EL arte del engaño.
Una mañana de abril en el templo de escorpión, se encontraban dos inquilinos dándose amor, un peliazul se encontraba abrazando a su adorado peliverde, le da un suave beso en los labios para luego alejarse y observar lo que recién le han entregado, una hermosa gabardina de piel en color negro, larga hasta las rodillas, ligeramente ceñida a su cuerpo, en pocas palabras, ni mandado a hacer.
-gracias, me encanto, te debió costar carisma esta gabardina de piel y aparte la conseguiste en el color que quería, negro. – tenía abrazado su preciado regalo, con las mejillas media sonrojadas.
-no importa cuanto dinero gasté. – acerca la mano derecha a la bronceada mejilla de su koi, con este tacto tan suave hace que levante la mirada. - con verte así de feliz lo vale, a mi igual me encanto el Hugo boss que me regalaste
-pero no costó tanto como lo que me regalaste, perdón – baja un poco la mirada en señal de pena, mientras aprieta la gabardina entre sus brazos, haciéndolo ver sumamente exquisito.
-no tienes que pedirme perdón.- en esta ocasión toma la barbilla entre sus dedos obligándolo a verlo a los ojos- lo que cuenta es la intención y no el dinero, lo sabes. – se acerca poco a poco a su amado peliazul, los parpados van descendiendo lentamente, hasta que a escasos centímetros se detiene por dos morenos dedos que se interponen en el camino.
-te amo. – le dedica una bella sonrisa, delinea un poco los finos labios del caballero más frío del santuario, sin más se abren paso a través de las mejillas tan blancas como la porcelana para situarse detrás de la nuca, por debajo de los verdes cabellos.
-y yo a ti. – un gracioso cosquilleo le recorre el cuerpo ante el contacto de su ser amado, sin perder un solo segundo decide extinguir la distancia que lo separa de aquella cavidad carnosa que desea explorar de nuevo, como tantas veces más lo ha hecho; Después de un fogoso beso, y a la falta de oxigeno, retoman su espacio personal cada uno
-por cierto, verdad que me quieres mucho?? .- se acomoda entre las piernas de su amado Camus, coloca ambas manos sobre el pecho de este, separa un poco la mano derecha y comienza a hacer circulitos en el área del corazón.
-si te adoro, ¿por qué? n_ñ .- ante tal muestra de afecto, sin pensarlo dos veces lo rodeo entre sus brazos en forma tan protectora y con tanta calidez, que no pensarías que se trata del mismo Camus de años atrás.
-etto... se que es nuestro aniversario... nuestro primer año de novios... demo tengo que confesarte algo, te acuerdas de tu jarrón egipcio con un valor incalculable que encontraste roto hace un par de semanas atrás.- ladea un poco su cabeza mientras sus deditos índices apuntan hacia atrás.- y dijiste que congelarías al que lo haya roto sin piedad alguna, que de ti no recibiría perdón ya que fue un regalo de tu mamá. Jejeje ^/////^U .- un sudor helado recorría su cuerpo.
- ¿no me digas que fuiste tú el que rompió ese jarrón Milo de escorpión? – coloca las manos encima de su sienes, y los comienza a masajear lentamente.
-^_^U si fui yo, perdóname. – junta su manos bronceadas y las eleva por encima de su rostro en modo de disculpa.
- no tienes remedio. – da un resoplido en resignación, baja sus manos para rodear de nuevo a su koi.- claro que te perdono, solo por tratarse de ti. – le besa su frente de manera amorosa.
-gracias, por cierto hoy acompañaras a Dhoko y a Shion a una junta verdad??? – coloca ambas en los pectorales de su pareja.
-si, lo mas probable es que hasta mañana regrese- le removía los mechones de cabello que le estorbaban para mirar las orbes azules de su pareja.- de hecho ya me tengo que ir. – mueve su brazo para poder ver la hora de su reloj.- te veo mañana – le deposita un dulce y suve beso en los labios mientras su mano se cuela por debajo de su camisa buscando los rosados pezones.
-mmm – se dejaba hacer sin ningún reproche, sentía como su cuerpo era profanado y la sensación le provoca gran satisfacción. – ahhhhh... – un gemido travieso resuena en la estancia al ser aprisionado uno de sus pezones entre los largos y delgados dedos de su koi.- mmm... Camus... ahhh... se te hace tarde...
- mmm... las estoy pasando bien, pero tienes razón – se aparta de su amor sin mucho gusto, se incorpora para dirigirse a su habitación y tomar su maleta.
- no se te olvide traerme algo – lo despide desde la puerta de su templo.
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Camus se dirigió al aeropuerto con sus compañeros, en sus pensamientos solo tenía espacio para la persona más especial e importante de su nueva oportunidad de vida, su adorado bichito del alma; Milo, ya que lo amaba sin igual.
Estaba decido a llegar en la madrugada, movería cielo mar y tierra para reunirse lo antes posible, ya que estar lejos de él era la mayor soledad que puede afrontar, de paso darle un sorpresa, un ramo de flores sería perfecto, unos chocolates y una buena sesión de amor carnal sería excelente, en sus pensamientos ya se ideaban una y mil maneras de demostrarle su amor pero no sabía que el iba a ser el que se encontraría una horrible sorpresa, esa persona a la que tanto ama se encuentra platicando con otro individuo y no precisamente de cosas inocentes.
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-ya te extrañaba, ya tenia 2 días que no te veía, pensé que no me llamarías – le hacia un ademán con la mano simulando un teléfono su recién llegado compañero de juergas.
-jaja, es que Camus salió en un viaje de negocios y me dejo solo, por eso decidí aprovechar para verte, para poder... abrazarte- se le acerca sutilmente a su invitado mientras sus brazos los rodean por la cintura- tocarte, besarte, hacerte mió. – sin mucho que esperar comenzó a devorar fieramente su cuello mientras sus manos acariciaban todo lo que estaba en su paso.
-con ese tono tan sensual ahh.... y provocativo quien no cedería ante ti.- le dice entre suspiros, las manos tocándolo, esos labios posándose en la piel de su cuello hacen elevar la temperatura de su fino cuerpo.- yo igual me moría por verte y sentirte.
-claro que le tengo que dar ese tono a las frases que te digo sino mi amante perderá el interés en mi. – su labios siguieron con su labor de probar esa piel que tenía tiempo que no degustaba.
-dirás uno de mis amantes – lo separa de su cuerpo y se le queda viendo de manera penetrante- cuando piensas dejar a Camus para solo estar conmigo???
-mmm no sé – le dice sin dejar que haya demasiada distancia entre ellos, una mano se transporta a la barbilla de su amante de pasada- a ti te mantiene tu hermano y él a mi, por eso no lo puedo dejar, además trabajar no es para mi. – se acerca y roza sus labios con la presa entre sus manos.
-solo es el dinero??? – le correponde el roce, discretamente se desliza hasta llegar a su fina oreja del octavo guardián- No será que estas enamorado de el y por eso no lo quieres dejar??? – le susurra con cierto tono burlón.
-ni madres... no estoy enamorado de él- se aleja de su agarre ypara encararlo nuevamente con ojos fieros - es una persona muy fría, con trabajo y demuestra que me ama, bueno dice el que me ama. – hace un ademán con la mano dando a entender que no tiene mucha importancia.
-no por nada es el amo del hielo, no crees Milo? – le responde con una sonrisa burlona
-creo que tienes razón Kanon- le afirma lo dicho antes, para pasar a un sonrisa bastante picara dibujada en su rostro vuelve a disminuir la distancia antes creada y así atrapar de nuevo a su presa de esa noche- por cierto que bueno que usaste el triangulo dorado para llegar sin que nadie se diera cuenta.
- valoro mi vida no deseo ser una estatua de hielo – le responde mientras como cual minino restriega su mejilla junto con la mejilla del escorpión – además ahh... ya quiero ser tuyo Milito
-ya gemiste Kannon jajaja – le dice para tomar uno de los firmes glúteos del peliazul entre su mano, arrancó sonoritos gemidos.
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Así empezó su noche desenfrenada de infidelidad, lujuria y lascivia, las manos expertas del escorpión recorrían a memoria cada rincón del blanco cuerpo situado debajo de él, tantas veces poseyó aquel cuerpo en el pasado que aun sin luz sabía perfectamente como encaminarse a los puntos más sensibles del geminiano, presionando o simplemente lamedo esos sitios tan erógenos notas musicales se escabullían entre los carnosos labios de Kanon
Kanon simplemente cantaba a Milo ante aquel trato tan deliciosamente sugestivo, estaba su cuerpo a grados inimaginables, ardía ante los roces, sus manos viajaban al cuerpo del escorpión para quitarle las prendas que evitaban el contacto de las pieles, pasó el tiempo dejando ambos cuerpos sin prenda alguna, las ardientes pieles rozando encendiéndolas aun más, las virilidades de ambos están a estallar, entre gemidos Kanon no paraba de gritar "que bueno que me has llamado ohh Milo sigue asi"; tan metidos estaban en su placer que no sintieron una presencia acercándose a ellos, en cuanto la luz se encendió dejando en la puerta a un Camus más pálido de lo normal y a los amantes cachados en in fraganti del mismo tono
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Ca.-Milo!!??? Kanon!!!??? – con los ojos desorbitados, viéndolos con cierto dolor y repulsión, soltando el ramo de rosas rojas que traía entre sus manos y una pequeña cajita forrada de terciopelo negro.
KyM.- CAMUS!!!!??? – más que asustados ya que los sorprendieron en pleno clímax.
Mi.- que haces aquí??? no que mañana regresarías??? – envolviéndose en la sábana, quitándose de en medio de las piernas de Kanon y tratándose acercarse con cautela a Camus.
Ca.- eso te hice creer por que te quería dar una sorpresa... – le contesta a su interrogante mientras lo mira fijamente, con suavidad dirige la vista a Kanon que con trabajo cubre su desnudez.- pero veo que la sorpresa me la llevo yo... que linda bienvenida.- dice con tono de ironía dirigiéndoles la mirada que congelaría hasta el mismo sol.
Ka.- yo-yo mejor los dejo solos.- le dice a la pareja con nerviosismo sudando a mares.- TRIANGULO DORADO!!!
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Reinó el silencio, aquello era sumamente tenso, nadie hablaba, solo las miradas cruzándose, dolor por parte de Camus, terror por parte de Milo. Pareciera que el tiempo se detuvo nadie decía nada, absolutamente nada; un suave suspiro se exhaló entre los labios del aquariano acompañados de los parpados que caen cual telón después del espectáculo, giro su cuerpo para dirigirse a la puerta sin siquiera ver al octavo guardián. Milo solo veía en silencio las acciones de su pareja, veia como se marchaba, no pensaba detenerlo, no tenia el suficiente valor para enfrentarlos, si le hablaba se sentiría como cualquier basura, ya que no habia nada que se pudiera explicar, la situación era más que obvia.
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-como pudiste Milo... – habia detenido su andar justo en el marco de la puerta.
-es que el me provoco, el me busco yo le dije que tenia un novio, que no podía ser pero siguió insistiendo, me sedujo y cedí. – trataba torpemente de salvarse el pellejo haciéndose la victima.
- no me mientas, lo escuche bien claro... – la mano derecha apretó el marco cercano congelándolo en segundos- tu lo llamaste, no quiero escuchar tus mentiras, me traicionaste, me engañaste, jamás me has amado verdad??? – ligeras convulsiones acudian al esbelto cuerpo siberiano.
-yo... bueno... Este... – no sabía que contestar, ni el mismo sabía que sentía.
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Camus después de un silencio abrupto por la escasa respuesta de Milo se digno a girarse lentamente dando paso a sus hermosos iris anegados de cristalinas gotas de dolor liquido, cayendo como cascadas y surcando su pálido rostro, Milo por primera ver se sintió de lo más bajo, sentía un dolor en el pecho al ver en reflejados en los ojos de su amante el dolor, la tristeza, un alma hecha pedazos por una traición, una mirada que jamás en su vida había visto, haciendo ver al acuariano muriendo en vida como una rosa en medio del mas crudo invierno, marchitándose poco a poco.
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-no quiero volver a saber de ti Milo... – siseo casi sin fuerzas entre tanto comenzaba a caminar hacia atrás.
-Camus espera, no te vayas... – dijo casi inconcientemente, en un acto reflejo de mantenerlo un rato mas cerca de él.
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Detuvo su andar nuevamente, dedicó una ultima mirada llena de dolor para luego salir de ahí sin decir nada mas, era obvio que ya se habia acabado el estar juntos solo abriría mas la herida; Corrió como si su vida dependiera de ello, empacó unas cosas al azar para dirigirse con el gran patriarca, pidiendo permiso para salir un tiempo del santuario, contándole que habia pasado y que necesitaba un tiempo lejos de él, el patriarca aceptó siendo él la única persona conciente del paradero del caballero de acuario.
Desde aquel trágico día en que los caminos de dos amantes se dividieron en dos distintos ya habían transcurrido 5 meses, Milo por varias formas intento hacer que se le dijera hacia donde había escapado su antiguo amante, mas lo único que recibía era palabras como "hipócrita" "¿para que? ¿No te ha bastado con lo que has hecho?" "no le hagas mas daño ya" "no tienes vergüenza" y cosas por el estilo, pero ellos simplemente no comprendían lo que él sentía, y ¿como hacerlo? Si ante los ojos de los demás no es mas que un asqueroso traidor, y lo sabe perfectamente por tal motivo cada día que ha pasado sin Camus lo paga con lagrimas de sangre, sin él su vida se volvió vacía y sin sentido, comprendió ya tarde que Camus no era solo su manera de vivir cómodamente, descubrió que ese hombre de los hielos era su vida y que lo amaba con locura infinita.
Cansado ya ese día decide regresar a su templo, mañana intentaría nuevamente convencer al gran patriarca de otorgarle una forma por la cual pudiera comunicarse con Camus y pedirle perdón por sus errores y que lo volvieran a intentar; al llegar a su templo encontró un sobre rojo atado con cintas azul eléctrico, sus colores favoritos, se sorprendió mucho ya que era raro recibir correspondencia, lo tomo entre las manos y miro que no tenia remitente pero aun así se metió a su templo con todo y el sobre. Ya en su cuarto lo abre lentamente teniendo un presentimiento extraño, como de ansia, al abrirlo se encuentra con algo inusual, abriendo los ojos enormemente saca el contenido.
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-¿un CD?... Aquarius no Camus – lee por inercia el nombre que tenia en la parte de abajo el CD, al instante sus ojos brillan de una forma como jamás lo habían hecho, desesperado comienza a buscar algo, hasta que lo encuentra.- ¡si! Una nota.
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Para Milo:
Antes que nada hola, espero que te encuentres bien, estos meses lejos de todos sirvió para que mi dolor se amenizara, quise escribirte una carta donde contenga todo lo que sentí y siento en estos momentos, pero no me salían bien las oraciones, una ocasión escuche la canción "el arte del engaño" de Cartel de Santa, expresa completamente lo que sentí y siento, por eso pedí a una amiga Dj que conocí hace poco para me ayudara para que sea yo el que la cante en lugar del rapero, solo el coro es de la canción escúchala por favor.
Atte: Camus de acuario
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-esta bien camus... – dejo la nota a un lado para tomar el Cd entre sus manos y acariciarlo con devoción - muero por volver a escuchar tu voz... aunque sea así, para reclamarme... estas en tu derecho
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Se levanto de la cama para ir en busca de su reproductor de CD’s, una vez que lo encontró lo trajo cerca de su cama asentándolo en un buró cercano a él, con tanto de prisa y emoción por volver a escuchar la voz de Camus sin demora laguna coloco el CD poniéndole play en el acto; la melodía comienza a inundar la habitación, sonando triste, llena de sentimientos, estrujando así el corazón del escorpión, sin siquiera escuchar la letra podía ya sentir el dolor que habia causado 5 meses atrás, entrelazó sus manos apoyándolos en sus muslos, bajando la cabeza dejando que sus azules cabellos cayeran a los lados, cerro los ojos para escuchar con mas detenimiento aquella voz que ha extrañado como si años hubieran pasado desde la ultima vez que pudo deleitarse con ella.
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El arte del engaño resultó ser tu mejor nombre y no digas que no, lo conoces a la perfección
Conocí que es el perdón en nombre de un tal amor pero la traición fue la flecha que atravesó mi corazón
Hay dolor, hay rencor y sentimientos encontrados, hay deseos de morir por no tenerte a mi lado
Pero ya no importa nada el pasado quedo atrás y así como llegaste ahora mismo te me vas
Jamás te di la espalda y eso no puedes negarlo, jamás te traicione y nunca quise hacerte daño
Pasaran lo años seguirás en mi memoria pues tu has sigo el único en llevarme hasta la gloria
Todo se derrumbo dentro de mi, dentro de mi
Ah caído de tu cielo y no eh chocado con el suelo
De cubo fue tu amor y de papel, y de papel
Ah caído de tu cielo y no eh chocado con el suelo
Mira mis sueños como se queman, mira mis lagrimas no cesan por ti
Y ya te habías tardado en inyectarme tu veneno, Ah caído de tu cielo y no eh chocado con el suelo
Pero solo quiero y pido seguir estando vivo para verte darte cuenta del error que has cometido
Cuando tuve entre mis manos te lo di sin interés pero nunca fue suficiente por mas que lo intente
Demostré que era primero el sentimiento no el dinero, que si algo nos llevamos a de ser lo mas sincero
Se que no fui bueno demostrando sentimientos pero siempre eh sido rudo, frío, duro como el hielo
Me hundiste en el infierno y la verdad no me arrepiento porque se que te amé hasta el ultimo momento
Todo se derrumbo dentro de mi, dentro de mi
Ah caído de tu cielo y no eh chocado con el suelo
De cubo fue tu amor y de papel, y de papel
Ah caído de tu cielo y no eh chocado con el suelo
Mira mis sueños como se queman, mira mis lagrimas no cesan por ti
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Al termino de la canción las manos del octavo guardia sufrían de convulsiones incontrolables al igual que todo su cuerpo, leves gemiditos de dolor escapaban entre sus labios, un sentimiento de suciedad lo invadía ya que el dolor que habia causado era imperdonable, preguntándose una y otra vez como es que tuvo a un ángel a su alcance y lo dejo ir, al igual de cómo habia tenido el valor de traicionar a quien le brindo un amor incondicional, un amor puro y sincero, como si fuera el primero.
Entre su propio sufrimiento creyó delirar, pero después de tomar un respiro se dio cuenta de que era verdad, el cosmos que sentía a la puerta de su templo no era otra que la persona a quien realmente ama. sin perder tiempo corre a la entrada divisando la esbelta figura desde lejos, por fin el encuentro pensó.
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- ¡¡¡Camus!!!! - con alegría infinita nombra a la persona que tanto deseaba ver en estos meses.
-buenas tardes Milo. – saluda cortésmente pero en las palabras hay cierto tono frío y lejano.
-Camus... – susurra un tanto cohibido, pude notar el dolor aun presente en las orbes de su ex-amante.- perdóname por favor...
-... – no hubo reacción alguna de su parte, simplemente lo vio directo a los ojos, notando el arrepentimiento del escorpión.
- este mes que estuviste lejos me sirvió para darme cuenta que te amo. Por favor perdóname.- de manera profunda le miraba.
-tienes mi perdón Milo.- contesto mientras cerraba sus hermosas orbes para evitar ya mas contacto visual
-gracias Camus, te prometo que todo será diferente de ahora en adelante... –comenzó a decirle con una hermosa sonrisa y brillo especial acunadas entre sus iris azul cobalto, mas la mirada que Camus le dedicó hizo que se callara al instante.
-yo te dije que te perdonaba, mas nunca dije que regresaría contigo
-pero entonces que haces aquí??
-vengo a pedirte que me dejes pasar a mi templo, vine por unas cosas, me regreso para siempre a Francia
-no te vayas, yo te amo Camus que no entiendes, ya no me amas – le insistía una vez mas.
-si aun te amo pero tu no puedes sentir nada más que amor propio.- sus palabras seguras taladraron al caballero de escorpión.
-... – no sabia por que no podía contestar, quería hacerlo pero simplemente no salían las palabras
-ya vez, ni siquiera lo puedes negar, me iré a Francia, a lo mejor ahí encuentro al amor verdadero.- cerro nuevamente los ojos ya no quería ver aquellos ojos azules, podría rendirse a su encanto en cualquier momento.
-yo soy tu amor verdadero. – contradijo lo que le acababan de decir.
-tal vez si pero... – lo miro nuevamente con tanta tristeza reflejada en los ojos que era imposible no notarla- ya es tarde, cuando una relación se marchita es imposible que vuelva a revivir. – giro su vista el cielo tratando de evitar derramar mas lagrimas.
-yo te amo, no me dejes, intentémoslo de nuevo por favor.- una mirada segura le dedico a su amor, pero este la evito mirando hacia el templo de Milo.
-porque no lo intentas con Kanon??? El si se deja.- con cierto rencor y dolor menciona el nombre del geminiano.
-el no era el amor de mi vida, era un pasatiempo, además el ya encontró el amor con Ikki
-jaja quien lo diría, por jugar con los sentimientos de las personas te quedaste como el perro de las 2 tortas.
-Camus no seas tan frío dame una oportunidad por favor.
-yo tratare de hacer mi vida de nuevo te sugiero que hagas lo mismo, y si encuentras a alguien que te ame como yo lo hice, no lo dejes ir... por favor déjame pasar ya... – sin mirarle una vez mas, ya no quería verlo, le dolía lo que hacia pero solo así romperían los lazos de amor que alguna vez lo unió
-tu eres el amor de mi vida, por favor dame una oportunidad.- se negaba a dejarlo ir, no quería perderlo nuevamente.
-no... –rogaba que quitara esa cara, aun lo amaba con locura pero una traición es algo que no se olvida, la confianza habia sido destruida no teniua caso tratar de salvarla, al cabo del tiempo se iría deteriorando.- y ya me tengo que ir hasta nunca Milo de escorpión
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Camus se alejo para siempre de Milo quien quedo destrozado después de aquella platica, sabía que todo lo que le paso se lo tenía merecido y que jamás debió haber abusado de las personas que lo amaban, ahora sufrirá toda su vida cargando el peso de aquel engaño, cargando aquella tristeza, cargando aquel dolor, esa era su condena y nadie estaría para apoyarlo mas que aquellos recuerdos hermosos y punzantes que pasó con su amado Camus
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FIN