciudad. Eso haría, y lo que vio le asombro.

 

—¡Esta vista es maravillosa! —gritó emocionado Jack. —¡Es perfecta!

 

Desde esa altura, las personas parecían pequeños puntos moviéndose desordenadamente. Se notaba que toda la zona era un lugar muy concurrido, y estaba seguro de que al anochecer sería aún mejor. La última vez que había visitado ese país no se había dedicado a disfrutar de nada parecido y había sido transformado en zombi por el Hueso Zing-Zong.

 

—Eres nuevo en la ciudad ¿verdad? —mencionó una curiosa voz al lado del chico.

 

Jack miró a la persona que le hablaba, y se encontró con la niña del ascensor. Los ojos de la pequeña lo observaban con mucha curiosidad. El malvado adolescente parpadeo varias veces, no creyendo que la chica a su lado se interesara en él.

 

—Si ¿y tú? —Jack se abofeteó mentalmente por la pregunta. —Olvídalo.

 

—Para ser tu primera vez visitando Japón hablas muy bien el idioma.

 

El pelirrojo trató de no mostrar nerviosismo e incomodidad. Tenía la sensación de que la niña trataba de entablar una conversación, pero él no estaba interesado en hablar con ella, así que se quedó viendo por las ventanas hasta que no pudo soportar la persistente presencia.

 

Jack esperó a que no hubiera mucha gente con intención de tomar el ascensor y al ver la oportunidad avanzó hacía la entrada, afortunadamente entró solo.

 

Suspiró aliviado al ver las puertas cerrarse, más lo último que pudo ver en aquel piso lo asustó; la niña de hace un rato estaba observándolo en medio del mar de gente y su mirada no reflejaba nada, pero en sus labios estaba la misma mueca de sonrisa que le hizo estremecer de incomodidad.


---- 


Una vez el adolescente llegó al hotel se sintió muy satisfecho del lugar. El recibidor del hotel era elegante y con un toque tradicional, pero sin llegar a ser ostentoso. Con esa agradable impresión se acercó a la recepción donde había dos mujeres con una amplia y exagerada sonrisa que daba más escalofrío que comodidad.

 

—Buenas, soy Jack Spicer, joven genio del mal y tengo una reservación. —informó con orgullo el chico. Le gustaba sentirse importante y también se sentía bien diciendo su nombre y lo demás.

 

—Necesitamos alguna identificación para verificar la reservación. —una de las mujeres le respondió con eficiencia, sin dejar de sonreír.

 

—¿Serán robots? —pensó Jack con curiosidad mientras entregaba su identificación. —Aquí está mi pasaporte.

 

La otra mujer tomó su pasaporte y realizó el registro para después devolverle el documento junto con una tarjeta electrónica que funcionaría como llave.

 

—Todo está en orden, su habitación es la 102, piso diez, es para un adulto con todos los servicios incluidos. Sus pertenencias están en custodia y serán llevadas inmediatamente a su cuarto. Que disfrute su estadía en Mandarin Oriental Tokio. —finalizaron ambas mujeres ampliando la espeluznante sonrisa más de lo que parecía humanamente posible.

 

Jack miró a las recepcionistas con entusiasmo una vez estuvo convencido de que aquellas frente a él no eran personas. Era más que obvio que el hotel que recibiría a los participantes de la Robocup fuera atendido por robots y con alegría al sentirse en un ambiente familiar, abandonó la recepción con un caminar seguro.

 

Cuando llegó a su lugar de descanso, Jack no pudo ocultar su sorpresa. Su boca casi tocó el suelo de la impresión. La habitación era mucho mejor de lo que imaginaba. Tenía una decoración occidental, simple pero claramente agradable y lo que más le gusto fueron los grandes ventanales que le mostraban una vista completa de la ciudad, y mucho más hermosa que la de la Torre de Tokio, especialmente porque ahora si estaba solo.

 

Jack siguió con su inspección y avanzó hasta al dormitorio, donde también las ventanas le daban un agradable panorama. Contaba con un plasma de 60 pulgadas, y en el centro de la habitación había una cama de dos plazas que se veía tentadoramente cómoda. Su expresión de asombro volvió a aparecer cuando entró al baño que era casi tan enorme como el cuarto. El jacuzzi que estaba al fondo le recordaba al de la mansión de sus padres, pero el de aquí era más pequeño.

 

Estaba entretenido revisando las lociones en el baño cuando escuchó que alguien llamaba a la puerta y sonrió al saber que sus cosas ya habían llegado ¿Qué más podía ser? Jack se dirigió a la puerta ya con la idea en mente de activar su otro Jack-bot para que acomodaran sus cosas mientras él dormía. 

 

Una vez Jack abrió la puerta, se encontró con el robot que había activado en el auto cargando alguna de sus maletas mientras que el resto estaba apilada a un lado. El joven pelirrojo se acercó a una de las valijas de metal donde transportaba al otro bot que estaba inactivo y lo encendió.

 

—Bien, acomoden mi ropa en el armario, los materiales y herramientas déjenlos en sus cajas, lo veré mañana —ordenó con seguridad mientras dejaba a los robots entrar. —ahora tomaré una siesta y no quiero que me despierten hasta que sea hora de cenar.

 

Tras finalizar su orden y ver que sus ayudantes comenzaran a trabajar, se dirigió a la cama para tomar una larga y dulce siesta. Mañana acudiría al recinto de la Robocup para conocer los detalles del concurso que ya daba por ganado.


---- 


Cuando la noche ya se había hecho presente, Jack Spicer seguía durmiendo. El cambio de horario entre su hogar y Japón era demasiado para acostumbrarse en un día. Fue alrededor de la una de la madrugada cuando el pelirrojo despertó, debido al ruido proveniente de su estómago.

 

No sólo había tenido la siesta más larga de su vida, también se había saltado su comida. Con un poco de lentitud, Jack se movió en la cama hasta llegar cerca del velador a su lado y tomar el teléfono para pedir una gran cantidad de alimentos no muy saludables. Estaba tan hambriento que estaba seguro de que podría comerse hasta una vaca.

 

Al finalizar la llamada, Jack salió del cuarto en busca de sus robots y los descubrió moviéndose a lo largo del ventanal. Seguramente montaban guardia para evitar ataques, lo cual le pareció absurdo. No le había dicho a nadie a donde iba, y dudaba que alguien se interesará en su paradero aún cuando hubiera desaparecido un año.

 

—¡Oigan! —los llamó con una voz autoritaria logrando que los robots lo miraran. —¿Se puede saber porque no me despertaron?

 

—Lo hicimos, pero nos ordenó dejarlo dormir y vigilar el lugar. —fue la simple y mecánica respuesta de sus robots.

 

—¿Lo hice? —no sería raro que debido al cansancio hablara dormido. —Como sea. —su estómago volvió a sonar en protesta a la falta de alimento.

 

 

 

Por suerte la comida no tardó en llegar. Un fuerte golpe a la puerta lo hizo correr en su dirección y dejar que uno de los empleados entrara con un extenso carrito con una gran variedad de comida chatarra. Los Jack-Bots fueron los encargados de acomodar la comida en la mesa mientras él se dirigía al hombre en la entrada.

 

—Mañana voy a salir a primera hora, quiero un auto para trasladarme por la ciudad. —si iba a estar como un invitado VIP aprovecharía todo.

 

—Entendido señor. —el hombre a diferencia de las mujeres de la recepción no tenía ninguna expresión amigable en su rostro. —Disfrute su comida.

 

Y sin esperar las improbables gracias por traer la comida, el empleado se fue con rumbo al ascensor. Jack observó como el hombre se iba cuando vio algo que lo asustó. Al abrirse las puertas del elevador, por una milésima de segundo, antes de que el sujeto entrara, estaba cien por ciento seguro de que había visto a la niña del mirador de la Torre Tokio mirándolo.

 

¿Me ha seguido un fantasma? —la duda se implantó en su mente con un poco de pánico.

 

Con la duda carcomiendo su mente, se ocultó en su habitación, pero la nueva queja de su estómago hizo que se olvidara del tema. Seguro fue su imaginación.


---- 


Tal como lo había planeado en la noche, Jack salió temprano en dirección a la Universidad de Tokio. Lamentablemente el clima había cambiado y era poco favorable para actividades al aire libre, pero gracias a la tecnología, el auto se mantenía con una buena temperatura, aunque era obvio que al salir se congelaría.

 

Una vez afuera, se acomodó el cuello de su abrigo negro y no pudo sonreír al pensar que debía parecer un vampiro. En fin, aprovecharía el viaje y visitaría alguna de las facultades, probablemente Ingeniería Biónica. Cuando cruzó la famosa puerta roja de la universidad no se sorprendió al ver lo vacío que estaba, y el culpable no era otro que el frío viento que estaba empeorando cada vez más.

 

—Veamos, si no me equivoco, el evento será en el domo cercano a esta puerta. —Jack caminó con prisa, casi corriendo hasta su destino y en menos de lo esperado estaba llegando al recinto. El joven empujó la pesada puerta para acceder y el calor fue una agradable sensación. Contrario al exterior, el recinto estaba más lleno y una gran variedad de personas se movía por todo el lugar. —…categoría adolescente… ¡Ahí!

 

Ante él, la enorme zona dedicada al concurso donde él brillaría se expandía por al menos diez metros. Al final del lugar una mesa, se encontraba un grupo que él suponía eran profesores, los que estaban inscribiendo a los participantes que llegaban. Jack se acercó a una pequeña fila de chicos que conversaban emocionados sobre las eminencias que acudirían como jueces.

 

Jack prestó atención a la charla de los que estaban antes que él. Entre todo el torrente de palabras, distinguió los nombres de algunos científicos reconocidos, como el famoso y ex-villano Felonious Gru, al excéntrico Flint Lockwood, el misterioso Profesor Membrane y el energético Profesor Jack Utonium. Hace algunos días, el adolescente hubiera chillado de emoción, especialmente por Gru. Pero ahora quería mantenerse alejado de gente que le provocaba admiración… pero tal vez… al ganar el concurso podría conocerlos.

 

—¡Siguiente! —el llamado que anunció su turno lo despertó de su ensoñación.

 

—Soy Jack Spicer, participare en la categoría de genios adolescente. —anunció con orgullo.

 

—Confirmado. —contestó el profesor frente a él. —En este documento se encuentran las instrucciones para el evento, así como las reglas del concurso. Si las acepta, firme al final.

 

El joven pelirrojo tomó el papel con las instrucciones. Se podía presentar un autómata por participante. No había un límite de peso o tamaño ni en las funciones que podían ser agregadas. La fecha de presentación era en un mes en el mismo recinto y debían presentarse a las siete de la mañana. En la parte final se especificaba que se prohibía el uso de ideas robadas, creaciones que representaran un peligro, que agredieran la sensibilidad del público como insinuación a la discriminación o pornografía.

 

—Bien. —Jack firmó descuidadamente y entregó el papel al profesor, quien retiró la segunda hoja del contrato que quedaba como una copia para ser entregada a Jack, quien no perdió tiempo para buscar la facultad de Ingeniería Biónica una vez el papel estuvo en sus manos.

 

Al llegar a la puerta, el joven se preparó física y mentalmente para volver al frío del exterior. Con suerte el edificio de la facultad tendría calefacción, era el centro de tecnología de la universidad después de todo. Conteniendo el aliento, Jack volvió al frío exterior.

 

—Facultad… facultad… — susurraba mientras caminaba y se frotaba los brazos con fuerza.

 

El de piel blanca quería llegar pronto a su destino, pero no tenía idea de donde estaba. No había un mapa y no parecía haber alguien a quien preguntar. Se encontraba a un paso de largarse hasta que una pequeña figura que caminaba a la distancia llamó su atención.

 

—¡Espera! —gritó con fuerza el pelirrojo para que la persona se detuviera, sin embargo, la figura siguió su camino y eso le molesto. ¿Qué se creía esa persona al no detenerse? Estaba seguro de haber gritado lo suficientemente fuerte para ser escuchado, pero aquel idiota se atrevió a ignorarlo. ¡Solamente Chase podía hacer eso sin recibir su merecido!... —Sólo Chase… él era el único… — ¡Vuelve aquí! —la voz del chico sonaba cada vez más fuerte. —Espe…ra…  —hasta que logró distinguir quien era al estar a un metro de distancia —La chica de la torre…

 

—El chico que ve fantasmas. —efectivamente, la misma niña que a su juicio no era humana, lo observaba con una expresión vacía. Un escalofrío subió por su espalda, y no era por el clima que curiosamente comenzó a volverse cálido a pesar del fuerte viento. La presencia que sentía emanar de ella era intimidante. Por un momento la imagen de Hannibal Roy Bean apareció en su mente. —Tienes miedo.

 

—Cla… caro que no. —Jack trató de parecer sereno, pero el temblor de sus piernas delataba su mentira.

 

—No era una pregunta. —aquel ser le dio la espalda y siguió su camino. —Si avanzas hacía tu derecha podrás encontrar el sendero que lleva al edificio que buscas.

 

—¿Cómo sabes que es lo que buscaba? —el pánico hizo que su voz sonara más aguda. —¿Qué eres? ¿Qué quieres?

 

—Deseas saber si mi intención es lastimarte. —la pequeña soltó una suave risa. —Pero no importa lo que diga, seguirás teniendo miedo. Está en tu naturaleza, es lo que te mantiene vivo.

 

—Eso no es cierto, ha sido mi inteligencia y mis habilidades. —Jack infló su pecho con orgullo. —¿Acaso no sabes quién soy?

 

—Jack Spicer, joven genio del mal. —el pelirrojo escuchó aquella frase cerca de su oído y al girarse, aquel ser estaba a su lado. —Cobarde y mentiroso. —la distancia entre ellos comenzó a acortarse. —No necesitas saber nada de mí, lo que necesitas preguntarte es… ¿Quién eres tú? ¿Qué es lo que quieres?

 

—¡Ya te lo dije! Soy Jack Spicer, joven genio del mal y futuro amo del mundo. —el miedo que había sentido en un principio fue superado por la frustración. —No trates de jugar conmigo ¡Nadie juega conmigo!

 

—Las personas que te rodean siempre han jugado contigo, y es tu ego quien te hace repetir el error. No puedes ver quien se preocupa por ti o la razón por la que eres rechazado —Jack estuvo a punto de protestar cuando la niña lo silencio con una fría mirada. —No te haré daño, quiero ayudarte y que tú me ayudes a mí.

 

—Yo no puedo ayudarte, y no he sido usado ni rechazado —Spicer se estaba hartando ¿Cómo se atrevía aquella cosa a hablarle así? —si sabes quien de verdad soy, entérate enana; Ahora no estoy interesado en seres mágicos, Wus o en…

 

—¿Chase Young? —pronunció la pequeña con pena. —¿De verdad no estás interesado en él?

 

El eco de ese nombre siguió retumbando en sus oídos. Sabía que la razón principal para emprender esta aventura era para demostrar su habilidad y que no era un inútil. Pero el motivo para eso era para que Chase lo viera.

 

—Él es un imposible —Jack se apartó unos pasos para alejarse de la niña, pero al final regresó a enfrentarla. —Ya no me interesa niña.

 

—Lilith.

 

—¿Qué? —Jack recordaba haber escuchado ese nombre, pero no lograba recordar donde.

 

—No soy fantasma, ni enana o niña —mencionó la chica. —Mi nombre es Lilith, primera esposa de Adán y la novia del demonio Asmodeo.

 

—¿Eres un demonio?

 

—No y si —la albina meditó un momento antes de continuar su relato. —Nací como humana, la primera compañera de Adán que abandonó el Edén para vivir con los demonios. Fui castigada por eso y me transforme en un espíritu vengativo; esa es la razón por la que necesito tu ayuda. Quiero paz.

 

—¡Espera! —la mente de Jack comenzó a girar por la información recibida. —¡Ya te dije que vine para alejarme de todo lo mágico y para participar en la Robo-cup! ¡No puedo ayudarte!

 

—Sé a qué has venido y que tienes miedo de volver a ser lastimado, y no te juzgaré si decides no ayudarme, pero me gustaría que lo pensaras.

 

Un escalofrío recorrió su cuerpo ante aquellas palabras. Para Jack eso era claramente una amenaza.

 

—Lo pensaré.

 

La pequeña asintió lentamente y luego se alejó de Jack. Fue en ese momento en que el clima volvió a sentirse frío y él no pudo evitar frotar con fuerza sus manos en sus brazos. Sin perder el tiempo, Jack regresó al hotel. Ya no quería estar solo en aquel frío, no le interesaba la universidad o el concurso.

 

Su mente se llenó de recuerdos de Chase; de su sonrisa malvada, su mirada penetrante, su cabello perfecto, de la agilidad y fuerza de su cuerpo. No sólo lo idolatraba, él lo amaba y lo deseaba. ¿Eso era lo que quería? Si. Que Chase lo mirará, lo aceptará y sobre todo que lo amará ¿Quién era él? Jack Spicer, un chico que había tomado una decisión.  

 

Sin saber cómo había llegado, estaba ante la puerta de su habitación ¿Se había teletransportado? No. Su cuerpo congelado le decía que había caminado durante demasiado tiempo en las frías calles.

 

—¿Alguien habrá notado mi ausencia? ¿Chase?


---- 


Mientras tanto, en el lejano Templo Xiaolin dos jóvenes monjes entrenaba realizando una serie de combates.

 

—Mmm… Hace un tiempo que Jack Spicer no da vida de señales… —Omi, el más pequeño y energético de ellos había notado la ausencia del joven hace una semana. —¿Dónde estará? 

 

—Señales de vida. — lo corrigió Raimundo, que era su contendiente aquella vez. —¿Por qué quieres saber de él? – los golpes que ambos estaban intercambiando parecían más una actuación que una pelea. —Entre menos problemas nos dé mejor.

 

—No digas eso Raimundo. —Omi detuvo el puño de su amigo y con la seriedad de un monje mayor le habló al brasileño. —Jack Spicer es alguien que necesita ayuda para poder enderezar su camino y es nuestro deber guiarlo.

 

—¿Sabías que eres muy inocente? —con un movimiento rápido de su muñeca, el moreno tomó el brazo de Omi lanzándolo lejos y ganando el combate. —Las personas como él no cambian. —fueron las últimas palabras de su compañero antes de dejar solo al pequeño.

 

—Pero a mí me gustaría que él pudiera cambiar… — tirado en el piso el monje dirigió su mirada al cielo pensando donde estaría el joven genio del mal.


 

 

Notas finales:

Los científicos que mencione son de otras películas o series, pero no tendrán participación en la historia, a lo máximo, sólo serán nombrados.

 

Lilith pertenece al folclore judío, de origen mesopotámico. Se la considera la primera esposa de Adán, anterior a Eva. Abandonó el Edén por propia iniciativa y se instaló junto al Mar Rojo, uniéndose allí con Asmodeo, que sería su amante, y con otros demonios. En mi historia Lilith si bien es un demonio, ella lo es solo por título, ya que originalmente ella es humana.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).