Y despertó
La luz del sol iluminaba con fervor aquel escenario de completa destrucción mostrando de lo que era capaz con su poder, los escombros a su alrededor y los cuerpo sin vida de sus enemigos mostraban un panorama casi siniestro para quienes no estuvieran acostumbrados.
Sus piernas flagearon cayendo de rodillas al frío césped, se inclinó posando su diestra sobre su abdomen escupiendo la sangre de su boca acompañada de una fuerte tos, estaba mareado, su cuerpo dolía, estaba al borde del colapsó
- ya vienen por nosotros Chuuya- la voz del castaño se mantenía tranquila muy apesar del deplorable estado de su compañero, estaba preocupado y eso no podía negarlo - lo hiciste muy bien Chuchu, descansa- poso sobre sus hombros su gabardina con el fin de cubrirlo del frío aire invernal
Nakahara no pudo mantenerse estable por más tiempo, no se golpeo la cabeza debido a ese par de brazos que ahora lo sostenían otorgándole un calor tan familiar, podia escuchar los constantes latidos del corazón del mayor además de las suaves caricias que otorgaba sobre su cabellera revuelta, no podía creer que algo tan trivial como eso se sintiera tan bien aun con la gravedad de sus heridas.
Su mirada azulina se dirigió al brillante cielo que poco a poco se tornaba de colores naranjas, era algo realmente hermoso, las nubes poco a poco se acumulaba sobre ellos dejando caer diminutos copos de nieve asemejándo una delicada lluvia blanca, todo igual que el día anterior.
Su mente se lleno de recuerdos, ese día de nieve que pasó en compañia del hombre que tanto amaba, mientras los niños jugaban en las calles y reían disfrutando de esa temporada, todo antes de su misión, todo antes de terminar de esa forma, totalmente destrozado.
Pronto llegaría a su fin.
Una vez mas estaba al borde de la muerte por utilizar corrupción.
- ¿Chuuya? ¡Resiste Chuuya! - el motor de los autos acercándose se hacía cada vez más fuerte, el detective tomó al menor entre sus brazos para cargarlo y llevarlo lo más pronto posible a la agencia, el único lugar donde podrían sanar sus heridas - resiste Chuchu solo un poco mas-
Su rostro mostraba una expresión de total calma a pesar de la sangre que lo cubría, sus ojos se mantenían cerrados y su respiración era lenta, debían apresurarse, no iba a dejarlo morir, el mafioso apenas se estaba aferrándo a la vida
- resiste, recuerda que prometimos volver a tener nuestra cita mañana, así que no puedes morir Chuuya no aun, resiste por favor - lo abrazo con un poco de fuerza sin llegar a lastimarlo de más temeroso de perderlo esta vez para siempre.
Cada segundo transcurrido era crucial y aún así todo paso tan rápido, los autos pararon y sin pensarlo dos veces ingreso a aquel edificio, sus piernas corrían lo más rápido que le permitían y al abrir la puerta todos los presentes lo observaron horrorizados.
La doctora se acercó, le dio indicaciones de llevarlo a la habitación contigua y ahí lo dejara, ella se encargaría del resto, ella salvaría al mafioso que arriesgo su vida una vez más por salvar esa ciudad.