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Mi constante por yaii

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Aparco su yipeta negra frente al establecimiento, mentiría si no era un manojo de nervios, respiro hondo, traía puesto unos jeans blancos que le marcaban su trasero de forma perfecta, un tshirt negro manga larga remangado a ¾ del brazo, un reloj marca invicta negro y tenis vans old school.

Tomo en su mano su celular, billetera y cigarros y se apeó del vehículo, cuando entro a la terraza del local agradeció internamente que no hubiesen muchas personas por la hora y que ese hombre de piel pálida le hiciera sentir que el tiempo corría más lento, sus cejas negras se relajaron al subir la vista del celular y posar su profunda mirada en él, una sonrisa casi imperceptible se formó en sus labios no pudiendo evitar el rubio mostrar su perfecta dentadura y que se le acaloraran los cachetes, el Uchiha se levantó de su asiento cuando el otro llego a la mesa.

Pantalones de vestir ajustados color caqui, chacabana blanca con sus iniciales bordadas como siempre y zapatos marrones marca Cole Haan, el rubio lo analizo de pie a cabeza, el otro había estado trabajando hasta tarde lo más probable, el pelo estaba peinado perfectamente hacia un lado, su cuerpo tonificado se dejaba ver a través de la vestimenta con facilidad.

-Uchiha Sasuke- dijo estirando su mano en forma de saludo, y el rubio soltó una pequeña carcajada, pero entendió la indirecta inmediatamente y decidió seguir el juego.

-Uzumaki Naruto- se presentó dándole la mano y sintiendo un pequeño cosquilleo.

El de pelo negro alejo el tacto, pero el otro vio en sus ojos un brillo de emoción, su corazón se apretó ligeramente. No tardo mucho para Naruto sentirse cómodo y dar rienda suelta a su personalidad, hablaba alegremente y de forma abundante de cualquier tema que le pusiera el otro o que se le ocurriera, el de ojos oscuros le prestaba atención a cada detalle del rubio, siempre le gusto, aunque quizás no lo admitía más de lo necesario aquella personalidad extrovertida y espontanea del otro, era único, diferente, era imposible no poderse fijar en él, el rubio no lo notaba o no le prestaba atención al hecho de que donde quiera que llegase o estuviera sin importar que sea mujer u hombre se sentían la mayoría atraído inmediatamente por él.

Su aura, su sonrisa, esos ojos grandes y azules, su pelo rubio natural, las curiosas marcas de su mejillas que lejos de ser raras le daban un toque sensual, Sasuke no recordaba si quiera que le llegase a molestar la muletilla que tenía al hablar, le gustaba mucho sus manos, su vibra, le gustaba todo de él, era una completa locura que después de todo y tanto, aquel joven alborotoso que habla más alto de lo normal, que no sabe disimular un malgenio, el de corazón más puro le siguiera moviendo el piso, el alma y el corazón de tal forma.

Pero quería intentarlo, quería darse la oportunidad que dejo pasar tantas veces en el pasado, quería decirle y demostrarle al Uzumaki que podrían funcionar juntos, y que quizás, lo más probable este era el momento adecuado.

Su vista se fijó en la mano canela que reposaba sobre la mesa al lado de su trago y llevo la suya propia sobre la misma acariciándolo con su pulgar vio cada bello rubio de su brazo erizarse y como la mano se tensó, las palabras se vieron interrumpidas por el acto inesperado que hizo el azabache, este dejo de acariciar pero afianzo el agarre, sin importarle menos si alguien lo notaba o no, subió la vista y se quedó mirando los ojos azules, aquellos que intentaron sostenerle la mirada pero no por mucho tiempo, el menor se sintió intimidado y acalorado, movió la vista hacia su trago y bebió lo que restaba en el vaso.

Sasuke de inmediato con su mano libre llamo al mesero quien se acercó y tomo de nueva cuenta la orden de este de traerle un nuevo trago al rubio, quien en todo momento fijo su vista hacia otro lado e intento liberar su mano lo cual no fue posible.

-          ¿Desde cuándo te molesta este tipo de acto? – pregunto de repente Sasuke llamando su atención.

-          No es que me moleste – suspiro y con su mano libre busco un cigarro, donde el otro le copio el acto y antes de prender el propio encendió el del menor. – Es solo que no me lo esperaba, tú en sitios tan poco íntimos no sueles ser así – respondió al fin.

-          Entonces no te molesta – confirmo con una pequeña sonrisa y soltando sin querer la mano contraria. – Naruto – este le miro – ¿Estas saliendo con alguien? – Pregunto directo, realmente es lo que le había dicho el rubio y aunque tenían unos pocos días hablando no se había atrevido a preguntar por ello.

-          Mmm – le dio una calada al cigarro. – depende – respondió mirando tranquilo al Uchiha que enarco una ceja.

-          ¿De? – no le gusto esa respuesta para ser precisos.

-          De que quieres escuchar – sabía que por más que simularan estar conociéndose habría cosas que tendría que comprobar, como que tan dispuesto estaba el otro a respetarlo, o si tenía intenciones más allá de lo carnal. Un Sasuke de antaño respondería “No me importa si estas o no en una relación o conociendo a alguien” y eso le demostraría que lo primero era lo carnal.

-          La verdad… - frunció el ceño – eso es lo que quiero escuchar – el otro soltó una pequeña risa. - ¿Qué estabas esperando?

-          La verdad ¿? – lo miro como quien ve lo obvio – ¿desde cuándo te ha importado eso?- solto - vale – alzo las manos un poco – me has sorprendido, pensé que “no te importa con quien este” – finalizo.

-          Lo dices como si fuese algo malo – dijo anonadado provocando que el otro frunciera ligeramente las cejas y el azabache se pasó la mano por el pelo y suspiro – no pensé que malentendieras lo que antes decía – inhalo del cigarro por última vez antes de apagarlo.

-          ¡Hay muchas formas en la cual se puede interpretar algo Teme! – se defendió.

-          Solo decía eso porque me sentía muy seguro de lo que sentíamos como para que eso no me molestara y no sintiera a otra persona como una amenaza – dijo al fin y bueno, no hay que decir que ambos se sintieron ligeramente avergonzados – y es irónico que al final no tenías que estar con nadie para sacarme de tu vida – resoplo ligeramente picado.

-          Yo no pero tu si – dijo en defensa el rubio – no importa – resoplo no quería arruinar el momento. – no creo que sea el mejor momento para hablar de ello – termino la conversacion.

Luego de unos tragos más y una que otra charla desvío la mirada a su celular que anuncio una notificación fijándose que eran cerca de medianoche. – creo que mejor pedimos la cuenta – sugirió el rubio.

Sin poder objetar pidieron la cuenta, y Naruto no dejo que el otro pagara su parte también, así que se dividieron la cuenta. El azabache acompaño al otro hacia su vehículo y antes de que entrara le sostuvo la mano.

-          Creo que este quizás podría ser el mejor momento para hablar y aclarar algunas cosas – sus ojos lo veían con un toque de súplica en ellos. – yo fui muy ingenuo Naruto – admitió – me aterraba, me aterras – dijo apretando el agarre de sus manos y el menor sintió dolor ante las últimas palabras.

-          ¿Por qué? – dejo escapar esa pregunta de sus labios.

-          Porque ¿? – el azabache solto una risa irónica y el otro sintió que el aire se le escapaba de los pulmones, era simplemente perfecto, desde sus cejas, ojos, el color profundo que lo hacía sentir ser arrastrado al mismo infierno, aquella nariz de proporción exacta, esos labios con la cantidad justa de carne para su gusto, ni hablar de su mentón que lo tentaba a querer morderlo y claro aquel casi imperceptible hoyuelo que se le formaba en el cachete izquierdo al reír genuinamente. – porque me vuelves loco y me hace sentir inseguro conmigo mismo – el azabache nunca se sintió más desnudo ni vulnerable y Naruto bueno él lo entendiendo completamente, él también se sentía que perdía control sobre sus emociones, el también tenía miedo a que paso dar, el tampoco sabía que hacer con todo lo que el otro provocaba en él. – Usuratonkachi – esperaba alguna reacción del otro.

-          Sasuke yo… lo siento – se disculpó al fin y el Uchiha no estaba seguro si lo estaban rechazando o a que se refería el otro pero no lo dejaría ir tan fácilmente por lo que halo con fuerza y su brazo libre lo envolvió en un abrazo y pudo sentir al otro claramente vibra bajo el, su pelo rubio como el sol olía espectacular, no se llevaban demasiado de tamaño pero lo suficiente para el tener que bajar la cara para acercar su boca al oído del menor y pedirle que le diera una oportunidad el menor negó con la cabeza y se separó lo suficiente para seguir pegados uno del otro pero sus miradas se encontraran. – el que debe pedirte una oportunidad soy yo Sasuke… yo también fui un capullo contigo – confeso en un susurro.

Unas lágrimas se escaparon de los ojos azules, se sentía liberado, soltaron su mano y los brazos ajenos lo envolvieron en un abrazo que le permitió escuchar que no era el único con el corazón acelerado ¿Cómo era posible? Nunca había vivido algo así con nadie más, alguien que sintiera parte de el sin serlo, alguien que quiso en libertad, alguien que sin estar presente siempre lo estuvo, dentro suyo, resguardando un lugar sin pedirlo, sin el mismo quererlo ahí, alguien que no pudo sacar de su mente y corazón.

Unos dedos levantaron su mentón y un pañuelo roso sus mejillas suavemente limpiando el rastro de agua saladas de él, sostuvo la mirada y un leve beso fue depositado en su cachete para su decepción, la temperatura alta que se mantenía al tener el cuerpo cercano al otro fue desapareciendo mientras lo dejaban ir.

-          Vayamos al paso – fue lo último que escucho decir al Uchiha antes de que lo dejara allí solo frente su puerta, juraría que vio una pequeña sonrisa en sus labios, el desgraciado se estaba burlando de lo recién pasado, sabía que el Uzumaki quería más, pero en definitiva hizo lo correcto al dejarlo con la expectativa.

Naruto quería demostrar que él también había cambiado y le escribió pidiéndole le avisara cuando llegara a su hogar, hablaron un poco más antes de dormirse, pero ciertamente estaba cansado y también ilusionado por lo que no tardo en quedarse dormido.

Sasuke Uchiha: ¿Quieres comer en casa?

Ok aquello no se lo esperaba a primera hora de la mañana luego de un “Buenos días”, una sonrisa radiante se apodero de él.

Naruto: ¿a qué hora almuerzas? ¿sigues viviendo en el mismo sitio?

Sasuke Uchiha: Puedo acomodarme a la hora que te convenga, le diré a la señora que comerás aquí, y si, mismo lugar.

Eso significaba que seguía viviendo con sus padres ¿los vería? Negó con la cabeza, es muy pronto, conocía a su madre, pero como un amigo, no estaba listo para tratar a la señora Mikoto ni el señor Fugaku, de pensarlo le daba escalofríos.

Naruto: a las 1:15 estaré allí.

Realmente no quedaba lejos de su trabajo, la mañana paso rápido entre tanto trabajo y tarea, la verdad tenía pendientes de la maestría y cada que podía avanzaba las mismas aprovechaba, antes de darse cuenta se encontraba parado dentro del ascensor subiendo hacia el 14vo piso de aquella torre, las puertas se abrieron en el recibidor encontrando a sus pies dos labradores que claro, conocía de sobra de bien, ambos de pelaje negro saltaban emocionados hasta él.

-          Aki! Eiji! ¡Sentados! – demando una voz conocida. – bienvenido – saludo el azabache al Rubio quien acaricio la cabeza a ambos perros y les regalo un cumplido al hacerle caso a su dueño. – Te estábamos esperando – anuncio el mayor provocando que el otro se parara más recto que nunca.

-          ¿estábamos? – cuestiono ese plural a lo que el otro comenzó a caminar sin darle respuesta, pasaron por una voluptuosa sala y unas puertas de madera nogal negra y cristal Frost que no permite ver hacia dentro, el otro antes de abrir le regalo una pequeña e íntima sonrisa.

existían 3 posibles opciones para hacer en ese momento:

  1. Salir corriendo.
  2. Estrangular al Teme.
  3. Sonreír y saludar.

Seguro que la sorpresa en su cara y la incomodidad no podría ser disimulada por ningún saludo, disculpa o sonrisa que mostro en ese momento, ¿Por qué todos en esa familia tenían que ser tan serios? Eso lo hizo aún peor.

-          Bienvenido, Naruto ¿cierto? – pregunto la Matriarca, aquella mujer que no aparentaba su edad en lo absoluto de pelo marrón chocolate, sonrisa amable y mirada analítica, quizás una o dos pequeñas líneas adornaban sus ojos dejando ver que era una mujer sobre los 50 años que hacia lo imposible por estar en forma.

-          Si – respondió. – quizás en alguna otra ocasión ya nos hemos conocido – comento tratando de relajarse y esta aplaudió una vez y fuerte.

-          ¡Claro que sí! – contesto algo más animada – han pasado quizás unos años ¿no? – el patriarca se aclaró la garganta captando a atención de todos y Sasuke invito al rubio a sentarse a su lado en la mesa.

-          Nuevamente me disculpo si tuvieron que esperar mucho por mi – repitió algo apenado.

-          Llegaste puntual - respondió Fugaku el padre de Sasuke restándole importancia. La puerta se abrió sin sutileza – El no – dijo negando con la cabeza y el menor busco con la mirada de quien se trataba y no era otro que el hermano menor de los Uchiha.

-          ¡Hola! – saludo y se acercó quizás mas de lo que le hubiera gustado a Sasuke hacia el rubio – oh! Tu debes ser el invitado especial, un placer – sonrió de una manera tan particular que el Uzumaki apostaría que era la sonrisa más falsa que jamás había visto. – soy Sai – dijo sentándose en su puesto. - ¿y? ¿son novios o qué? – un fuerte golpe en la mesa por parte del patriarca llamo la atención de la mesa completa. - ¿Qué? Es la primera vez que Sasuke trae un chico a casa para comer – apunto lo obvio – o dirán que no se cuestionan lo mismo ¿? – volteo los ojos.

Naruto se sintió en medio de una zona de guerra completamente, el patriarca parecía que iba a explotar en cualquier momento, la señora Mikoto comenzó a servir los platos con comida, el hermano mayor de Sasuke no había dicho palabra alguna y se la había pasado en una laptop suponía trabajando aún. Y bueno Sasuke estaba ¿tranquilo? El de ojos azules casi se atraganta con su propia saliva al notar esto. Y la mirada que le brindo su delirio lo hizo relajarse extrañamente.

-          No les hagas caso – aseguro sirviéndole agua en un vaso de cristal. – es lo normal en esta casa, Sai – menciono el ultimo nombre algo alto para llamar su atención a propósito – disfruta de crear ambientes incomodos – le paso el vaso y el otro dio un pequeño sorbo.

-          Disculpen – escucho la voz suave y profunda del hermano mayor de Sasuke – ya si termine – sonrió a Naruto y este sintió que por fin había alguien normal en esa mesa. – Soy Itachi y he escuchado mucho de ti Naruto-kun – Ok ahora si debía matar a Sasuke, lo miro acusador y este negó con la mirada. – Conozco a tu hermano, Deidara – aclaro el mayor relajando al menor y preguntándose ¿Por qué su hermano nunca le dijo que conocia al hermano de Sasuke? Su entrecejo se frunció ligeramente, pero la voz de Mikoto preguntándole que le servía y cantidad lo saco de su pensamiento.

-          Gracias – respondió recibiendo su plato a lo que esta asintió.

-          Háblanos de ti Naruto – pidió Fugaku antes de dar bocado a su comida.

-          ¿Qué puedo decir? – se rasco la sien. – Estoy tomando un Master en Banca y Mercados Financieros, Trabajo para Hyuuga Corp – comento.

-          ¿Sí? Nuestra familia y la de los Hyuuga es muy cercana, tengo entendido que Neji está haciendo un grandioso trabajo – comento Fugaku.

-          Así es, trabajo directamente para el- sonrió – se podría decir que soy su asistente – una voz lo interrumpió.

-          Podríamos comer ahora – pidió Sasuke ya incomodo cansado de tanto habladero – solo tenemos una hora de almuerzo – dijo lo obvio, por lo que las conversaciones disminuyeron bastante y no se centraron en el rubio algo que agradecido internamente.

Tan pronto termino de almorzar Itachi y Fugaku se retiraron a trabajar, Sai recibió una llamada y Mikoto se retiró a su alcoba no sin antes invitar a Naruto a comer con ellos siempre que quisiera, esto lo tomo por sorpresa y agradeció el detalle de su invitación.

Naruto acompaño a Sasuke a su habitación, suspiro aliviado, aún no había procesado como de no haber conocido mas que a su madre en algún momento, el azabache lo invita a comer con toda la familia sin ser absolutamente nada ni saber dónde estaba parado.

Su corazón se acelero y busco con la vista al Uchiha que salía de su walking closet ajustándose la corbata, sus miradas se encontraron, camino hacia el hasta estar uno frente el otro, su mano acanelada alcanzo la pálida del otro y su entrecejo se frunció ligeramente, se sintió que los nervios se apoderaban de él, se sentía como un completo cobarde, pero es que aunque una parte de el extrañaba con locura al azabache otra nunca imagino que volverían a toparse, sentía el miedo florecer dentro suyo, las pupilas de Sasuke temblaron ligeramente intentando leer la mente del rubio y descifrar la preocupación que se asomaba en sus ojos.

El rubio sintió unos fríos dedos colarse por su nuca erizándole la piel, la cercanía se fue disminuyendo y las miradas no perdían contacto, Naruto podía jurar que sentía su corazón latir en su garganta la respiración de Sasuke sobre la suya hacían sentir sus parpados pesados.

-          No dudes – susurro contra sus labios el Uchiha y eso fue suficiente para Naruto sentir como si una fuerza irreal lo empujara hacia delante.

Estampo sus labios carnosos sobre los del mayor y sin previo aviso inserto su lengua n la boca del otro buscando con hambre y necesidad el contacto húmedo de Sasuke, pareciera que nunca habían dejado de estar juntos, sus alientos se reconocían y no hubo desperfecto ni necesidad de alinear sus formas de besar, una que otra sonrisa se escapaba en medio del beso, aminoraban la velocidad para tomar aire sin separarse, era delicioso, excitante y un momento íntimo, pequeños gemidos se escapaban de sus bocas y el deseo que se tenían sus miembros no intentaron disimularlo sobre la ropa se encontraban, Sasuke mordió ligeramente el labio inferior del otro al tiempo que alaba sutilmente de su pelo para alejarse unos centímetros, sus ojos se encontraron y eran fuego.

El Uchiha saco su celular del pantalón que vibraba y chisto con la boca al notar que le llamaban de la oficina, el rubio calmaba su respiración notando lo que ocurría, estaban tarde para el trabajo, suspiro con algo de decepción y el otro sonrió al notarlo.

-          Lo siento – se disculpó por la interrupción y el menor negó con la cabeza.

-          También debo irme – respondió con simpleza.

-          Vamos – acaricio la mejilla del rubio y unió sus labios en un pequeño roce.

Tomaron sus cosas y salieron de la casa con la promesa de hablar más tarde.

Notas finales:

Disculpen la tardanza para actualizar, espero lo disfrutaran, dejame un comentario al respecto <3


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