SEGUNDA PARTE
Un hombre con capucha iba caminando por el bosque. De pronto dos chicas aparecieron frente a él: una frontuda de pelo rosa y otra de cabello rubio.
-Tanto tiempo sin verlo, Orochimaru-sama –saludó la primera
-Sí, qué alegría encontrarnos de nuevo –añadió la otra
-Pues no opino lo mismo –contestó y pensó- <<¿Por qué siempre me tengo que encontrar con estas dos? En fin, quizá me sean de utilidad>> -miró a ambas chicas- ¿Creen poder ayudarme en un plan?
-Por supuesto –dijeron a la par
-Entonces síganme, que necesitarán de alguien más.
Siguieron caminando por el bosque y mientras las jóvenes peleaban por ver quién era mejor (y Orochimaru se maldecía por semejante compañía), llegaron a una pequeña cabaña que se encontraba en los límites entre Konoha y Suna.
-Pero Orochimaru-sama –dijo Ino-, no me diga que va a...
-Entonces no te lo diré –y tocó a la puerta
Esta se abrió dejando ver a un apuesto joven pelirrojo, el cual se sorprendió al mirar a sus visitantes.
-Orochimaru-sama –miró a las chicas-, ¿y en compañía de Sakura e Ino?
-No tenía otra opción –respondió-. Necesito de su ayuda y de la tuya, Gaara.
-¿En qué le puedo servir?
-Permite que entre y te contaré los detalles.
-Por supuesto –y ambos entraron, cerrando la puerta en la cara de las otras dos
-Hey, Gaara-san, te olvidaste de nosotras –dijo Sakura
-No me importa que no te caiga bien esta frontuda, pero yo soy una persona muy amable y simpática.
-¿Qué dijiste, cerda?
-¿Qué tu frente ya no te deja escuchar bien? –y siguieron insultándose hasta que Gaara utilizó su arena para sepultar a ambas chicas
Volviendo a Konoha, Naruto se encontraba jugando con Hinata, Kiba y Akamaru.
-<<El bosque es peligroso, así que no puedo decirle a Hinata que vaya conmigo -pensaba el rubio, luego miró al otro chico-. Y si llevo a Kiba, su hermana nos descubriría rápidamente porque su perro seguiría el rastro de Akamaru>>
-Naruto-kun, ¿en qué estás pensando? –preguntó la niña
-¿Eh?, no, en nada importante, jeje. Por cierto, ¿y los demás?
-Tenten y Chouji iban a entrenar con sus familias –respondió el Inuzuka-, pero es muy raro que estando tú aquí Sasuke aún no haya llegado.
-¿Por qué lo dices?
Ambos chicos se miraron incrédulos.
-Na-Naruto-kun, ¿acaso... no te has dado cuenta?
-¿De qué?
-En serio que eres un despistado de primera –Kiba suspiró-. Con razón Sasuke no se anima a ser sincero contigo.
El príncipe miró a sus amigos aún sin comprender sus palabras. Luego una idea le vino a la mente.
-<<Claro, Sasuke de seguro que sí me acompañará al bosque. Rayos, ¿por qué no llega cuando lo necesito?>> Disculpen, chicos, pero acabo de recordar que tengo algo que hablar con Sasuke, nos vemos –y se fue corriendo a toda velocidad
-Me siento mal por Sasuke-kun –dijo Hinata, mirando a su amigo alejarse
-Pero qué le vamos a hacer, así es Naruto.
No muy lejos del castillo, dos pelinegros venían caminando en silencio.
-¡Sasuke baka! –llegó gritando el rubio y se fijó en el chico que acompañaba a su amigo- Hola, Itachi-nii-chan.
-¡Qué tal, Naru-chan! –respondió él, sonriendo
-¿Qué quieres, usuratonkachi? –preguntó Sasuke
-Oye, me hablaron de un lugar genial, ¿vamos?
-¿Y se puede saber dónde está ese lugar tan genial? –preguntó alguien a espaldas de Naruto
Allí se encontraba Iruka mirándolo fijamente.
-Ah... Iruka-sensei... este... Está cerca del lago, jeje.
-¿Del lago? –repitió Sasuke- Allí no hay nada interesante.
-Claro que sí –dijo Naruto sonriendo forzadamente-, ya lo verás cuando lleguemos.
-… Hermano, ¿puedo ir?
-Depende de lo que diga Iruka-sensei.
-¿Sí, podemos, sensei? –preguntó Naruto con su carita de cachorro tierno
-Mmm... Está bien.
-¡Sí!
-Pero –los miró, seriamente- no pueden ir solos.
Un rato después se podía ver a los dos niños caminando tras un joven de unos quince años, de cabello negro amarrado en una coleta y que además lucía una cara de aburrimiento.
-Qué problemático, ¿por qué me tenía que tocar a mí ser niñera? –decía mientras caminaban
-No te quejes tanto, Shikamaru –le dijo el rubio
-Supongo que es inevitable, ya que el clan Nara ha fungido como los estrategas y mayordomos de la familia real.
Mientras Shikamaru seguía absorto mirando las nubes, Sasuke se acercó al oído del rubio y le susurró:
-Oye, dobe, ¿a dónde vamos de verdad?
-Al bosque del límite sur.
-¿Qué?, ¿estás loco?
-¿No me digas que el gran Uchiha Sasuke tiene miedo?
-Claro que no. Está bien, vamos, y te demostraré quién es el más valiente de los dos.
Shikamaru volteó a verlos a la vez que seguían discutiendo y sonrió un poco.
-Sí, no cabe duda de por qué todos piensan igual –se dio cuenta que ambos voltearon a verlo, por lo que prosiguió-. Definitivamente tanto Kakashi-sama como Itachi-san van a ponerse muy contentos cuando ustedes dos queden comprometidos.
Sasuke se sonrojó y el rubio se le quedó mirando al mayor.
-¿Comprometidos? –preguntó
-Claro, ya sabes, futuros.
-¿Futuros? –volvió a preguntar, aún sin entender
-¿Por qué no le explicas tú, Sasuke?
-… -se puso aún más rojo- Se refiere a que tú y yo... bueno... tú sabes...
El joven Nara se hartó de la indecisión del Uchiha y lo despistado de Naruto.
-Un día tú y Sasuke se van a casar, ¿entendido?
El cerebro del rubio procesó esa información durante unos minutos.
-¡¿Qué?! –y se puso igual de rojo que Sasuke- Pero eso no se puede, él es mi mejor amigo, casi como un hermano, sería muy raro.
-<<Yo dudo que Sasuke piense igual, pero bueno>> -pensó el Nara y miró al rubio- Pues vete haciendo a la idea porque es tradición en el reino comprometer al primogénito con alguno de los descendientes de los cuatro principales clanes de Konoha: el clan Nara, el Hyuuga, el Inuzuka y el Uchiha.
Siguieron caminando en silencio durante otro rato, hasta que el rubio, aún con algo de vergüenza, se acercó a Sasuke.
-Necesitamos deshacernos de Shikamaru para llegar al bosque –le dijo
-Recuerda que no por nada ya es uno de los estrategas del reino, va a ser difícil.
-Sí, pero debe de haber una forma.
-Ah, acabo de acordarme, una vez lo escuché decirle a Chouji que su debilidad eran las mujeres lindas e inteligentes de cabello rubio.
Naruto sonrió.
-Entonces usemos mi arma secreta, pero para eso necesito un poco de tiempo.
-De acuerdo.
Sasuke aceleró el paso hasta quedar al lado del Nara.
-Debe ser difícil para ti –le dijo el mayor
-¿Qué cosa?
-Pues Naruto es tan ingenuo que no se da cuenta de que no lo ves sólo como un amigo.
-… -Sasuke se puso completamente rojo- ¿Por qué todos dicen eso?
-Porque es la verdad, ¿o me equivoco?
-Y-Y sólo... Sólo quiero...
-<<Ahora>> -pensó Naruto al ver que los otros dos no le prestaban atención
Realizó rápidamente y utilizó el kage bushin no jutsu, con el cual creó una copia. El rubio real se escondió tras unas casas que estaban cerca y volvió a realizar otro tipo de sellos
-Técnica secreta del gran Uzumaki Naruto: Sexy no jutsu.
Al instante apareció una preciosa chica rubia de ojos azules, con un aire inocente y sensual, la cual lucía un traje naranja muy similar al del rubio.
-Soy genial –dijo, sonriendo-. Ahora a engañar a Shikamaru.
Mientras tanto Sasuke seguía platicando con el chico mientras el Naruto falso los seguía. De pronto la linda joven rubia apareció frente a ellos.
-Disculpa –le dijo a Shikamaru con timidez
-¿Se te ofrece algo? –preguntó el Nara- <<Wow, es muy bella>>
El pelinegro trataba de contener la risa al ver la cara que ponía el joven, puesto que Sasuke era el único que sabía que Naruto había aprendido a hacer esa técnica y la forma que adquiría al usarla. Naruto chica y Shikamaru estuvieron hablando otro rato, pero a causa del chakra que el rubio estaba aplicando en mantener su forma femenina, su copia masculina desapareció de pronto.
-¿Eh?, ¿y Naruto? –preguntó el mayor
Naruto chica hizo rápido los sellos del kage bushin no jutsu y creó otras siete réplicas que se lanzaron sobre Shikamaru.
-Hey, ¿qué haces? -decía mientras forcejeaba para liberarse de las copias
El verdadero Naruto jaló a Sasuke de la mano y se fueron corriendo en medio del desastre caudado por las réplicas y Shikamaru que intentaba librarse de ellas.
-¡Regresen acá ustedes dos! –les gritó
Los niños llegaron corriendo hasta el bosque del sur.
-Finalmente lo dejamos –decía el pelinegro, tratando de recuperar el aliento
-Sí –sonrió-, no cabe duda de que soy un genio.
-¿Tú, dobe? Si yo fui el que dijo la debilidad de Shikamaru.
-Pero yo hice todo el trabajo.
-No es cierto, te hubiera sido imposible si yo no lo distrajera.
-Claro que no. Además, ¿de qué tanto hablaban si hasta te habías puesto rojo?
-E-Eso no es de tu incumbencia.
-Anda, Sasu-chan –se agarró de su brazo-, dime, ¿sí?
-Sabes que odio que me llames así.
-Entonces dime de qué hablaste con Shikamaru.
-No.
-Te haré hablar por la fuerza –estuvieron forcejeando tanto que no se percataron de que tres personas encapuchadas los habían rodeado
-Vaya, vaya, mira lo que tenemos aquí, frontuda.
-Cállate, cerda –dijo la otra y luego miró a Sasuke-. Kyaa, qué guapo es.
-No quieras ser asaltacunas –dijo el tercer individuo, pegándole en la cabeza
-Ouch, no ocupabas hacer eso.
Ino se acercó a ellos. Inmediatamente Sasuke colocó a Naru detrás de él.
-Así que tú eres Uzumaki Naruto, el futuro rey de Konoha.
-No te atrevas a intentar tocar a Naruto –dijo Sasuke con furia
-Kyaa, así luce más guapo.
-Te dije que te controlaras –Gaara le volvió a pegar en la cabeza. Miró fijamente a Naruto, la mirada que el rubio tenía le recordaba a otra persona, además...
-Terminemos con el trabajo rápidamente –dijo Ino, sacando un kunai-. Pequeño –miró al pelinegro-, si no quieres morir, será mejor que te apartes y huyas.
-Jamás.
-<<Huy, ¿por qué lo protege de esa manera?>> -pensaba la pelirosa con celos- Espera, Ino, yo me encargaré del mocoso rubio.
-¿Y por qué iba a dejar que te quedaras con la gloria, frontuda?
Gaara se hartó de la discusión de las chicas, así que las atacó usando su arena.
-Eso duele –dijeron ambas
-Entonces dejen de perder el tiempo –les dijo con una mirada fría
Las jóvenes se levantaron, pero apenas dieron un paso para acercárseles, Sasuke hizo unos sellos.
-Katon Goukakyuu no Jutsu.
Sacó fuego de su boca con el cual hizo que la ropa de Sakura comenzara a arder.
-¡Waaaaa! ¡Me quemo!
Sasuke jaló a Naruto y se alejaron corriendo, pero Ino reaccionó rápidamente y comenzó a perseguirlos, mientras Gaara parecía divertirse de lo lindo viendo cómo Sakura corría como loca intentando apagar el fuego.
-¿Pero por qué quieren atacarme? –decía el rubio mientras huían
-Deben de ser de Suna –respondió su amigo-. Tenemos que salir de aquí pronto.
Ino lanzó un kunai directo hacia el rubio, pero el Uchiha se arrojó sobre él para protegerlo y como consecuencia el kunai le lastimó el brazo izquierdo.
-Sasuke baka –dijo Naruto apretando la herida de su amigo-, no tenías que hacer eso.
-Yo también soy ninja de Konoha –dijo con una sonrisa de medio lado-, mi deber es proteger al príncipe aún con mi propia vida.
-Sasuke...
-¡Kyaaa! ¡Qué escena tan tierna! –decía Ino, sonrojada, luego reaccionó- Ah, sí, debo terminar con el trabajo.
El rubio se puso delante de su amigo justo cuando su atacante sacaba más kunais y se los lanzaba, pero antes de que alguno pudiera herirlo, alguien había llegado a salvarlo.
-Kakashi-sensei...
Shikamaru usó su técnica para controlar sombras, pero antes de que esta pudiera alcanzar a Ino, el Nara tuvo que anularla para esquivar una peligrosa arena que lo intentaba golpear.
-¿Estás bien, Shikamaru? –preguntó Kakashi
-Sí –contestó, pero sabía que la arena había estado a punto de herirlo seriamente
-Vamos, Ino –dijo Gaara, quien traía arrastrando lo que quedaba de la Haruno-, ahora no podremos hacer nada.
-Entendido.
El pelirrojo hizo un remolino con su arena, el cual provocó que los otros cerraran sus ojos y eso fue aprovechado por los atacantes para desaparecer.
-¿Te encuentras bien, Naruto? –preguntó Shikamaru
-Yo sí, pero Sasuke...
-Sólo es un rasguño –dijo rápidamente el Uchiha, pero el mayor sacó un pañuelo y se lo amarró en la herida para tratar de detener la hemorragia
-Kakashi-sensei, yo... –intentó decir Naruto
-Volvamos a casa –ordenó con voz seria aún de espaldas al rubio
-Sí –contestaron los tres
Salieron del bosque y se pusieron en camino al castillo. Kakashi y los chicos caminaban en completo silencio.
-Shikamaru –habló el mayor
-¿Sí, Kakashi-sama?
-Lleva a Sasuke con Tsunade para que atienda su herida, yo tengo que hablar muy seriamente con Naruto.
-Como ordene. Vamos, Sasuke –miró a Naruto-. No te preocupes.
-Yo... –el rubio miró a su amigo que intentaba protestar, y sonriendo lo interrumpió
-Obaa-chan se encargará de tu herida, luego voy a visitarte, ¿de acuerdo?
-Naruto... –pero Shikamaru lo obligó a dejarle a solas con el rey
El joven príncipe se encontraba un metro detrás de Kakashi.
-Naruto –lo llamó el peliplateado-, creí haberte dicho que no fueras allá.
-... Lo siento.
-¿Tienes idea de la gravedad del asunto? Desobedeciste deliberadamente, engañaste a Shikamaru a pesar de que Iruka lo envío precisamente para protegerte, y arriesgaste la vida de Sasuke. Naruto, pudieron haberlos matado a ambos.
-L-Lo siento –y comenzó a llorar-, lo siento mucho, Kakashi-sensei, sólo quería demostrarles a todos que soy tan valiente como tú o Iruka-sensei.
-Naruto, ser valiente no significa hacer cosas peligrosas, también debes ser consciente de tus actos –le sujetó la cara y con sus dedos le limpió las mejillas-. He intentado hacerte entender que eres muy importante para Konoha, eres el último príncipe legítimo que queda, algún día el reino será tu responsabilidad, además, ¿cómo crees que nos sentiríamos todos si algo te pasara? No solamente me nombraron rey sustituto, también se me encargó tu educación, sé que no he sido el mejor de los padres para ti, pero aún así te quiero como si en verdad fueras mi hijo y por ello no quiero que te pase nada malo.
El rubio comenzó a llorar más fuerte y se abrazó a su sensei.
-Lo siento mucho, mucho, prometo que no volveré a desobedecerte, Kakashi-sensei. Me esforzaré bastante para que tú e Iruka-sensei se sientan orgullosos de mí.
-Baka –sonrió-, ya lo estamos.
Ambos se quedaron largo rato sentados en el césped mirando las estrellas.
-Kakashi-sensei –lo llamó el niño
-Dime.
-Tú dijiste que me protegerías, ¿verdad?
-Sí.
-Entonces siempre vas a estar conmigo, ¿verdad?
El adulto miró brevemente al chico y luego posó sus ojos en el cielo.
-Naruto, cada persona tiene una razón para venir a este mundo, pero tarde o temprano tiene que morir, por eso la gente trata de esforzarse para cumplir todo lo que se propone. Un día yo también tendré que irme, pero te prometo que siempre estaré cuidándote y estoy seguro que desde el cielo Minato-sama también te está mirando.
-… ¿Me lo juras?
-Por supuesto. Ahora volvamos al castillo, Iruka debe estar preocupado por nosotros.
Era un nuevo día en Konoha. Naruto se encontraba sentado en el jardín solo.
-¿No deberías estar entrenando? –le preguntó alguien detrás suyo
El rubio volteó para encontrarse con su mayordomo-niñera.
-Shikamaru –agachó la cabeza-... Lo siento mucho, si no te hubiera engañado yo...
-No te preocupes por eso. Esa técnica... es algo tonta, pero efectiva.
-Jeje, ¿verdad que sí?
-Lo que me sorprendió fue que sepas usar el Kage bushin, dado que aún eres pequeño.
-Estuve practicándolo mucho con ayuda de... –se quedó callado y agachó la cabeza
-¿Por qué no has ido a visitar a Sasuke? –preguntó, adivinando los pensamientos del niño
-Lo lastimaron por mi culpa, no creo poder mirarlo a la cara.
-Créeme, Naruto, él se sentirá peor si no vas a verlo.
-Pe-Pero le prometí a Kakashi-sensei no salir del castillo solo.
-Descuida, esta vez tienes mi autorización. Si Kakashi-sama pregunta yo le diré a dónde fuiste, pero no te desvíes a otra parte.
-¡Sí! Muchas gracias, Shika-chan –y salió corriendo de allí
-Qué problemático –suspiró, dejándose caer sobre el césped-, pero supongo que es imposible evitar verlo como un revoltoso hermano pequeño.
Naruto corrió hacia la mansión de los Uchiha. Justo cuando iba llegar a la entrada vio a Shizune salir de allí en compañía de Itachi.
-No le dejes hacer movimientos bruscos con el brazo –decía la joven- y en unos días estará como nuevo.
-Gracias, Shizune-san –dijo el jefe del clan
-No es nada. Debo irme, Tsunade-sama quería que la ayudara en el hospital. Nos vemos, Itachi –y se fue
-¿Por qué estás escondido, Naru-chan? –preguntó con una sonrisa el pelinegro
El pequeño salió de su escondite con las mejillas sonrojadas.
-Ho-hola, Itachi nii-chan... Eh... ¿cómo se encuentra Sasuke?
-Bien, la herida no fue nada grave.
-Me alegra oírlo –agachó la cabeza y cerró los ojos-. Discúlpame por favor, lastimaron a tu hermanito por tratar de protegerme, seguro que estás enojado conmigo.
El mayo acarició la cabeza rubia con cariño.
-Claro que no, Sasuke hizo lo que debería hacer: cualquiera sería capaz de arriesgar todo con tal de salvar a la persona que más le importe.
-¿Eh? –y entendiendo sus palabras se sonrojó- ¡¿Qué?!
-Jajaja, no es secreto para nadie que tú y Sasuke se quieren mucho.
-P-Pero yo no...
-¿No vas a pasar a verlo? Le va a dar gusto.
-Ahh –sonrió y negó con la cabeza-... No me siento capaz por el momento, pero dile que mañana después de mi entrenamiento vengo, ¿sí?
-Claro, yo le digo.
-Adiós, Itachi nii-chan –y se fue corriendo un poco más animado
-Qué tierno es el amor de infancia –diciendo esto entró de nuevo a su casa listo para burlarse de su hermanito por su "estrecha amistad" con el príncipe
Mientras tanto en el bosque del sur, muchos ninjas de todos los sexos y edades se encontraban reunidos alrededor de Orochimaru, el cual tenía enfrente a Sakura, Ino y Gaara.
-Les puse al principito en bandeja de plata y no pudieron deshacerse de ese par de chiquillos.
-Lo sentimos mucho, Orochimaru-sama –dijo Sakura
-Todo fue culpa de la frontuda, si ella no hubiera estado distraída en otras cosas habríamos podido eliminarlos.
-¿Qué? Por si no viste me estaba incendiando, ¿qué esperabas que hiciera?
-¡Silencio! –les gritó el hombre serpiente
-Además –intervino Gaara- el rey Kakashi apareció en ese momento, Ino y yo jamás hubiésemos podido derrotarlo. Y estaban los descendientes de los clanes Nara y Uchiha.
-¿Qué haremos ahora, Orochimaru-sama? –preguntó uno de los ninjas mayores
-Afortunadamente aún tengo un as bajo la manga –sonrió-. Ellos son los mejores para librarnos de una vez de Kakashi y el mocoso.
-¿A quiénes se refiere? –preguntó Gaara mirándolo muy seriamente
-Ya lo verás. Mañana Konoha será toda mía.
Al día siguiente, Naruto se encontraba practicando combates con Shino, Kiba con Chouji y Hinata con Tenten, todo siendo observado por Shikamaru e Iruka. En eso llegó Orochimaru junto a los más grandes.
-Iruka –dijo el de pelo largo-, debo llevarme al príncipe, Jiraiya ha dicho que está listo para aprender sus técnicas especiales.
-Pero Kakashi no me comentó nada de eso.
-Ya sabes cómo es Jiraiya, apenas lo decidió hoy en la mañana después de que se enteró de lo de la incursión del príncipe en el bosque.
-Entiendo. Pero Shikamaru irá con ustedes, ¿de acuerdo?
-... Claro, no hay problema.
Minutos después Naruto iba cantando alegremente junto a Shikamaru, mientras que Orochimaru iba un poco más atrás.
-Ahhh, una mariposa –dijo el rubio y comenzó a perseguirla tratando de atraparla
-Shikamaru, ¿no tienes otros asuntos que atender?
-No. Iruka-sensei me ha ordenado venir con Naruto y es lo que haré.
-Ya veo. En verdad que eres un joven leal.
Formó unos sellos con sus manos y miró fijamente a los ojos del Nara. Éste comenzó a sentir que todo a su alrededor daba vueltas y sin poder evitarlo quedó inconsciente.
Mientras tanto en el castillo, Sasuke (con su brazo vendado) iba caminando y se encontró con el rey.
-¿Cómo sigues, Sasuke? –le preguntó, sonriendo
-Estoy bien –contestó-. ¿Dónde está Naruto?
-Debe de estar entrenando con los chicos, yo también iba para allá.
Llegaron hasta donde los niños jugaban alegremente bajo la mirada de Iruka.
-Sasuke –le sonrió-, me alegro de verte en tan buen estado.
-Gracias. ¿Y Naruto?
-Orochimaru se lo llevó –contestó-. Dijo que Jiraiya-sama quería hablar con él para comenzar a entrenarlo.
-Qué raro –dijo Kakashi-, porque no me ha dicho nada de eso.
-Mandé a Shikamaru para que los acompañara, ya que a nosotros también nos pareció sospechoso.
-Por si acaso mejor voy a buscarlos –y dicho esto desapareció
-<<No entiendo –pensó Sasuke-, me duele el pecho, siento algo extraño>>
Orochimaru y Naruto iban caminando hacia la frontera oeste.
-Qué raro que Shika-chan se halla ido tan repentinamente –decía el rubio
-Dijo que había olvidado unos asuntos importantes.
-Veo que entonces no siempre se la pasa de perezoso, jeje. ¿Y a dónde vamos, Orochimaru-san?
-A uno de los campos de entrenamiento. Descuide, príncipe, ya casi llegamos.
El lugar al que lo llevó era un campo de entrenamiento ninja formado por algunos barrancos y precipicios muy peligrosos.
-Espere aquí, majestad –dijo, sentándolo en una piedra-. La persona que quiere verlo enseguida vendrá a su encuentro.
-Está bien –contestó con inocencia
Orochimaru se escondió detrás de un enorme muro de rocas, donde los hombres vestidos de negro lo esperaban.
-Mátenlo –fue lo único que les dijo e inmediatamente salieron al encuentro del rubio
-¿Por qué alguien querría verme aquí? –decía Naruto en voz alta. De pronto se percató de la presencia de varios chakras malignos y muy poderosos. En cuestión de segundos, dos hombres estaban delante de él
-Uzumaki Naruto, ¿verdad? –dijo uno de ellos- Somos del grupo de asesinos Akatsuki.
-Y nos han ordenado acabar contigo –añadió el otro y sacó una enorme y horrible espada
El pequeño apenas si pudo reaccionar y salió corriendo lo más rápido que podía.
Por su parte, los otros seis miembros de Akatsuki estaban atacando el reino causando tantos desastres como podían. Todos los ninjas de Konoha intentaban detenerlos, pero cada uno de los enemigos era sumamente fuerte.
-<<¿Dónde estarán Kakashi y Naruto?>> -pensaba un preocupado Iruka mientras dirigía la defensa del castillo
Volviendo con los otros, los dos Akatsuki habían acorralado a Naruto cerca de un precipicio.
-Déjame darle el golpe de gracia, Deidara –decía el de la espada
-Está bien, pero hazlo pronto, Kisame.
Pero antes de que pudiese tocar al pequeño, Kakashi había llegado justo a tiempo para salvarlo.
-Lo siento –habló-, pero si lo quieren primero tendrán que acabar conmigo.
-Será un honor, rey Kakashi –dijo Deidara con una sonrisa
-Naruto, escóndete.
-Pero...
-¡Es una orden! –gritó el peliplateado al tiempo que comenzaba su combate contra los otros dos
La pelea era muy pareja, Kakashi estaba demostrando que no por nada lo habían escogido rey sustituto. Pero de pronto el ninja pudo ver cómo una enorme serpiente amenazaba con atacar desde atrás al rubiecito.
-¡Naruto! –gritó, pero esa distracción fue aprovechada por los Akatsuki, quienes lo orillaron hasta el precipicio hasta hacerlo caer, sin embargo el de cabello gris se sujetó con una mano al borde
-¡Kakashi-sensei! –el niño no se había percatado de la serpiente que lo asechaba, hasta que sintió algo moverse tras suyo, pero antes de poder voltear, la serpiente lo golpeó con su cola lanzándolo fuertemente contra un árbol que había allí
-¿Qué hacemos con él, Orochimaru-san? –preguntó Kisame
-Orochimaru... –dijo Kakashi con furia
-Miren nada más al gran ninja copia, colgando desde un precipicio. Pero no te preocupes por Naruto y Konoha, el mocoso pronto se reunirá contigo y el reino será mío –pisó la mano de Kakashi que se aferraba a la orilla-. Adiós, Kakashi. Saluda de mi parte a Minato –y pateó la mano haciendo que se soltara y cayera por el precipicio
-<<Discúlpenme por no haberlos protegido como debía... Naruto... Iruka...>>
Shikamaru despertó. Se encontraba tras un restaurante del reino. De pronto escuchó unos fuertes gritos y se percató de que salía fuego de varias partes.
-¿Qué está pasando aquí?, ¿dónde están Naruto y Orochimaru-san?
Naruto también recobró el sentido. Frente a él se encontraba el hombre con cara de serpiente. Entonces recordó la pelea de hace un rato.
-Orochimaru-san, rápido, Kakashi-sensei está...
-Es demasiado tarde, príncipe –le dijo, fingiendo tristeza-. Esos hombres lo arrojaron desde el precipicio, no pudo sobrevivir.
-¿Qué...? N-No... Eso es imposible... –y las lágrimas comenzaron a escapar de sus ojos
-Pero lo es. Kakashi murió por intentar salvarle. ¿No se ha dado cuenta? Las personas a las que quiere salen heridas por usted y finalmente ha habido la primera muerte, quién sabe cuántas más ocurran en el futuro.
-P-Pero yo no quería... Kakashi-sensei no... Kakashi-sensei no...
-Ahora está muerto, esa es la única verdad. Pobre Iruka, va a reaccionar muy mal cuando sepa que su esposo murió por culpa del chico al que considera como un hijo.
-¡No! Yo no... Yo no quería que él... ¿Qué debo hacer ahora? –dijo, llorando descontroladamente
-Huye –habló el mayor-, huye muy lejos y nunca regreses.
-Pero...
-Si huyes entonces nadie más sufrirá daño por tu culpa. Huye lejos, Naruto, y nunca regreses a Konoha.
El rubio lo miró. Era verdad, jamás podría volver a ver a los ojos de Iruka-sensei y ahora Kakashi-sensei, quien era como otro padre, estaba... Naruto se limpió las lágrimas y salió corriendo de allí. Los Akatsuki aparecieron detrás de Orochimaru.
-Acaben de una vez con ese molesto príncipe –ordenó
Naruto corría lo más rápido que sus piernas se lo permitían.
-<<Es mi culpa –se decía a sí mismo sin dejar de llorar-. Kakashi-sensei murió por mi culpa>>
Entonces se percató de que los asesinos de su maestro lo seguían muy de cerca. El rubio siguió corriendo, estaba próximo a llegar a la frontera oeste de Konoha, pero se detuvo, pues había otro barranco que además estaba cubierto de espinas.
-Hasta aquí llegaste, niño –dijo Deidara, sonriendo, pero justo en ese momento Naruto se vio envuelto en una enorme mano de arena que lo arrojó hacia abajo
-¿Pero qué...? –Kisame sólo veía como el enorme montón de arena seguía descendiendo
-No te preocupes –dijo su compañero-, ahí podemos darlo por muerto. Y si sobrevive y decide volver entonces lo mataremos.
-De acuerdo. Ahora vamos por la recompensa que Orochimaru-san nos prometió.
Y se marcharon sin percatarse de que suavemente la arena depositaba al niño en el suelo.
-... ¿Arena...? –y perdió el conocimiento completamente
En la parte de arriba del enorme barranco, un joven pelirrojo miraba al diminuto punto que era el cuerpo del príncipe.
-Sobrevive, Uzumaki Nauto –dijo-. Y pase lo que pase, por favor no mueras –dio media vuelta y se marchó antes de que alguien se diera cuenta de que había protegido al rubio
La noche cayó en Konoha. Gran parte del reino había sido dañado. Los miembros del consejo, los jefes de los clanes más importantes, los jounin y todos los amigos de Naruto se encontraban reunidos afuera del devastado castillo, parados alrededor de Orochimaru.
-Konoha ha sufrido un golpe terrible –decía con voz triste-, en el mismo día hemos perdido al rey sustituto y a nuestro legítimo príncipe.
Todos escuchaban con dolor sus palabras, algunos sin poder contener las lágrimas. Tsunade tenía posada su mano en el hombro de Iruka y Sasuke lloraba desgarradoramente mientras Itachi lo abrazaba con fuerza.
-Ahora tenemos que seguir adelante para volver a levantar el reino –continuó hablando Orochimaru-, así que con sumo pesar es mi deber asumir el trono del reino.
-¿Qué? –Shizune, Tsunade, Itachi, Asuma e Iruka lo miraron fijamente
-Yo los guiaré a una nueva era –muchos ninja encapuchados comenzaron a aparecer a espaldas de Orochimaru- donde la gente de Konoha y los habitantes de Suna se unirán en un futuro glorioso.
Desde aquél día las cosas no volverían a ser iguales en el alguna vez hermoso reino de Konoha.
¿Qué pasará ahora que Orochimaru se ha apoderado del trono?, ¿qué habrá ocurrido con Naruto?, ¿dejarán los ninjas de Konoha que la serpiente se salga con la suya?