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Un encuentro afortunado por barbychan

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Notas del capitulo: Este es un pequeño relato que hice el 12 de febrero, animada por el sentimiento de la fecha. Espero que les guste ^^

Ésta historia se hizo para el Rally de San Valentín de Origin_EYaoiES, y forma parte del siguiente volumen:

http://origin.files-upload.com/files/103094/HistoriasdeSanValentinPrimerTomo.pdf

Un encuentro afortunado. Por barbychan  

 

Sábado 10 de febrero de 2007  Aeropuerto  de la ciudad de México 11: 30 a. m. 

-1-

 El aeropuerto estaba tan lleno de gente como de costumbre, del techo colgaban corazones y querubines, por todos lados se veía el espíritu festivo que acarrea el día del amor y la amistad, aunque para un pasajero del vuelo directo de España, todo el alboroto era mas bien una perdida de tiempo. 

En la sala de recepción de equipajes, un chico rubio, de ojos azules y piel de porcelana, recogía su maleta, con total indiferencia a las miradas que su bien formado cuerpo, de un metro y setenta centímetros, ataviado con ropas de cuero negro, atraía. 

Carlos Herrera se dirigió hacia el área de taxis, recitando la dirección que le habían proporcionado en un papelito que guardaba en la cartera.  

Había “escapado” de su casa y su escuela, apuntándose en un programa de intercambio escolar, que duraría el resto del semestre, salvándose de los engorrosos intercambios de regalos con gente que la mayor parte del tiempo apenas y le dirigía la palabra para pedirle la tarea. 

Le habían dicho que al llegar al departamento compartido que le habían asignado, se relajara y preparase sus cosas para el lunes, día en que sus clases darían inicio. Nada más llegar, se tumbó en la cama que estaba pegada a la ventana, el departamento en si, consistía en una habitación, cocina, baño y una mini estancia, nada mal para alguien que estaba habituado a compartir su casa con una numerosa familia, el estar prácticamente solo le parecía un cambio de los más agradable. 

Se levantó de la cama y acomodó todas sus cosas, yendo luego al baño, pues el viaje había sido largo y una ducha refrescante era justo lo que necesitaba. 

El agua recorría su cuerpo en suaves caricias, cerró la llave del agua y se dedicó a limpiar su cuerpo, deleitándose con el tacto de la esponja al recorrerle sensualmente sus bellas formas, luego concentró su atención en lavar su cabello liso a causa del peso del agua, aunque el resto del día, lucía bien definidos rizos, que para esas fechas le llegaban a la cintura. 

Salió del baño con una diminuta toalla enrollada alrededor de la cintura, mientras se secaba el cabello con una segunda toalla, algo más grande que la anterior. 

-Luces muy bien. 

-2- 

Sábado 10 de febrero de 2007  Aeropuerto  de la ciudad de México 11: 40 a. m. 

En la sala de recepción de equipajes, un alegre chico de melena negra, larga hasta los hombros, ojos grises y cuerpo moldeado por el gimnasio, con un metro ochenta de estatura, se había percatado de que su equipaje no aparecía, cuando reviso de nuevo, se dio cuenta de que estaba esperando en la banda equivocada. Una vez se hizo con su maleta, se dirigió al paradero de taxis, comunicándole su destino y siendo llevado a través del tránsito capitalino. 

Angel Montero llegó al departamento compartido que habitaría por los próximos cinco meses.

Al llegar, notó que su compañero ya había llegado, a juzgar por la maleta que permanecía dentro del clóset, dónde también metió la suya tras acomodar sus cosas y sentarse en la cama cercana a la ventana. 

Escuchó con atención por unos segundos, notando cómo el ruido del agua al caer, evidencia de que su compañero se estaba duchando, tocaba fin, un par de minutos después, vio con agradable sorpresa al chico que a su parecer era el más bello que había conocido en su vida. 

-Luces muy bien- era todo cuanto podía decir a modo de saludo, pues su mente, por lo general, activa, estaba ahora en blanco, a causa de la impresión. 

-Carlos Herrera, es un placer- estaba habituado a los piropos, pero sin saber muy bien el porque, sus mejillas se encendieron, tratando de ocultarlo con una sonrisita, mientras cubría su cuerpo con las ropas que había preparado antes de meterse a la ducha. 

-Angel Montero ¿De dónde sos? 

-De Galicia y por tu acento deduzco que eres de Madrid. 

-Pues has acertado, si que eres bueno con lo de los acentos- ahí estaba el chico más bello que había visto y él tratando de hacerse el gracioso, obvio, sin lograrlo. 

Una leve sonrisa fue toda la respuesta del rubio, que se tendió en la cama que había elegido, viéndole aún ya sin la sonrisa en los labios. 

-Perdona, pero ya elegí esta cama, así que me temo que tendrás que acomodarte en la otra. 

-Claro, no me molesta. 

Carlos se quedó dormido a los pocos minutos, siendo observado, aún un par de horas después por un flechado Angel, quien estaba seguro de que la suerte le había sonreído al ponerle cerca al rubio y bello Carlos. 

-3- 

Domingo 11 de febrero 

La mañana del domingo llegó, ambos chicos estaban en casa, aunque el moreno ya estaba despierto, estaba decidido a conquistar primero el estómago del rubio y luego su corazón. 

Le despertó con un desayuno en la cama, que consistía en cereal, pan tostado con mantequilla y azúcar y una ensalada de frutas. 

-Carlos… despierta que el desayuno está listo. 

-Gracias, pero no era necesario que me lo trajeras a la cama- el chico estaba extrañado, pero se comió el desayuno, después de todo, no encontraba un motivo lógico para que le envenenara o algo, por lo que el desayuno debía ser comestible. 

-No hay de que, tú come que no me pesa para nada traerlo. A esto le siguió un largo silencio, pues uno estaba ocupado comiendo y el otro demasiado nervioso como para arriesgarse a meter la pata sólo por seguir sus impulsos.

Pero es que Carlos se veía tan delicioso mientras comía o cuando dormía, lucía tan inocente e incitante que no paraba de pensar en robarle un beso y su virginidad en caso de aún no haber estado con nadie antes, aunque ese era un tema que le tenía sin importancia, ya que si había estado con algún hombre o mujer, algo habría aprendido y sería ahora en provecho de ambos. 

-Mmm siento que me ves con mucha insistencia Angel. 

-¿Te parece? Es que tus ojos son hermosos. 

-Pues gracias por el piropo- en ese momento, alguien tocó a la puerta del departamento. 

-Hola chicos, somos sus compañeros de grupo, bueno, algunos de sus compañeros- la que hablaba era una chica regordeta, de cabello lacio, hasta los hombros y que vestía ropas demasiado ajustadas para su tamaño, aparte de un mal combinado maquillaje, es decir, la típica niña que se cree la más guapa sin serlo en lo absoluto. 

-Hola, disculpen, pero nos pillan con resaca por el cambio de horarios, ya los veremos e clases- acto seguido, el moreno les dirigió una de sus sensuales sonrisas, de esas a las que no puedes negarles nada. 

-Si, esta bien, les veremos el lunes y no olviden su regalo de intercambio para el miércoles. Tras dejarles solos, los ruidosos compañeros que les rodearían por el resto del semestre se perdieron la gran jungla de asfalto que conforma esta ciudad. 

-Con la pena, eso de los intercambios no va conmigo- Angel se encogió de hombros y se dirigió a lavar los trastos. 

-Lástima, si me hubiera tocado regalarte algo, te habría dejado elegir el regalo, aunque se supone que no debes decir a quien te toca regalar. 

-Mmm mejor no digas, porque lo que quiero no me lo puedes dar. 

-¿Quién dice que no? 

-Ya veremos 

-4- 

Miércoles 14 de febrero 

Tras los primeros días de su llegada a la capital mexicana, los dos españoles se habían vuelto bastante populares, sobre todo entre las chicas del grupo, quienes no paraban de coquetearles, cosa que no rechazaban ni aceptaban del todo. 

-Anda Angel, dinos a quien le darás tu regalo de San Valentín- una de las chicas interrogaba al moreno, con la esperanza de ser ella la afortunada. 

-Es un secreto preciosa. 

De ese modo, la jornada académica terminó, dando comienzo el intercambio de regalos. 

-Los primeros serán nuestros huéspedes- corearon todas las chicas del salón, viendo con extrema sorpresa como ambos chicos se dirigían al centro del aula e intercambiaban un par de paquetitos, siendo abiertos y mostrados al ansioso público. Se trataba de dos anillos de plata, ambos chicos se quedaron mirando, el uno al otro, como si el resto del mundo no existiera. 

-Éste es mi regalo para ti Angel, por hacerme creer en el amor cuando lo creía un mito. 

-Y este es mi presente, gracias por aparecer en mi vida. 

Sin decir más, ambos chicos se dieron un tierno beso, dejando el salón y dirigiéndose a su vivienda. 

Esa tarde, ambos fueron descubriendo sus cuerpos, como si de un gran y hermoso secreto se tratase, se amaron con ansias, pero con cuidado, para Carlos era la primera vez que hacía algo así, cosa que su amante notó en seguida, guiándole con ternura y cuidado en el complicado arte del amor. 

Desde el día de su llegada a la ciudad, Angel se había ido ganando poco a poco la confianza de Carlos, demostrándole que el amor llega cuando menos te lo esperas. 

-La primera vez que nos vimos en este cuarto fue sin duda un encuentro afortunado- dijo el rubio, suspirando tras una de las tantas sesiones de lujuria, pasión y amor que compartirían a lo largo de los meses que vivirían juntos en la capital y que continuarían una vez regresaran a su país, pues se habían prometido vivir juntos desde entonces. 

-¿Eso significa que ya no crees que el día del amor y la amistad es una tontería? 

-Que va, si ahora lo que creo es que es un pretexto perfecto para confesar lo que en otras fechas es más complicado. 

-Sí, pero estoy seguro de que cuando se trata de amor, no necesitas de una fecha para declararlo. 

-Sea como sea, Angel… feliz día del amor y la amistad. 

Fin.

 

Notas finales:
Perdonen si el relato es algo simple, pero salió del corazón, espero que les haya gustado y creo que este será el primero de varios one shots ^^ besitos a todos

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