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Melodia Para el Sol por Marieth

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Notas del capitulo:

Como me ha llegado la inspiración aqui le llego con el capítulo cinco. Con esto se nota que tengo tiempo libre, espero que me dure al menos algo.

Me da mucho gusto que les esté gustando.

Sin más que decirles aquí los dejo para que lean.

-¡Dime dónde está! ¡Dímelo!

-Pero antes de decirte lo que quieres saber dime Envy, ¿Para que quieres al hada esa? No veo la utilidad que pueda tener.

-Simple y sencillamente porque lo quiero para mi, ¿o qué? ¿No es suficiente motivo?

Lust estaba a punto de decir algo, pero un pensamiento que acababa de cruzarle por la cabeza hizo que guardara silencio antes de decir con una clara mueca de gracia en la cara.

-¡No es cierto!, ¡No puede ser!, ¡Esto es demasiado bueno para mi! ¡Ja, ja, ja!... ¡El grandioso Envy, líder de los demonios…ja, ja, ja…enamorado se una simple hada!

Ya no pudo continuar riendo (Como desquiciada) porque algo explotando muy cerca de ella se lo impidió, pero aquello vino acompañado por una voz que claramente demostraba la furia de su dueño.

-¡CÁLLATE DE UNA MALDITA VEZ! ¡ENTIENDE ESTO PORQUE SÓLO TE LO VOY A DECIR UNA VEZ, DONDE ALGUIEN MÁS SE ENTERE DE ESTO ESTAS MUERTA! ¿¡ME OISTE DESGRACIADA!? (Con esos gritos me extrañaría que alguien no lo supiera ya)

Lust no pudo hacer otra cosa que guardar silencio, si algo había aprendido es que cuando su líder estaba de ese humor era capaz de destrozar a cualquiera, fuera útil o no. Por su parte Envy, algo más calmado le habló.

-Ahora dime ¿Dónde está él?

-…

-¡CONTESTA ESTÚPIDA!

-Lo único que sé es que está con los humanos, vi cuando los guardias se lo llevaron y le dijeron que si tanto lo quería lo mandarían ahí.

-¡Eso no me sirve! ¡Necesito saber dónde está con exactitud! –Dijo mientras tomaba a aquella mujer por los hombros y la zarandeaba, entonces Lust se liberó del agarre y le dirigió la palabra a su molesto líder.

-Aunque lo encuentres no te servirá de nada si no tiene sus alas, sabes tan bien como yo que a las hadas, al ser expulsadas, se les arrebatan las alas y se les dice que no regresarán hasta que las encuentren. Con forma humana él no podrá ser tuyo. ¿Por qué no dejas que encuentre primero sus alas y después vas por él?

-Porque la mugrosa reina se me podría adelantar. –Dijo con una cara de “¿Eres tonta o qué?”

-Entonces yo encontraré y vigilare al chico por ti, al fin y al cabo no creo que lo mandaran tan lejos, aún es un niño, en cuanto encuentre sus alas te lo llevaré a la colina de la luna llena ¿Qué te parece?

Envy la miraba con duda, aquella mujer nunca hacía algo si no era en beneficio propio. Algo estaba buscando.

-¿Tú qué ganas con ayudarme?

-Tan sólo servirte es mi placer.-Dijo en tono muy servicial (Esa ni yo me la creo, pero bueno que le haga su lucha).

-Si, claro. ¿Crees que me chupo el dedo? ¡Mejor dime de una buena vez que es lo que quieres a cambio!

-Ya que lo pones de esa manera… quiero que me des el Ojo de Dragón.

-¿Para qué lo quieres?-Dicen que con el Ojo de Dragón puedes encontrar tesoros incalculables.

-No sabía que fueras tan codiciosa.

-Yo no lo soy, Greed si. Necesito algo con lo que pueda hacerlo sufrir después de la que me hizo la última vez.

Envy recordaba aquella “pequeña broma” en la que Lust terminó con la cara de color naranja y los meses que tardó en quitarse esa apariencia, fue muy divertido (Alguna vez probaré esa broma).

-Como quieras, tan sólo entrégame al muchacho y te daré lo que me pides y… tal vez más.

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El chico rubio miraba con curiosidad cada una de las estructuras que pasaban frente a sus ojos, nunca había visto nada como eso. La voz de la persona que lo acompañaba hizo que desviara su vista para posarla con su interlocutor.

-Ed, ¿cómo sabes si las personas son buenas o malas?

-Eso es muy fácil, sus ojos me dejan ver lo que hay en su corazón, se podría decir que son una ventana hacia lo que realmente somos.

-En verdad que las hadas son seres privilegiados, me gustaría poder hacer esas cosas como tu.

-¡Claro que puedes! Sólo necesitas un poco de práctica.-Pero yo no tengo poderes.

-De momento yo tampoco –Ed inclinó un poco la mirada y trató de sonreír, pero lo único que le salió en ese momento fue un gesto de dolor –El ver hacia un corazón es algo que todos pueden hacer, siempre y cuando tengan la sensibilidad para hacerlo.

-Oye, ¿te puedo hacer una pregunta?, se que es doloroso para ti, pero no sólo quiero ayudarte a encontrar tus alas.

-Adelante.

-¿No recuerdas el lugar desde el cual observabas a la persona de la que te enamoraste?, tal vez si encontramos ese lugar puedas recordar algo sobre ella.

-¡Ja, ja, ja!

-¿Dije algo gracioso? –Roy se encontraba confundido, revisó palabra a palabra lo que había dicho pero no encontró nada que pudiera motivar esas risas.

-Lo… ¡ja, ja, ja!...lo siento, pero no es una ella, es un él. –El moreno abrió los ojos como platos y se detuvo de repente, eso no era algo que se escuchara todos los días.

-¿En tu hogar no encuentran extraño que te enamores de un hombre?

-No, ¿tiene algo de extraño? –El muchacho al parecer no se regía con las mismas leyes morales que las personas de su pueblo.

-Lo que pasa es que…-Roy pensaba en la manera de explicarle a Ed que eso no era bien visto por las personas, pero el chico se le adelantó y comenzó a hablar.

-Ah, tú lo dices por eso de que los matrimonios y el amor deben ser entre personas de diferente sexo. Nosotros no creemos en eso, el amor debe ser algo que no debe estar encadenado a normas morales, si tu amor es algo puro y sincero debes creer en él y dejarte llevar. Aunque eso te haga sufrir de alguna manera. –Aquel pequeño hablaba con la experiencia que le dieron sus años de existencia, pero su inocencia y su aislamiento del mundo humano sólo le dejaban hablar de manera un poco superficial. Lo que él no sabía era que si bien el amor era algo por lo que se debía luchar, también era algo que en ocasiones tenía que dejarse ir.

-Me agrada tu manera de pensar. –Dijo Roy con una enorme sonrisa en los labios –Yo pienso lo mismo, no hay necesidad de que todos digan  que tu amor es correcto mientras te casas en una iglesia o en el registro civil.

-¡Ah! ¿Entonces por eso la gente se arremolina frente a las iglesias y por eso las chicas se ponen esos vestidos que se ven incómodos? (¡Odio los vestidos!) –Aunque Edward tuviera algo de sabiduría por su edad, al parecer del moreno se había perdido de algunas cosas en el camino.

-Si, ¿pues cómo se casan la hadas? –Eso se cuestionaba desde hace tiempo, pero el joven hombre no había encontrado antes la oportunidad de formular la pregunta.

-No es una ceremonia complicada, si es con otra hada tan sólo intercambiamos nuestras alas.

-¿Cómo se hace eso?

-Nosotros traemos un cristal al nacer, de ahí se originan nuestras alas, en la ceremonia lo único que hacemos es intercambiarlos mientras se pronuncia el juramento bajo la luna llena.

-¿Y si es con un humano el matrimonio?

-Como te he dicho antes el hada debe renunciar a sus poderes, para ello le hace entrega al humano su cristal mientras pronuncia un juramento especial para esos casos. Al recibir el cristal, este debe ponerlo frente a su corazón y dar la respuesta.

-¿Me podrías decir el juramento que se le dice a un humano?

-¿Q-qué? –El rubio se puso de un rojo furioso cuando escuchó aquello (Imagínense qué entendió).

-Que si me podrías decir cómo va el juramento –El moreno se había dado cuenta de la reacción de Ed y le mostró una sonrisa pícara -¿O qué? ¿Acaso creías que te estaba proponiendo matrimonio?

-¡Yo no creí nada! Cielos. –Se cruzó de brazos y desvió la mirada mostrando su enfado.

-Estaba bromeando –Trataba de disculparse mientras se ponía frente a los ojos del rubio haciendo que éste lo mirara mientras le enseñaba sus ojos de borrego a medio morir.

-Está bien, te voy a recitar el juramento (Es débil contra esa mirada)

-Escucho.

-Ahí va: “A ti hago entrega de mis alas y con ellas mis poderes, mis sueños, mis anhelos, mi corazón y mis sentimientos. Eres dueño de todo lo que soy y lo que será de mí, me olvido de lo que fui y me entrego a tus deseos y sentimientos por toda la eternidad. Es la muestra de mi amor eterno.”

-Es hermoso, ¿pero qué es lo que se responde?

-No lo sé, al parecer eso depende de la persona y su corazón.

Al terminar la conversación llegaron a su destino, pero no notaban que un cuervo los había estado siguiendo desde hacía un buen rato.

-¿Qué es este lugar?  -Preguntó el pequeño que de pronto desvió su mirada a lo que se exhibía en el lugar.

Estaban frente a un local pequeño, en los escaparates se veían casas de muñecas, legiones de soldaditos, caballitos para mecerse sobre ellos, carretitas y automóviles, de la parte alta colgaban avioncitos, papalotes y planeadores con forma de aves diferentes. Las paredes estaban pintadas de colores alegres y sobre la puerta estaba el nombre del establecimiento con letras color verde pistache (Cómo se nota que no tuve infancia).

-Es una juguetería, vengo a entregar algo que me encargaron hace tiempo. Entremos, si te gusta lo que ves aquí afuera te va a encantar lo que verás adentro. –Roy tomó dulcemente la mano de Ed y lo condujo al interior del lugar; el niño corría por todos lados viendo todo lo que el local tenía para ofrecer, mientras, el mayor buscaba al dueño del lugar.

-¡Alphonse! ¡Aquí está lo que me pediste! ¡Alphonse!

-¡Espera un momento! –La voz provenía de la trastienda –Disculpa, estaba acomodando algunas cosas –De la trastienda apareció un hombre de, mas o menos, la edad de Roy, cabello corto y rubio, de ojos color plata (No estoy segura del color, así lo veo yo) y gestos que denotaban gentileza y paciencia.

Al ver a la persona que aparecía Ed volvió a su actitud tímida y se aferró al brazo de su acompañante, con eso se hizo notar ante el desconocido.

-¡Hola! Gracias por tenerla lista tan pronto, por cierto ¿Quién es él?

-Su nombre es Edward, se está quedando en mi casa.

-Gusto en conocerte, yo soy Alphonse –Al no tener respuesta del niño se puso a su altura y le dijo –Me agradas mucho, ¿quieres ser mi amigo?

Como siempre lo hacía con las personas que acababa de conocer, le miró directo a los ojos para luego sonreírle animadamente.

-También para mi es un gusto el conocerlo, y me encantaría ser su amigo.-Mientras le decía aquello poco a poco sus mejillas se iba tiñendo de rosado.

-Siento interrumpirlos, pero te tengo que mostrar el encargo Al. –El moreno se había sentido extraño cuando vio la cara sonrojada de Ed, nunca se la había mostrado a otro que no fuera a él y ahora se la estaba dedicando a alguien que a penas acababa de conocer.

-Lo siento, ¿puedo verla?Roy le dio el paquete que llevaba cargando, al abrir la tela en la que venía se pudo apreciar un hermoso lago congelado delineado con nieve con una pareja de patinadores sobre él, la base era algo gruesa.

-¿Qué es eso Roy? –Preguntó el rubio que no dejaba de admirar el objeto, estaba hecho con mucho detalle.

-Es una cajita de música –Dio cuerda a la llave que se encontraba en la base del pequeño paisaje y los patinadores comenzaron a moverse al compás de una melodía suave, pero dulce. Ed miraba aquello con los ojos muy abiertos, no perdía detalle de los movimientos de las figuras, disfrutaba al mismo tiempo de la música que provenía de la cajita. –Si tú quieres puedo hacer una especialmente para ti.

-¿En serio? –Al niño se le iluminaban los ojos de la felicidad, abrazó al moreno con mucho cariño -¡Muchas gracias!

-Tienes mucha suerte, esas cajitas son muy especiales. –Interrumpió Alphonse el hermoso momento. –Roy las hace a mano, desde el adorno, hasta la melodía. Por eso ninguna es igual, la gente viene desde lejos para conseguir una.

-¿En serio tu compones las melodías? –Edward se veía cada vez más asombrado, no pensaba que ese hombre fuera tan hábil en las labores manuales, y mucho menos que fuera compositor.

-Si, es algo que me enseñó mi madre, mi padre me enseñó a hacer las figuras y los mecanismos que las mueven. –Todo aquello lo decía con orgullo, le agradaba haber causado aquella impresión en el muchacho.

-Por esa razón es el soltero más codiciado de los alrededores, por su culpa los demás tenemos problemas para encontrar novia. –Alphonse le daba codazos a un ya muy colorado moreno, mientras que el pequeño se aguantaba la risa.

-Ejem. De todas maneras, ya tenemos que irnos, ¿podrías darme mi paga y las cosas que te encargué por favor?

-¡Ja, ja, ja! ¡No lo tomes así! Sabes que estoy bromeando –Alzó una bolsa con víveres diversos y le dio un pequeño sobre. –Toma, que tengan buena tarde entonces. Nos vemos otro día Ed.

-Nos vemos Alphonse, cuídate. 

-¡Hasta luego señor!

Ya eran cerca de las seis cuando abandonaron el pueblo, eran seguidos muy de cerca por un cuervo.

Notas finales:

¿Qué demonios querrá ese cochino cuervo?

Ya lo veremos en el siguiente capítulo si me dejan su opinión.

Nos vemos!!!!!


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