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Ferrarius por angelus_bakura

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Notas del capitulo:

Perdón por la demora, espero les guste <3

Capítulo 5: Las estrellas

Durante el resto del día practicamos la relajación, esta vez procure no dormirme a la mitad, me resulta un poco más fácil hacerlo y creo que ya voy entendiendo este asunto, esta vez Seto ya no estaba muy pegado a mí, mantenía una distancia prudente, pero escuchaba su voz guiándome acerca de las respiraciones que debía hacer.

Aunque  no lo parezca, estar tanto tiempo de esta manera me resulta muy agotador y terminé con la mente fundida. Son aproximadamente las 6 de la tarde y el sol comienza a esconderse, dando un espectáculo de colores anaranjados al paisaje, como hace unos diez minutos dimos por terminada la sesión, por mí parte seguía sentado en el césped abrasando mis piernas,  Seto a mi lado acostado con sus brazos detrás de la cabeza

-          Me duele un poco la cabeza – mi comentario va dirigido al aire, no espero una respuesta

-          Normal, la estas usando – me ofendo con su comentario y lo empujo con un poco de fuerza, es verdad que ya no usa su tono de superioridad para molestarme, pero sigue siendo sarcástico a ratos

-          Di lo que quieras – lo escucho reírse despacio y lo veo sentarse llegando a estar a mi altura, solo me mira y me empuja la frente

-          Vamos, regresemos al castillo que tengo hambre- me extiende su mano, la tomo con fuerza para ponerme de pie

-          Según oráculo mañana podré comenzar con la concentración ¿verdad? – Mientras caminamos decido hacerle conversa

-          Se supone que sí, mañana lo primero que haremos antes de desayunar será probar que tal te va con eso, para tener un punto de referencia, porque no creo que estas tan mal. O eso espero

-          Puedes llevarte una sorpresa – le sonrió mientras me adelanto al comedor

Aún es muy pronto para la hora de la merienda, supongo que querrá comer algo ligero, por mi parte no estoy acostumbrado a comer a esta hora algo, pero no me quejo, al momento que llegamos nos sentamos juntos como ya va siendo costumbre, y de inmediato se nos sirve té, y varios postres pequeños.

-          Puedes comértelos todos si gustas,  no me gusta el dulce,

-          ¿Seguro?

-          Estoy bien solo con él té

Se me hace un tanto raro, ya que el sugirió que tenía hambre primero, pero no me lo tiene que decir dos veces, están buenos, pero es verdad que son muy dulces, no llegan a ser empalagosos, pero supongo que el príncipe no acostumbra a comer de esto, hay uno en especial cuya masa es crujiente por fuera y muy suave y delicada por dentro, esta rellena de una salsa de arándanos rojos que le da un toque acido al postre.

-          Toma, prueba este, no esta tan dulce – le extiendo el postre con la esperanza de que me lo acepte, lo que no lo vi venir es que le diera una mordida directamente, esta simple acción hizo que mi corazón lata muy rápido.

-          Yo los he probado todos, y tienes razón en que este es el menos dulce, termina de comer que debes reponer tu energía – claro, en que estaba pensando el vivió toda su vida en este castillo, es cuestión de lógica el pensar que ya conoce estos sabores, me siento como un tonto y mejor me apresuro a terminar de comer.

Pasamos el resto de la velada en silencio, ese silencio nada incomodo del que ya me voy acostumbrando y me agrada, siento que el príncipe baja totalmente sus defensas cuando está conmigo, como si en parte confiara en mí.

Necesito dormir un poco, me siento demasiado cansado así que decido levantarme y dirigirme a descansar un momento, me despido del príncipe y voy por el pasillo largo que lleva a mi habitación. Me acuesto con cuidado sobre la cama con todos zapatos todavia puestos y caigo profundamente dormido.

_____________

Me despierto un poco aturdido, todo está muy oscuro en la habitación y me cuesta enfocar mi mirada, me siento sobre la cama un poco asustado y cuando mis pies tocan el suelo siento el piso frio ¿en que momento me quite los zapatos? Y más importante ¿qué hora es?

-          Sabías que roncas mucho cuando duermes – me doy vuelta en dirección a la ventana y lo veo, sentado en la mecedora,  

-          ...¿Tú me quitaste los zapatos? – aún sigo un poco aturdido y es lo primero que se me ocurre preguntarle

-          Claro, porque te subirías a la cama con ellos si pensabas dormir tanto tiempo – se pone de pie y camina hacia mi

-          No pensaba dormir tanto tiempo.... ¿cuánto tiempo paso?

-          Supongo que aún no te das cuenta que es la madrugada del día siguiente, alrededor de las 3am. Te dije que iba a venir a buscarte antes del desayuno

-          ¿¡Me quede dormido!? – es más una pregunta para mí, al momento pone su manos sobre mi frente cosa que me desconcierta y termina de despertarme por completo.

-          ...no estas con fiebre, temía que pescaras un resfrió ayer por la tarde.

-          ... - se está preocupando por mi

-          Aunque dicen que los tontos no se resfrían – olvidemos al príncipe caballeroso, regreso su usual sarcasmo , giro mi rostro para quitar su mano de encima y trato de ponerme de pie,

-          Voy tomar un baño primero

-          Seguro, te espero afuera

Abro la elegante ducha que hay en mi habitación, y tomo un baño de manera rápida, sintiendo con agradecimiento el agua correr por mi cansado cuerpo, lavo rápidamente mi rostro con un jabón de sándalo que tengo ahí. Salgo del cuarto de baño envuelto en una bata color dorado, y busco ropa limpia en el armario, aun hace un poco de frio por lo que decido ponerme un buzo tejido color crema, cuello de tortuga y un pantalón cómodo color blanco, además de unas sandalias crema que me las amarro en los tobillos.

Salgo de mi habitación y la fría brisa pega mi rostro, ciento como mi nariz se congela al igual que mis orejas, fuera se encuentra el príncipe apoyado en la pared del frente con la ventana abierta,

-          No sientes frio – le pregunto mientras me abraso a mí mismo

-          Me gusta el frio, además no es un frio insoportable -  comenta mientras camina por el largo pasillo – sígueme, debemos ir a la azotea del castillo

-          ¿Por qué tan arriba? – aun no conozco del todo este castillo, es enorme, tiene muchas habitaciones, tiene varios jardines internos y externos, además de contar con 4 torres, solo conozco una de ellas. Lo sigo esperando una respuesta.

-          Tenemos que ver las estrellas – no sé si mi mente está jugando en mi contra, o simplemente sigo medio dormido, pero podría jurar que el tono de voz con el que dijo aquella frase fue muy coqueto, sentí de inmediato como mi rostro se puso rojo y desvié la vista a otro lado. No sabía que responder o simplemente preguntar algo seria aún más raro, así que mejor me quedo callado.

Llegamos hasta la parte alta del castillo donde una puerta espera al final de un pequeño pasillo, al salir la vista me sorprende, el cielo aun oscuro se ve precioso, las estrellas brillan de manera genial y además  desde esta parte del castillo se puede llegar a ver la ciudad, la plaza y el bosque, la vista es simplemente maravillosa.

-          Acuéstate – miro un poco confundido al príncipe, ¿que acaba de insinuar?

-          ...¿perdón?

-          Que te acuestes Joey, necesito explicarte el ejercicio que vamos a manejar ahora – cierto, de golpe recode porque estábamos aquí, necesito aprender a concentrarme para poder usar el alquimia que todo el mundo lleva diciendo desde que llegue que poseo

Sin discutir lo hago, me acuesto en una lona de color morado que tenía tendida en el suelo, suspiro, aun no llevo mucho tiempo entrenando para estas cosas y ya me estoy hostigando un poco con esto. Miro el cielo oscuro y veo una gran variedad de estrellas los colores del cielo me confunden un poco y siento un aroma cítrico en el aire

-          ¿Qué es ese olor? – pregunto a Seto

-          Una vela de limón, te ayudara a relajarte – siento como se acuesta a mi lado, y no puedo evitar sentirme nervioso – bien Joey, necesito que uses el cien por ciento de tus sentidos y te concentres en las estrellas, tu tarea va a ser contarlas todas

-          ¿¡Estás loco!? – le digo mientras me siento de golpe, ni de broma voy a poder contar todas las estrellas del cielo

-          Has lo que te digo, y acuéstate de nuevo, necesito que te concentres en la tarea, no en el resultado, no pienses si vas o no a poder contar cuantas estrellas, tienes que concentrarte en contar las estrellas, hazlo rápido antes de que amanezca.

Entiendo su punto, bien, manos a la obra, comienzo a contar las estrellas en el cielo, de inmediato todo mi entorno comienza a sentirse lejano, ya no siento el olor a limón, ni el frio en mi cuerpo, es como si me encontrara en un escenario negro con destellos brillantes por todos lados, es como si fuera parte del mismo cielo, no existe el tiempo y me siento liviano. 

Siento una corriente de calor correr por mi cuerpo ¿qué es esta extraña sensación?, me asusta un poco, quiero salir de este lugar.

Continuara...


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