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Melodia Para el Sol por Marieth

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Notas del capitulo:

Esta vez no me he tardado tanto.

Espero que el fic no sea tan predecible como lo siento, si lo es avisenme y trataré de arreglarlo.

Sin más que decirles Disfruten!

En aquel verde valle sólo había un enorme castillo que se desmoronaba poco a poco, lo único que podría decirse que todavía conservaba un poco de su belleza eran aquellos hermosos rosales que, a pesar del abandono, seguían floreciendo cada primavera (No sé si todos los rosales florezcan en esa época, al menos el mío si). Roy caminaba por el camino de piedra que atravesaba el jardín, no sabía lo que buscaba, pero esperaba encontrar algo o a alguien. Se detuvo frente a lo que parecía un pequeño monumento; intentó leer lo que estaba escrito ahí, pero fue en vano, el tiempo se había encargado de borrar las letras. Una luz que chocó con sus ojos llamó su atención, en el piso resplandecía un pequeño cristal redondo gracias a la luz del sol, el moreno lo recogió.

-Es muy bonito…se me ocurre una manera de usarlo, después de todo es algo que le prometí.Guardó el cristal es su bolsillo y siguió inspeccionando el lugar.

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La casa se sentía vacía, cualquiera que pasara cerca juraría que su dueño no estaba; tan sólo un pequeño niño estaba en el lugar recostado en el sillón, pero no hacía sonido alguno, estaba muy sumido en sus pensamientos.

“Se supone que no recordaba nada, cuando lo conocí tan sólo era un extraño, pero ahora…pareciera que lo conociera de toda la vida, además, aquella melodía, aquella canción… ¿Será la persona que busco? …Una prueba más, si la pasa es él, esto ya no podría ser coincidencia, estoy decidido… ¡Lo haré!”

Ed se levantó de golpe y se dirigió rápido a la cocina, pero con la misma velocidad que entró salió con una mueca de fastidio.

-No hay manzanas, tendré que ir por algunas.

Salió de la casa cuidando de cerrar todo bien y se adentró en el bosque. El rubio recordaba que, no lejos del lago, había un manzano que daba frutos deliciosos, después de recorrer un buen tramo se encontró con lo que buscaba: un hermoso manzano.

-¡Menos mal! ¡Todavía quedan muchas y se ven muy buenas!

Se acercó al árbol y trepó en él con gran agilidad, cortó varias manzanas y las puso en una bolsa, cuando hubo terminado bajó con cuidado.

-Con esto podré hacerlo, espero recordar como se hace.

Comenzó a caminar de regreso a la casa de Roy cuando un lobo negro se cruzó en su camino cerrándole el paso. Ed no se movía, no sabía si el animal era agresivo, normalmente los lobos no se acercaban a los seres humanos. Lentamente el lobo fue acercándose a él, de pronto se abalanzó sobre él y… ¿comenzó a lamerle la cara?

-Oye…ya déjame…a mi también me agradas –El chico trataba de quitarse al animal de encima –Ya bájate… pesas mucho.

Al fin logró quitárselo, se acercó a él y le acarició la cabeza, a lo que el lobo movió la cola gustoso.

-No puedo jugar contigo, perdón.

Dejó a su peludo amigo y se dirigió a la casa.

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Un moreno caminaba a su casa ya entrada la tarde, se pasó todo el día buscando encontrar a alguien en aquel lugar abandonado, pero, como era de pensarse, no encontró a nadie.Estaba a punto de entrar a su casa cuando un gruñido llamó su atención, un enorme lobo negro estaba a escasos metros de él, trató de no hacer ningún movimiento brusco, pero no se esperó que el animal se le echara encima.

-¡Maldito animal! –Con todas sus fuerzas Roy trató de quitarse al lobo de encima, escuchó cómo la puerta se abría -¡Ed, no salgas!

-¿¡Qué pasa!? –Edward vio al lobo negro a punto de lanzarle una mordida al moreno y corrió en su ayuda -¡Detente! ¡No le hagas nada!

Al escuchar las súplicas del niño el animal desistió en su ataque y se acercó dócilmente a él. Ed, por su parte, acarició suavemente al lobo quien se sentó a su lado. Roy se puso de pie, sacudió sus ropas y nervioso comenzó a hablar.

-¿¡Qué demonios hace ese lobo aquí!?

-Me siguió desde el bosque –El pequeño agachaba la cabeza –Perdón.

-No te preocupes, pero debes entender que estos animales son peligrosos.

-¡Él no es peligroso!

-Si ya vi –Dijo en tono sarcástico.

-Ya te dije que lo siento, no tienes por qué hablarme así.

Roy había hecho sentir mal a Ed y se arrepentía, quería de alguna manera compensarlo por ello.

-Discúlpame, no quise hablarte de esa manera. Pero entiende también como me siento. ¿Qué hubiera pasado si te ataca? ¿Sabes que me habrías hecho llorar?

Al escuchar esto el rubio levantó la mirada y unas cuantas lágrimas comenzaron a caer.

-Perdón, perdón.

Roy se acercó al chico, lo abrazó con ternura y besó sus cabellos. Con esto calmó al chiquillo, que feliz le dio una hermosa sonrisa.

-Vamos adentro, ya es hora de comer.

-Si, pero…-Ed vio hacia el lobo que esperaba más atención de su parte, ahora movía alegremente la cola – ¿qué voy a hacer con él?

-La casa no es lugar para un lobo, él debe estar en el bosque.

El muchacho acarició al lobo antes de ver en sus ojos y seguir hablándole.

-Lo siento, no puedes quedarte. –Volteó hacia donde estaba parado el moreno, este asentía levemente dando su aprobación –Pero puedes venir de vez en cuando.

El lobo negro le lamió en el rostro antes de salir corriendo en dirección al bosque del cual había salido.

Habiendo pasado ya el mal rato, entraron los dos a la casa, un deliciosa aroma flotaba en el aire, un aroma que no se sentía en años dentro de la casa.

-Para compensarte el susto te tengo una sorpresa –Edward jalaba del brazo al otro que se dejaba hacer.

-¿Qué aroma es ese?

-Tu sorpresa.

Sobre la mesa del comedor estaba una espléndida comida: ensalada de champiñones como entrada, lomo relleno de espinacas y queso como plato fuerte y como postre un delicioso pastel de manzana y nueces cubierto con una fina capa de azúcar glas (Mientras lo escribo tengo hambre, compréndanme). Roy veía todo con una enorme sonrisa en la cara (Se nota que él también tiene hambre), no cabía en su asombro.

-¿Te gusta?

-¡Me encanta! Mi madre solía hacer esta comida cuando era algún día especial.

-¿En serio? “Ya no hay duda, él es, él es a quien yo busco. Pero no se lo diré aun, no le diré nada hasta que recupere mis alas y se las pueda ofrecer. Tan sólo espero que me corresponda”

-¿Sucede algo? De pronto te has puesto serio.

-¿Eh? N-no, nada. Mejor vamos a comer.

Ambos se sentaron a la mesa a comer, el moreno disfrutaba el sabor de la comida, todo era delicioso. Por su parte Ed estaba feliz de que el hombre frente a él disfrutara del fruto de su esfuerzo, tanto que casi no había comido de su ensalada.

-¿Por qué no comes carne? –Preguntó de repente Roy.

-Simple, no podemos. Al nacer de la naturaleza no nos atrevemos a comer carne.

-¿Y no te molesta que la coma yo?

-No, también como parte de la naturaleza entendemos lo que es la cadena alimenticia.

-Suena lógico.

La cena transcurrió en un ambiente muy cómodo, limpiaron los platos de la comida. Roy se fue al pequeño taller que tenía en el sótano y ahí se encerró, Ed trató de acompañarlo pero el moreno se negó. Al ver la negativa el muchacho decidió salir al jardín un rato a observar las estrellas que a penas estaban apareciendo en el cielo. No pudo evitar ponerse a pensar.

“Me pregunto si estaré haciendo lo correcto, yo lo amo, pero a lo mejor él sólo me tiene lástima”

Se quedó pensando en sus suposiciones hasta que el sueño lo hizo meterse a la casa a descansar.

Notas finales:

¿Qué demonios hace Roy? Ni yo sé, desde que terminé el fic no lo he leido (en serio).

Espero que les esté gustando, me estaba quedando sin inspiración y no sé si esté yendo bien.

Sigan poniendo su opinión que cuenta mucho para mi.

Gracias por leer!


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