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Secreto de luna: Young Lee por Nia_will

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Notas del fanfic:

me encontraba inspirada despues de andar estudiando las fases de la luna, solo espero que les guste. cualquier cosa solo pregunten como siempre.

Notas del capitulo:

este es solo el comienzo de una enredada situacion que corre la filosofia de alguien incorforme de las leyes.

solo una persdona como el pudo haber iniciado algo tan enredado que su futuro no dicta del todo bien, aunque ¿quien lo puede afirmar? solo espera estar con la persona que ama por el resto de su vida

Se encontraba solo, era más de medio día y el calor inundaba la atmósfera  haciendo que el sudor recorriera por su cabeza, su rostro estaba contemplando el horizonte esperando a que algo sucediera, andaba  uniformado, era un soldado de baja categoría, una mucho más baja que la del raso pero importante a la vez; él era el único en su tipo, él era el único en su especie.   

Bajo los fuertes rayos del sol sostenía con fuerza su arma, una espada de corte tradicional japonesa (katana), esperaba el momento exacto; el poco viento que soplaba quemaba con solo respirar. El ambiente estaba cargado de cierta tensión, el más leve sonido podía ser capaz de cortar ese medio mucho más rápido que la propia katana que sostenía en la mano. 

 Se encontraba tranquilo, no parecía que aquel desolado ambiente le molestara, respiraba lentamente, debía ahorra la energía lo más que podía, si se cansaba antes de tiempo sería su fin, ese error los novatos lo podían cometer pero el no –“fallar no es una opción”- una voz resonaba en su recuerdos.  

De pronto algo se escucho a lo lejos, su buen oído logro captar un sonido ahogado, abrió los ojos, se había mantenido en meditación hasta ese instante, hizo presión sobre la empuñadura de la espada -"ya es hora"- se dijo a si mismo, volvió a cerrar los ojos para poder estudiar por medio de sus sentido la zona, estaba desierto o eso aparentaba la tranquilidad a su alrededor, pero no era así.   

Una vez más ejerció presión sobre la empuñadura, entre abrió los ojos, ya tenia localizaba a la criatura, y entonces espero, aguardo el instante para romper la tranquilidad del ambiente y correr lo más rápido que podía, si la criatura se movía antes que él todo acabaría en un instante.

 

  Así que corrió, no demoro mucho en llegar hasta donde se encontraba aquel ser, un vampiro -"imposible"- pero no podía dudar ni un segundo, de pronto todo a su alrededor se detuvo, el tiempo paso como en cámara lenta junto con el brillo que se reflejaba en la katana al surcar sobre el viento y cortar.   

Un ruido seco se dejo captar, la cabeza del vampiro cercenada cayo, junto a ella el cuerpo. Había cumplido su misión, resguardar a los militares de esas criaturas. Relajo su cuerpo después de aquel ataque, miro su espada, su ropa y el cuerpo. Su rostro no mostraba nada. Fue un ataque directo y mortal, lo habían entrenado para eso.  

Retrocedió, camino por todo el polvoriento semi -desierto que habían provocado los militares con sus armas (provisiones, entrenamientos, paso de tanques, cohetes, etc.), regresaba hasta su puesto, el único que le habían asignado al perro de los militares. Este contaba de un pequeño prado cubierto por un poco de maleza, de ahí sobre saltaba un pequeño poste que le llegaba hasta las rodillas, de el una cadena extendida por la hierva y en la punta un collar de metal. Pero no cualquier metal sino uno muy resistente, el chico lo observo por largo rato, levanto la mirada para observar las rejas que lo alejaban de todo el batallón, ahí no habían nadie, solo él. Giro su cuerpo cerrando los ojos para meditar de nuevo.

 Cuando el sol se iba ocultando a su espalda las luces de los edificios comenzaron a prender, Young giro levemente su cabeza para ver si veía a alguien, logro captar algunas figuras caminando a lo largo de los pasillos, por medio de las ventanas, pero ningún alma recorría las calles. Deseaba saber que era lo que ocurría tras de esas rejas, convivir con gente similar a él, en el fondo sabia que eso seria imposible ya que fue educado para nunca traspasar las rejas a menos que algún general se lo indicara, si las cruzaba sufriría de fuertes castigos. También sabía que ninguno de los hombres que ahí residían quería estar cerca.

 

 Para no pensar más en los hombres regreso su vista al horizonte, se sentó junto al poste para descansar después de estar de pie durante largas horas, se abrazo sus piernas y coloco su cabeza sobre las rodillas a seguir vigilando la noche.    

********                                 *******                         ******* 

Adentro de los edificios dos soldados trataban de ver donde se encontraba, a diferencia de él, ellos no podían verlo al menos eso parecía.

-¿que hará ese inmundo animal?

-debe andar por ahí en su puesto como es su deber- decía uno de los soldados recostado en el respaldo de la silla con los brazos cruzados sobre su pecho y los ojos cerrados.

-nosotros podríamos...

-nosotros solo seriamos alimento para los vampiros, solo alguien como el puede proteger nuestras espaldas y eso lo sabes Jabu, así que deja de repetir lo mismo

-tsk... si lo sé, mientras gracias a esos fenómenos no podemos salir de noche por los asquerosos vampiros ni de día por ese perro

-nadie te dice que no puedes salir de día- por fin Hyoga le miraba -tu repugnancia hacia él hace que seas prisionero de estas cuatro paredes.

Hace una mueca-para hablar así no te veo por ahí corriendo alegremente, además no quiero ser su alimento... - mira de nuevo por la ventana- ¿hace cuanto que no le dan de comer? Hyoga sonrió ante el comentario de su compañero

–tengo mis motivos para no salir-, deja su silla y camina hasta donde se encuentra Jabu y observa por la misma ventana -desde que llegamos aquí, creo que el general lo ha olvidado

-a su mascota favorita, bah, eso es gracioso- ríe mientras se apoya en la pared parecía pensativo -¿cuanto tiempo llevamos aquí?

-casi tres semanas- se giro en dirección de su silla y se dejo caer pesadamente, su guardia seria larga y aburrida -creo que tienes miedo a ser su alimento y por eso no sales de aquí- sonrió mientras observaba la mala cara que hacia Jabu.

-estaría más tranquilo si es estuviera encadenado de nuevo y en su jaula

-la mayoría estaría feliz...   

********                                 *******                         *******  

La noche ya había llegado lenta y perezosa, junto con ella venían nubes de tormenta, que lentamente dejaban caer sus primeras lagrimas de llanto, Young levanto ligeramente la miraba y pudo observar un leve resplandor entre las nubes, suspiro al saber que no podría protegerse de la lluvia y que de nuevo se mojaría.

 

¿Cuantas noches había pasado ahí?, se preguntaba constantemente, un pequeño gruñido le sorprendió, su estomago reclamaba por comida, ahora recordaba que desde que lo habían dejado salir del campamento, en concreto de su prisión no había probado bocado alguno. Se acaricio el estomago con la esperanza de que este dejara de protestar por comida. Su única opción de alimento era el cuerpo del vampiro que se descomponía en esos instantes

 -"es tu única opción de comida"- se decía a si mismo -"pero no tienen buen sabor" se reprochaba mientras lentamente se ponía en pie y se dirigía hasta el cadáver.   Tuvo que regresar sobre sus pasos nuevamente mientras tenia una discusión mental entre comer o no comer al vampiro.   

Ya estando enfrente de los restos del “chupa sangre”, lo examina detenidamente, varios insectos ya rondaban en él, el olor de la carne pudriéndose no se hizo esperar, le daba repugnancia el ver eso pero su estomago gruñía haciendo que sufriera de un dolor insoportable cada vez que protestaba por comida, se pone en cuclillas y pica el cuerpo con un dedo -"ya esta duro"- rezongó, agacha la cabeza, algo le incomoda y comienza a buscar ese algo, voltea ligeramente y descubre la cabeza del vampiro; no le agradaba que los ojos de aquel ser estuvieran abiertos y menos mirándole. Se puso en pie y tomándola la arrójalo lo más lejos que pudo, no soportaba verla.

  Regreso con el cuerpo y se sentó dudaba de su proceder, pero el hambre le dictaba que comiera, tomo el brazo del cadáver con pocas ganas de hacerlo, tiro de él pero como el miembro no estaba dañado no hizo más que acercar el cuerpo, no quería jugar con su “comida” así que sacando la espada la incrusto en el hombro arranándolo de un jalón, varios de los insectos cayeron en sus piernas y el fétido olor se incrementaron, su estomago se revolvió sólo con el ruido, para ya no pensar en más cerro los ojos y se concentro en satisfacer su apetito, encajaba sus dientes en la fétida carne, su sabor era peor de lo que imaginaba al igual que el sabor a su sangre, no pudo terminar de comerlo la poca carne que había tragado y llegado a su estomago se regurgito, las nauseas terminaron por expulsar lo poco consumido.  

 Tiro el brazo lejos de su vista y se puso en pie, pero las nauseas lo atacaron de nuevo y se vio obligado arrodillarse y terminar de sacar la carne. –“maldición…”- se repetía mentalmente, repentinamente algo había cambiado en el ambiente, desde el suelo, pudo captar con sus oídos un sonido, era leve pero constante, levanto la vista, los sonidos se hacían un poco más nítidos -"voces... cantos..."- se levanto rápido del suelo y corrió; en su camino apareció alguien de cuerpo pequeño, se trataba de una mujer, estaba cubierta con una larga capa -"un vampiro"- se coloco en posición de ataque, los cabellos de su cuerpo se erizaron.   

La canción que había escuchado era más fuerte cada segundo, ella se integro al canto también, esto lo sorprendió tanto que no supo que hacer. –“si es un vampiro atacara… ¿pero?”- frunció el seño. Un fuerte viento lo empujaba hacia atrás, la chica parecía no sentir aquello, se diría que ella lo provocaba.

 

El viento se incrementaba más, Young tenía que dar pasos hacia atrás para mantenerse en pie, pero ni aun así lo conseguía tenia pensado utilizar su espada pero recordó no sujetarla al salir corriendo –“error de novatos...”- se reprendió; la chica extendió los brazos hacia los lados y continuo dulcemente con su tonada, el viento parecía un tornado, el lobo tenía que sujetarse ya del suelo con ayuda de sus garras que había sacado, sus oídos eran lastimados por los tonos tan altos y agudos.

 

Young grito por el dolor pero su voz se perdía con aquellas voces, el viento y los sonidos se incrementaban más, más y cada vez más, la dulce melodía incrementaba. Todo terminaría era cuestión de segundos, en eso una luz apareció, creciendo rápidamente atrás de la espalda de ella, se incremento hasta cubrir un gran espacio y exploto, Young salio despedido por la onda de la explosión. La chica desapareció segundos antes de todo esto.

                                               

  -flash back-   

Los sonidos llegaban lentamente a su mente, eran gritos, había gente gritando a su alrededor pero no veía bien, su vista era borrosa solo captaba un color anaranjado por donde girara la cabeza, no sabia que era, sentía calor, el aire estaba contaminado no lo dejaba respirar. Se incorporo ligeramente del suelo, se sostenía de los codos, su cuerpo pesaba mucho no le permitiría estar en esa posición por más tiempo así que se desplomo de nuevo, una gran vista negra se le presentaba con pequeños destellos naranjas.

Se trataba del cielo y del fuego que consumía su aldea.-levántate, debemos correr. Alguien lo impulsaba a ponerse en pie, era una mujer; le tomo del brazo logrando pararlo pero tuvo que sujetarlo de un costaba el chico no podía mantenerse él mismo en pie.

Le hacia caminar lo más rápido que podían sus piernas, pero no podía, una de sus ellas le dolía, le estaba ardiendo y cada paso que daba imaginaba que se soltaría de su cuerpo.

 -no puedo más...- decía cansado

-claro que puedes, continua... no te rindas- le decía la mujer mientras lo apretaba más contra su cuerpo y veía hacia atrás tratando de ocultarse de los atacantes, varias veces tropezaba en algunos combates cuerpo a cuerpo de los hombres pero continuaba con su marcha con el niño.- estamos cerca del bosque, tenemos que llegar a el y ahí podrás descansar...- le decía para que no dejara de moverse.  

Súbitamente el sonido del viento cortándose se hizo presente en los oídos del chico y este y su madre cayeron al suelo, el chico lentamente se apoyo en sus manos para incorporarse, su vista había empeorado casi no distinguía nada, pero podía sentir el brazo de su madre sobre de él, una vez arrodillado en el suelo siguió el brazo hasta dar con el cuerpo de su madre, esta se encontraba en el suelo boca abajo con el rostro hacia el chico, su rostro estaba cubierto por lodo que era formado por la combinación de la tierra, el sudor y su sangre, sus ojos estaban desorbitados, de su boca brotaba la sangre -mami..- decía levemente, sus palabras casi inaudibles para la madre.-en... e... bosqe... ah... i des...ca...nza...- salieron sus frases, con su ultimo suspiro, un hombre de gran tamaño le había encajado una lanza en el corazón, él chico no escucho cuando el hombre se había acercado, el “humano” le veía detenidamente hasta terminar dando una estridente carcajada que no fue más que un sonido mudo para el niño.  

Para aquella pareja el fin había llegado, su libertad queda a un paso de distancia. La madre del chico murió sin poder proteger al muchacho, este nunca supo que tan cerca había quedado del deseado bosque, solo un pasó, su destino había quedado a manos del hombre que reía a su lado.

                                                  -fin del flash back- 

 

Ahora los sonidos de nuevo inundan su mente pero estos no son de gritos, no le incomodan ni le lastiman; era una canción, una bella melodía que resuena lentamente con el eco de –“¿una habitación?”-, si eso le indicaba los sonidos, oía el ir y venir de la gente, al entrar y salir por la puerta, al conversar, al discutir entre ellos, no entendía sus palabras pero sabia que discutían, sus ojos por más que quiso abrirlos no podía, estaba muy cansado, su cuerpo se negaba a obedecerle en sus ordenes, ¿que más podía hacer? era mejor dejar que la inconciencia se apoderara de él, que sus sueños y recuerdos le inundaran, su cuerpo necesitaba tiempo para descansar y recuperarse de lo que le haya sucedido. No podía recordar nada, su mente solo lograba evocar algunos momentos de su vida antes de llegar con los militares y algunas cosas de la explosión pero nada en concreto. Una suave voz hacia que despertara de esa inconciencia donde los oía a todos, esa voz le cantaba tiernamente y lo arrullaba, le hacia compañía, no se sentía solo.

 

 -No te rindas…Descansa... lobo
Notas finales: espero les guste, y recuerden es apenas el comienzo de esta historia, puede que no se entienda pero conforme pase los capitulos los misterios iran cayendo bajo la luna

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