Capítulo 6:
Un Sueño de Futuro
Truenos. Tiembla mi corazón.
Alzo la cabeza de mi almohada y escucho.
No era un carruaje.
(Fu Hsuan, Truenos)
Si pudieses resguardar un instante del tiempo para mantenerlo intacto en tu memoria, para evitar que el olvido vuelva borrosos sus bordes y lo distorsione, probablemente sería este: un día cualquiera y un momento cualquiera; un efímero suspiro en sus vidas y que no obstante ha significado tanto para él y para ti, porque finalmente pasado y presente se han unido; porque, finalmente, después de mucho, mucho tiempo, todo parece estar una vez más en el sitio correcto y es mucho más de lo que alguna vez siquiera te atreviste a soñar.
Manteniéndote respetuosamente en silencio, observas como Wei Ying y SiZhui se reconocen después de la larga despedida que tuvieron que enfrentar en sus vidas años atrás. Un niño pequeño, que ahora ya es casi un hombre, reencontrándose con quien una vez lo salvó y a quien él mismo, con su inocencia y amor desinteresado, salvó a su vez, recuperando aquella parte del pasado perdido y que ahora ha regresado a ambos como un hermoso presente. Un niño pequeño que, tras toda la tragedia de su vida, ha sido el lazo imborrable entre tú y aquel a quien amas, porque forma parte de ambos de un modo intrínseco y complicado que probablemente para el resto es difícil de comprender, pero que para Wei Ying y para ti es simple y sencillo: son familia.
Con la batalla terminada y el mundo comenzando a reacomodarse a su alrededor, contemplas aquella escena y sientes como un cálido sentimiento de alegre gratitud brota dentro de ti. Tu amor finalmente es correspondido, aunque sientas que no lo mereces, y todos aquellos sueños imposibles de un futuro juntos que alguna vez tuviste y anhelaste, tal vez no lo sean tanto.
Durante años has esperado y has guardado tu amor en secreto, resguardándolo en lo más profundo de tu corazón como si fuese el tesoro más valioso, porque lo es. Durante años confiaste en que la persona que tanto amabas regresaría, esperando tener la oportunidad de estar a su lado una vez más para hacer las cosas de la manera correcta y reparar los errores. Y ahora por fin está allí; ahora finalmente sabes que tus palabras le han llegado, que el latir de tu corazón va a la par del suyo porque ambos sienten lo mismo; y te prometes que jamás volverás a perderlo.
El niño a quien protegiste y cuidaste como si fuese tuyo por tantos años, ahora ya casi es un hombre, pero al ver lo inconfundiblemente emocionado que se halla frente a quien fue parte de los primeros años de su vida, regresas al pasado y a esos días en los que muchas veces la sonrisa de A-Yuan fue lo único que mantuvo a raya tu cordura para no caer en la desesperación. Sí, ese niño ya casi es un hombre, pero una sola mirada a Wei Ying te basta para saber que a sus ojos este ha vuelto a ser tan pequeño como lo fue a los tres años, y que la enorme alegría y gratitud que siente por saber que sigue vivo compensa con creces por todo ese tiempo de dolor vivido.
Familia y futuro son dos conceptos que por un largo tiempo no te atreviste a asociar contigo, tal vez porque temías que, de desearlo, tus sueños se dispersarían en el viento con la misma facilidad de las hojas en otoño, hasta convertirse en algo tan lejano e inalcanzable como ese primer amor que creíste no era correspondido y perdiste para sufrirlo hasta su regreso.
Pero ahora, ahora contemplas como dos de tus personas más importantes han vuelto a estar juntos y sabes que cuidar de ese niño fue una decisión correcta, por mucho que otros pensaran que era un error por el linaje que cargaba, por mucho que tu tío se enfureciera y desaprobara tu actuar. SiZhui es tu familia ahora, y es a su vez un lazo irrompible que ata a Wei Ying con aquel pasado que tanto dolor le causó pero del cual no se arrepiente, porque sabe que a pesar de todo sus decisiones fueron adecuadas. A-Yuan fue su familia cuando abandonó la propia y creyó que todo para él estaba perdido, y fue todo lo que te dejó cuando lo perdiste; y ahora, trece años después, SiZhui ha regresado a él llevando consigo una parte tuya, aquel pequeño trocito donde descansaron todas tus esperanzas y sueños; todo ese amor que jamás se negó a morir y se mantuvo en eterna espera.
La vida ha girado y ha recorrido un ciclo completo, por lo que han regresado nuevamente al punto de partida. Aquel donde los sueños de un futuro mejor y más feliz no parecían imposibles porque no existía una guerra que los separaría ni teñiría sus vidas con sangre, donde sus familias eran su refugio seguro y el porvenir estaba al alcance de sus manos; y aunque ahora el mundo ha cambiado, aunque ahora el dolor los ha marcado y guiado buena parte de sus vidas, sientes que soñar con ese futuro mucho mejor y una familia no es algo tan imposible, porque amas y eres correspondido, y aquel niño que cuidaste lleno de anhelo y esperanza, y que ya casi es un hombre, ha atado de forma ineludible el pasado y el presente de Wei Ying con el tuyo, conformando esa extraña familia que quizás a ojos de muchos nunca debió haber sido pero que para ti representa un todo.
Y es así como, mientras los observas, piensas en el pasado y en como el destino de ambos siempre ha estado unido, ya fuese a través de interminables tardes de castigo o por el hecho de que él, en su infinita inconsciencia, desató la cinta de tu frente, marcándote como suyo sin siquiera saberlo; haciendo que siempre, siempre, esperases que fuese él quien estuviese esperándote al otro lado de esta para tener un futuro juntos, para conformar una familia, aunque fuese solo en sueños. Uno que ahora finalmente, milagrosamente, quizá pueda hacerse realidad.