El aburrimiento era una constante en la vida de Merie. A sus 26 años, había caído en la rutina de su trabajo como oficinista, pasando la mayoría de sus días frente a una computadora, realizando tareas monótonas y carentes de emoción. Su vida social era igual de monótona, ya que no tenía muchos amigos y, peor aún, no había tenido pareja en más de dos años. La última relación que había tenido terminó porque su novia la consideraba "demasiado normal" y anhelaba una vida llena de emoción y aventura. Merie había aceptado la ruptura sin demasiada resistencia, convenciéndose a sí misma de que no necesitaba nada extraordinario en su vida.
Un día, en la oficina, su amigo Luis notó la creciente melancolía de Merie y decidió intervenir.
“Hey Merie tengo una idea” Merie miro a Luis.
“No se si me interese escucharla” Luis no perdió su sonrisa.
“Oh vamos, se que te gustara” Merie suspiro.
“La ultima vez que dijiste eso acabamos en medio de la carretera con el auto en pana por que tu te perdiste de camino hacia un concierto que supuestamente me iba a gustar”
“Eso fue un accidente, yo que sabia que el gps no funcionaría” Merie suspiro.
“Está bien, dime que tienes en mente”
Luis era uno de los pocos amigos de Merie en el trabajo, y había notado lo aislada que estaba. Decidió que era hora de sacar a Merie de su rutina y presentarle un poco de emoción y diversión en su vida. La idea que se le ocurrió a Luis fue llevar a Merie a un club nocturno, un lugar que estaba muy lejos de la zona de confort de Merie, aunque claro Merie quedo algo en shock cuando Luis le dijo.
“¿Es una broma?”
“No”
“¿quieres que yo vaya a un club nocturno?”
“Te vas a divertir”
“Luis yo nunca he ido a uno”
“Sera una nueva experiencia”
“No me gustan los lugares concurridos”
“Oh vamos deja de poner excusas y vamos prometo que te divertirás”
“Eres de lo peor… pero está bien iré”
Esa noche, Merie se encontró a sí misma camino al club nocturno. Se sintió incómoda desde el momento en que entró por las puertas. La música retumbaba en sus oídos, las luces parpadeantes le parecían deslumbrantes y la multitud de personas la abrumaba. Luis, notando su incomodidad, la llevó a un rincón tranquilo donde pudieran sentarse y charlar.
“Se que puede ser abrumador al principio, pero te acostumbraras” Merie apenas podía escuchar a Luis con tanto bullicio.
“No se por que te dije que sí”
“Por que soy tu amigo y tengo buenas ideas”
“No se si realmente tengas buenas ideas”
Sin embargo, el club tenía una sorpresa guardada para Merie. Desde su posición en el rincón, notó un grupo de bailarinas exóticas en el escenario. Eran hermosas y talentosas, con movimientos hipnóticos que atraían la atención de todos los presentes. Merie no había tenido experiencia previa en clubes nocturnos, y mucho menos con espectáculos de este tipo.
Su sonrojo comenzó a intensificarse a medida que observaba a las bailarinas. Nunca había tenido la intención de presenciar este tipo de espectáculo en persona, y mucho menos estar tan cerca de él. Las luces brillantes iluminaban sus cuerpos esculpidos mientras se movían con gracia y sensualidad. Para Merie, que siempre había sido una persona reservada, esto era completamente ajeno.
La situación empeoró cuando una de las bailarinas se acercó a su mesa. La joven era impresionantemente hermosa, con cabello largo y oscuro, ojos hipnotizantes y un cuerpo que parecía desafiar la gravedad. Con una sonrisa coqueta, se inclinó hacia Merie y comenzó a moverse con un ritmo seductor. Los movimientos sensuales y la cercanía de la bailarina hicieron que Merie se sintiera aún más incómoda y desconcertada.
Merie intentó concentrarse en cualquier otra cosa. Miró a su alrededor, tratando de encontrar a Luis en la abarrotada pista de baile, pero parecía haber desaparecido en la multitud quiso ir por el y reprocharle el dejarla sola pero no era capaz de moverse. Se sentía atrapada y no sabía cómo reaccionar ante la bailarina que estaba a centímetros de su rostro. Intentó mantener la compostura, pero sus mejillas ardían de vergüenza y su corazón latía con fuerza.
La bailarina continuó su actuación, sin dejar de sonreír y moviéndose con una gracia que era imposible de ignorar. Para Merie, cada movimiento era como una tormenta de sensaciones que la dejaba sin aliento. No sabía si era el alcohol, la música envolvente o la presencia de la atractiva bailarina, pero algo dentro de ella comenzó a despertar.
Cuando finalmente la actuación llegó a su fin, la bailarina se alejó de la mesa de Merie con una última mirada provocadora. Merie se quedó allí, mirando fijamente hacia el escenario vacío, sintiendo una extraña mezcla de emoción y confusión. Nunca había experimentado algo así antes.
Finalmente, Luis regresó a la mesa, con una amplia sonrisa en el rostro. Había disfrutado de la noche y se dio cuenta de que Merie, a pesar de su inicial resistencia, también lo había hecho de alguna manera.
"¿Qué te pareció, Merie?" preguntó Luis con entusiasmo.
“Recuérdame por que somos amigos”
“No me engañas sé que te divertiste”
“Cállate”
Merie se tomó un momento para reflexionar sobre la experiencia. Aunque había sido abrumadora y desconcertante, también había sido emocionante y liberadora en cierto sentido. Se dio cuenta de que había estado atrapada en una rutina aburrida durante mucho tiempo, y tal vez era hora de abrirse a nuevas experiencias y desafíos.
"Fue diferente y muy caótico, Luis, pero no tan malo como pensé como pensaba"
“Vez te dije que sería divertido”
“Eres demasiado positivo, pero no puedo decir que no me divertí un poco”
“Genial volvemos a venir la próxima semana”
“Eso… lo pensare” Luis asintió con aprobación, feliz de ver que su amiga estaba dispuesta a explorar más allá de su zona de confort.
“Bien supongo que podríamos ir a casa antes de que toda esta música te colapse o venga otra bailarina a seducirte” Merie le dio un ligero golpe en el hombro a Luis mientras este se reia.
“Tonto, pero apoyo lo del irnos a casa” Luis asintió y ambos empezaron a caminar rumbo a la salida del club.