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Confusión de género por Ayumi

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Notas del capitulo: Bueno, espero que les guste. Este es un fic que se me ocurrió gracias a un viaje.

El hermoso sol que brillaba con tanta intensidad en Hokkaido daba a entender la estación en la que se encontraban, que no era otra que verano. Aki, un chico con el pelo largo y de un color blanco-plateado que caía en cascada tapando parte de sus ojos rojos, caminaba por la calle con dirección hacia la panadería. Sus padres se habían ido hacía unos días a buscarle una prometida, que según ellos a sus 16 años necesitaba una. Así que ahora el debía ocuparse de todas las tareas de la casa, cosa bastante difícil con su amiga Rumi pululando pos su casa cada vez que le apetecía.

 Tan metido estaba ideando un plan con el que evitarle la entrada a su casa que sin darse cuenta ya había comprado y se encontraba en la misma calle que su casa. En el momento en el que solo quedaban unos cinco metros más para llegar a su casa un escalofrío recorrió su espalda, eso quería decir que algo muy malo iba a pasar. Se asomó discretamente a su casa y pudo ver a un chico que no conocía de nada, tenía el cabello hasta los hombros y castaño.

 De repente el desconocido giró muy rápido y se le quedó mirando insistentemente, hasta que al final le sonrió y se lanzó a abrazarlo. Debido al shock inicial no pudo ni tan siquiera apartarse, pero después de unos minutos lo apartó suavemente.

-         Hola, soy Shinji, aunque tú ya debes saberlo- ¿por qué ese tío raro sonreía tanto?, se preguntaba internamente, pero aun más importante…

-         ¿Por qué debería saberlo?

-         Porque soy tu novio- y ahí estaba de nuevo, con la sonrisa de anuncio de dentífrico.

-         ¿Mi qué?

-         Tu novio… ¿es qué no lo pronuncio bien?, y yo que había dado un curso de japonés para venir a estar contigo…

-         No es eso, pronuncias perfectamente. Lo que no me ha quedado claro es lo que eres.

-         Ya decía yo, pues que soy tu novio, ¿no te acuerdas?, del Chat, creo que tu nick era algo así como…darkdragon- no podía ser, ese era el estúpido nick que utilizaba Rumi.

-         ¿Y como es qué has llegado aquí?

-         Que despistada eres, si tu misma me diste tu dirección.

-         Siii, ya no me acordaba, que tonta.

-         Aunque…ahora que lo pienso, estas muy plana para tener 16 años.

-         ¿Cómo me has dicho que te llamabas?

-         Shinji

-         ¿Y yo como me llamo?

-         ¿Seguro que estás bien Aki?

-         Si, si, es que al venir me he dado un golpe y todavía estoy un poco mareadilla.

-         ¿Qué tal si entramos y te acuestas?-¿Qué confianzas serían esas? Que era su casa, eso debería decirlo él. Aunque por lo menos Rumi había dicho su verdadero nombre.

-         No, ve entrando tú y dejas las maletas que deben pesar. Yo tengo que ir a ver un momentito a una amiga.

-         Vale, pero no tardes mucho.

-         Claro-riendo nervioso.

Se dirigió a velocidad luz hasta la casa de Rumi, de una patada rompió la puerta principal y la de su cuarto. Ella era una chica con el cabello y ojos morados.

-         ¿Qué hay Aki?

-         Queridísima amiga, tú no tendrás nada que ver con que un chico llamado Shinji se presentara en mi casa diciendo que soy su noviecita, ¿cierto?

-         Anda, ¿que el muy idiota ha venido?

-         See-mirándola con odio.

-         Pues ya tienes novio.

-         Se cree que soy chica, si por una casualidad de la vida me viera ¿que pensaría?

-         Siempre puedes decirle que las operaciones de cambio de sexo las paga la seguridad social y que estás en lista de espera.

-         ¿Y si quisiera hacerme el salto del tigre qué? Porque supongo que no habrá venido hasta aquí a jugar al dominó.

-         No, eso si que no.

-         No pensaba permitirlo.

-         Pues claro, la de enfermedades que podría tener y pegarte, tú le haces unos análisis y luego ya que haga lo que quiera.

-         Estás loca- con una vena sobresaliendo en su sien.

-         Pero si tampoco es tan malo- haciendo un ademán con la mano para restarle importancia.

-         Claaro, eso es para ti que te lías hasta con los escalones.

-         No me digas eso, que me recuerdas al de mi antigua casa, pobrecito, con lo que nos queríamos.

-         ¿Pero que cosas dices?- le gritó con la cara desencajada.

-         Ves, con tus frasecitas tontas me haces decir cosas que tú prefieres ni imaginar y yo no decirte.

-         Vale, dejando ese tema de lado, ¿Qué puedo hacer en un caso extremo?

-         Espera un minutito- Rumi fue al cuarto de su hermano mellizo y al rato volvió con una caja- Aquí dentro está Crystal.

-         ¿Que es…?

-         La muñeca hinchable preferida de mi hermano, se llama así por una novia que tubo y según él es la mejor que existe. Dice que su tacto es casi igual a la piel humana.

-         ¿Y qué quieres que haga yo con esa cosa?-gritó indignado.

-         Tuuu, no le digas cosa a mi Crystal que la traumatizas- de la nada había aparecido el hermano de Rumi, si ella ya de por si era pervertida, su hermano la superaba con creces.

-         Hermanito, conociéndote habrás estado espiando y te habrás enterado de todo, así que mejor explícaselo tú que después yo lo traumatizo.

-         Pues es muy sencillo, si se pone cachondo solo tienes que apagar las luces y darle a mi querida Crystal y pues…tu tendrías que hacer el audio.

-         ¿El audio?-pregunto pasando saliva.

-         Sip- Rumi sonreía como nunca, se ve que esas cosas pervertidas le encantan, pensaba Aki- Mi hermano podría prestarte algunos de sus vídeos para que aprendas.

-         Toma este, que es muy instructivo- tendiéndole un CD que por nada del mundo cogería.

-         Me lo he pensado mejor y creo que con Crystal tengo más que suficiente, bueno,  será mejor que me vaya- cogió de un manotazo la caja y se fue alejando lentamente hasta que llegó a la puerta por la que se deslizó como una serpiente.

Mientras iba a su casa pensó en lo surrealista de la situación, cualquier persona normal lo habría echado sin contemplaciones. Pero si dio un curso de japonés seguro era de muy lejos y eso sería cruel, no podía evitar pensar que debía estar muy emocionado de conocer a esa persona que amaba. Él por desgracia todavía no tenía ninguna, tampoco es que fuera algo vital, pero quería buscarla por él mismo y no que lo prometieran sin poder opinar.

Notas finales: Espero sus críticas/sugerencias y comentarios en general ^^

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