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Flores en el viento por Mu_Shaka

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Masami Kurumada.

 

Hola, mis amores. Esta es la sorpresa que les tenía. Me di cuenta de que ya llevo seis años en esta página escribiendo. Eso es bastante y me gustó la idea de celebrarlo con una colección de one-shots que representen mis historias. Serán one-shots con escenas extras de "Contigo Estaré", "El más injusto juez", "A puerta cerrada" y ahora también "No estaba en el plan".

Estoy muy agradecida con todos ustedes por todo el apoyo que me dan y espero que disfruten estos one-shots. Si no han leído ninguna de las historias, estos one-shots contienen spoilers, así que es recomendable que las lean primero, aunque también pueden leerlos individualmente si quieren.

Gracias por estar junto a mí estos seis años. Los amo <3

 

Mu_Shaka

Notas del capitulo:

El primer one-shot es de "El más injusto juez". La palabra es jardín.

Las advertencias para este one-shot son:

-Mención de la muerte de un personaje.

-Mención de intento de suicidio.

-Esquizofrenia paranoide.

-Referencia a ansiedad.

 

Contiene spoilers de "El más injusto juez".

Espero que lo disfruten <3

 

Mu_Shaka

La lluvia caía lentamente, rodando por las ventanas. El Sol hace rato se había ocultado, dejando nada más que oscuridad. Las luces de las calles apenas lograban verse a través del cristal tintado de la ventana. Había llegado del trabajo hacía unas horas y la Luna pareció haber dictado el veredicto para que el cielo comenzara a llorar justo cuando terminó de cerrar la puerta.

Alone no estaba en casa. Posiblemente seguía en el estudio terminando de agregar esos toques finales a su pintura. No le había dado permiso de verla todavía, pero estaba convencido que era tan maravillosa como cualquier otra cosa que hubiera hecho antes. Los últimos meses, Alone había estado trabajando en pinturas que iban más hacia lo contemporáneo y moderno que a su estilo barroco que tuvo durante tantos años. El público estaba apreciando el cambio de una forma espectacular. Alone evolucionaba como artista y Hades estaba muy orgulloso, y agradecido, por tener el honor de estar a su lado mientras lo hacía.

Era extraño verse dentro de esta casa. Habían pasado tantas cosas en este par de años. En los anteriores a que se conocieran también. Le parecía bizarro que tan sólo unos años antes su vida era tan desastrosa, tan llena de dolor, con pensamientos irracionales corriendo por su mente y ahora era feliz viviendo con el amor de su vida.

Hace tiempo comprendió que quizá nunca dejaría de tomar el medicamento, que quizá nunca dejaría de ir a citas con Shaka Nayak y que jamás recuperaría los años que perdió, pero no le molestaba en absoluto. Con Alone a su lado todo sería más fácil. Con su apoyo había logrado muchas cosas ya, cosas que jamás creyó que haría o experimentaría. Su primera colección de pinturas en la convención de arte fue un éxito. Antes sólo era el hombre misterioso que pintó los murales del acuario y del museo. Ahora, era un pintor oficial que tenía presentaciones en museos, convenciones y giras internacionales.

Se preguntaba si Shun estaría sonriendo, donde fuera que estuviera.

Al principio, Hades se rehusó a decir la razón por la que sus pinturas eran así en entrevistas, a decir por qué sus pinturas representaban temas tan oscuros. Era cierto que Hades era un dibujante dirigido a la fantasía y seres mitológicos. Siempre fue así, pero cuando comenzó su carrera como pintor, encontró una oportunidad para dejar salir todos los demonios que dejó embotellados por tanto tiempo. Sus pinturas comenzaron con sentimientos como la agresividad, tristeza, melancolía, el odio y sarcasmo. No podía controlar lo que su pincel o lápiz ponía en el lienzo. Era como si una presa se hubiera roto, dejando salir toda el agua con la que se estuvo ahogando.

Fue Alone quien lo ayudó a controlar el pincel, quien lo sostuvo cuando rompía en llanto después de largas noches sólo dibujando y con los dedos llenos de grafito. Fue Alone quien lo trajo de vuelta al mundo real después de ataques de pánico, quien le mostró cómo dominar su cuerpo para tomar dominio de sus trazos. Quien lo ayudó a recobrar el control.

Los entrevistadores querían saber por qué no salía en ruedas de prensa públicas, por qué sólo podía ser contactado online. Hades nunca respondió con la verdad, no se atrevió a hablar y decirlo en voz alta. Con el tiempo fue que comenzó a aceptar su realidad por completo, a aceptar que tener esquizofrenia no lo hacía menos humano o menos buena persona, que no estaba loco.

Un día de verano, decidió que estaba listo para hablar. Alone no cuestionó su decisión, jamás lo hacía y por eso amaba estar a su lado. Con Alone podía ser él mismo, podía romperse en mil pedazos y podía ser un payaso. No importaba lo que sucediera, Alone siempre estaba ahí. Podían decir que ambos eran el fan número uno del otro.

El entrevistador preguntó algo de su pasado y Hades tomó eso como la oportunidad perfecta de decirlo. Fue la primera vez que repitió en voz alta el diagnóstico de Shaka con respecto a su esquizofrenia, la primera vez desde que le dijo a Alone y comenzaron a salir. Las palabras sólo comenzaron a salir, no pudo detenerse de decir todo lo que quería decir, de animar a otros pintores a hacer lo mismo y seguir sus sueños.

Se encontró a sí mismo repitiendo las palabras que alguna vez Shun le había dicho a él para hacerlo sentir mejor. Las palabras que lo habían mantenido a flote y que lo habían salvado. No hacía falta decir que las redes sociales explotaron con los títulos de “Hades Underwood, famoso pintor, sufre de esquizofrenia” o “La verdadera razón por la que las pinturas del pintor de fantasía Hades Underwood son tan oscuras”. Alone le prohibió ver el teléfono celular toda la semana, asegurándose de hacerle llegar los comentarios más positivos hasta que estuviera en el estado mental adecuado para soportar los que eran menos amables.

Tomaría tiempo para que eso sucediera, pero por el momento, agradecía que Alone estuviera ahí para detenerlo de leerlos.

Las personas mostraban su apoyo hacia él y muchas otras comenzaron a contar sus historias también. Hades se sentía agradecido, menos solo en su lucha contra una enfermedad mental que era tan difícil de sobrellevar. Se lo debía todo a Shun, si no hubiera sido por él quién sabe dónde estaría ahora.

Su próxima colección fue todo un éxito. El público buscaba desesperadamente sus pinturas en subastas, las admiraban con una nueva luz de verdad. Hades jamás pensó que algún día eso sucedería. De pensar que una vez fue admirador de Alone Fallaci y que después pasó a conocer, ser su pareja y convertirse en pintor con su ayuda. Ser pintor fue lo que siempre soñó, bajo la tutela de Alone se convirtió en alguien reconocido y era como si por primera vez fuera visto por quien era. Por primera vez las personas admiraban su trabajo, después de tantos años de que sus padres le dijeran que no valía la pena, que no tenía sentido. Se sentía valorado.

Sus pinturas dejaron de ser tan oscuras y comenzó a crear cosas combinadas, un cuadro de fantasía que aún representaba su lucha contra su propia mente. Encontró el balance perfecto para decir todo lo que quería decir en una sola pintura. Ahora que el secreto estaba allá afuera, sentía como si un peso se le hubiera quitado de encima.

Hypnos y Thanatos estaban más que emocionados. Ambos estaban felices por él, felices de que estaba mejor y que estuviera luchando cada día para tener de vuelta la vida que sus padres casi destruyeron por completo. Pasaban más tiempo juntos y gracias al tratamiento, Hades era capaz de ir a más lugares con ellos sin síntomas, disfrutando de la compañía de las personas que más amaba en el mundo entero.

Se había mudado para comenzar a vivir con Alone. Su casa no era muy extravagante, pero quizá lo suficiente para un par de pintores excéntricos. Tenían sistema de seguridad por petición de Hades y Cerbero tenía su propia sala de juegos donde tenían todas sus cosas. Ese perro era en muchas formas su guardián. Recordaba la vez que lo conoció en el refugio de animales, las risas y la diversión que tuvo con Shun.

Shun…

Esa noche, con la lluvia cayendo, regresó de un día complicado en el trabajo. Se retiró los zapatos en la entrada. Sabía que Alone no estaba en casa porque la luz de la entrada no estaba encendida, así que no se molestó en ir hasta el estudio para buscar. Cerbero lo recibió con sus ladridos de felicidad al verlo en casa. Lo levantó del suelo y fue hasta la cocina para servirse un vaso de agua. Había sido un largo día y lo único que quería era sentarse en el sofá sin hacer nada.

Tenía días buenos y días malos. A veces más malos que buenos, pero todo era parte del proceso. Como Shun lo dijo, tenía derecho de llorar y patalear, odiar el mundo, de vez en cuando. La carta que hace tanto tiempo le dio, seguía guardada en el cajón de su mesa de noche, la carta que ahora podía leer sin que le doliera. El retrato que pintó de él seguía colgado en la pared con una vela iluminándolo cada vez que llegaba a casa, especialmente en el aniversario de… su muerte.

Alone no era celoso en absoluto y jamás le pidió que quitara el cuadro. A veces, incluso lo encontraba admirando el retrato por las noches, cerrando los ojos para rezar brevemente antes de regresar a lo que sea que hubiera estado haciendo antes. Podían decir que ambos lo extrañaban, incluso si era por diferentes razones.

Preparó una comida rápida, no tenía mucho apetito esa noche. No fue el mejor día y la lluvia no estaba ayudando. Los recuerdos de todas esas noches en silencio aplastante, esas noches llorando sin lágrimas y gritando sin voz regresaron a su mente. Comió en más silencio, con sólo Cerbero a sus pies jugando con sus juguetes de trapo. Cuando terminó, insistió al perro para que comiera. A veces se distraía jugando y se negaba a comer de su tazón, pero Hades siempre lograba convencerlo al final. Cerbero tenía mucha energía para tener un cuerpo tan pequeño.

Fue a darse una ducha, perdiendo la noción del tiempo en el baño. Con el cuerpo pesado, los pensamientos por todos lados. Se sentó en el asiento de la ventana, admirando las gotas de lluvia caer hasta perderse en el borde del marco. Observó las calles oscuras llenas de coches, los establecimientos cerrando puertas y otros abriendo paso a la vida nocturna de Japón. La Luna iluminaba parte de la sala, ya que no encendió la luz al entrar. Cerbero corría de un lado a otro, pero Hades había dejado de prestar atención. Se hundió en memorias, en recuerdos de cierta persona que ya no estaba, de cierta persona que extrañaba más que a nadie.

A veces se preguntaba si enserio ya había dejado de amarlo, si enserio sus sentimientos por Alone eran reales. Eran esos días malos donde cuestionaba todo lo que hacía, donde gritaba, se frustraba y lloraba hasta caer dormido. Alone lo entendía, claro que lo hacía, pero Hades a veces creía que estar con él se había convertido en una tarea. Alone se encargaba de recordarle cada día por qué eran perfectos juntos y en los días buenos, Hades recordaba eso, sonriendo una vez más. Viviendo una vez más.

Mientras más lluvia caía, más truenos sonaban en el cielo y más rayos aparecían, más Hades caía en el abismo que se convertía su mente. Debían hacerle otra visita a Shaka, los medicamentos necesitaban un ajuste. Sombras e imágenes aparecían en las esquinas de su visión y al principio no hizo caso, pero ahora era claro de qué eran un indicador.

Se quedó ahí sentado, sin siquiera darse cuenta de las lágrimas que comenzaron a correr silenciosas por sus mejillas.

Se hundió en recuerdos de lo que pudo haber sido. Recordó los mejores, y a la vez los peores, seis meses de su vida, donde descubrió tantas cosas maravillosas y verdades que no estaba listo para saber. Recordó las visitas al parque, al museo, al acuario, al centro de ski y al cine. Recordó el momento más maravilloso de su vida bajo la lluvia en la feria, donde descubrió el amor verdadero, la ayuda incondicional y el deseo de algo más.

Recordó sus labios contra los suyos, la calidez y la desesperación de jamás dejarlo ir. Recordó la tragedia, el dolor y el fuerte deseo que fuera sólo un mal sueño.

Su primer beso con él, y su último, pasó en una noche lluviosa como esa también.

Shun tenía todo un futuro por delante, tenía tantas cosas que hacer, tantas cosas que vivir y no había podido hacer nada de eso. La vida y el tiempo se lo llevaron, injustamente una persona tan solidaria tuvo que irse en el abrazo de la muerte. Recordaba su sonrisa y sus historias. Recordaba las veces que no paraba de hablar y las veces que debió haber notado que algo no estaba bien, pero no lo hizo. Recordó los momentos en el bote donde pensó que el tiempo podía detenerse en ese preciso instante y a él no le hubiera importado.

Desearía haber podido hacer algo, desearía haber podido decirle antes que lo amaba, desearía haber podido evitar su muerte, pero era imposible. El tiempo no esperaba a nadie.

Aun así, si le dieran la oportunidad de repetirlo todo otra vez, no cambiaría nada.

O quizá sí, se daría la oportunidad de darle un segundo beso.

Ni siquiera escuchó la puerta principal cuando se abrió. Alone entró a la casa, siendo recibido por Cerbero y haciendo la voz de bebé que siempre usaba cuando le hablaba al perro. Alone dejó sus llaves en el bowl de la entrada, caminando hasta la sala.

 

-Oh, no pensé que ya estuvieras aquí tan temprano- mencionó, sonriendo antes de notar su expresión- ¿Hades?- se acercó a él, dejando su chaqueta en el sofá. Alone se sentó frente a él, notando las lágrimas- ¿Qué pasa?- susurró, acariciando su mejilla

-Hades lo volteó a ver, sacado de su ensimismamiento por el suave toque. No miró a Alone a los ojos, estaba viendo la pared detrás de él. Sólo sacudió la cabeza, pero no dijo nada-…

-¿Hay algo detrás de mí?- preguntó Alone, ya sabía por dónde iba esto. Hades asintió- No te preocupes, no va a hacer nada- dijo, continuando con sus caricias. No sabía qué era lo que estaba viendo, pero normalmente no era nada demasiado estresante. Alone había encontrado que decirle que no haría nada hacía sentir mejor a Hades, no estaba seguro de hasta qué punto podía usarlo, pero nunca habían tenido episodios alarmantes- ¿Quieres decirme qué sucedió?- preguntó, tomando su mano

 

Más lágrimas salieron antes de que Hades se inclinara y recargara la cabeza en su pecho. Alone sabía que eso significaba que quería un momento para él, un momento para sólo respirar y no hablar. Acarició su cabello, sintiendo las lágrimas mojando su camisa. Ninguno de los dos dijo nada por varios minutos. Cerbero en algún punto se acercó a ellos, acostándose a sus pies y cerrando los ojos. Probablemente el animalito sabía que algo no estaba bien.

En algún punto, los sollozos subieron de tono y Alone sólo pudo seguir hablando, susurrando en su oído que todo estaría bien. Esperando que todo estuviera bien.

 

-Lo extraño tanto- susurró Hades, voz rota por las lágrimas

 

Los ojos de Alone se llenaron de lágrimas también. Shun fue una persona muy especial para todos y para nadie era secreto que recordarlo traía consigo toda clase de sentimientos. Era imposible recordarlo y no llorar, imposible que no doliera imaginar su sonrisa en su rostro.

De todos ellos, quizá Hades era quien más lo extrañaba y a quien más le dolió su muerte.

Los minutos pasaron hasta que los sollozos dejaron de resonar en las paredes, hasta que las lágrimas se secaron y el silencio agotador se apoderó de la habitación. El cansancio aplastante que venía con llorar comenzando a presentarse. Hades se enderezó donde estaba sentado, mirando sus manos como si fueran la cosa más interesante del mundo. Sus lágrimas cayeron en puntos en la sábana que en algún punto había tomado y no se dio cuenta.

Alone colocó su cabello detrás de su oreja, tratando de mantener la compostura por Hades, pero era tan difícil. Era tan difícil no romperse también cuando el aniversario de la muerte de Shun estaba tan cerca.

 

-¿Quieres ir a dormir?- preguntó, sabía que era mejor no hablar por ahora

 

Hades asintió y juntos fueron hasta la habitación.

Ninguno de ellos durmió esa noche, pero ninguno dijo nada.

 

 

El día siguiente fue pintado por un pincel y pintura gris. No había risas, pero tampoco había rostros serios. Era gris, en el medio, lo esperado después de la noche anterior. Hubo besos y caricias, pero nada más. Alone sabía que Hades no querría ser tocado de ninguna forma sexual después de momentos como los de anoche, así que siempre esperaba hasta que estuviera listo. Espacio era lo que necesitaba y Alone primero se cortaría las manos antes de obligar a Hades a hacer algo que no estaba listo para dar.

La lluvia seguía cayendo afuera, la primavera a veces no representaba flores y abejas polinizando. A veces, representaba días lluviosos, grises, con agua que traía y se llevaba recuerdos consigo. Con nostalgia.

 

-Quizá es tiempo de ajustar el medicamento- dijo Alone

-Quizá- contestó Hades, jugando con su comida

 

Por la tarde, Hades se encerró en el estudio. Alone estaba preocupado, por decir lo menos. Era muy raro que Hades se cerrara a él, muy raro que después de episodios así decidiera estar solo. Hades nunca quería estar solo, ni siquiera en los peores días. Alone sabía que un déjame en paz no significaba precisamente eso. Hades nunca quería estar solo y Alone jamás lo dejaba solo, sin importar cuántas veces se lo dijera con lágrimas corriendo por sus mejillas.

Es por eso que encerrarse en el estudio era lo que menos esperaba de él. Ya había tocado tres veces para preguntarle si estaba bien, si necesitaba algo, pero todos sus intentos de sacarlo de ahí habían sido rechazados con la excusa de que no tenía hambre, que no estaba de ánimo.

Alone pensaba que quizá estaba sacando sus frustraciones con la pintura.

Era algo bueno, de hecho. Era un mejor método para descargar emociones que romper muebles o atentar contra su vida con medicamentos. Mejor método que golpear la pared hasta hacerse daño. Alone pensaba que habían hecho mucho progreso los últimos años, que Hades había recuperado el control que antes no tenía sobre sus emociones y estaba orgulloso de él. Estaba más orgulloso de él de lo que había estado orgulloso de nada más en la vida. Se convenció a sí mismo de que esta vez era diferente y que eso estaba bien, que Hades sólo necesitaba un momento para sí mismo. Aun así, se aseguró de recordarse tocar en la puerta cada cierto tiempo para saber que seguía respirando, que todo estaba bien.

Fue hasta la sala, donde el retrato de Shun estaba colgado en la pared. Se sentó en el sofá, admirándolo por un momento antes de que las lágrimas comenzaran a caer. Alone también lo extrañaba. Lo extrañaba mucho. Shun fue la persona que ayudó a Hades a vivir, la persona que lo ayudó a encontrar el control de su vida y quien lo animó a disfrutar de ella al máximo haciendo las cosas que más amaba. Fue él quien le dio a Hades una razón para vivir.

Shun fue la primera persona que Hades amó y como tal, Alone le haría honor a su memoria. Shun fue una persona alegre, solidaria, para nada egoísta. Una persona que siempre estaba dispuesta a poner la vida de otros por sobre la suya, que siempre prefería hacer felices a otros y con eso él mismo era feliz.

Hades nunca le había contado todo lo que hicieron juntos en esos seis meses. Con el paso de los años, piezas de la historia salían mientras los días malos ocurrían, piezas de información que Hades compartía porque necesitaba a alguien con quien hablar sobre Shun y que comprendiera su dolor. Alone dudaba que algún día le contara la historia completa por decisión propia, pero no importaba. Eran recuerdos preciados que Hades prefería guardarse para él, pero con lo poco que le contó, Alone sentía que conocía a Shun tan bien como él lo hacía.

Las pocas veces que hablaron juntos Alone fue capaz de apreciar la persona que Shun era, lo mucho que Hades significaba para él, lo mucho que amaba su trabajo. Era una lástima que Shun no tuviera la oportunidad de disfrutar más la vida. Le cambió la vida muchas personas y era tan, tan injusto que ya no estuviera vivo para disfrutar los frutos de su trabajo. Tan injusto que el tiempo se lo hubiera llevado así.

Las horas pasaron y la puerta del estudio se abrió por fin.

Alone vio a Hades salir. Hades fue hasta él en el sofá y se sentó a su lado, recargando la cabeza en su hombro. Alone pasó un brazo por sus hombros, abrazándolo contra sí. Si Alone sintió su camisa mojarse con lágrimas, no lo mencionó.

 

-Pinté algo nuevo… Quería…- susurró, deteniéndose a mitad de la frase y volteando a ver el retrato de Shun

-Lo sé. Lo sé- asintió Alone, sabía a lo que se refería- ¿Quieres mostrarme?- preguntó

 

Alone lo sintió dudar, pero al final Hades asintió. Ambos se levantaron, yendo hasta el estudio.

Alone se sorprendió por lo que vio ahí.

La habitación estaba llena de nuevos lienzos, el olor de la pintura fresca impregnando toda la habitación. Eran cuadros de distintos temas. Había flores, había estrellas, había océanos y playas. Era tan vasto en colores, tan enorme en presentación y tan distinto.

 

-A él le gustaban las flores- susurró Hades, sentándose frente al último cuadro que había pintado. Alone se acercó a él, abrazándolo por la espalda

-Son hermosos- susurró también, recargando su mentón en la cabeza de Hades

-Me dijo que siempre quiso cuidar de un jardín- comenzó- Que algún día, cuando se retirara a una casa en alguna zona rural iba a poner un jardín enorme del que cuidar- dijo, observando la pintura del castillo lúgubre rodeado de flores coloridas. Dos caras de la misma moneda, recuerdos plasmados en colores- Me dijo que su sueño era tener un gran árbol de naranjas que ver desde su ventana todos los días…- sus dedos estaban llenos de pintura seca, manchas del pasado en el presente

-Es un cuadro hermoso- dijo Alone

-A veces me gustaría regresar el tiempo, sólo para tener un minuto más con él- dijo, con la mirada pérdida

-Yo también. Yo también- dijo, dejando que el silencio se apoderara de la habitación unos momentos antes de volver a hablar- ¿Qué piensas hacer con los cuadros?

-No lo sé- confesó- Sólo quería… Sólo quería dejar evidencia de él, dejar… que el pincel hablara por mí- dijo, corrigiendo con su dedo medio un punto en el pasto que no fue bien difuminado- Quiero… que el mundo sepa que existió, que sepan que fue la mejor persona que conocí- susurró

-Entonces hazlo- dijo Alone, agachándose para verlo a los ojos

-¿Qué?- preguntó, sorprendido

-Hazlo. Muéstrale al mundo su mensaje, muéstrales a todos que existió, inmortalízalo en el lienzo y deja que su mensaje llegue a aquellos que lo necesitan más- acarició su mejilla- Dijiste que su sueño siempre fue tener un jardín. ¿Por qué no le haces uno?- dijo, tomando un pincel y colocándolo en la mano de Hades

 

Hades cubrió sus ojos con una mano, dejando más sentimientos salir. Alone sólo lo abrazó, escuchando a la lluvia parar, dándole paso al Sol para hacer florecer la primavera.

 

 

Hades pasó horas en el estudio durante semanas. Pintó y pintó, corrigiendo detalles por doquier, agregando luces, sombras, detalles. Era algo completamente diferente de lo que pintaba, por lo que era conocido. Era algo que nadie esperaría ver de él, pero se sentía bien. Se sentía bien darle la oportunidad a esa persona que le enseñó a vivir para brillar, darle su momento especial para mostrarle al mundo la clase de impacto que personas como él tenían en otros.

Los cuadros cobraron vida poco a poco. Las flores comenzaban a florecer una a una. Los colores y trazos cobraban vida, teniendo su propia danza entre la vida y la muerte dentro de los cuatro lados del lienzo. Bailaban al compás de su pincel, brillando con vida bajo los rayos del Sol de la ventana.

Cuando por fin estuvo listo y bajó su pincel para inspeccionar el trabajo, casi podía sentir la presencia de Shun en la habitación. Era tan él, era como si pudiera verlo corriendo entre el pasto, asegurándole que todo estaría bien. Como si pudiera verlo corriendo bajo la lluvia y el desastre, asegurándole que no importaba la tormenta que viniera, siempre habría algo por lo que sonreír, incluso si no lo parecía.

Alone sólo estuvo ahí para él, escuchando sus palabras y secando sus lágrimas.

El día de la revelación, muchas personas se juntaron en el parque central para ver la nueva colección de Hades Underwood, emocionados por saber qué pinturas nuevas traía para que el mundo viera.

Después de unas breves palabras, Hades retiró la cortina con la que cubrió las obras de arte. El público cayó en silencio.

Eran cuadros y cuadros llenos de flores, de Sol y aventura. Cuadros llenos de arcoíris y amor por la vida. Nadie comprendía, pero al mismo tiempo todo tenía sentido.

Era el jardín que Shun siempre quiso, con petunias, claveles y árboles. El jardín que sobrevivía sin importar cuánta lluvia le cayera encima.

Una suave brisa comenzó a caer del cielo y el público casi se preocupó por las pinturas de no haber sido por Hades, que comenzó a hablar.

 

-A veces, cuando la lluvia cae, parece que los colores a nuestro alrededor desaparecen- dijo, observando sus pinturas- Parece que todo está lleno de desgracia y tristeza. Pensamos que las cosas y planes están arruinados, que los colores comienzan a lavarse, dejando sólo el gris atrás o el negro. La verdad es que no es así- con la lluvia, la fina capa de brillo que cubría las pinturas resplandecía, las gotas de agua dándole un brillo que antes no estaba ahí y eso sorprendió a todos los presentes que soltaron sonidos de sorpresa- A veces la lluvia no es más que eso, lluvia, una cortina que nos impide ver a través, que bloquea la visión si es demasiado fuerte o que duele si no es más que una brisa. Lo que realmente importa, es si nosotros somos capaces de ver a través de esa lluvia, si logramos ver los colores que el cielo nublado quiere hacernos creer que ya no están. Como ven, los colores siguen ahí, no han desaparecido, no se irán a ningún lado. La vida, así como este jardín, está llena de cosas hermosas, cosas que pasamos por alto todo el tiempo y que sólo recordamos cuando la lluvia cae, y el gris se apodera del ambiente. Hay tantas cosas hermosas en la vida, tantos colores que no vemos porque quizá no queremos verlos, porque a veces la tristeza es demasiada. La cuestión es, que no es más fuerte que nosotros- siguió y por fin el público comprendía a qué se refería- La tristeza, la desgracia, el miedo… son como la lluvia. Pasan, no son para siempre, aunque lo parezca. El placer por vivir, la felicidad, el amor por uno mismo… son como los colores que vemos todos los días o los olores, los sabores y las texturas. Nunca se irán, siempre estarán ahí. Es nuestra decisión ser ciegos y no verlos o apreciarlos como si nunca más fuéramos a disfrutarlos. La vida es tan corta y preferimos perder el tiempo quejándonos de la lluvia que dejará de caer en algún momento que disfrutar de los colores a nuestro alrededor que jamás desaparecerán, sin importar qué tan fuerte sea la tormenta- como por arte de magia, la suave brisa que estaba cayendo, dejó de caer

 

Hades se volteó al público una vez más, observando a personas con lágrimas en los ojos y a otras con profundo sentimiento en sus rostros.

 

-Este es mi jardín, el jardín que creé para una persona muy especial para mí que ya no está en este mundo, quien me enseñó que la vida es hermosa y me hizo comprender que un poco de lluvia jamás arruinaría mis flores. Ellas necesitan agua para vivir y, aunque a veces demasiada agua ahoga a la planta, siempre podemos plantar otra e intentar de nuevo- concluyó y los aplausos no se hicieron esperar

 

El público quedó fascinado, más de uno quería una pintura y mientras el director del evento señaló un descanso para que los pintores y el público pasearan por las colecciones, Hades se retiró para buscar a Alone antes de que lo asaltaran con preguntas.

No tuvo que buscar mucho, lo encontró justo en la esquina de la locación, esperándolo con una sonrisa. Alone lo abrazó y Hades cerró los ojos, procesando sus sentimientos. Esta colección estaba llena de recuerdos para él, llena de emociones y ciertamente no fue fácil presentarla sin romperse, pero lo logró. Eso era suficiente para él.

Cuando se separaron, Hades habló.

 

-¿Crees… que le hubiera gustado la colección?-preguntó, ojos brillando con algo más que orgullo

-Creo que le hubiera encantado ver el jardín de sus sueños hecho por ti- respondió, tomando sus manos entre las suyas

 

Ambos voltearon a ver la colección, observando a las personas volverse locas por las pinturas, admirando el trabajo y procesando el mensaje tan hermoso que Hades les compartió.

Hades observó las flores, los árboles pintados en los lienzos, con ese cielo más oscuro de lo normalmente representado que indicaba el inicio de una tormenta. Observó el jardín que Shun tanto había anhelado cuando estaba vivo, el que siempre soñó tener y al fin podía traer a la realidad, incluso si sólo era una pintura.

Hades sonrió, recordando la sonrisa de Shun y su calidez, tan parecido a las mañanas de primavera. Recordó su personalidad y su aplomo, tan parecido a las tormentas de las noches de otoño. Observando la pintura, era casi como si pudiera oír su risa otra vez, como si pudiera sentir su abrazo con la brisa del viento de los comienzos de la primavera.

En el día exacto del aniversario de la muerte de Shun, le regaló el jardín de sus sueños, que esperaba le hiciera justicia a aquello que tanto siempre quiso.

Hades sintió a Alone apretar su mano y sonrió una vez más, volteando a ver el cielo ahora despejado.

Casi podía jurar que escuchó en lo alto del cielo una risa llena de felicidad que sonaba a la canción de la naturaleza.

Notas finales:

Gracias por estar conmigo estos seis años, espero que hayan disfrutado el primer one-shot. Nos vemos después con el siguiente. ¡Feliz seis años en la página para mí! Jeje.

Los amo mucho, cuídense <3

 

Mu_Shaka


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