El pelaje miel se confundía con sus ebras doradas y el pelaje negro del otro polizonte , resaltaba sus ojos lilas, estaba tratando de fundirse con el gran peluche de color miel y se protegía con el pequeño muñeco negro, se agazapo mas , flexiono las piernas y con las patitas del peluche mas grande se rodeo y busco cobijo
No había nadie, después de esa conversación lo habían dejado solo y lo sabíaSe agazapo mas y abrazo fuertemente al peluche negro pegado en su pecho…todo estaba en penumbras y el se encontraba echado en el cama sin atreverse a moverse, estuvo tan bien antes…tranquilo, contento sin percatarse de la inquietante serenidad de sus familiares, sin embrago todo pronto fue quedado en penumbras, ahora se encontraba así, totalmente a oscuras y solo.
El estruendo de pisos inferiores le causo un palpitar sonoro y desbocado, sus ojos estaban fuertemente cerrados y sus manos rodeaban el peluche y lo ponían como único escudo
Su delgado cuerpo comenzó a temblar al escuchar el sonido de unos pasos acercarse a su ubicación, el ruido era cada vez más audible y claro lo que constaba que cada vez estaba mas cerca
-no vengas…-fue lo que susurro antes de caer en un profundo y aterrador sollozo mudoel manubrio de la puerta fue tomado y el chillido de la puerta al abrirse hizo que el pequeño cuerpo se agazapara y pegara contra el gran peluche miel.
Los pasos constantes y firmes se oyeron cada vez mas cerca a la cama y el de cabellos dorados trataba de no emitir ruido alguno para pasar desapercibido en el peluche pero su idea se vino en picada al sentir como unos delgados dedos retiraban unos mechones rubios de su faz
-tamaki no temas- fue lo dicho por una tranquila voz, misteriosamente su cuerpo dejo de temblar y fue abriendo poco a poco sus ojos dejando ver el tímido y cristalino color lila de las grandes iris del delgado cuerpo -tamaki estas bien?- el aludido solo estiro los brazos a su interlocutor dejando caer a su único “escudo”, el vacío provocado por el acto pronto fue llenado por un firme y fibroso torso cubierto por una delgada camisa, los brazos le ciñeron fuerte como si temiera a que lo dejaran, hundió su rostro en el pecho de ese joven de oscuros cabellos y soltó el gran y profundo llanto que estaba guardando
-Donde estabas? donde estabas?-le preguntaba entre sollozos, el de oscuros cabellos le sobo tiernamente la cabeza y se subió los lentes
-estuve en una junta, vine tan rápido como pude- susurro en tono conciliador mientras estrechaba el tembloroso cuerpo
-todos se fueron- musito; el de cabellos oscuros levanto el rostro húmedo en lagrimas y le sonrió
-tan mal te fue el hablar con tus parientes?- el de ojos lilas le esquivo la mirada- sucedió algo?- el rubio volvió a hundir su rostro en el pecho del de ojos azabaches
-ellos…ellos me han abandonado- volvió a sollozar- me han desheredado- lo abrazo al pelinegro como si se fuera a escapar- que voy a hacer?
El pelinegro se separo de él, tamaki lo miro asustado y asombrado, observo como se levantaba de la cama -Kyouya…-dijo con voz temblorosa al verlo separase de el mientras que nuevas lagrimas salían abundantemente de sus orbes
El pelinegro se asombro al verlo llorar por lo que presuroso le volvió a abrazar-tamaki que sucede? No llores mas- susurro mientras le sobaba la espalda, el rubio lo abrazo desesperadamente
-tu… también me vas a dejar- sollozo
-que dices Tamaki- y soltó una pequeña risita- a pesar que ya pasaron 4 años desde que salimos de la escuela tu sigues igual- tamaki se separo un poco y lo miro reprobadoramente –me case contigo por que te amo, no por tu dinero- el rubio le sonrió dulcemente
-en cambio tú si has cambiado…eres mas dulce- pego su frente con la del pelinegro y cerro los ojos- gracias Kyouya
Kyouya sonrió- de nada oto-san
Tamaki le devolvió la sonrisa divertido- si tu te quedas conmigo oka-san, no necesito mas
-estas cursi Tamaki- el aludido de sonrojo y le dio un leve peñiscon- auch…oye
Tamaki rió y lo volvió a abrazar-ai shiteru Kyouya-sama
-Tamaki- advirtió ante el apodo
-pasa algo Kyouya –sama?
-Tamaki…- dijo mientras lo miraba ceñudamente y con un ligero sonrojo en la mejillas
-te excita que te llame Kyouya-sama? Eres un pervertido- le dijo mientras rodeaba con sus brazos el cuello del moreno, el pelinegro sonrió y se paso una mano por el rostro
-eres irremediable Tamaki- y sin mas atrapo sus labios en un suave y dulce beso