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El rey ninja por Higary

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Notas del capitulo:

Holi hola, gente bonita. Aquí les traigo el penúltimo capítulo de este fic, espero que les guste. Como no hay mucho que comentar, los dejo para que lean. Ah, y vean las Higary-notas al final del capítulo n.n

QUINTA PARTE

 

-¿Amigo... de mi padre? –repitió el rubio

-Sí. Conocí a Minato cuando era apenas un bebé.

-Entonces... ¿qué es lo que estás haciendo aquí?

-Investigo.

-¿Eh?

-Investigo si es verdad que el pequeño príncipe de Konoha vive en este lugar. Y veo que es cierto.

-Yo ya no soy el príncipe –contestó, volteando la cara

-¿Sabes? Te pareces mucho a tu papá, eres su mismo retrato.

-¡¿Cómo puedes decir eso?! Abandoné a mi país, a mis amigos, huí de todo por ser un cobarde. Jamás podría parecerme a él que dio su vida por proteger al reino –volvió a dejarse caer al suelo con suma tristeza

-Te equivocas –Jiraiya le sonrió- y te lo voy a demostrar –realizó con las manos unos sellos a una velocidad realmente increíble. Miró fijamente a Naruto y los ojos del mayor brillaron-. Técnica de regresión.

El rubio sintió que todo a su alrededor daba vueltas y cayó inconsciente.

-Espero que puedas finalmente entender tu verdadero destino, Naruto.

 

Naruto iba caminando en medio de un bosque que se le hacía muy conocido. Siguió avanzando hasta dar con unas enormes puertas.

-Ésta es –murmuró sorprendido-... la entrada a Konoha...

-Me alegra escuchar que no la has olvidado –oyó una voz a sus espaldas y volteó. Tras él se encontraba de pie un apuesto hombre de cabello un poco largo color rubio y con ojos tan azules como los de él.

-N-No puede ser –el chico lo miraba con lágrimas en los ojos-... Tú eres...

-Has crecido muchísimo –sonrió-, mi pequeño Naru-chan.

-Papá…

Aquella era la primera vez que escuchaba su voz, así que no estaba seguro si correr a abrazarlo o no, por lo que siguió mirándolo fijamente.

-¿C-Cómo es que estás aquí? –le preguntó, aún incrédulo

-Deberías de saberlo, hijo, yo siempre me encuentro a tu lado. Estos años... sólo he podido rezar para que te dieras cuenta de que no estabas haciendo lo correcto y que huir sólo te traería más dolor.

-Pero, ¿qué esperabas que hiciera? Por mi culpa... Kakashi-sensei...

-Por él deberías haberte quedado en Konoha. Su deseo era protegerte y fue lo que hizo –lo sujetó de los hombros-. Debes volver al reino, Naru-chan, y tomar el lugar que te corresponde. Todos te necesitan.

-Pero... ¿cómo podría regresar después de tanto tiempo? Ya no soy el mismo...

Minato negó con la cabeza.

-No, tú eres Uzumaki Naruto, el legítimo príncipe del reino de Konoha –sonrió-, mi querido hijo. Tienes que ir y recuperar la felicidad de todo tu pueblo –el mayor comenzó a desaparecer-. Yo sé que tú podrás, Naru-chan, confío plenamente en ti.

-Papá, espera. ¡Papá! ¡Papá!

La figura del difunto rey se desvaneció. El chico seguía frente a las puertas y entonces a su lado apareció un enorme zorro rojo de nueve colas.

-¿Y bien, chico? –le preguntó el zorro-, ¿qué has decidido?

-Él tiene razón, ¿verdad? –miró la entrada al reino- Huir sólo me causará dolor.

-Odio tener que estar de acuerdo con el infeliz que me selló, pero así es.

-Si yo vuelvo... ¿cómo se lo tomarán todos?, ¿la gente podrá aceptarme de nuevo?

-El mocoso Uchiha lo cree, así que supongo que en verdad te necesitan.

-Entonces –volteó a ver al demonio mientras sonreía con sinceridad-... quiero que una vez más me protejas con tu poder, Kyuubi.

-No necesitas pedirlo. Mi vida está ligada a la tuya, así que no pienso dejarte morir.

-… Lo sé… gracias…

 

Naruto abrió lentamente los ojos, se percató de que estaba acostado bajo las ramas de un árbol y que el peliblanco estaba sentado a su lado.

-¿Y bien? –le preguntó éste, con una sonrisa

-Volveré –contestó con firmeza

-Jeje, me alegra escucharlo. Entonces partiremos de regreso al reino en tres días.

-¿Qué?

-Tienes tres días para aprender una poderosa técnica –sonrió aún más-. Te enseñaré el arma secreta de tu padre: el Rasengan.

 

En Konoha, Temari caminaba rumbo a la entrada de las celdas subterráneas que Orochimaru había construido en el castillo. Allí se encontró con su hermano mayor.

-¿Quiere que ambos hagamos guardia aquí, Kankurou? –preguntó ella

-Así es. Sabe que nos tiene acorralados y que por lo tanto no podemos desobedecerle.

-Ése maldito Orochimaru...

-Pero quizá pronto se pueda hacer algo contra él.

-¿De qué hablas?

-Los chicos que quedan libres son los descendientes de los que están aquí encerrados –miró las celdas que estaban a sus espaldas- y no se piensan quedar con los brazos cruzados. Se están empezando a mover.

-Ya veo.

-También los apoya el chico ese que te gusta –y sonrió ante el sonrojo de su hermana

-¡Él no me gusta! –le gritó, enojada

-Claro, claro. Oye –agachó la cabeza-, ¿cómo está nuestro hermano?

-No sé. Ése infeliz no me ha permitido verlo. Pero estoy segura que no le hará nada, o de lo contrario sabe que nosotros le contaríamos la verdad a él y a la gente de la arena.

-Tienes razón.

-Por eso, para mantenerlo protegido, debemos seguir obedeciendo las órdenes de Orochimaru sin reprochar nada.

 

En otra parte del reino, Hinata corría a toda velocidad sobre los tejados de las casas porque se le hacía tarde para reunirse con Kiba y los demás.

-Seguramente Kiba-kun se enojará conmigo –se lamentaba la chica. Pero por ir tan apurada no pisó bien y se resbaló de un techo, sin embargo antes de caer fue sujetada por una mano que la ayudó a subir de nuevo

-¿Te encuentras bien?

-S-Sí, muchas gracias –miró a su salvador y fue entonces cuando se percató de que era cierto pelirrojo de Suna-. G-Gaara-san...

-Debes tener más cuidado, Hinata-san, o podrías lastimarte seriamente.

-… S-Sí –contestó, avergonzada

-¡Hinata! –la llamó una voz a sus espaldas

Ambos voltearon y se encontraron con que Kiba y Shino habían llegado.

-¿Qué le has hecho a Hinata? –preguntó el Inuzuka con furia

-No es algo que te importe –contestó el chico del desierto y sin decir nada más se marchó

-¿Qué hacen aquí, chicos? –les preguntó la Hyuuga

-Como no llegabas decidimos buscarte –respondió Shino

-¿En serio ése sujeto no te hizo nada? –quiso saber Kiba, muy serio

-No, al contrario, me ayudó.

-Mmm... Es sospechoso. Bueno, tenemos que ir con los otros, vamos –y los tres comenzaron a correr a toda velocidad sobre las casas

-<<Yo no creo que Gaara-san sea tan malvado como Kiba-kun y los demás creen>> -pensaba la joven ojiblanca con seguridad

 

Volviendo a Ierada, Sasuke se encontraba en la casa que compartían Naruto, Neji y Lee. El Uchiha, por petición de Lee, acababa de contarles parte de la vida de Naruto en Konoha, que era el príncipe heredero, que tenía un demonio sellado (aunque esto ellos ya lo sospechaban por las extrañas pláticas consigo mismo que el rubio a veces mantenía) y lo que ocurrió el día en que Naruto desapareció del reino.

 

Los dos chicos mayores seguían sentados en la mesa tratando de procesar toda la verdad tras su amigo, mientras que Sasuke se había puesto de pie y miraba los retratos que estaban sobre un mueble: fotos donde su querido rubio se encontraba con los otros dos, una que parecía ser una pequeña fiesta de cumpleaños para el menor, otra donde los tres estaban sentados bajo un árbol en un día de campo, otra donde se apreciaba que habían ido a comer ramen porque incluso salía el dueño del local, y varias más donde el pelinegro podía ver el crecimiento que había experimentado su amigo en esos años sin verse. Y sintió celos porque desde pequeño él siempre había deseado pasar cada día con el rubio.

 

Justo en ese momento la puerta de la casa se abrió, dejando paso al chico Uzumaki y a un hombre de largo cabello blanco.

-Lamento haberme tardado tanto –se disculpó el pequeño, sonriendo-. Gracias por traer a Sasuke aquí.

Buscó con su mirada al pelinegro y entonces se percató de que la vista de él estaba fija en la persona que lo acompañaba.

-Jiraiya... sama... ¿Q-Qué hace usted aquí?

-Parece que lo mismo que tú, Sasuke –respondió, sonriendo

-¿Quién es ésta persona, Naruto-kun? –preguntó Lee, que no entendía nada

-Ah, es un viejo amigo de mi difunto padre –miró de nuevo a Sasuke-. Dijiste Jiraiya-sama, ¿verdad? Me suena ese nombre...

Jiraiya lo miró con algo de incredulidad y decepción. El Uchiha se paró frente al rubio y le dio un golpe en la cabeza.

-Auch, eso duele, Sasuke-baka –dijo, sobándose

Neji ya le estaba lanzando su mejor mirada de odio al pelinegro.

-¡Es obvio que el nombre te suene conocido, usuratonkachi! ¡Jiraiya-sama es el sannin-sacerdote del reino! ¡La persona que entrenó a Minato-sama!

-… ¡¿Qué?! ¡¿Éste Ero-sennin es el sannin-sacerdote?!

-No me llames así, chico –intervino Jiraiya, cansado de que hablaran como si él no estuviera

 

Después de un rato y de que Naruto presentara a su maestro por tres días a sus amigos, el rubio miró fijamente a los dos chicos.

-Lee, Neji, ustedes han hecho tanto por mí todos estos años. Sin ustedes no sé qué habría sido de mi vida, no tengo manera de agradecérselos. Pero... debo volver a donde pertenezco, ya no puedo seguir huyendo de mi pasado. La gente de Konoha me necesita.

-Naruto... –Sasuke lo miró y no pudo evitar sonreír levemente. Finalmente la persona a la que tanto quería iría a casa de nuevo

-Descuida, nosotros lo entendemos –dijo Neji y sonrió-. Y hemos decidido que te ayudaremos a enfrentarte con ese tal Orochimaru.

-¡¿Qué?! ¡Pero esta no es su pelea! Será muy arriesgado y...

-Está bien –lo interrumpió Lee-. Por favor, déjanos ayudarte, al menos una vez más.

-Pero...

Se paró frente a él y con una mano le despeinó el cabello con ternura.

-Porque no importa tu pasado, o de lo que huyas, o los peligros que habrá en Konoha, para nosotros siempre vas a seguir siendo Naru-chan, el lindo niño que ése día encontramos a orillas del desierto.

Los ojos azules se llenaron de lágrimas y sin poder más se abrazó con fuerza a Lee. Los otros tres miraron la escena con ternura, hasta que Neji se percató de algo y se puso de pie.

-Naruto –lo llamó-, ¿qué son esas marcas?

-¿Uh? –y se sonrojó cuando se dio cuenta de que el Hyuuga miraba fijamente los moretones de su cuello que, a causa del abrazo con Lee, habían quedado al descubierto. Sasuke también se sonrojó y volteó la cara hacia otro lado

-¡Tú…! –el ojiblanco activó su byakugan y miró al pelinegro con molestia

-Neji, tranquilo, tranquilo –decía Lee, agarrándolo de los brazos

-Calma, Neji –intervino Naruto en medio de los dos-. Todo tiene una explicación.

-Sí –y Sasuke rodeó con sus brazos la cintura del rubio-. Son la prueba de que Naruto me pertenece –sonrió con cinismo

-Estos chicos son interesantes –decía Jiraiya tomando nota para usar aquella información para algún capítulo futuro del Icha Icha Paradise, sin preocuparse de los esfuerzos de Neji por hacer polvo al portador del Sharingan y los intentos de Lee por detenerlos

 

Otro rato después, y ya con más calma, habían logrado tener una cena más o menos tranquila (descontando las miradas de odio entre dos chicos).

-Por cierto, Jiraiya-sama –habló Sasuke-, ¿vino a buscar a Naruto?

-Sí. Últimamente había escuchado rumores de un ninja rubio muy fuerte que vivía en esta aldea, así que vine a investigar si era nuestro mismo ninja rubio. Sasuke –lo miró seriamente-, necesito tres días para armar a Naruto con una técnica capaz de vencer a Orochimaru, así que mañana por la noche debes volver al reino y avisar a los chicos que estén listos, diles que no vayan a intentar atacar las celdas subterráneas del castillo hasta que nosotros lleguemos.

-Entendido.

-¿Por qué? –preguntó Naruto, dándose cuenta que había algo que aún no encajaba en la historia que Sasuke le había contado

-Naruto –el pelinegro lo miró con seriedad-, tú sabes que Konoha es un reino ninja y que hay personas muy fuertes allí. Pues la razón por la que Orochimaru nos ha sometido estos años es porque los únicos ninjas de Konoha que estamos libres somos los de veinte años para abajo, a excepción de Shikamaru, que está obligado a servir como mayordomo real, y Jiraiya-sama, el cual está libre bajo amenaza.

-¡¿Cómo?! –Lee también estaba sorprendido

-Poco después de que Naruto desapareció –explicó el sannin- y dado que muchos no estaban de acuerdo con que él asumiera el trono, Orochimaru, con ayuda de la gente de la arena –Lee agachó la cabeza, pero sólo Neji lo notó- y del sonido, tomó como rehenes a todos los niños del reino y amenazó al consejo y a los clanes principales que si no accedían a sus peticiones, entonces los mataría. Utilizó la prisión que está bajo el castillo y con un sello muy poderoso encerró a todos los del consejo, a los Uchiha, los Hyuuga –Neji reaccionó ante la mención del apellido-, los Nara, los Inuzuka y otros más. Como no pueden usar charkra en sus celdas, es imposible que escapen. Orochimaru dejó a los niños libres para que le sirvieran, pero amenazó con matar a sus familias si intentaban liberarlos.

-Ésos niños han crecido –añadió Sasuke- y son todos tus viejos amigos, Naruto: Shikamaru, Hinata, Chouji, Tenten, Shino, Kiba y demás. Iruka-sensei es el único al que se le permitió que nos entrenara, se esforzó mucho por enseñarnos a dominar las técnicas de nuestros clanes.   

-Por eso es de vital importancia tener listo un plan. Una vez que comencemos la pelea, no podremos echarnos para atrás, o si no, los que están encerrados morirán.

 

Jiraiya envió a todos a dormir, pues a partir de mañana empezarían a correr los tres días en los que Naruto debía aprender a dominar el Rasengan. Mientras los demás dormían (Neji y Lee en la misma cama para dejarle la del pelinegro a Jiraiya), Sasuke y Naruto se encontraban sentados en el techo de la casa mirando las estrellas.

-Perdona por todo lo que te dije, Sasuke –se disculpó el rubio, con la cabeza agachada

-Está bien, mejor dejémoslo así.

-… Oye, Sasuke.

-Dime.

-¿Qué relación se supone que tenemos ahora?

-¿Eh? –el Uchiha se sonrojó fuertemente

-Bueno... es que después de lo que pasó... ya no somos sólo amigos, ¿no?

-… Claro que no, dobe –volteó la cara tratando de ocultar su sonrojo-. Cuando vuelva a Konoha les diré a los demás que eres mi pareja.

Naruto sonrió y abrazó con fuerza al otro chico.

-Un día antes de que todo pasara, fui a tu casa, pero no me atreví a verte. Recuerdo que le pedí a Itachi nii-chan que te dijera que iría a visitarte al día siguiente… Y pasaron ocho años antes de volvernos a encontrar.

Sasuke le acarició la cabeza con cariño.

-Ya no importa. Finalmente estamos juntos otra vez, y no dejaré que nadie, menos ése Orochimaru, me separe de ti nuevamente –y lo pactó con un apasionante beso al cual el rubio correspondió feliz

 

Muy temprano por la mañana, Naruto y el sannin-sacerdote salieron a entrenar. Sasuke se quedó en la casa porque por la noche tendría que empezar el viaje de regreso al reino. Lee había tenido que salir a una pequeña misión de último minuto, así que sólo estaban el pelinegro y Neji.

-Eres un Hyuuga, ¿cierto? –preguntó el menor- Sólo ellos tienen los ojos blancos.

-Sí –lo miró-. Tengo entendido que nací en Konoha, pero me llevaron de allí siendo un bebé. ¿Están encerrados todos los del clan Hyuuga?

-Sólo Hinata está libre. Ella es la heredera del clan, tiene la misma edad que Naruto y yo.

-… Ya veo…

Sasuke volteó de reojo a ver las fotografías que ayer había contemplado y luego volvió a posar su vista en el chico frente a él.

-Oye... ¿acaso tú estás enamorado de Naruto?

Curiosamente el ojiblanco pareció sorprenderse con la pregunta y no pudo evitar sonreír con melancolía.

-No –contestó con sinceridad-, lo que siento es diferente. Lo he cuidado, y Lee también, se supone, desde que era un niño, así que no puedo evitar sentirme como si fuese para él una especie de padre y hermano mayor. Por eso... no me siento listo para entregárselo a alguien –lo miró con algo de reproche-, pero si él es feliz así, entonces no me queda más que apoyarlo.

 

Después de un arduo día de entrenamiento llegó el anochecer y con él el momento de que la parejita se despidiera nuevamente.

-Sólo será por unos días –le decía Sasuke a su ahora novio mientras se abrazaban

-Lo sé. Ten mucho cuidado y mientras protege a los demás.

-Claro.

-Recuerda, Sasuke –dijo Jiraiya-, dentro de tres días, al atardecer, espera nuestra llegada. Trataremos de infiltrarnos por el bosque.

-Entendido.

-Descuida, Sasuke-kun –dijo Lee y adoptó su pose de "soy el más cool del mundo"-, dentro de poco iremos a ayudarles con todo el poder de nuestra juventud, jajajajajajaja. Menos Jiraiya-san, que ya está mayor.

-¿Qué estás insinuando, mocoso? –dijo el peliblanco con una vena muy marcada en la frente

-Jajajaja, muy bien, Jiraiya-san, esa es la actitud, jajajajaja.

-Mejor me voy de una vez –dijo Sasuke alejándose de ese chico-. Tendremos todo listo para su llegada –y realizando unos sellos desapareció en una nube de humo

-Naruto –lo llamó Neji, poniéndole una mano en el hombro-, vamos, que queda poco tiempo para entrenar.

-Sí.

 

Y pasaron los tres días. Naruto y compañía caminaban rumbo a Konoha. El rubio se sentía algo nervioso por ver de nuevo aquél lugar. Rodearon buena parte del reino hasta llegar al bosque y se infiltraron sin problemas en él.

-<<Aquí fue... donde Kakashi-sensei tuvo que rescatarnos a mí y a Sasuke de ése par de mujeres locas>> -pensó, sonriendo con tristeza

 

En el interior del reino, Sasuke, Kiba y los demás ya se encontraban reunidos.

-Shino –llamó el Uchiha-, ¿no lograste localizar a Iruka-sensei?

-No. Parece que estos días ha estado rodeado de esos tipos del sonido, así que me fue imposible acercarme, aún con mis insectos.

-Ya veo. Chouji, ¿qué hay de Shikamaru?

-Está al tanto, pero sigue en el castillo. Dijo que él se encargaba de los guardias de la prisión subterránea.

-Es obvio –intervino Tenten con una pequeña sonrisa-, su querida Temari es quien está haciendo guardia allí, junto con su hermano, el chico de las marionetas.

-Sasuke-kun –dijo Hinata juntando sus dedos-, ¿en serio vendrá Naruto-kun?

-Sí, podemos confiar en él.

-Me muero de ganas por verlo –dijo Kiba-, pero ahora lo importante es estar listos. Somos pocos, pero tendremos que ayudar en todo lo posible para que finalmente nos libremos de ése maldito Orochimaru.

-Sí –contestaron los demás

-Yo me voy yendo al bosque –dijo Sasuke-, les encargo el resto.

-Cuídate, Sasuke-kun.

 

Los cuatro ninjas seguían avanzando cautelosamente por el bosque.

-Parece que alguien viene –susurró Lee

-Escóndanse –ordenó Jiraiya

 

A unos metros de donde ellos estaban, dos chicas iban caminando.

-¿Por qué nos tiene que tocar algo tan aburrido como hacer guardia en el bosque? –se lamentaba una pelirosa

-Es por tu culpa, frontuda –le reprochó una rubia-. Si no te hubieras tropezado sobre Kabuto y hubieras provocado que le tirara encima la charola de comida a Orochimaru-sama, entonces él no nos habría dado este trabajo tan aburrido.

 

-Hay que librarnos de ellas para poder seguir avanzando –dijo Neji

-Deja que yo me encargue –pidió Naruto, pero justo en ese momento...

-¡Chidori!

Ambas chicas quedaron inconscientes después de semejante ataque que recibieron.

-Eh... Sasuke –dijo el rubio mirando el cráter donde las kunoichis estaban-, ¿no crees que exageraste un poco?

-Ahora sabrán dónde estamos –añadió Lee a la vez que con una vara picaba el cuerpo de la pelirosa para saber si seguía con vida

-No se preocupen –contestó-. Cualquiera que sepa que éstas dos estaban aquí no se sorprenderá de que utilizara mi Chidori contra ellas.

 

FLASH BACK I

Sasuke (de doce años) iba caminando tranquilamente por el reino. Desde la ida de Naruto se había vuelto más frío y antisocial.

-¡Sasuke-kun! –gritó una chillona voz y al instante una lapa rosada se le colgó del brazo- ¡Hola, Sasuke-kun!

-Suéltalo, Sakura-frontuda –replicó apareciendo la rubia y jaló del otro brazo del pelinegro-. Sasuke-kun es solamente mío.

-Eso quisieras, Ino-cerda.

El joven Uchiha estaba de muy mal humor por la actitud de aquellas dos chicas, así que...

 

-Hola, Shino –saludó Kiba encontrándose con el de lentes oscuros-. ¿Has visto a Sasuke?

-¡Katon!

A una calle de allí pudieron ver salir unas enormes flamas y varios gritos.

-Me parece que se está librando de esas molestas kunoichis que lo acosan –contestó el joven Aburame

 

FLASH BACK II

Era San Valentín. Sasuke (ahora con quince años) estaba sentado en el puente que estaba junto al lago donde solía pasar mucho tiempo entrenando con cierto rubio.

-Sasuke-kun –lo llamó con timidez Hinata-, hoy es catorce de febrero, es muy peligroso que estés aquí tú solo.

-Descuida –respondió sin verla-. Además quería pensar un rato.

-Aún en él, ¿cierto?

-…

-¡¡Sasuke-kun!! –venían gritando las dos chicas de siempre

-Otra vez ellas –dijo la pequeña Hyuuga-. ¿Quieres que las entretenga para que escapes?

-No –se levantó y antes de que las dos pesadas se lanzaran sobre él, acumuló chakra en su mano derecha-. Hoy sólo quería ahogarme en mis recuerdos... ¡¿qué ni un maldito día me pueden dejar en paz?! ¡Chidori! –lanzó su ataque y ambas chicas salieron volando muy lejos

-Te está volviendo muy fuerte, Sasuke-kun –dijo la chica con admiración

-Vamos, Hinata –dijo comenzando a alejarse-. No vaya a ser que cuando despierten quieran atacarme de nuevo.

-Sí.

 

FIN DE LOS FLASHBACK

 

-Y ésas son sólo un par de anécdotas –decía el Uchiha

-Me alegra no ser tu enemigo, Sasuke-kun –dijo Lee, apartándose de él por precaución

-Bueno, chicos –intervino Jiraiya-, andando, que tenemos que acercarnos al castillo.

-Sí –contestaron todos

 

Lograron adentrarse al reino sin problemas, pero antes de poder acercarse al castillo se toparon con un montón de guardias pertenecientes al reino de Suna.

-Ero-sennin

-Llámame Jiraiya-sama.

-Como sea. Ve con Shino y los demás, ayúdalos a evacuar a la gente que esté por los alrededores, no podemos permitir que les pase algo.

-De acuerdo, ¿y ustedes?

-Nos infiltraremos al castillo, tal y como habíamos acordado.

-Bien, buena suerte, chicos –y desapareció

-Naruto –lo llamó Neji-, ¿tienes algún plan para librarnos de tantos guardias sin ser descubiertos?

-Jejeje, sí: tú y Lee tendrán que hacer de carnada.

Los tres chicos voltearon a ver al rubio.

-¿Qué esperas que hagamos? –preguntó el ojiblanco con algo de desconfianza-, ¿qué usemos algún jutsu para transformarnos en algo que desconcentre a los guardias?

-Precisamente –sonrió aún más- y ya sabes cuál.

-Oh, no, me opongo –replicó, rápidamente

-Por favor, Neji, es la única opción.

-¿Pero por qué ésa técnica?

-Vamos, Neji –intervino Lee-, no será tan malo.

-Habla por ti –suspiró-. Está bien, mientras más rápido, mejor –y sigilosamente ambos comenzaron a acercarse más a los guardias

-¿Qué es lo que van a hacer? –quiso saber Sasuke, a lo que su pareja rió levemente

-La técnica secreta del gran Uzumaki Naruto: Sexy no jutsu.

 

Y así es, damas y caballeros, el gran Hyuuga Neji había utilizado el Sexy no jutsu para transformarse en una guapísima chica de largo cabello café que resaltaba sus ojos blancos y su excelente figura, mientras que Lee ahora era una preciosa chica de cabello corto negro y largas y tersas piernas. Inmediatamente todos los guardias rodearon a las "chicas".

-Qué par de bellezas.

-¿No te gustaría ir a tomar algo conmigo? –preguntó uno a la ojiblanca

-<<Muérete –pensaba con furia contenida-. Calma, Neji, esto lo haces por Naruto>>

 

Los otros dos chicos aprovecharon la distracción para correr rápidamente hacia el castillo, pero fueron interceptados por Kabuto y otros dos.

-¿A dónde vas, Sasuke-kun? –preguntó el de lentes

-No creo que te importe, Kabuto. ¿Por qué mejor no regresas con Orochimaru para ser su perrito faldero?

-¿Envidia, Uchiha?

-Ni en broma – con un brazo rodeó la cintura del rubio de manera posesiva-. Ya tengo a alguien a quien proteger.

-¡Qué lindo! –dijeron los dos que estaban tras Kabuto al ver a Naruto

-Yo me encargo de ellos –susurró el pelinegro-. Tú aprovecha para seguir avanzando.

-Entendido. Cuídate, Sasuke.

-Descuida -realizó varios sellos rápidamente-. Katon.

 

Naruto corrió a toda velocidad, pero justo en la entrada del castillo fue atacado por una mano de arena que apenas si pudo esquivar. Alzó la vista y se encontró con un chico pelirrojo de ojos verdes.

-Veo que sí lograste sobrevivir, Uzumaki Naruto –le dijo

-Arena –murmuró, sorprendido-... Eres la persona que me salvó ése día, ¿verdad?

El joven alistó su arena para otro ataque, sin embargo se detuvo, pues acababa de percibir un chakra demasiado conocido para él.

-Ga-Gaara... –dijo cierto pelinegro caminando hacia él, mirándolo fijamente

-… -puso una mirada que reflejaba sorpresa y melancolía a la vez- Lee...

-Naruto –llamó a su amigo-, ve adentro. De él me encargo yo.

-P-Pero...

-Por favor...

El menor asintió y corrió adentro del castillo, Gaara ni siquiera intentó detenerlo cuando pasó por su lado.

-Ha pasado mucho tiempo, Gaara –dijo Lee y sonrió

-Doce años.

-¿Por qué la gente de la arena está ayudando a ése tal Orochimaru?

-Tú sabes que después del asesinato de los reyes, Suna cayó en desgracia. Orochimaru-sama prometió que nos liberaría de esa miseria. Además –agachó la cabeza-... si no le obedezco, matará a mis hermanos.

-Gaara...

-Prepárate –dijo, haciendo que la arena se dispersara a su alrededor-. Si deseas ayudar al príncipe entonces tendrás que pelear conmigo.

Lee metió la mano en su bolsillo y apretó con fuerza la bandana de Suna que allí traía.

 

Por su parte, Naruto ya se había colado dentro del castillo y avanzaba con cautela hacia el lugar donde podía sentir el chackra de Orochimaru.

-¿Por qué no mejor se lo pides a Kabuto? –escuchó preguntar a una voz familiar- Para mí sería problemático, pero como él te adora, sería capaz de lamer el suelo si se lo pides.

-¿Qué te he dicho sobre hablarme con más respeto, Shikamaru? En fin, ¡Iruka!

El corazón del rubio se aceleró cuando escuchó una puerta abrirse y unos pasos acercándose a Orochimaru.

-¿Me llamó, Orochimaru-sama? –preguntó con repudio

-¿Ya supiste dónde anduvo Sasuke los días que desapareció?

-No, se niega a responder.

-Pues averígualo como sea. Ah, y si no quieres perder a otro de tus queridos chicos, será mejor que le enseñes modales a Shikamaru, jajaja.

-Dudo mucho que él le obedezca –lo miró-. Los jóvenes ninja de Konoha sólo siguen las órdenes del verdadero rey, no de alguien que usurpó el trono por la fuerza.

-Pues que yo recuerde, Kakashi tampoco era el rey legítimo.

-Pero él se ganó el puesto gracias a sus méritos, por eso toda la gente del reino lo quería y respetaba, no como tú.

-¡¡No te atrevas a hablarme en ese tono!!

Una serpiente apareció y se sujetó con fuerza al cuello del moreno.

-¡Iruka-sensei! –gritó el Nara

-Veamos quién se hará cargo de los niños si tú no estás, Iruka.

-¡¡Suéltalo inmediatamente!!

Naruto salió de su escondite y creó dos réplicas, con las cuales golpeó a Orochimaru para poder liberar al mayor del agarre de la serpiente.

-N-No puede ser –murmuró Shikamaru, incrédulo, viendo al recién aparecido

-¿Se encuentra bien, sensei?

-Na... Eres Naruto... ¿de verdad...? –preguntó, acariciándole la cara con cariño- ¿Cómo es posible que...?

-Shhh, ahora no es momento de hablar, sensei –miró a su viejo amigo-. Shikamaru, por favor llévate a Iruka-sensei a un lugar seguro.

-De acuerdo –se acercó y ayudó al ninja a ponerse de pie-. Me debes una gran explicación, Naruto.

-Jeje, de acuerdo.

Ambos ninjas desaparecieron. El hombre con cara de serpiente se levantó y se limpió con la mano la sangre que el golpe le sacó de la boca.

-Vaya, vaya –dijo, caminando hacia él-. Quién hubiera pensado que el pequeño príncipe asustadizo seguía con vida.

-Te equivocas, he cambiado desde entonces –se puso en posición de combate-. Y he venido para que te arrepientas del dolor que les has provocado a mi pueblo.

 

La batalla final ha llegado, ¿quién ganará este esperado encuentro?, ¿qué pasará entre Lee y Gaara?, ¿cuál es la relación que une a estos dos?, ¿y cómo les estará yendo a los demás en sus peleas? Todo esto y más en la última parte de este fanfic.

Notas finales:

HIGARY-NOTAS:

Finalmente lo terminé. Anduve muy ocupada con la uni, así que apenas tuve tiempo de terminar de escribir este capítulo. El último no les aseguro que lo tenga para la próxima semana (voy a tener exámenes), pero no creo demorarme tanto, además será el capítulo más largo, habrá lemon (me esforzaré mucho para que quede bien), y varias sorpresas, así que por favor no se lo pierdan. Ahora sí las notas:

1.- Como siempre, muchas gracias a quienes se toman la molestia de leer el fic, especialmente a mis adoradas lectoras que me animan con sus lindos reviews: yuki-yagami, Minamiki, lareine lacroix, Cris1Gaara, aki-chan, kimy kaiba uchiha, telenine_angelical y valeria n.n

2.- Muchas gracias a quienes leyeron el segundo capítulo de mi fic "Sentimientos en papel", sobre todo a rit-chan, neko_dark, lareine lacroix, Myk Wong, Bonnie, sakurita_85 e Illyara (review por cada capi n.n), quienes con sus bellísimos comentarios me animaron muchísimo, en verdad se los agradezco (sobre todo las opiniones del lemon) ^0^

Y por hoy es todo gente bonita, nos leemos en el último capítulo, o en mis fics de Gravi (se los recomiendo mucho n.n) o en los fics SasuNaru en los que ayudo a mi hermanita. Ya saben, espero sus reviews con quejas, sugerencias, saludos, felicitaciones, críticas, tomatazos, y demás. Bye bye y se me cuidan mucho.


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