LLOVIENDO SOBRE MOJADO
-¿Así que podemos considerar que son los mejores amigos?
-Los mejores… y nada más…
-…
Mentiría si se atrevía a decir que el reproductor de dvd se había activado por obra divina de Dios para grabar esa estupida entrevista que había acontecido hacía un par de días y que justo aquella mañana se le había pasado por la cabeza, a saber a que imbecil manda más de cierta enorme televisora, transmitir en la sección de “Espectáculos” de un famoso noticiero matutino, que seguro estaba de que medio Japón disfrutaba…
-¿Así que podemos considerar que son los mejores amigos?
Ahí, recostado en su cama en posición fetal, con el mando del televisor en mano… repitiendo una y otra vez ese solo minuto del video… se encontraba el, repasándose una infinidad de veces lo que en aquella entrevista había estado debrayando en su mente y lo que sus ojos podían apreciar de su entorno en esos justos momentos…
-Los mejores… y nada más…
Y ahí venía esa respuesta que quisiera o no le había calado muy en el fondo. ¡Diablos! Que el habría esperado cualquier reacción dolida por parte de esa maldita iguana, pero bien campante y feliz de la vida le respondía a la entrevistadora sin asomo de preocupación, tristeza… ¡o lo que fuera, carajo!... vaya, que incluso a él, que era una persona más desenfrenada y escandalosa… le habría costado muchísimo responder a ello sin que su mirada o algo más en sus acciones le mostrase nervioso… aunque él hubiese propiciado la situación que ahora se daba entre ellos dos… se sentía mal… Después de todo, Reita y él habían terminado ¿no?... tampoco es que pudiese estar con una sonrisa a tan poco tiempo de una ruptura ¿o si?... pero de ser así… ¿Cómo hacía el Tsuzuki para no mostrar ni una pizca de que le afectase en lo más mínimo?
Recordaba perfecto las palabras de Kai cuando le llamo por teléfono para informarle de aquel encuentro con las cámaras al lado de Reita; la entrevista de ellos dos, evitar a toda costa que les obligasen a hablar de los demás miembros… en especifico de Uruha, entrevista al lado de Reita, limitarse a responder lo que tuviese que ver con sus labores como músicos, entrevista al lado de Reita, tenían tres días para prepararse, entrevista al lado de Reita, no hacer ninguna bobera frente a las cámaras, procurar no hacer mucho jaleo una vez que salieran del estudio y… ¿ya había mencionado que sería una entrevista al lado de Reita? ¡Argh! ¡¿Por qué diablos tenían que haber sido tan reservados en cuanto a los asuntos de su relación?! De no haber sido así seguramente Kai habría entendido que… las palabras “Ruki” y “Reita” justo en ese compromiso de trabajo no colaban para nada…
No, no les estaba doliendo el haber roto nada de nada… ¡le dolía que ese imbecil hiciese como que nada ocurría! Eso si que dolía, por su parte habían sido tres días de sentirse una completa mierda, culpable ante todo luego de haberle dicho tanta tontera a ese rubio sin nariz en casa de Aoi… ¡y este salía ante el publico sin muestra de disgusto!... bien, que con un simple ceño fruncido o una mala cara hacia su persona quizás se habría sentido más conforme, aunque sonase un tanto inmaduro… y volvía a aclararlo ¡no le dolía haber terminado!... solamente era que esperaba otra reacción…
Un largo suspiro salió de sus labios para después decidir que por fin era momento de apagar el reproductor de dvd, seguro ya se habría sobrecalentado o algo luego de repetir la misma escena más de treinta veces consecutivas, escena cuyos diálogos y demás ya podría asegurar se sabía de memoria.
Aquel día, luego de ver la mirada dolida del Tsuzuki esperaba a que algo le indicase si valía la pena ir tras de él… lo único que alcanzo a escuchar desde la habitación de huéspedes en casa de Aoi fue… el motor viejo de algún auto que su dueño no conseguía hacer arrancar, unos cuantos ladridos de varios perros que perseguían a un gato que maullaba como desgraciado al ser acechado por semejantes “bestias”, y algunos truenos en el matinal firmamento indicándole que a más tardar a la una de la tarde caería una tormenta enorme… Quizás no era buena idea ir en busca de Reita, pero si de regresar a su hogar… no era momento de deprimirse, en unos días seguro podrían hablar de ello con unos Kit-Kat para Reita de por medio.
Esta bien… que esos habían sido sus pensamientos luego de esa discusión; pero ahora, con las cortinas todavía sin correr, a oscuras en su hogar… solo, con restos de comida a domicilio regados por el suelo, las sabanas de su lecho mas que revueltas e incluso cayendo por un lado de la cama… ¡Que él era Takanori Matsumoto!... nunca en su vida se había topado con tanto desorden a su alrededor sin que minimamente intentase acabar con él… ¡esa situación le crispaba los nervios!... al hablar de amistades frente al público, la sonrisa de Reita le había parecido por demás hipócrita, igual y era su mente la que jugaba con él para hacerle ver que al rubio bajista no le afectaba en nada estar en malos términos con él pero… ¡no podía estar así!... ahora más que nunca pensaba que no valía más la pena intentar arreglar las cosas con esa iguana tonta, ya ni para que disculparse por lo que pudiera haber dicho o no…
Abrazando su almohada comenzó a cambiar los canales en la televisión… a saber que estarían diciendo ahora de ellos…
-¡Iremos con el anciano!
-¡Vayamos con un profesional!
-¡Les tengo pánico! ¡vamos con el anciano, Yuu!
¿Arreglar las cosas? Bien, mientras que en una parte de los suburbios el vocalista de GazettE se debatía entre que si eso era posible o no… había otro par, que seguros de que su “lío” ya no tenía arreglo… más bien se debatían acerca de cual era la mejor solución para sobrellevar las cosas…
-Iremos con un profesional y punto… -señalaba un ya mosqueado Aoi, quien se encontraba encajonando a su pareja en contra del sofá… observándole de manera amenazadora y ya con una venita palpitante en la sien. No era posible, llevaban discutiendo sobre “eso” desde el día anterior.
-¡Nada de puntos ni comas! ¡Vamos con el médico de mi familia y ya! A final de cuentas ese anciano fue el que dio el primer veredicto acerca de mi estado… - apelaba el agredido señalando su condición ya un tanto notoriamente regordeta, como quiera que fuera parecía de ese tipo de madres que pese a todo cuidaban su alimentación… a penas una ligera protuberancia en su bajo vientre por fin comenzaba a dar muestras de vida por encima de la ropa - ¡imagínate si esto se hace publico! Suficiente es con que los chicos y parte de la disquera lo sepan… ¡Ey! ¡ey! ¡¿a quien piensas llamar?! – exclamaba el primero en guitarra una vez que su “acosador” le dejaba libre para luego tomar su celular y hacer cierta llamada alejándose del escándalo que el castaño armaba en esos instantes.
-¿Kai? – alcanzaba a escuchar Uruha para después prácticamente taclear al pelinegro… ¡eso era un asunto entre ellos dos, los padres de ese niño! ¡¿Por qué diablos tenía que meter a Kai en todo?! ¡TODO!
-¡¡No le llames!! –guitoneaba el más alto en medio de una rabieta encima del Shiroyama, cuyo celular había ido a parar a mejor vida luego de semejante tacleada, en la que el pobre aparatito salió volando yendo a estrellarse de lleno contra una pared…
Una sonrisa triunfal se dibujo en el rostro de Aoi, en cierta manera era bastante beneficioso que ese chiquillo con labios de patito fuese tan posesivo y celoso, encima de que con su estado de sensibilidad ambas cosas se acentuaran todavía más…
-Esta bien, esta bien… no llamo a nadie, pero deberás acompañarme con un ginecólogo ¿estamos? – y ahí comenzaba el chantaje de su parte.
-No
-¿Cómo dices? – inquiría sorprendido el segundo en guitarra luego de ver como Uruha, ahora sentado sorbe sus caderas, se cruzaba de brazos enfurruñado y con un puchero en esos apetecibles labios que curiosamente ahora mismo no se le antojaban, sino por el contrario, le volvían a crispar los nervios con todas las necedades que de ellos salían.
-Que no… llámale a quien quieras, pero yo no iré con otro médico que no sea el médico de mi familia –refutaba el Takashima observándole con detenimiento – Kai será muy el líder y lo que quieras, pero es momento de que por lo menos una vez dejemos de lado las cuestiones de la banda, aunque el bebé repercuta en ella no me importa… -el peso encima de Aoi desapareció, con un poco de trabajo Uruha había conseguido quitarse de encima para dirigirse a la puerta de salida – no voy a ir con ningún profesional o especialista que primeramente hará de todo por saber como demonios es que he quedado en este estado, cuando lo que ahora mismo debe de interesar es el estado en el que el bebé se encuentra ahora mismo. Además no soy un objeto para saciar la curiosidad de los médicos… Y este anciano será muy antiguo y lo que quieras, pero se que sabe lo que hace –suspiraba cansado- después de todo mi madre no nos llevaba a revisiones con él en vano cuando pequeños…
Saliendo de ese departamento que desde hacía meses que compartían, se dirigió a donde el anciano Sugisaki se encontraba, lo había decidido y no permitiría que nadie más le revisará… no se inmuto ni aun con los rápidos pasos de Aoi que ya de cerca sentía. Con celular en mano se apresuro a intentar localizar a ese que le acompañó aquella primera vez en que le dieron aviso de que se convertiría en ¿madre? dentro de algunos meses… Reita… pero ante la ausencia que este presentaba en los recientes días, su mente despierta acudió a preguntar con la persona que seguramente sabría todo acerca del paradero del bajista…
-“Ruki… ¿en donde puedo encontrar a Reita? Hace ya algunos días que no le hemos visto”- repasaba mentalmente para luego enviar ese mensaje de texto que con sus ágiles manos tecleo en menos de un minuto.
No transcurrieron demasiados segundos para que el castaño pronto sintiera un par de brazos rodeándole por detrás de manera protectora, y un suave y dulce susurro en su oído diciéndole con tiernas palabras un “Iremos a donde lo desees”… vale, Yuu le había alcanzado.
Como tampoco paso demasiado tiempo para que el destinatario de ese mensaje recibiera el mismo, ni mucho menos para que se enterase de la respuesta. Todavía postrado a su cama como si de ello dependiera su propia vida, Ruki dejo caer al suelo su celular… había comenzado a pasar los canales de la televisión para toparse con noticias que los medios dijesen acerca de ellos, no tardo demasiado para conseguirlo… aunque no de ellos en general, sino de uno de ellos en especifico…
Casi podría haber odiado la voz de la mujer esa que ahora daba la gran nota en uno de esos programas de chismes y mas chismes…
-“Al parecer los chicos de la PSCompany adoran estas cafeterías Starbucks, no hace mucho hemos visto salir de una de ellas a Reita-san, de la banda The GazettE, siendo acompañado de una señorita cuya identidad todavía desconocemos… Pero que acá entre nos ya les hemos visto frecuentarse bastante a días recientes…”
Era oficial. Una conversación acompañada de galletas crujientes cubiertas con chocolate, Kit-kat… no serían para nada algo que por la cabeza de Ruki pudiese pasar como una posible solución.
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