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Melodia Para el Sol por Marieth

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Notas del capitulo:

¡Siento haberme tardado tanto! Los malditos de la licenciatura no tienen corazón hacen que me levante a las 5:30 de la mañana!

Dejando de lado las quejas aqui está el capítulo.

¡Que lo disfruten!

Ante aquellas palabras Roy se quedó paralizado, tenía las alas del chico desde el día anterior y lo único que había hecho era colocarlas en la cajita como un adorno más. Ed dirigió su mirada al moreno que seguía sin carburar muy bien la situación para luego hablarle por fin.

-¿Dónde lo encontraste?

-¿Eh?...pues…en el castillo del valle, en el jardín. No sabía lo que era, perdóname. –De manera apresurada desmontó el cristal y lo puso en las manos de su dueño.

-No te preocupes, de todas maneras yo soy el único que puede reconocer lo que es este cristal en verdad. –Le sonrió de una manera tan hermosa que el otro no pudo hacer otra cosa que quedarse embelesado.

Edward se puso el cristal a la altura del pecho y de este surgió una fina cadena de plata que se sujetó alrededor del blanco y delicado cuello, una luz intensa surgió de pronto cegando a Roy unos momentos. Al abrir los ojos se sorprendió de no encontrar al pequeño, en donde se encontraba parado ahora sólo se hallaba la ropa que traía puesta.

-¿Ed? ¿Dónde estas?

-¡Aquí!

Al pobre hombre casi le da un infarto, se dio la vuelta para encontrarse con el muchachito frágil de siempre, pero en vez de eso se encontró con una versión miniatura del niño.

-… ¡AAHHHHHHH! –Roy cayó sobre su trasero de la impresión, frente a él estaba un Edward miniatura, vestido de un blanco inmaculado y casi brillante, con un hermoso par de alas en forma de hojas alargadas que se movían con rapidez en su espalda para mantener el pequeñísimo cuerpo en el aire.

El pequeño ser se acercó al rostro del asustado moreno con un gesto de fingido enojo.

-Eres muy grosero, yo sé que no es común ver un hada, pero no tienes por qué gritar. –El chico parecía divertirse de lo lindo.

-N-no estoy siendo grosero, debiste avisarme antes de hacer eso –Se puso de pie sacudiendo su ropa para quitarse el polvo que había recogido del suelo por la caída.

-Lo siento, pero quería ver qué cara ponías.

-¿Tu qué cara pondrías si vieras algo tan pequeño? –Roy no se quedó atrás, también se divertía al ver la reacción de Ed.

-¿¡¡¡A QUIÉN LE DICES DIMINUTO INSECTO VOLADOR!!!?

-No dije eso y lo sabes.

El rubio se quedó suspendido a un escaso metro del otro, optó por volver a crecer para poder platicar a gusto.

-¿Así está mejor?

-Si, aunque ya me lo hayas dicho es un poco difícil acostumbrarse a verte del tamaño de una muñeca. –Roy cambió la expresión de sorpresa que le quedaba aún en el rostro por una linda sonrisa llena de felicidad. –Aunque te veías muy lindo.

A Ed le dio gracia ese comentario, aunque no dejaba de notársele un poco de rubor en la cara. Se acercó hasta el apuesto hombre y le tomó ambas manos entre las suyas.

-Ahora que tengo mis alas…yo… ¡Quiero ofrecértelas! Tú eres la persona que amo, quiero darte todo lo que soy.

Roy se soltó del agarre del pequeño para tomarlo con amor entre sus fuertes brazos, luego le dijo al oído muy quedito.

-Acepto todo lo que tú me ofrezcas, desde la primera vez que te vi, desde ese momento mi corazón y mi alma te pertenecen. Te amo.

Esas palabras bastaron para que los dos se estrecharan con fuerza, ambos tenían lo que deseaban: Edward había conseguido el amor del humano que le había robado la razón y Roy ahora ya no estaba solo en aquella casa, ahora tenía a aquel ser hermoso que le ofrecía todo su ser. Se separaron uno del otro.

-¿En serio aceptarás mis alas?

-Si, ya te lo he dicho, aceptaré con gusto lo que me ofrezcas.

-Esta noche hay luna llena, ¿Estas dispuesto a llevar a cabo la ceremonia esta misma noche?

-En cuanto estés listo, ¿pero estás seguro de querer renunciar a todo?

-¿De qué me sirve poder vivir siglos o tener alas si no tengo lo que más quiero en este mundo? Es mejor vivir una sola vida contigo que vivir muchas yo solo.

Conmovido por esas palabras Roy lo levantó en sus brazos y le plantó un dulce beso en los labios. Cuando el moreno por fin se decidió a dejarlo en el suelo lo tomó de la mano y lo jaló al comedor.

-Ya tengo hambre, ¿qué te parece si vamos a comernos el pastel que nos dejó Maes?

-Si vamos.

No se dieron cuenta de que, desde lejos alguien los observaba.

-¡No dejaré que eso pase! ¡Tengo que actuar!

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Edward y Roy terminaban de desayunar cuando el chiquillo se acordó de algo.

-¿No crees que el señor Hughes piensa que estas enojado con él?

-Tienes razón, creo que no fui muy amable con él esta mañana.

-¿Por qué no hablas con él?

-Si, iré a hablar con él. A propósito, dónde se va a llevar a cabo la ceremonia.

-¿Conoces la colina de la luna llena?

-Si, ¿ahí se lleva a cabo?

-Si, el acto debe comenzar cuando la luna se encuentre en el punto más alto del cielo. ¡Ah! Olvidé darte algo.

De su blanco ropaje sacó un pequeño cuchillo de plata, con él se cortó un pequeño mechón de cabello, después fue a la cocina y trajo la cáscara completa de una nuez. Colocó el cabello dentro de la cáscara y la cerró con un poco de hilo, después pronunció una especie de conjuro que hizo que el objeto brillara con una tenue luz verde.

-Toma –Le dio la nuez cerrada que contenía su cabello –Si alguna vez perdieras algo o no encontraras a quien buscas, pídele al viento que te ayude a encontrarlo mientras sostienes esto.

-Gracias. –Guardó el pequeño objeto en el bolsillo de su pantalón.

Al terminar de recoger lo que ensuciaron (Los dos son muy limpios, no les gusta tener cochinero), ambos se encontraban ya en la entrada.

-¿Seguro que no quieres venir? –Roy ya estaba por salir, pero por alguna razón no quería dejar al chico solo.

-Es mejor que me quede, tú y tu amigo tienen que hablar. Además, ¿si me voy contigo quién va a preparar la comida?

-Tienes mucha razón, entonces cuídate. –Lo abrazó y besó su cabeza con ternura, después lo soltó y caminó unos cuantos pasos –Prepara algo rico porque vendré con mucha hambre.

-Saluda al señor Hughes y a su esposa de mi parte.

-¡Claro!

Roy se alejó rumbo al pueblo mientras que Ed lo observaba aún desde la puerta, cuando lo perdió de vista se dio la vuelta para entrar, pero se detuvo al sentir que algo jalaba de su pantalón.

-¿Eh? –Al darse la vuelta vio al lobo negro que lo había seguido desde el bosque, se inclinó y le acarició el lomo –Hola, ¿qué te trae por aquí?

El animal lo jaló hacia el jardín, en cuanto estuvieron ahí se puso a retozar un poco.

-¿Quieres jugar? Está bien, pero primero déjame hacer las cosas de la casa, en un momento salgo.

Entró a la casa, el lobo se quedó esperando pacientemente en el jardín a que terminara lo que tenía que hacer.

******************************************************************************************************

En el pueblo, a medio día, todo estaba igual que siempre: el pequeño mercado lleno de amas de casa comprando lo necesario para la comida, frente a la juguetería de Alphonse los niños se amontonaban para ver mejor los juguetes del escaparate. Roy siguió caminando unas calles más abajo hasta que encontró el lugar que buscaba: la casa de su mejor amigo. Tocó la puerta y Maes lo recibió.

-Hola Maes, ¿puedo pasar?

-Claro, pasa.

La casa era pequeña, pero lo suficientemente grande como para albergar a aquella familia sin problemas: en la planta baja estaba la cocina, una pequeña sala y un espacio a penas lo suficientemente grande como para el comedor, en el segundo piso había dos habitaciones y un baño. Ambos hombres se sentaron en la sala, uno frente a otro.

-Lamento lo que pasó en la mañana, no quise hablarte así. –Roy estaba realmente apenado y aquello estaba incomodando a su amigo.

-No tienes por qué disculparte, yo fui el que se metió donde no debía.

-Pero no fue justo, tú no sabías.

-¡Ya olvídalo! Mejor dime, ¿para quién era eso? –Maes se levantó y se sentó al lado de Roy, luego se puso a darle de codazos -¡No me habías dicho que ya tenías a alguien especial!

El moreno ya estaba con la cara más roja que una manzana, carraspeó y le dijo simplemente.

-Ya que tanto lo quieres saber, si, tengo a alguien especial.

-Como lo supuse. Eres muy malo, no deberías estar asaltando cunas (Si supiera que el que asalta cunas es otro). Ed todavía es un niño –Hughes le palmeaba la espalda mientras le sonreía con picardía

-¿Y tú cómo demonios sabes que es él? –Roy ya no pensaba con claridad, se sentía descubierto, aunque él solo se había echado ya de cabeza -…digo…

-Gracia y yo nos dimos cuenta desde que los vimos, así que mejor no digas nada. Además, yo no soy quién para juzgarte, aunque…

-¿Qué?

-Me da gusto que encontraras a alguien que te acompañe, de verdad espero que seas feliz con lo que escogiste.

-Maes…gracias.

Ambos se conocían desde pequeños y se querían como hermanos, ya no necesitaban decir más, sólo se abrazaron con fuerza.

-Ahora ven conmigo Roy.

-¿Eh? ¿A dónde?

-Arriba.

-¿Para qué?

-¿Cómo que ‘para qué’? Para que conozcas a mi Elisya, esta preciosísima, tienes que conocerla. Deberías de verla, cuando duerme se ve como un bello ángel.

El de lentes no paraba de hablar mientras jalaba a su amigo de la camisa escaleras arriba.

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La posición del sol en el cielo indicaba que pasaban de las cuatro, en el patio de aquella casa se encontraban jugando un muchacho rubio y un lobo negro.

-¡Espera un momento! Estoy un poco cansado –Ed se sentó en la banca de madera que estaba en el jardín.

El lobo fue y se paró frente a él, recargó sus patas delanteras en las piernas del chico y comenzó a lamerle la cara pidiendo atención.

-¡Oye! –Ed lo separó de su cara y lo bajó de sus piernas para que lo dejara de lamer –Tu si que eres muy cariñoso, pero no sé por qué no puedo entenderte, se supone que mis poderes regresaron.

El rubio vio fijamente a los ojos del lobo esperando encontrar una respuesta.

-Es raro, tengo mucho sueño.

Poco a poco sus ojos se fueron cerrando y cayó dormido, el lobo lo cargó en su lomo y se lo llevó con cuidado desapareciendo en el bosque.

Notas finales:

Uhh...¿Qué creen que pase ahora?

No sé si me tarde otra vez, trataré de subir el siguiente capítulo lo antes posible, pero como me paso todo el día en el CUCS...bueno.

Estamos cerca del final! Déjenme sus reviews plis!

Nos vemos la próxima!!!


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