Día 1: Primer amor
Sasuke nunca fue de decir muchas palabras. Parte de sus características distintivas era su casi nula comunicación con los demás. A menos que fuera necesario no iba a iniciar una conversación. Verlo en silencio mirando hacia la nada como un gato les era natural y esperable, pero no para Naruto. No para el hombre que se convirtió en su rival, compañero, amigo y amante. Si había alguien capaz de notar la rareza en esa mirada oscura distraída era él. Uzumaki llevaba varios días percatándose de esos lapsos de disociación de parte de su novio, pero no entendía la razón. Si fuera algo que hubiera hecho mal seguramente tendría reclamos y algún chidori dándole una buena descarga para recordarle no volver a cometer el mismo error.
Mentalmente repasó todo lo que pudo causarle molestia de esa semana. Enumeró sus posibles fallos en la convivencia. Había muchos si debía ser honesto consigo mismo. Desde dejar la ropa sucia tirada en el suelo del baño y la habitación hasta ingresar a la casa que compartían sin molestarse en quitarse sus sandalias llenas de lodo. Uchiha miles de veces le recordó que dejara las sandalias en la entrada y usara unas pantuflas que siempre tenía preparadas. Y él, como el cabeza hueca que siempre fue, no le tomaba importancia y ensuciaba el piso que su novio tanto se esforzaba en mantener reluciente. Quizás estaba conteniéndose. No le había gritado por ninguno de esos errores. Entonces la opción lógica es que se estaba callando y acumulando el rencor en su contra para dejarlo salir todo en alguna gran y elaborada venganza.
—Naruto —llamó el susodicho haciéndolo pegar un salto del sofá donde estaba sentado.
—Lo siento mucho —se disculpó de inmediato el blondo poniéndose de rodillas ante su novio—. Limpiaré todo lo que ensucié de inmediato, pero no me mates ttebayo.
—¿De qué estás hablando, Dobe? —interrogó el último Uchiha cruzándose de brazos para observarlo de manera seria.
—No finjas, Teme —acusó el jinchuriki señalándolo con su dedo índice con una expresión seria en su rostro—. Estás enojado conmigo y planeas vengarte de la peor manera posible.
—No he dicho nada de eso —bufó el azabache mirándolo como el idiota que era.
—Las venganzas se planean en silencio —argumentó el jinchuriki entrecerrando los ojos con clara sospecha—. Nadie va por ahí anunciado que planea tomar venganza ttebayo.
—Yo sí —le recordó viéndolo con obviedad.
Naruto cerró la boca ante esa verdad. Su novio tenía razón en eso. Desde niño había repetido que tomaría venganza por el clan Uchiha tantas veces como él anunció que sería Hokage. Entonces, ¿por qué esa actitud? Si no se trataba de una venganza contra él, ¿qué era lo que lo tenía así de pensativo? ¿Estaría preparándole un regalo sorpresa? Pero no estaban cerca de su cumpleaños. ¿Un aniversario? ¡Por Kaguya! Eso debía ser, se acerca o se le pasó algún aniversario importante y su novio se sentía decepcionado. Debía solucionarlo cuanto antes.
—¡Feliz aniversario! —gritó repentinamente el blondo causando aún más extrañeza en el ex vengador.
—¿Qué aniversario? —interrogó con voz seria con sus ojos negros clavados en el rostro de su novio.
—El de… de… —respondió entrecortado intentando adivinar cuál era—. ¡De nuestro noviazgo! —gritó por todo lo alto.
—Te me declaraste en San Valentín para que fuera fácil de recordar —le recordó Sasuke con una ceja alzada y el rostro completamente inexpresivo.
—¡No fue sólo por eso! —protestó el blondo mirándolo ofendido por semejante acusación—. El ambiente era perfecto para expresarte mis sentimientos ttebayo.
—¿Te parece un buen ambiente uno donde teníamos a mujeres y hasta hombres declarando su amor por nosotros causando que tengamos celos? —interrogó Sasuke haciendo rememorar a Uzumaki un poco de aquel día.
Luego de haber terminado la cuarta gran guerra ninja, ambos adquirieron el estatus de “héroe”. Si bien aún existían reservas respecto al último Uchiha debido a su relación con los que estaban detrás de todo aquel plan bélico, no se podía negar que era alguien atractivo. “Aunque sea un criminal eso le da el plus de ser un chico malo, uno guapo, inteligente y poderoso”. Pensó Uzumaki sabiendo que el maldito tenía todo para enamorar mujeres y quitarles lo heterosexual a los hombres.
“Como a ti”. Se rio Kurama desde su interior recordando cómo su contenedor usó muchas veces su chakra inconscientemente para “marcar territorio”. Pese a que decía que no quería hacerlo, —y era verdad que no era una acción consciente—, en lo más profundo de su ser deseaba alejar a los demás. Especialmente el día de San Valentín todos parecían animales en celo buscando “aparearse”, como decía Kyubi, con los demás. Según el zorro demonio era normal que por esa temporada se buscaran los machos más fuertes y las hembras más bellas. Sin embargo, si un individuo poseía ambos atributos como su Uchiha, debían reclamarlo rápido. Uzumaki estuvo más pendiente de quienes intentaban algo con Sasuke de los que se le declaraban a él. Y viceversa. El último portador del sharingan estuvo atento anotando mentalmente a las “amenazas” que querían robarle a su rubio.
—Los celos al menos nos dieron el coraje para ser honestos ttebayo —respondió Naruto buscando el lado amable a esa situación que fue de todo menos romántica.
—Me mandaste a volar con el rasengan —reclamó el de ojos oscuros mirándolo con reproche.
—Te cuidé después de eso —se defendió el blondo con un puchero—. Además de que me clavaste tu kusanagi.
—Gemiste.
—De dolor —aclaró el jinchuriki.
—Pareció gustarte, también lo hiciste cuando te ahorqué —mencionó Sasuke de manera severa.
—Admito que se me paró un poquito cuando lo hiciste y… ¡Ese no es el punto! —gritó enojado al recordar el punto del que quería hablar—. ¿Qué te molesta?
—Nada —contestó de inmediato Uchiha causando que quien enarcara una ceja fuera ahora su novio.
—¿No superamos ya la fase en la que finges o escondes lo que sientes? —preguntó Naruto de manera retórica mientras le sujetaba las manos—. Te noto distraído, ¿hice algo que te molestara? —interrogó con calma.
Llevaban ya casi un año como pareja, así que, si bien gustaban de pelear por tonterías e insultarse, había cosas en las que mejoraron. Puede que Sai les resultara un incordio a ambos, pero sus consejos sobre la comunicación fueron útiles. De algo tenía que servir que leyera tantos libros, alguno debía ser efectivo en la vida real. Además, tenían la ayuda de sus antiguos maestros como Kakashi… No, mejor no. La última vez que le pidieron consejo por un problema de pareja les lanzó el Icha Icha Paradise al rostro y les dijo que en la cama la gente se arregla. Esperaba que no tuviera pareja pronto si iba a seguir esa línea de pensamiento. O quizás ese era el motivo de aun seguir soltero.
—Estaba pensando en la conversación que tuvimos con nuestros compañeros en el Ichiraku —habló Uchiha sacándolo de sus reflexiones acerca del ninja copia—. Hablaron sobre el primer amor —agregó haciendo que Naruto recordara lo principal que se habló ese día.
Luego de largas misiones y diversas ocupaciones diarias que los mantenían ocupados, lograron despejar un día para reunirse. Los nueve novatos hacía demasiado tiempo que no tenían una de esas cenas con todos juntos. Incluso sus antiguos maestros como Kakashi, Iruka, Kurenai, Maito Gai estaban allí. Tsunade se había auto invitado al saber que habría alcohol y Shizune la siguió para evitar que cometiera alguna locura estando ebria. Estaban cenando y charlando cuando de repente las chicas comenzaron a hablar sobre el amor. El jinchuriki no sabía cuál fue el detonante para ese rumbo de diálogo, pero al oír su nombre prestó especial atención.
—Nee, nee, Sakura —llamó Yamanaka con una sonrisa traviesa—. ¿Cómo se siente que Naruto fuera el que te robara a tu primer amor? —preguntó siguiendo sus viejas costumbres de molestarse mutuamente.
—Estoy feliz por ellos, al fin y al cabo, son mis amigos —respondió haciéndole una sonrisa de superioridad—. ¿Tú ya superaste tus sentimientos por Sasuke-kun?
—Naturalmente —respondió la rubia de manera confiada.
—No te creo —dijo con sarcasmo la chica de cabello rosado—. Debe dolerte que ningún chico se te declarara nunca.
—No me hace falta —declaró la rubia—. Los tontos enamoramientos infantiles se olvidan con los años.
—Los sentimientos de una mujer no cambian tan fácilmente. Se mantienen durante toda la vida —afirmó Haruno soltando un largo suspiro.
—¡Eso es verdad! —secundó Tsunade sonando bastante ebria mientras alzaba la botella de sake y se la empinaba de una sola vez—. Yo nunca he olvidado a Dan —declaró antes de volver a beber desquiciadamente—. ¡Shizune trae más botellas!
—Por favor, deténgase, Tsunade-sama —rogó la mencionada intentando alejar las botellas de ella.
—Toda experiencia nueva y relevante deja huellas indelebles en la vida, pero ninguna como el primer amor. ¡Este delinea en gran medida lo que serán las relaciones futuras! —gritó Senju a todo pulmón.
—Además, todo indica que nunca se le deja de añorar —susurró Hinata en voz baja.
—Es verdad, siempre se recuerda a esa persona que nos marcó para siempre —apoyó Kurenai recordando al fallecido Asuma.
—Es como dice la canción “el amor verdadero es tan sólo el primero y los demás son sólo para olvidar” —agregó Ayame tarareando mientras traía sus pedidos a las mesas.
Uzumaki le restó importancia a esa conversación. Sasuke no era ningún objeto para que pudiera robarse. Al final del día era él quien decidía a quién amar o con quién quería estar. Por ende, no podía ser entregado, robado ni nada por el estilo. Sin embargo, Uchiha estaba pensando acerca de los sentimientos. Muchas veces le prestó poca o nula atención al tema. Por lo mismo, cada vez que se hablaba de esos temas se sentía perdido. Y esta era la primera vez en que reflexionaba acerca de la importancia del primer amor.
—Creo que nunca te pregunté quién fue tu primer amor —mencionó Naruto repentinamente mirando a su novio fijamente—. ¿Era una niña linda de cabello largo?
—¿Qué? —interrogó Sasuke con una mueca de confusión.
—Es que de un momento a otro todas las niñas comenzaron a dejarse el cabello largo porque decían que así te gustaba —explicó el blondo con sus ojos azules brillando por la curiosidad que ese asunto le generaba.
—Me gustaba el cabello largo de mi mamá —aclaró el último Uchiha bufando—. Se me hacía que le quedaba bonito y elegante cuando ondeaba al viento.
—Oh ya veo —asintió el jinchuriki con comprensión—. Cuando conocí a mi madre su cabello también me pareció muy hermoso y hasta pensaba en cómo me vería si hubiera heredado su color ttebayo.
—Te habrías visto como un tomate.
—O sea que te habría gustado todavía más —celebró Uzumaki riéndose antes de recordar de lo que estaban hablando antes—. ¡Aun no respondes quién fue tu primer amor, Teme!
—Creo que tú eres el primero —respondió vacilante—. Y yo sé que tu primer amor fue Sakura —agregó bajando el tono de voz.
Naruto podía ser lento para muchas cosas, pero cuando se trataba de su novio ponía todas sus neuronas a trabajar. Y si no alcanzaban, siempre podía tomar prestadas las de Kurama. Como fuera, si sumaba la charla del primer amor inolvidable y la mención de Haruno, podía hacerse una idea general de lo que tenía pensativo a Sasuke.
—En realidad creo que mi primer amor fuiste tú —confesó el rubio mirándolo con decisión.
—No mientas para hacerme sentir mejor —regañó el azabache ofendido de estarle dando lástima—. Por eso no quería decir nada.
—Hablo en serio, Teme —se defendió el jinchuriki—. No niego que Sakura-chan me gustaba mucho. Era la niña más bonita e inteligente de la clase —dijo con cariño—. Pero lo que entiendo por primer amor es otra cosa.
—¿Qué es según tú el primer amor? —demandó saber Sasuke.
—Creo que es el recuerdo más que especial para todo aquel que haya amado. Es uno de los descubrimientos que marca un antes y un después en la vida de una persona. Nadie vuelve a ser el mismo después de haber sentido el aleteo de las mariposas en el estómago que acompañan el romance —explicó de manera algo desordenada respecto a lo que quería expresar—. Si alguien marcó un antes y un después para mí, ese eres sin dudas tú —afirmó sujetándolo por los hombros—. Cuando te fuiste de la aldea supe por primera vez lo que era perder a alguien especial. No sabía lo que era el amor, bien tú sabes que crecí sin familia, pero sabía que no quería que te fueras.
No era raro que el primer amor fuera también el recuerdo del primer desengaño amoroso. Sin experiencia y con los sentimientos a flor de piel, las cosas no siempre salían bien, por mucha voluntad que pongamos. Eso, sin embargo, no le resta magia a esa experiencia única. A veces, en la primera relación, no coinciden todas esas experiencias. Sin embargo, se podría decir que el verdadero primer amor fue aquel que nos quitó el aliento, nos obsesionó la mente y nos llevó a exageraciones sentimentales. Sólo se siente todo eso por primera vez con alguien y probablemente no se vuelve a sentir nunca. Al menos no con la misma intensidad.
—Cuando te dejé en el valle del fin, sentí tanto dolor como si me hubiera arrancado una extremidad —confesó Uchiha antes de atraer a su novio a sus brazos y envolverlo con ellos mientras lo atrapaba contra su pecho—. Nunca me había sentido así antes.
—¿Lo ves? —preguntó Naruto antes de robarle un beso—. No sólo fuimos el primer beso del otro sino el primer lazo, amor y desengaño. ¡Todo al mismo tiempo! —celebró alegremente mientras reía.
—Somos el combo completo entonces —secundó Sasuke con una pequeña sonrisa al sentir que sus pesares desaparecían.
Ya no sentía que estuviera compitiendo contra la secuela de los sentimientos que tuvo Naruto alguna vez por Sakura. Si aquello de amar a una sola persona era cierto, temió que el rubio nunca olvidara a su compañera de equipo. El luto eterno de Tsunade y Kurenai le hacían temer que nada, ni siquiera la muerte, fuera capaz de borrar la huella que dejaba el primer amor en el corazón de una persona. Sin embargo, si esa persona era él para Uzumaki, no se quejaría. Eso era algo en lo que podía corresponderle con facilidad.
El verdadero primer amor es aquella persona que se convierte en el centro de nuestras vidas, sin discusión alguna. Puede que se haya besado a otra persona antes o que se hayan tenido otras relaciones previamente. Sin embargo, ese que nos robó el corazón y la mente por primera vez es el verdadero.