Mi nombre es Kawamaru Ishida, tengo la edad de 22 años, y vivo en Oosaka.
Disfruto mucho saliendo junto a mis compañeros y amigos a un lugar indefinido.
Adoro a las mujeres, y generalmente cuando vamos a esos lugares indefinidos es donde se encuentren las mujeres.
En una de nuestras últimas salidas, nos dirijimos a un bar.
Nuestra razon, obviamente eran las bellas meseras que allí había.
Llevaban puestos uniformes negros parecidos a los de las mucamas, extremadamente cortos.
Fué en esa salida cuando la ví.
En realidad LO ví. Pero en ese momento pensé que era una mujer, muy bonita por sierto.
Nos atendió otra mosa, pero yo estaba perdido en él.
Aclaremos que no fue amor a primera vista. Yo no tenía planes de encontrar ninguna pareja, tampoco de enamorarme y muchisimo menos casarme y formar una familia.
Yo estoy hablando de exitacion y calentura con todas y cada una de sus letras.
Aproveché una de las veces para tocarlo. Se volteó y me sonrió calidamente.
Lo cual me cayó bastante bien.
No fué la última vez que lo hize, y él siempre contestó igual.
Luego terminamos nuestra salida como de costumbre, nos retiramos y tonteamos por algun lugar que no puedo recordar, y se acabó todo.
Al día siguiente decidí pasar la tarde en el shopping.
Aclaro que no pensaba comprar nada. No me gusta gastar dinero, ni en ese momento ni ahora.
Ví muchas mujeres bonitas a las cuales les seguí el rumbo, observando sus curvas.
Entré a un local, y entre una de las filas de ropa quedé embelesado con una mujer agachada buscando alguna cosa.
Se levantó al pequeño rato, y yo sin intentar ocultarlo, la seguí.
Nos metimos en un tumulto de gente, y se quedó a un costado esperando poder pasar.
Por supuesto aproveché para tocarla.
No dijo nada, y luego de un rato de hacerlo me acerqué aún más.
Tomé su cintura y presioné mi entrepierna contre ella.
Sentí como tembló, y fue en ese momento cuando volteó y me observó con una sonrisa cálida.
-Hola. Dime, ¿Necesitas algo?.
Tenía una hermosa y suave voz. Y fué ahí cuando caí que era aquella camarera.
No le respondí. No era mi intención pero me sumí en pensamientos absurdos.
Se quedó observándome.
-¿Porqué no vienes?.
Sin hablar, me guió hasta su departamento, me hizo un almuerzo delicioso y vimos un poco de tv.
No paraba de sonreirme en ningún momento.
Me hacía sentir bien.
Colcó su cabeza en mi hombro, y yo lo abracé.
Hablamos bastante ese día.
Pero terminé llendome.
Raramente a las relaciones que suelo tener con esa clase de chicas, fui a verlo al día siguiente.
Nuevamente me cocinó, hablamos.
Disfrutaba mucho el tiempo junto a ella.
Durante una semana entera la vi.
El último día, mirabamos tv sentados juntos en el sillón.
Como siempre colocó su cabeza en mi hombro.
En ese momento apareció mi idea fija, asique rodeé su cintura y comenzé a besar su oreja.
No me impidió nada, pero lo que hizo me resultó extraño.
Se separó completamente, se sentó sobre mí y juntó sus labios con los mios.
Todo me gustaba. Pero en ese momento, él no sonreía.
Creerán saber lo que pasó luego.
Pero no, no lo saben.
Fue ahí cuando descubrí que era un hombre.
Habrán escuchado o leído historias en dónde luego de descubrir eso, es tanta su calentura que lo pasan por alto. Pero yo adoro a las mujeres. Que sea un hombre me hace pasar por alto mi exitación.
Terminé todo en ese momento.
Me levanté bruscamente, busqué mis cosas. Y él, llorando me tomó el brazo.
-Por favor... No te vayas...
Quería irme de allí, deseaba desaparecer, me sentía teriblemente mal.
Pero me quedé.
Por ella... Por él.
Pero en un momento desesperé. le dije que seguramente era una prostituta y me obligaría a pagarle.
Pero él no paraba de llorar.
-N-No es asi... Es solo que no tengo a nadie... Y daría lo que se por un poco de compañia... Por favor... Perdóname.
Pero me encontraba muy exaltado para pensar.
Busqué con la mirada mis cosas, sin prestar atención a lo más importante de tus palabras.
Al verlas las tomé y me levanté.
Quisiste detenerme.
-Por favor... No te vayas... No me dejes solo... No me dejes solo... No me dejes...
Las lágrimas no paraban de caer de tus ojos. Pero no entendí explicaciones.
Y te dejé. Te abandoné. Me fui.
¿Porqué no pude prestarte atención? ¿Porqué no pude pensar?...
Lo que teníamos no era sono sexo. …ramos amigos... ¿Porqué el hecho de que fueras hombre me traumó tanto?.
Y es hoy en día, cuando yo te necesito más que nunca.
Tu sonrisa cálida, tu suave voz...
Tu simple presensia a mi lado...
Pero... Es lo que me meresco, luego de haberte dejado...
Me meresco estar solo.
Mi nombre es Kawamaru Ishida tengo la edad de 22 años, y vivo en Oosaka.
Suelo visitar todos los días el cementerio.
Llevando sus flores favoritas.
Esperando que algún día pueda perdonarme por no prestar atención cuando me dijo que tenía una pequeña enfermedad, que lo consumió.
Y, por la persona que se volvió la más importante en mi vida, me quedo allí toda la tarde... No quiero que se sienta... Solo.
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