Nada de ti me pertenece
Por: Sakua-chan
GaaNaru-SasuNaru
Por ahí me contaron…
Por alguna parte escuche…
Que fueron torturosos para ti los primeros años después de mi partida, que por vez primera luego de tu solitaria infancia… lágrimas de amargo dolor recorrieron tus tostadas mejillas.
Alguien me contó…
En algún lugar me entere…
Que hasta el final jamás te rendiste. Que varias veces tus lagrimas de dolor se combinaron con tu propia sangre provocada en el campo de batalla, más todo eso nunca te desalentó… y que con esa admirable sonrisa tan tuya, continuaste haciéndole frente a todo.
Hasta hace algún tiempo me di cuenta…
Hasta hace poco lo reconocí…
Tú vales la pena, tú haces que toda esta miseria quede hecha nada. La mayor parte de mi vida había estado pensando en la errónea idea de que no podía perder mi tiempo con nadie que no fuera mi igual o mi meta a alcanzar, hasta que te conocí… Hasta que me di cuenta de que hasta la flor más marchita puede volver a florecer, que quizás la perla más escondida pueda resultar ser la más reluciente… Hasta el dobe más dobe en este planeta… puede conquistar el corazón de cualquier orgulloso y engreído Uchiha.
Creo que estoy enamorado.
Corrección, se que enamorado estoy…
Ciegamente y casi sin proponérmelo he vuelto a donde comencé, a tu lado. Ya ningún pasado maldito me respalda. He sido absuelto de todo pecado gracias a que has sido tu quien apelaba mi perdón frente a las autoridades… Me tendiste la mano, me brindaste nuevamente tu incondicional apoyo y me regalaste esa hermosa sonrisa que hacía años no veía pero que inconscientemente venía necesitando; estaba tan seguro de mi mismo acerca de que no necesitaba ninguna estupida ayuda de parte de nadie, que… me sentí un completo imbecil al darme cuenta de lo desamparado que me encontraba regresando al lado de aquellos a los que había traicionado. Pero si de algo estoy seguro, es de que… aunque al tomar tu mano, a pesar de que notaste que incluso un shinobi tan temido como yo dejaba expuesto su lado vulnerable… tú no me miraste con burla ni desdeño, mucho menos compasión…
Tu sonrisa, parecía como si no hubiese transcurrido nada de tiempo en ella… supe que en verdad la había echado de menos… me di cuenta de que mis sospechas eran ciertas, realmente había vuelto por una razón… me estaba enamorando… me estabas encandilando, me tenías encantado… y para mi desgracia… aún sigo bajo los efectos del hechizo que son tus ojos color cielo, tus rubios cabellos, tu piel bronceada, tú y todo tú… dobe. Tú, que sin proponértelo, sin mover un solo dedo siquiera… fuiste capaz de llevarme al cielo y ahora… de hacerme sentir más solo y miserable de lo que nunca fui…
Por ahí me contaron…
Por alguna parte escuche…
Que en algún momento de tu vida todos tus sueños y anhelos me los dedicaste a mí…
Alguien me contó…
En algún lado me entere…
Que para ti la palabra amor iba siempre acompañada de mi nombre. Que por algunos años la idea del romance nunca dejaste de relacionarla conmigo.
Hace algún tiempo me di cuenta…
Hasta hace poco me lo has confirmado…
Ni tus pensamientos, ni tus sueños, ni anhelos ni suspiros me pertenecen. Ya ninguno esta dedicado a mi…
Creo que estoy enamorado.
Corrección, se que enamorado estoy.
Momento…
Hoy, él… aunque sin darse cuenta de ello…
Me ha rechazado...
…..
Era una tarde más saliendo del despacho de la Godaime, todos los jounin de la aldea, que habían terminado sus misiones del día y entregado su respectivo reporte a la manda más del lugar, debían cumplir con un último mandato antes de que cayera el sol: Acudir a las puertas principales de Konoha, puesto que entre todos debían dar la mejor de las bienvenidas a la aldea que era reconocida como la mejor aliada de la Hoja.
-Vaya… ¿Quién lo imaginaria, teme? Ya llevas casi medio año de vuelta en la aldea- comentaba un Naruto, que aunque fatigado, no paraba de hablar nunca. Con los brazos cruzados detrás de la cabeza caminaba junto con los ex-integrantes del equipo siete.
-Lo que pasa es que eres un entrometido, usuratonkachi- iban a paso tranquilo a donde la Hokage se los solicitaba – nadie te pidió ayuda…
-Era lo menos que podía hacer por alguien importante para mi dattebayo
Sería mentira, si el Uchiha se atrevía a decir que esas palabras no le habían descolocado. Y seria considerado una completa blasfemia si argumentaba que el leve color carmín, que ahora adornaba sus mejillas, era provocado por una repentina fiebre que le había agarrado.
-Oe, dobe
-Teme…
Necesitaba decírselo, hacia justo unos seis meses que había regresado y pese a su orgulloso porte Uchiha… ahora sentía que con cada muestra de aprecio por parte del kitsune, le era casi imposible ocultar la vergüenza que todo eso le causaba. Necesitaba confesarle todas las emociones que en el producía… ya no conseguiría reprimir más cuanto le…
-Tu primero, dobe- cedía Sasuke la palabra, puesto que habían hablado casi al mismo tiempo, mientras que tanto su pelirrosa compañera y su pervertido antiguo sensei se adelantaban.
-No, tú me has ganado por cosa de segundos, teme. Habla tú- argumentaba Naruto.
Luego de una pequeña discusión en la que el azabache había terminado por decir que si no era Naruto quien hablaba primero, seguramente el rubio al final terminaría olvidando lo que deseaba decirle… porque el ser tan dobe seguro que venia acompañado con una pésima memoria.
-¿Y bien? – Sasuke se llevo las manos a los bolsillos y enarco una ceja.
-Bueno… -aquello era extraño, el dobe se había sonrojado sin razón alguna, cosa que, a los ojos del ex-vengador era sumamente adorable - ¡Sasuke! – llamo de pronto, y tanto su voz como su mirada se tornaron nerviosas. No pudo evitar tener que desviar sus negros ojos cuando el rubio le miro ansioso…
-¿Si…? –estaban ya muy cerca de las puertas de la aldea, y si Naruto no se apresuraba, seguro llegarían antes de que el pudiera confesar nada.
-Tú…- agacho la mirada- ¿Qué… que piensas acerca de que alguien se enamore de una persona de su mismo sexo´dattebayo?- pregunto ya sin miramientos.
¡¿Qué?! ¿A que diablos venia eso? Si, aceptaba que de unos días para acá el dobe sonreía mas que de costumbre, ya no se enojaba con tanta facilidad… e incluso podría decir que sus ojos tenían un brillo mas especial que el que nunca hubiese tenido la oportunidad de ver… ¿Acaso? ¿El también… sentiría lo mismo? ¡Pero que diablos! Ni que dudarlo… ¡eso tenia que ser!... era correspondido… en definitiva ahora deseaba con más fuerza que el Uzumaki terminara de hablar para confesarse.
-Realmente nada. Me da completamente lo mismo –respondió con su misma pose chula de siempre, pero con un aire de sinceridad en los ojos- creo que la gente puede enamorarse cuando quiera y de la persona que desee… Después de todo dicen que al corazón no le manda.
-¡¿De verdad?!- no pudo explicar en que manera comenzó a palpitar su desbocado corazón cuando Naruto le miró con tanta ilusión. De reojo vio que ya habían llegado a su destino donde le darían la bienvenida al Kazekage de Suna.
-Por supuesto, usuratonkachi- le regalo una sonrisa sincera, de esas que solo Naruto podía sacarle. Lo dejaría por hoy, el solo saber lo que el ojiazul sentía ya le había hecho dar un paso enorme… solo era cuestión de volver a encontrar la situación perfecta…
La situación perfecta…
Volteo su ostro en todas direcciones, abriéndose paso entre la gente, buscaba a ese usuratonkachi que ya se le había perdido entre la multitud, pronto hasta el frente de todos se encontró con Kakashi y Sakura, su antiguo sensei y compañera respectivamente… se les veía enzarzados observando algo con gran interés en el centro de todo el tumulto; de hecho, ahora que lo notaba… toda la gente parecía interesada en lo mismo…
-¿Kakashi, Sakura?- les llamo en cuanto les dio alcance -¿saben donde quedo Naruto?- al principio no entendió porque la Haruno se llevo ambas manos a la boca, ni porque el fanático del Icha Icha le observo con sorpresa con su único ojo visible, pero pronto lo comprendió – se me perdió de vista hace solo un momen… to…
Esas lágrimas no eran del tipo de las que él había provocado tantas veces en Naruto. No, aquellas lágrimas que el Uzumaki ahora derramaba mientras se abrazaba con desesperación al menor de los Sabaku… eran lágrimas de felicidad. El pelirrojo correspondió el abrazo atrayéndolo con uno de sus brazos. Ante la atenta mirada del público levanto por el mentón el rostro del Uzumaki, quien todo el rato se había estado escondiendo en su pecho. Se perdieron un rato en la mirada del otro, pronto ese par de ojos color cielo y de ojos aguamarina se comenzaron a cerrar… se acercaban… seguramente incluso podían sentir el calido aliento del otro…
-Últimamente Naruto estaba contento porque después de que Gaara cancelara dos visitas consecutivas a Konoha… la Godaime al fin le había dado fecha para que Gaara volviera a venir- explicaba Kakashi llevando una de sus manos hasta el hombro de su ex-alumno Uchiha, en son de apoyo- hacía más de un año que no le veía…
-Con que así es como se siente…- suspiraba el azabache sin dejar de ver como la pareja frente a sus ojos degustaba los labios de su ser amado.
-¿El que… Sasuke-kun?- inquirió Sakura, sabía como se sentía el chico, ella en su momento se había sentido dolida al ver la expresión de sorpresa del Uchiha, lo suyo ya no era enamoramiento, pero le dolía ver como sin quererlo… Naruto estaba destrozando a su mejor amigo.
-Así es como se siente ser rechazado ¿cierto?- finalizo Sasuke con una media sonrisa, para después darse la vuelta con las manos en los bolsillos… tal como había llegado.
Ese dobe no trataba de buscar una oportunidad con él, deseaba saber si él aceptaría que su mejor amigo se enamorará de un hombre… de un hombre que no era él…
…..
Por ahí me contaron…
Por alguna parte escuche…
Que a él le salvaste la vida. Que él en agradecimiento en varias ocasiones había venido de visita solo y exclusivamente para levantarte el ánimo…
Alguien me contó…
En algún lado me entere…
Que en gran parte gracias a él recuperaste esa sonrisa que ahora le regalas a todos, incluyéndome a mí. Pero que esa que más brillo tiene, la más especial de todas solo se la dedicas a él… la persona que curo tus heridas.
No necesito que nadie me lo diga…
No deseo que nadie me lo cuente…
Para reconocer lo doloroso que es saber que ya ni tus pensamientos, ni tus sueños, ni anhelos ni suspiros…
Nada de ti me pertenece…