CONOCEDOR DE LA VIDA
-Así que todo un escándalo ¿no?
-Pues eso es lo que dice Kai…
-…- silencio, eso fue lo que Reita obtuvo como respuesta luego de siquiera mencionar minimamente el nombre del líder de su banda. No, no era que la palabra “Kai” estuviese betada ya en la lengua japonesa, ni nada por el estilo… aunque quizás dentro del vocabulario de su interlocutor… de unos días para acá, tal vez y solo tal vez… ese simple nombre y todo lo que con el tuviese que ver… se encontraban parcialmente prohibidos.
-Ah… lo siento… -atinó a disculparse el Tsuzuki, quien como única salida a la metida de pata, se encontró jugando con su mirada en los alrededores de aquel café al que había citado a tomar cualquier cosa y de paso a “pedir consejo” a cierto individuo –Miyavi-san… - el cual justamente como él en esos precisos momentos se hallaba en medio de esa horrenda cosa llamada “mal de amores”. Vaya que andaban en las mismas…
-Olvídalo. No hay problema- refutaba comprensivo, aun así de manera sutilmente cortante. No deseaba que se hablase mas del tema- me decías algo de que el salir con esa chica te ha causado problemas con lo medios ¿no es cierto?- maneras para cambiar el rumbo de la conversación, habían muchas, y para el solista esta no sería la excepción para hacer uso de alguna de ellas.
-Se trata de una amiga de mi antiguo vecindario, solamente de eso- explicaba el bajista sin muchos ánimos, mientras trataba de endulzar con copiosas cucharadas de azúcar su café americano completamente humeante- ya sabes, de cuando se es pequeño y eso. La chica en cuestión esta embarazada, ha venido de visita a ver a unos parientes suyos y aprovechando también para salir conmigo unas cuantas veces…
-Y dime- interrumpía el relato el más alto- ¿Cómo diablos se te ha ocurrido la grandiosa idea de salir con ella sin siquiera tener cuidado acerca de si alguna cámara indiscreta los va persiguiendo?- pese a la templanza del timbre de voz del guitarrista, había algo en el mismo que a Reita le indicaba un toque de ironía en sus palabras y el hecho de lo desaprobante que le resultaba que alguien de semejante calibre dentro de su misma compañía disquera se metiera en ese tipo de líos con las curiosas cámaras de los programas de chismes en televisión- hasta pareciera que lo hacías a propósito…
-No necesito regaños
-Tampoco es como si no te los merecieras – amonestaba severo Miyavi. Si esperaba recibir un consejo acerca de cómo deshacerse de esa plaga que solían ser los reporteros, estaba muy equivocado al pensarse siquiera en que el podría ayudarle… ni los novatos tenían ese tipo de problemas para ocultarse de los paparazzis y eso… ¡mucho menos alguien como Reita tendría permitido ese tipo de resbalón! –imagínate que comenzasen a decir que ese niño es tuyo, menos mal a esa chica ni se le nota nada todavía…!
-Igual no es que me importase demasiado, al final terminaría por desmentirlo y punto…
-… - un largo suspiro de frustración salio de los ahora sonrosados labios del solista, su bebida caliente le reconfortaba completamente; no era posible que el de la bandita se encontrase tan cerrado, la verdad es que hacía ya algunos días que no había sabido nada de él, e incluso podría decir que una enorme curiosidad le invadió luego de recibir su llamado casi desesperado… después de todo se preocupaba en demasía por ese quinteto de músicos, eran como parte de su pequeña familia laboral…-¿hace cuanto que no hablas con Ruki-kun? – inquirió de brazos cruzados ahora recargado en el respaldo de su asiento y con una ceja enarcada.
-¿A que viene eso?- luego de un pequeño ataque de tos por la repentina cuestión, su nada traicionera amiga la llamada “mirada nerviosa” no le abandono, pese a la actitud dura y segura que intentaba conservar.
-Que Ruki-kun anda extraño desde que se entero de lo de Uru-chan. Al menos eso me percate con tanta queja que Kai-san hacia al respecto de sus recientes actitudes de niño – explicaba sin inmutarse acerca del ultimo en ser mencionado. No había duda, si se buscaba una mente madura en PSCompany, Miyavi-san era una de esas aun cuando en los escenarios y con los amigos de cuando en cuando era una cosas escandalosa y totalmente diferente a lo que ahora mismo Reita tenía en frente – no eres de esas personas que anteponga cualquier tontería antes que su trabajo, que es una de las cosas que más ama. No digo que el asunto de la chica sea una cosa sin importancia, pero creo que el Reita que medio mundo conoce se cuidaría como cualquier otra persona normal que es cuando menos medianamente famosa… - continuaba con el sermón ahora con un gracioso fruncimiento en el entrecejo, con esas palabras parecía estar tratando con un niño pequeño al que todo se le debe de explicar de manera muy expresa- creo que Ruki-kun y tu seguro que han tenido problemas, y quizás estoy mal en pensarlo… pero me parece que has hecho esto a posta… de otra manera no me creo eso de que “accidentalmente” permitiste que te persiguieran las cámaras…
-Terminamos… - nuevamente la mirada del rubio vacilo un poco antes de posarse más seguro en los ojos de su acompañante – dudo mucho que seas adivino. Seguramente que antes de venir aquí que han sido o Uruha o Aoi quienes te han informado de todo lo que paso el último día que nos vimos en su departamento… -deducía… una sonrisa de complicidad le hizo darse por enterado de que precisamente eso era lo que había ocurrido.
-Simple conocedor de la vida. Me gusta informarme de todo…
-Metiche… - debatía Reita
-No fui yo el que llamó a alguien en busca de apoyo moral- se defendía el otro – ni mucho menos soy yo el que ahora se niega en recibir ningún tipo de ayuda pese a haberme llamado con voz de angustia…
Un grito de exasperación, una mirada asesina, o un puño azotándose contra la mesita del café… algo por el estilo era lo que el de cabellos oscuros podría haberse esperado luego de sus sarcásticos comentarios, de todo menos el tipo de confesión que a continuación ni en sus más locos sueños se habría imaginado poder escuchar…
-Con este tipo de cosas, tan solo espero que Ruki no me vea como otra cosa que no sea su compañero de trabajo… -de un momento a otro, para Miyavi parecía que esa cafetería era más silenciosa de lo que en realidad era.
Entonces si que todo había sido un teatro armado…
El camino rumbo al hospital al igual que la ultima vez se había tornado considerablemente corto, a diferencia de esa ocasión… ahora le acompañaba esa persona que según lo doctores considerarían la “adecuada”. Después de todo se trataba ni más ni menos que el segundo responsable de su estado, el primero cabía destacar que por obvias razones era él mismo. Algo que también era fuera de lo común en esta visita al médico, era el hecho de no acudir a pie como cuando asistió al lado de Reita… no, sus pies no aguantarían semejante trote… después de todo a días recientes… la palabra “ligerito” o “esbelto” ya no podían describirle ni aunque rogase por ello… ¡esto del aumento de peso comenzaba a traumarlo en serio!
-Shima…
Había creído por varios días que la ropa holgada era la solución, pero ahora que lo notaba… esa ropa no le agradaba, eran por demás unas fachas comunes y corrientes que no colaban en nada con su personalidad, no es que siempre quisiese lucirse en cuanto a su apariencia, pero… sabía bien con que atributos contaba, era de su perfecto conocimiento que más de una vez había provocado a gente ajena por las calles a cometer pecado a su lado… vaya… ¡que era una persona que por su apariencia jamás en la vida podría haber pasado desapercibido!
-Shima…
¡Y pensar que ahora no pasaría desapercibido…! Pero no precisamente por lo genial que se vería… ¡sino por el enorme vientre que ahora se cargaba! ¡No! ¡¿Cómo era posible que las mujeres lidiaran con ello y que incluso algunas disfrutasen de eso?!
-¡Shima! ¡Carajo!
Tarde salió de su letargo justo en el momento en que cierto pelinegro, con cara de muy mala leche, le obligaba a salir del vestidor del consultorio medico… ya vestido con una bata blanca… listo para ser participe de esa cosa llamada “Ultrasonido”.
Un ultrasonido, así era… realmente a él no le interesaba saber el sexo del bebé ni nada de ello, pero creía justo el saber la salud del mismo, no en vano estaba sacrificando tantas cosas por ello… aunque no lo pareciera ¡en verdad se estaba esforzando por ser alguien responsable! por ser un buen… ¿padre? ¿madre?... ¡lo que fuese!... trataba de no sobre esforzarse o hacer tareas pesadas, tal y como le decía Yuu… bien, que lo estaba malcriando mucho… ¡si hasta sus antojitos de media noche le complacía!... y como recompensa el únicamente debía de obedecer a todo lo que Yuu considerara saludable para él y el bebé hasta el día de su cita con el médico… Y ahora estaban ahí, luego de una superficial revisión por parte de Sugisaki-dono, un verdadero acercamiento con el bebé era lo más adecuado para saber más de ese que pronto le ayudaría a formar una verdadera familia…
-Que cursi me estoy volviendo… - se quejaba el castaño guitarrista nada más en recordar las tonteras que pensaba. Su mano derecha recorrió sus cabellos de manera un tanto nerviosa en el momento en que su compañero de cuerdas y su médico familiar se acomodaron a un lado de la camilla donde el se encontraba postrado ya con el vientre descubierto…
Nadie parecía escuchar sus quejas… o siquiera percatarse de las caras de disgusto que hacía, después de todo lo que acontecía era muchísimo más importante que sus rabietas que últimamente se hacía más recurrentes, ¡¿Qué querían hacer?! Su más reciente berrinche era porque esa mentada cosa del “embarazo” ahora le impedía vestir cierta ropa que amaba y que no usaba… ¡porque no le quedaba! Una vez que le untaron la barriga con un helado gel de color verdoso y ese extraño aparatejo de forma circular comenzó a presionarle de manera un tanto agresiva, intento darles por su lado…
-Hummm… - bien, eso le decía que el anciano no conseguía ver nada aún… más que interesarse en el monitor, decidió enfocarse en las graciosas expresiones de sorpresa de Aoi. En todo el rato no había dicho nada…
-¡Ahí esta ¿cierto, doc?! – una tremenda sacudida fue lo que sintió luego de que de manera brusca el pelinegro se inclinase en dirección al monitor, el cual ahora señalaba con su dedo índice ¡¿Cómo diablos había hecho Aoi para rodear la camilla a tal velocidad?!
-Haga el favor de sentarse, Shiroyama-san. Eso a penas y es la placenta…
-Claro, claro…- asentía con la cabeza gacha tal cual niño regañado por su madre.
Un suspiro de hastío y cansancio salio de manera inconciente de su boca… un bostezo enorme le acompaño después, no es que llevasen mucho rato ahí, de hecho diez minutos podrían ser considerados mucho, pero ese escaso tiempo le había parecido ya una eternidad; comenzaba a cansarse incluso de los repentinos ataques de emoción de su pareja… hoy no andaba de humor para nada, y Aoi no ayudaba en mucho para que eso mejorara… prefería ignorarlos, o al menos eso intento hasta que…
-Lo tenemos… - susurraba el anciano de pelo cano.
A penas y por mera inercia viro su mirada al monitor. Era uno de esos armatostes mas o menos modernos que ya te daban un diagnostico, una verdadera imagen a todo color y a esa vista que es conocida como de 3D… curiosamente, en el momento cumbre de todo, Aoi había terminado por calmarse, no se movía ni un poco de tan hipnotizado que se encontraba con esa imagen a penas visible…
-Es decir… los tenemos… - corregía Sugisaki-dono.
Entrecerró un poco sus ojos para visualizar un poco mejor, nunca en su vida había sido considerado alguien con vista perfecta… pero algo muy en el fondo le decía que esta era una ocasión única en la vida en que de verdad valía la pena enfocar la mirada como si todo dependiera de ello.
-Diagnostico: Embarazo de alto riesgo, sexto mes de gestación…
La enfermera que también ahí les acompañaba tomaba sus respectivas notas. Un fuerte apretón sintió en su mano izquierda… la más cercana, la única que estaba al alcance de las del Shiroyama que ahora se la aprisionaban hasta de manera temblorosa; no se atrevía ni a mirarle… lo último que deseaba era despegar su nerviosa mirada de la pantalla…
-Multicigócito...
Una mirada conciliadora detras de los anteojos de gruesa montura del anciano tan conocedor de la vida, quien casi al instante habia aceptado en atender el embarazado del "pequeño" Shima... a quien conocía desde niño...
-Mellizos... -aclaraba la enfermera luego de observar sus rostros interrogantes.
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español