Mi rosa, mi espina. Perfecto, delicado como frágiles pétalos carmesíes. No paro de pensar en como seria si por un momento te dejaras dominar; estirado sobre un lecho cubierto de pétalos y rosas, rojas, combinando con tu piel acaramelada y tu mirada ardiente clavada en mí. Con los labios semiabiertos, jadeantes e invitantes. Con susurros abandonados al aire y movimientos sensuales, esperándome, rogando que me una en ese baile de rojo y pasión.
Si solo alguna vez te dejaras dominar, mi bella flor…
Pero son solo noches solitarias de pasión, imaginando tu mano donde viaja la mía, dejando marcas ardientes mientras el tacto de suave seda de una rosa acaricia mi anhelante piel.
Es por eso que te considero la flor más venenosa de este gran jardín. , la más deseada y la más inalcanzable.
Me he dado cuenta que son más las espinas que yacen bajo ti que los suaves pétalos de tu cuerpo y tu elegante piel.
Cada una de tus espinas están envenenadas, con ese peligroso ente que es el amor. Y cuando mas me acerco a ti, más se clavan en mi carne, viajando sofocadamente hasta mi corazón.
Caído en la primera trampa, no he podido dejar de maravillarme de tus defectos, de tus múltiples espinas.
Son esas que te previenen de sufrir daño, son las que se aseguran que la gente sepa que no eres solo una frágil figura. Oh, pero me encantan, cada una de ellas. Sobretodo cuando tu fuerte carácter sale a la luz y haces que todos los poderosos shinobis que te rodean se queden temblando como niños de parvulario ante su primer enfrentamiento real.
Me podrán decir masoquista, y con razón. Pues son los momentos en que mas atractivo te veo. Solo gracias a todo mi empeño mantengo mi postura indiferente, solo mi fuerte determinación me impide de andar hasta ti, besarte furiosamente y tomarte allí mismo, en frente de todos. La verdad, no me importaría ni siquiera que fueses tu quien me clamase a mi en instantes como esos.
Y esa es solo la primera de tus tantas espinas.
Después de todo, te enamoras también de los defectos de una persona al igual que de sus virtudes…
Es por eso que no quiero que seas mi flor, ni la rosa de mi jardín privado. Eso se lo cedo a los otros, a esos que no ven mas allá de la suavidad de tu ser.
Con esta carta solo te pido una cosa: se una zarza llena de espinas, enrédate alrededor de mi cuerpo, envenenándome una y otra vez.
Se que estas palabras te han incomodado, perdona llegado al caso, pero piensa que hay algo mas allá de las estúpidas creencias de esta villa en que dos personas del mismo sexo no se pueden amar.
Es por eso que en día de hoy no te he regalado un libro, algo con lo que se puede disimular. Junto a esta carta hay una rosa salvaje, crecida en medio del bosque.
Veras que su rojo esta manchado y algunos de sus pétalos algo marchitos. Pero por eso me gustó: Nada es perfecto y se que, aunque primero florezca, todo terminará muriendo.
Para mí es perfecta, representa todo lo que somos: rojo sangre, negro pesadilla, verde vida, amarillo sol y las poderosas espinas que defienden todo.
Si solo algún día me pudieras corresponder… y ser mi espina clavada.
Hasta ese día, esperaré.
Feliz Sant Jordi,
Heno Heno Moeji