Una mascara era lo que usaba frente a todos, mascara que había sido puesta por sus padres ya que ellos querían un hijo ejemplar, nada mas, pero esa decisión era como una jaula que lo retenía de lo que de verdad podía llegar a ser.
A el, le gustaba salir en la noche a pensar, en esos momentos se sentía libre. Esa noche no era la excepción, caminaba por las calles desiertas, mientras miraba la luna llena, tan hermosa y brillante todo lo contrario a el, el era pelinegro con ojos de igual color pero opacos sin brillo, el nombre de este joven; Uchiha Itachi
De tanto caminar se dio cuenta de que estaba al mirador de Konaha pero antes de llegar vio una figura esbelta parada cerca de ella, mirando la luna, era un niño mas pequeño que el tenia el cabello blanco y ojos tan azul que se podían comparar con el color del cielo en un día despejado, esa niño le recordaba a la luna pero también a un ángel: el ángel de luna.
Al principio le había atraído su sin igual apariencia, por eso decidió acercársele, al poco tiempo se hicieron conocidos cercanos, pasaron los días y seguían viéndose en el mismo mirador, se habían hecho amigos, mas poco a poco Itachi se iba enamorando de Tenshin el nombre del pequeño, cuando el oji-negro escucho su nombre pensó que no había nombre que lo describiera mejor, ya que su nombre significaba ángel.
Tenshin podía ver a través de su mascara, el lo conocía bien y lo veía como de verdad era, volvió a ser luna llena y ellos estaban como hace un mes en el mismo lugar viendo juntos la luna. Desde esa vez las noches de luna llena eran especiales, ya que le recordaban el momento en que sus sentimientos fueron correspondidos.
Pero mantenían su relación en silencio, pues la gente no lo vería con buenos ojos, el joven de ojos negros sabia que sus padres rechazarían esa relación y el nunca querría separarse de la única persona que sabia como era el realmente. Por desgracia los secretos no son para siempre pronto se corrió la relación que tenían ellos dos y como el lo había predicho sus padres lo querían convencer de dejar a su ángel, pero el por primera vez en su vida se opuso a sus padres dando por el tema por terminado, pero su padre seguía sin aceptarlo así que este mando a que se decidiera de Tenshin.
Corría por el bosque en las afueras del pueblo, sus ojos azules demostraban terror, de que su atacante lo alcanzara. lo siguiente que sintió fue un dolor en su pierna, le habían dado con un kunai pero aun así decidió seguir huyendo, entonces nota que estaba saliendo del bosque, pero solo corrió una pocos metros para detergerse ahí, frente a el había una larga y extensa raja en la tierra que hacia parecer que la tierra se había dividido en dos, no había forma de rodearlo, ni cruzarlo era muchos metros al otro lado como para llegar de un salto. Sintió la presencia de su cazador atrás de el, viro su mirada para ver un brillo metalico frente a el
Se despertó de golpe, había tenido una pesadilla, pero se veía muy real y sentía una terrible angustia, así que por instinto fue al la casa de su pareja pero al llegar estaba vacía no había nadie por un momento pensó que se había ido, que lo había dejado, pero las imágenes de sus pesadilla no lo dejaban en paz, así que con el corazón en la garganta fue a los limites del pueblo donde empezaba el bosque caminando por un sendero buscando algo pero no sabia que era exactamente, cuando vio un mancha en el césped, se agacho para tocarla y cuando lo hizo sintió que su corazón se paraba por un instante: era sangre, levanto la vista y vio unas gotas mas que asían un camino por el sendero.
Corría con todas sus fuerzas, debía saber se de verdad había ocurrido o una simple coincidencia de que un animal se había lastimado y había dejado sangre, vio la salida del bosque pero no fue lo único que vio.
Ahí apoyado en el tronco de un árbol, bañado con su propia sangre se encontraba su pequeño ángel; Tenshin, se acerco sin poder créelo, le dio un poco de tranquilidad saber que una respiraba, pero muy difícilmente. Lo tomo entre sus brazos y vio una herida mortal en el pecho cerca de corazón.
- me legre que vinieras – escucho levanto su mirada y vio unos hermosos ojos azules – no me arrepiento del tiempo que pase con usted, aun que el precio fue algo alto – decía con dificultad
- no por favor no me dejes- le decía, le rogaba
- sin importar lo que hagas, yo te esperare, ya sea en el cielo o incluso en el mismo infierno, mi hermoso ángel de la noche - fue lo ultimo que se le escucho decir, antes de que su corazón dejara de latir, el joven de cabellera negra lloraba y sujetaba con fuerza queriendo que fuera un pasadilla, un mal sueño.
El sabia quien había sido el causante y pagaría vida con vida, hoy habría luna llena pero esta se teñiría de sangré, así como el ángel en sus brazos.