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Ferrarius por angelus_bakura

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Capítulo 6: Suprimir

Un calor increíble brota de Joey, pero lo que más me sorprende es el brillo dorado que emana de su cuerpo, titilante y hermoso que causa que mis piernas tiemblen y que un escalofrió recorra mi espalda ¿acaso tengo miedo?, son muchas sensaciones, me siento débil por solo estar en su presencia, trato de acercarme para despertarlo pero no puedo, esa aura dorada creo una barrera a su alrededor y no puedo pasarla. Cuando estoy tan desesperado como para ir a pedir ayuda, su cuerpo se apaga y regresa a la normalidad.

Suspiro con alivio, es la primera vez en mi vida que siento este poder, podría incluso compararse a una explosión, me duelen los oídos por la presión que se generó en el ambiente, tomo a Joey en mis brazos y lo llevo donde oráculo antes de que se descontrole, cada vez estoy más seguro de que este chico esta fuera de lo normal.

-          Ya veo, así que manifestó ese tipo de poderes, en parte me lo temía pero no pensé que pasaría tan pronto – Oráculo pasa su mano por la cabeza de un Joey todavía inconsciente.

-          A que te refieres, se supone que mientras no sea consciente de sus poderes no deberían de despertar – trato de mantenerme en pie, porque fue agotador cargar a Joey estando yo débil.

-          No es de extrañar que Joey tenga el cabello y los ojos dorados, ¿no te dice algo?

-          Sabes que no creo en cuentos – yo sé que se refiere a la leyenda del descendiente del dios sol, pero más bien creo que el poder que vi, tiene que ver con la gran magia que tenía su madre.

-          Para presentar esta fuerza espiritual... deberías creer en cuentos – sonríe  

-          ¿puedes suprimir su poder? O dormirlo más bien.

-          Puedo, pero ¿sabes que pudo hacer que se manifestara? ¿que estaban haciendo? – su rostro nuevamente serio no me agrada para nada

-          ...Polaris – susurro

-          ¿La tercera realidad?

-          Antes de sentir el calor, estaba observando a Joey mientras se concentraba, y susurró... no, más bien solo movió sus labios diciendo Polaris – el silencio envolvió toda la estancia de oráculo, si mi instinto no me falla, esto huele muy mal.

-          Séllalo... su poder, no me puedo dar el lujo de arriesgarme

-          Preocupado por  tu arma... o por el muchacho, joven príncipe.

-          ... solo hazlo – mi vista se nublo y perdí la conciencia al segundo siguiente.

__________

El sonido del océano, ¿hace cuánto que no lo escucho? la última vez fue cuando acompañe a mi padre, el Rey, en un viaje diplomático a un reino aliado. El mar quedaba de camino así que no perdí el momento en escuchar las olas desde el carruaje y sentir el olor del mar, que relajante. De pronto la carroza para, y al ver por la ventana veo una figura parada en la orilla del mar, con los pies casi sumergidos en su totalidad, se voltea y me sonríe

-          Joey – es el único susurro que sale de mi boca

Rápidamente salgo de la carroza y corro al mar tratando de alcanzarlo, pero una figura negra se lo lleva antes de que pueda alcanzarlo

-          Aun no es hora de regresar a casa... Majestad. – al oír ese susurro un dolor de cabeza insoportable, seguido de un aroma miel tan característico, me trae a ¨realidad¨ y me veo a mi mismo adentrándome en un mar negro. Asustado busco una salida, un escape.

_____________

-          ¡JOEY! – me despierto gritando, exaltando y sudando demasiado, me duele la cabeza, así que al sentir la luz de mi habitación me tapo los ojos con la mano libre que tengo... ¿mano libre?, abro los ojos lentamente acostumbrándome a luz y veo el rostro de Joey lleno de lágrimas  sosteniendo mi mano.

-          ...Seto... – me dice en un susurro mientras se me lanza y me abraza, ¿el enfermo aquí no debería ser él? no entiendo que pasa pero me gusta mucho su tacto, así que también lo abrazo. El sueño me dejo un mal sabor de boca, aunque no recuerdo la mayoría del mismo – Estaba muy preocupado, tu solo no despertabas, a pesar de los días que pasaran, la cantidad de doctores, brujos y magos que te visitaron... yo, pensé que te perdía.

-          Tranquilo... no llores, estoy bien, ¿cuánto tiempo dormí? – me sentía muy cansado y me dolía todo el cuerpo.

-          ...Un... – todavía seguía llorando un poco

-          ¿Un día?

-          ...Un mes – y ahí entendí el porqué de su preocupación, estuve un mes entero dormido, me dolía el pecho más por la impresión que por nada, de inmediato Joey me acerco un vaso de agua, seguía llorando.

-          ...Voy a llamar a un doctor a que te revise – lo tome del brazo en un acto de impulso, y cuando me di cuenta, lo solté, Joey solo me mostro una sonrisa y salió de la habitación, tengo que hablar con él y ponerme al día con todo lo que paso, y también hablar con oráculo.

El doctor me reviso, dijo que va a ser un poco duro y cansado caminar después de que mi cuerpo estuvo en reposo tanto tiempo, tengo que hacer rehabilitación y tener apoyo al momento de caminar, cuando el doctor sale, Joey, que se había quedado fuera esperando pasa, le pido que me ayude a ponerme de pie, quiero ir  a hablar con oráculo, la conversación con el queda pendiente, ya encontrare tiempo para conversar.

-          ¿Te sientes bien? – se detiene antes de legar a la gran torre

-          Si... gracias ¿tu estuviste cuidándome todo este tiempo? – tengo esa duda en mi cabeza, lo primero que vi al despertar fue a Joey sosteniendo mi mano, lo que me da mucha tranquilidad, pero también tengo curiosidad

-          En mis tiempos libres... si, estaba tan asustado de que no despertaras que iba todos los días  por una señal que me dijera que todo estaba bien

-          ¿tiempos libres? – así que estaba preocupado por mi

-          Si... durante este mes Oráculo me ordeno seguir con mis estudios, al principio no quería, aun no me sentía listo, pero en cuanto descubrí que si me podía volver más fuerte usando mi alquimia podía ayudarte a despertar, comencé a estudiar más fuerte.

-          Ya veo – le tome por los hombros y lo abrace fuertemente, no sé qué es, pero hay un algo que hace que sienta debilidad cuando él esta, ya admití que me agrada su presencia, pero ahora me doy cuenta que más que agradarme su presencia, me agrada todo de él.

-          ... no puedo respirar – cuando me separo de del, noto que está muy sonrojado, de seguro tampoco le soy muy indiferente, no, más bien desde hace mucho que noto que no le soy para nada indiferente.

Seguimos caminando en silencio por el jardín que lleva a la gran torre, él me toma por un brazo y en el otro sostengo un bastón, para tener equilibrio y poder caminar. Cuando llegamos donde oráculo, le digo que necesito conversar con ella a solas, por lo que opta por esperarme afuera, estando solos, oráculo es la primera en hablar.

-          Ya me había asustado príncipe, de que no despertarías

-          Que paso ese día oráculo – me cuesta aun mantenerme en pie, pero hago mi mayor esfuerzo

-          Tú me pediste que sellara los poderes de Joey, pero no podía hacerlo yo sola, por lo que tome un poco de tu energía, pero no imagine que estuvieras tan mal como para dormir un mes.

-          Ósea que ¿usaste de mi energía para lo que te pedí?

-          Si te quieres poner romántico podemos decir que una parte tuya ahora vive en él. – ignoro su comentario

Así que la razón del por qué no podía despertar se debía a que me quitaron una parte de mi energía vital, y supongo que oráculo no pudo decir nada, ya que yo fui quien le ordeno que sellara los poderes de Joey

-          Acércate príncipe, y sumérgete en el agua para aliviar un poco tus dolencias

-          No, estoy bien así... lo que en verdad quiero saber es que si los poderes de Joey van a despertar.

-          Por el momento no, mientras no exista un detonante fuerte, no tendrían por qué hacerlo, así que solo recuperarte, que el chico ha estado muy preocupado y se la ha pasado estudiando y practicando.

-          Con respecto a sus estudios ¿qué tan bueno es? – es una duda que tengo desde que me comento que estaba estudiando

-          Al comienzo tuvo problemas en adaptarse a sus lecciones, pero demostró ser muy capas y talentoso, estoy muy sorprendida de las cosas que aprendió, y es autodidacta. Aparte de las clases que toma, suele encerrarse en la biblioteca del castillo o también solía leer en tu habitación mientras te cuidaba – sonrió, me parece sorprendente todo lo que me cuenta, y no voy a mentir me siento muy orgulloso.

Al salir de la torre lo veo sentado pasto con un libro en su mano, amarado su cabello (cosa que me ha llegado a encantar) haciendo movimientos raros con su mano libre, me acerco con cuidado aun me duelen las piernas, al momento el siente mi presencia y alza la vista poniéndose de pie de inmediato y reclamándome por qué no le pedí ayuda.

-          Te tengo una sorpresa, pero no estoy seguro de querer mostrártela –me dice mientras toma mi brazo y caminamos de regreso al castillo

-          No deberías de habérmelo dicho en primer lugar si no me lo quieres mostrar – es un tonto

-          Lo sé, pero enserio que tengo ganas de que lo veas

-          De que se trata – estoy más curioso

-          Si te digo que cierres los ojos y que yo te guio, probablemente te caigas, así que... solo vamos.

Llegamos a un pequeño cuarto ubicado en un ala del castillo que casi ni conocía, el mismo se encuentra muy iluminado, tiene una mesa en el centro y varias herramientas colgadas en las paredes y un horno en una esquina.

-          Te presento mi taller – me dice orgulloso, de seguro que para un herrero tener un taller bien equipado es un sueño.

-          ... está bien, supongo

-          ¿solo bien?, es GENIAL, hay muchas cosas que ni siquiera sé cómo se usan, pero aprenderé. Pero eso no es lo que quiera mostrarte, mira – me extiende una caja, la cual abro con cuidado y veo el mango de una espada.

-          Es... es el mango de tu espada, espero que te guste o simplemente dime que está mal y lo voy a cambiar – me quedo sin palabras, es un mango fuerte, pero liviano, bien equilibrado, esta todo echo de plata y la parte de donde se sostiene con la mano está forrada de cuero blanco, la guarnición, de plata igualmente, tiene finos detalles azules dibujados, estoy sorprendido, y eso que es solo la empuñadura.

-          Espero que te guste... la hoja todavía no la tengo echa por que me encapriche con que fuera de diamante, y aún sigo estudiando su uso, y manipulación además de que quiero que sea perfecta. – el solo sigue hablando.

-          Me gusta, así que no pongas más argumentos – se sonroja al notar que estaba hablando demasiado.

Dejo la pequeña caja sobre la mesa y me acerco donde esta Joey, le tomo de una mano, mientras con la otra agarro su mentón y le planto un beso, contrario a lo que pensé, no me rechaza, se apega más a mí y me toma por la nuca, ya no hay vuelta atrás con respecto a mis decisiones, y he decidido de que Joey este conmigo para siempre.

Continuara...


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