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Melancolía por Kijimi

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Notas del capitulo:

Hola, regresé antes de lo que pensé. Muchas gracias a Aranza_Uzumaki, MonaChina y gotentrunks55 por su apoyo, espero que les guste el cap.

Bonito 2021 a todos.~

Capítulo 2

Hay sonrisas melancólicas

 

 

Sasuke entró en el aula, y su semblante cambió en cuanto vio lo que pasaba en el interior.

Naruto Uzumaki se encontraba sentado en uno de los pupitres, mientras varios estudiantes lo acaparaban sin dejar de hacerle preguntas.

—Nee, nee, Naruto, ¿cómo es Suna? ¿Es verdad que es tan genial como se ve en televisión?

—¡Pues claro que es genial, Ino-Cerda! Es una ciudad muy grande, ¡tiene cosas increíbles que no existen en Konoha!

—¡Cállate, Sakura-Frentona! ¡Tú ni siquiera has salido nunca de Konoha!

Todos presenciaron con resignación cómo Ino Yamanaka y Sakura Haruno discutían como las eternas rivales que eran.

El chico rubio permaneció sentado en medio de todo ese alboroto, con una pequeña sonrisa que demostraba que no tenía idea de lo que sucedía a su alrededor.

Sasuke caminó hacia uno de los pupitres más alejados y jaló la banca para sentarse, produciendo un sonido que captó la atención de los presentes.

—¡Sasuke-kun! —gritó Sakura, visiblemente apenada por la escena que estaba armando junto con Yamanaka.

—Só-Sólo queríamos que Naruto-kun nos contara cómo fue vivir en Suna —Ino se justificó con voz nerviosa, igualmente apenada por mostrarle esa situación a Sasuke Uchiha, uno de los chicos más populares e inalcanzable de la escuela.

Sasuke ni siquiera las miró. Como siempre, se limitó a mantener su semblante serio y se dispuso a retomar el libro que leía cada mañana antes de comenzar las clases.

Sin embargo, no le pasó desapercibido que Naruto lo observaba fijamente, y tampoco pudo ignorar cuando el chico rubio se levantó y corrió a sentarse en el pupitre de al lado, frente a la mirada asombrada de todos.

—¿Qué estás haciendo, dobe? —Preguntó Sasuke, sin dejar de mirar su libro— ¿Acaso ésta es tu primera clase de hoy?

Naruto le dedicó algo parecido a una pequeña sonrisa antes de sacar algo de su mochila. Extendió una hoja hacia Sasuke, esperando pacientemente a que la revisara.

—¿Qué es esto? —Uchiha preguntó y tomó la hoja para leerla— ¿Tu horario?

Naruto asintió, como si quisiera que el otro viera que estaba orgulloso de haberlo hecho bien.

—Tienes taller de dibujo a primera hora.

—Sí.

“Mierda. Igual que yo”, pensó Sasuke. 

El día anterior no había vuelto a encontrarse con Naruto después del almuerzo, por lo que dedujo que no tendrían más clases en común por un tiempo. 

Ahora sabía que compartían Literatura los lunes, Dibujo los martes, y, al parecer, los viernes estarían juntos en clase de Historia también.

—Venga ya, todos saquen su material —El profesor Asuma Sarutobi entró en el aula. Su rostro sereno denotaba que no tenía la más mínima prisa, y a pesar de ser tan temprano ya se encontraba con su típico cigarrillo en la boca. 

Sin duda, dejaba ver que hubiera preferido seguir durmiendo antes que tener que lidiar con sus problemáticos pupilos aspirantes a artistas.

Todos procedieron a sacar sus cuadernos y demás utensilios para iniciar la clase.

Todos… Menos Naruto.

—No me digas que volviste a olvidar tu libreta —Sasuke arrugó el ceño.

Naruto negó con la cabeza, y de su mochila sacó una especie de pergamino y un pincel algo extraño.

“Al menos no tendré que prestarle nada hoy”, pensó Uchiha sin verdadero interés.

El profesor Asuma comenzó con una clase teórica explicando el tema que revisarían ese día. De reojo, Sasuke pudo ver que Naruto mantenía la vista al frente, pero sin estar presentando real atención a lo que decía el maestro y, en consecuencia, sin estar tomando notas en su extraño pergamino-libreta.

—Y eso es todo. Escojan un compañero y dibújenlo con la técnica que les acabo de enseñar. —dijo Asuma.

Sakura e Ino se levantaron al instante, en una clara muestra de que acudirían a preguntarle a Sasuke si quería ser su pareja, pero tropezaron con la otra a mitad del camino, lo cual terminó en una irremediable discusión entre ellas.

—Qué problemático —Exclamó Shikamaru, y Sasuke no pudo estar más de acuerdo.

—Oe, Sasuke —Una débil voz lo llamó— ¿Quieres que seamos compañeros?

Uchiha se giró para ver de dónde provenía esa voz, sólo para encontrar a Naruto mirándolo con esos ojos semi ausentes.

—¿Qué?

—No sé dibujar… Pero puedo intentarlo. —La voz de Naruto era apenas un murmullo.

Sasuke se reprimió para que no notara que lo había tomado por sorpresa.

Hace cuatro años, seguramente el imprudente de Naruto habría comenzado a alardear que era mejor que Sasuke y que apostaba que podía hacer un dibujo mil veces mejor que el suyo.

Pero esta vez no fue así. 

En cambio, el rubio mantuvo sus ojos clavados en los suyos, tan tranquilo que parecía una persona completamente distinta a la que recordaba.

—Da igual —Uchiha se encogió de hombros, abriendo su cuaderno de dibujo y preparando su lapicero.

Ser el compañero de cualquiera en esa aula le parecía lo menos interesante, y al menos así tendría un buen pretexto para estudiar el rostro tan cambiado del rubio.

Una vez estuvieron sentados uno frente al otro, iba a comenzar a trabajar cuando notó que Naruto permanecía inmóvil, sin la más mínima muestra de preparar su material.

—¿Acaso vas a quedarte ahí sin hacer nada?

—Hoja —Naruto extendió una mano, señalando con la otra la libreta de Sasuke.

—¿Ah? Hazlo en tu propio pergamino, dobe.

—No puedo hacer eso. —se limitó a decir Naruto, todavía esperando que Sasuke le cediera una hoja de su propio cuaderno.

—¿Por qué no? —Sasuke cuestionó, comenzando a perder la paciencia, pero no obtuvo respuesta alguna.

El rubio sólo lo miraba, como si lo más natural fuera que Sasuke arrancara una hoja de su libreta de dibujo para él.

—Sí que eres raro, usoratonkachi —Y Sasuke no tuvo más remedio que hacerlo.

De alguna manera, el que Naruto permaneciera tan quieto, como si una parte de él no estuviera ahí realmente, producía un efecto extraño que no le permitía comenzar a pelear como hacían de forma normal cuando eran más jóvenes.

    Sasuke resopló y empezó a trabajar. Buen tiempo habían perdido ya en ese intercambio tan raro, y lo último que necesitaba era que el profesor Asuma lo reprendiera como ya había hecho Kakashi el día anterior.

    Naruto tomó el extraño pincel que había sacado minutos antes de su mochila. Fijó su mirada en Sasuke, como si quisiera aprenderse de memoria su rostro, y comenzó a mover el pincel sobre el lienzo.

    Sasuke apretó el lapicero entre sus dedos, teniendo que aceptar que resultaba un tanto difícil concentrarse con el chico rubio observándolo de esa forma tan atenta.

    Tonterías. No era propio de él dejarse llevar por emociones tan vanas, por lo que puso manos a la obra y también clavó su vista en Naruto, como si con eso pudiera ver a través del extraño comportamiento del otro.

    Nadie podía entenderlo, ¿qué podía haber sucedido en los últimos años para que una persona tan extrovertida y alegre se convirtiera en una especie de muñeco vacío y ausente?

—Tu cabello. No me deja ver tus ojos.

—¿Qué? —Sasuke masculló, pero sin previo aviso Naruto estiró una mano y levantó sutilmente el flequillo negro que cubría los ojos de Uchiha.

Un murmullo ahogado se escuchó alrededor cuando el rubio se inclinó para mirar más de cerca, seguramente de Sakura, Ino y el resto de alumnos curiosos que observaban la escena desde sus lugares.

—No recordaba que fueran tan negros. —Dijo Uzumaki, separándose para poder seguir con su retrato.

Por un momento, Sasuke se quedó inmóvil como una estatua, tratando de comprender lo que acababa de pasar.

En cambio, Naruto lucía bastante sereno, como si el hecho de haber tocado a Sasuke y acercado tanto sus rostros fuera algo común de todos los días.

—Tienen diez minutos para terminar —exclamó el profesor Asuma, ajeno al bullicio alrededor de sus alumnos.

En realidad, nadie pudo notar que Sasuke ocultaba su mirada tras su flequillo, y que después de eso no pudo volver a clavar sus ojos en Naruto para seguir dibujando.

Mierda. 

Qué problemático, hubiera dicho el mismo Shikamaru.

 

—Ya no estamos en la escuela. No entiendo por qué estás siguiéndome. 

Y era verdad. Sasuke no entendía por qué después de que terminaran las clases Naruto se había quedado en la entrada de la Academia, como si estuviera esperando a Sasuke  saliera para empezar a seguirlo de cerca, por lo que ahora estaba ahí, pisándole los talones a través de las calles de Konoha.

—¿Te molesta? —preguntó Naruto, pero a diferencia de lo que pudiera esperarse no había ningún rastro de sarcasmo en su voz. 

Más bien parecía un tono… Melancólico.

—Claro que me molesta, dobe. ¿Por qué mejor no te largas a tu casa y me dejas tranquilo?

Naruto se detuvo de golpe, y Sasuke volvió a experimentar un nudo en el estómago como el día anterior.

—Lo siento. —las palabras parecían demasiado sinceras, con el mismo tono sosegado que envolvía su voz desde que había vuelto de Suna.

Sasuke no era alguien fácil de doblegar, ni siquiera le interesaba lo que pudiera pasar con el resto de sus compañeros.

Pero esto… Bueno, era tan extraño como diferente de algún modo.

—Oe, escucha —Uchiha se palpó la frente, en una muestra de mantener la cordura— No entiendo qué es lo que te pasa, ni qué es lo que quieres de mí. Sólo intenta no darme problemas.

—¡Sí! —Naruto exclamó con un poco más de fuerza que antes, teniendo que correr para alcanzar a Sasuke cuando retomó su camino.

—No sé a dónde vas tú, pero yo me voy a casa. —Continuó diciendo Sasuke, pero se detuvo al notar que Naruto no lo estaba siguiendo.

Miró por encima de su hombro, sólo para encontrar a Naruto de pie y mirando fijamente a un pequeño local que se encontraba al otro extremo de la calle.

—¿Qué diablos haces, usoratonkachi? —preguntó de mala gana, tardando sólo unos segundo en comprender.

Se trataba de un local de ramen, la comida favorita de aquel rubio bullicioso.

No que en esos momentos fuera el mismo rubio que haría un alboroto y saltaría de felicidad al haber encontrado un lugar que ofrecía su más sagrado alimento, pero Sasuke sabía a la perfección el efecto que el ramen podía causar en el rubio.

Al menos, eso parecía no haber cambiado.

Con un resoplido, no tuvo más remedio que regresar unos pasos junto a Naruto y aceptar lo inevitable. 

—¿Quieres entrar a comer ramen?

Uzumaki dejó de mirar el pequeño local para centrar su atención en Sasuke. Luego buscó algo en el bolsillo de su pantalón, dejando ver un curioso monedero en forma de rana el cual abrió para encontrarlo semi vacío.

—No me alcanza. —murmuró Naruto con ese tono de tristeza que parecía tan impropio en él.

Sasuke volvió a resoplar, encogiéndose de hombros y metiendo sus manos a sus propios bolsillos mientras se encaminaba a la entrada del lugar.

—Te pregunté si querías comer, no si tenías dinero, dobe.

El rubio tardó unos segundos en seguirle el paso y ambos entraron al pequeño local.

—¡Bienvenidos! —Saludó alegremente el encargado, mientras terminaba de preparar un platillo para otro comensal. —¿Qué es lo que van a querer?

—Ramen —Naruto señaló un estilo de ramen en el menú sobre la barra y el hombre asintió, dando a entender que estaba conforme con su elección.

—Yo sólo quiero algo de tomar —dijo escuetamente Sasuke y se sentó frente a la barra, al lado del rubio. 

Desde la última vez que había competido contra él cuatro años atrás, no le producía ninguna ilusión tener que comer ramen, así que no había vuelto a hacerlo desde entonces.

—Un ramen a la orden —anunció el encargado unos minutos más tarde, y dejó un humeante tazón frente a Naruto.

Por primera vez, Sasuke pudo percibir algo diferente en aquellos ojos azules.

Aún parecían ausentes, pero al menos había una diminuta chispa de vida en ellos.

O al menos eso parecía.

—¡Buen provecho! —Naruto separó los palillos y comenzó a engullir los fideos, alejándose un poco cuando por las prisas terminó quemándose la lengua.

Sin darse cuenta, Sasuke sonrió de medio lado.

Después de todo, Naruto seguía siendo el mismo dobe torpe de siempre.

—Nee… ¿Sasuke?

—¿Qué quieres, usoratonkachi? —Sasuke volteó ligeramente para mirar a su compañero, y lo que vio incrementó aquel nudo en su estómago.

Naruto seguía sentado al lado suyo, pero la discreta sonrisa en su rostro era distinta a todo lo que había visto antes.

Uchiha sabía que las personas solían usar a otros a su favor, siempre habiendo un fin detrás: Querían obtener algo, por más mínimo que fuera.

Esperaban tener algo de Sasuke, fuera para bien o para mal. Ninguna persona era completamente mala, pero ninguna era completamente pura tampoco.

Tuvo que usar su voluntad para demostrar que a Sasuke Uchiha no lo impresionaba cualquier cosa.

Pero la sonrisa que tenía Naruto en esos momentos era... Especial, por llamarla de algún modo. Era una sonrisa melancólica, pero había un toque de agradecimiento que Sasuke no supo cómo interpretar.

Todo lo que sabía de Naruto Uzumaki, era que no era el mismo chico revoltoso que conoció hace cuatro años, y que el Naruto actual parecía esconder algo que había apagado su personalidad alegre casi por completo.

Casi.

—Gracias, Sasuke. —dijo Naruto, aún con aquella sonrisa honesta, entre agradecida y melancólica a la vez.

Sólo había visto esa sonrisa en una persona, hace mucho tiempo atrás. 

Y por segunda ocasión en su vida, Sasuke Uchiha no supo qué responder.

 

Continuará...

Notas finales:

¿Tienen teorías de lo que pudo pasarle a Naruto?

Gracias por seguir leyendo, espero volver pronto. ~


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