Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Y en sueños tal vez... (WangXian) por Tesschan

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Descargo: Módào Zush? y sus personajes le pertenecen a Mòxiang Tóngxiù, yo solo los he tomado prestados para esta historia.

Tema del capítulo: Pérdida, sentimiento, recuperación.

Capítulo 3:

Un Sueño de Esperanza

 

Gélido frío. Nadie anda por ahí afuera.

Te he estado buscando por todas partes.

Si no me crees,

mira mis huellas en la nieve.

(Anónimo, Gélido Frío)

 

 

 

La noche susurra y agita tu sueño, llamándote, y te despiertas. Es apenas el ligero murmullo del viento corriendo libre entre los árboles y anunciando que el otoño está a penas a un paso, volviendo los días más fríos en las altas montañas de Guzu y tiñendo todo a su paso de oro envejecido y el marrón de la tierra, pintando aquí y allá leves trazas de desgastado rojizo que otorga vida al paisaje desolado.

Sabiendo que no podrás conciliar el sueño por más que lo intentes, sales de la cama y tus pasos recorren lentamente el solitario Jingshi, notando como nunca antes el enorme peso del silencio sobre ti y sintiendo tu corazón latir inquieto a causa del sueño que has tenido y el cual ha despertado el dolor por su pérdida una vez más, obligándote a soportar su partida sin poder hacer nada para evitarlo.

Avanzando despacio, como si cada uno de tus pasos cargara todo el dolor de una vida, rebuscas en la trampilla oculta del piso de la estancia y extraes de esta unas cuantas jarras de La Sonrisa del Emperador que pones ante ti y contemplas con la misma fascinación del día que las llevaste a casa de forma clandestina a pesar de saber que no era lo correcto, que tu tío no lo aprobaría jamás, como tantas otras cosas respecto a tus sentimientos que este no sabe. Y es tal vez por eso mismo que decidiste hacerlo, como una forma de silenciosa rebelión a las estrictas normas de tu clan que Wei Ying tanto detestó y siempre intentó transgredir; o quizá, probablemente, porque todavía recuerdas su deseo de volver a tener la oportunidad de beber aquel vino y el cual jamás pudo cumplir, como tantas otras cosas que dejó inconclusas antes de que su vida se apagara como una estrella caída.

Pensar en su pérdida hace que de inmediato el dolor sea más duro, más difícil de asumir, como si desde su partida algo faltase dentro de tu pecho haciéndolo sentir solitario y vacío.

Ya han transcurrido cinco años de largos días de espera y noches eternas, siempre atento, siempre anhelante. Siempre creyendo verlo en cada cosa que te lo recuerda y preguntándote por qué todavía no puedes encontrarlo por más que le busques.

Aunque para todos quienes le conocieron su regreso a este mundo ya es un absurdo, una posibilidad vana, tus esperanzas de volver a verlo siguen intactas. Es como si algo dentro de tu corazón clamara porque mantengas vivo su recuerdo y la ilusión de encontrarle. Que tarde o temprano le recuperarás y podrás hacerle comprender todos aquellos sentimientos que encendió en ti y que amenazan con desbordarte cada día; sentimientos que en vez de templarse o extinguirse durante la espera, crecen con la fuerza de las mareas.

Tus dedos recorren con suavidad una de las jarras de vino, sintiendo su frío tacto y piensas una vez más en lo solitarias que son las noches en el Jingshi, el lo pesado y opresivo que a veces te resulta el silencio y en la magnitud de tus propios sentimientos, tan vastos e insondables como las estrellas que cuelgan lejanas en el firmamento.

Al igual que otras muchas veces, el sueño de esa noche ha entremezclado tus recuerdos con tus propios miedos, haciendo temblar tu corazón. En este, Wei Ying, tan destrozado por sus pérdidas, tan cansado de su propia vida, solo era una pálida sombra del muchacho que un día conociste a los quince años, cuando la sombra de la guerra no era una amenaza y sus días avanzaban con la placidez ignorante de la juventud. En tu sueño, él sufría y te alejaba nuevamente, porque ya no creía en nadie, ni siquiera en sí mismo; porque su propia existencia se había vuelto un peso tan grande que era terriblemente difícil de sobrellevar, y él ya no tenía fuerzas para intentarlo.

Mientras oyes la lánguida canción del viento jugueteando entre las copas de los árboles, te preguntas una vez más como habrían resultado las cosas si tus decisiones en aquel entonces hubiesen sido diferentes. Si en vez de luchar por traer de regreso a quien amabas, simplemente hubieses intentado comprenderlo; si en vez de exigirle que retomara el camino que considerabas «correcto», hubieses probado seguir el suyo, tomando su mano para que no estuviese solo.

Hay tantos «y si» rondando tu cabeza, tantos arrepentimientos por lo que no hiciste, que sería difícil exorcizarlos uno a uno, sobre todo porque él ya no está allí para que puedas compensarlo. Si pudieses cambiar el pasado, lo harías sin dudarlo, pero este no puede volver atrás y solo queda vivir con las consecuencias de los errores, intentando aprender de ellos para no volver a cometerlos.

Y es por eso que estás decidido a enmendarlos, a ser valiente. Si el destino vuelve a otorgarte una oportunidad, si te permite en algún momento demostrarle a él la profundidad de tus sentimientos, entonces no volverás a equivocarte de la misma forma. Si puedes recuperarlo, intentarás ser lo que él siempre necesitó, intentarás comprenderlo a pesar de lo que el resto pueda pensar y decir, porque el dolor de la pérdida ha aclarado tu mente y tus sentimientos, haciéndote entender lo que es verdaderamente importante; haciéndote ver que lo bueno y lo malo, lo correcto y lo incorrecto, no puede medirse siempre de la misma manera. Y si el camino a recorrer es un puente de una sola tabla, prefieres caminarlo con él antes que volver a dejarle ir.

Sujetando las jarras de vino para guardarlas, hasta su regreso, destierras el sueño de su pérdida hasta un rincón de tu mente. Duele, por supuesto, porque es real y cada día sin tenerle es una agonía; pero aun así, deseas tornar tu tristeza y tus miedos en una ilusión, la esperanza de convertir el doloroso sueño en un presagio de su regreso, la recuperación del amor. Un sueño de esperanza en donde la inmensidad de tus sentimientos finalmente pueda alcanzarle.

Notas finales:

Lo primero, por supuesto, es agradecer a todos quienes hayan llegado hasta aquí. Espero realmente que la lectura fuese de su agrado y compensara el tiempo invertido en ella.

Por lo demás, ya está aquí la tercera parte de esta serie de viñetas que en esta ocasión toma como temas: pérdida, sentimiento, recuperación. Mi elección para el tema central fue la pérdida y como la muerte de Wei Ying ha hecho cuestionarse a Lan Zhan ciertas cosas sobre como debió actuar en el pasado; de todos modos, quiero pensar que hacia el final todo lo triste que esta viñeta puede haber parecido, tiene un tono más esperanzador, teniendo este la certeza de que la persona que ama regresará algún día y podrá reparar sus errores.

Una vez más gracias a todos quienes se han dado el tiempo de leer, comentar, votar y añadir a sus listas, alertas, marcadores y favoritos. Son un gran incentivo para continuar por aquí.

Un abrazo a la distancia y mis mejores deseos para ustedes. Hasta la siguiente.

 

Tessa.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).