A FINAL DE CUENTAS… TRISTEMENTE MEJORES AMIGOS
-¡Yuu!
-Ahora no, Uruha…
-¡Pero Yuu… mira esto! ¡Tienes que verlo!
-Uruha, falta poco más de dos meses para el regreso de Gazette…
-¡Yuu~!- insistía el castaño, quien desde la cama de la habitación de ambos, se afanaba en llamar a su compañero de cuerdas, el cual todavía en un escritorio situado en el mismo recinto, según esto para laborar y cuidar al mismo tiempo a su intranquila pareja, hacia por no desconcentrarse del todo de su trabajo como músico.
-Shima, estas partituras deberían de estar listas desde ayer, Kai se pondrá insoportable si no les hago los arreglos necesarios- explicaba aun sin darse la vuelta- el tiempo se nos viene…´
-¿Encima? – completaba con una sonrisa de autosuficiencia el menor, fascinándose de lo lindo con el rostro perplejo que le ofrecía Aoi luego de por fin tomarle la palabra, observando de una vez por todas su, por demás, voluminoso vientre, ese vientre con el que de unos días para acá ya no esta tan en conflicto… comenzaba a inundarle esa cosa, tan extraña en él, pero que todo mundo llamaba “Instinto materno”, hasta podría decir que le entraba un poco de ilusión el hecho de estar rozando el octavo mes de gestación, pese al riesgo que eso implicaba, según decía su medico familiar con el que se atendía- ¿Yuu?- pregunto ya algo descolocado por la falta de reacción en el rostro del pelinegro.
-¿Qué-que es eso?- Inquiría Aoi con un leve temblor recorriéndole la espalda- ¿Qué es eso?- repetía señalando a un Uruha con el vientre descubierto y con ciertas protuberancias moviéndose dentro de el por debajo de la piel.
-No estoy seguro del todo, pero algo vi alguna vez en un documental de la televisión- explicaba con una ceja enarcada y una mano a la barbilla en pose pensativa el Takashima, le llamaba la atención en sobremanera la salud mental del horrorizado chico que tenia en frente- pero me parece que es esto a lo que le llaman “Cuando los bebés dan pataditas”- nuevamente todo se centro en la sola acción de haberse levantado la parte superior de su pijama, luego de sentir que algo en su estomago se removía demasiado, y no eran precisamente sus tripas clamando por alimento… justo esa noche Yuu le había llevado de cenar una deliciosa comida occidental…
-¿Pataditas, cierto…?- murmuraba ya un Aoi más tranquilo, acercándose de a poco al lecho compartido con su ahora enternecido castaño guitarrista, quien curioso acariciaba esos “chichones” que su descendencia provocaba desde sus entrañas… ¿Un primer contacto más cercano con los pequeños?... quizás…
Y patadas, pero patadas voladoras eran las que cierto petaco vocalista iba dando en el aire, mientras bajaba por una de las tantas series de escaleras de la PSCompany; eran altas horas de la noche, pero ahora que la inactividad de la banda estaba cerca de terminar5se… les llamabas mas que seguido a la disquera… que si posibles nuevas canciones, giras ya planificadas, entrevistas, sesiones fotográficas… ¡carajo! Un monto de planes, demasiada presión y parecía increíble que a mas de dos meses de que todo ese pudiese siquiera llevarse a cabo… les comenzasen a estresar desde ya…
Otra razó9n más para envidiar a Shima, el era el único que de verdad descansaba…
¡Bah! Era momento de dejar de echarle la culpa de todos sus problemas existenciales a ese, ahora ex-alcohólico de pacotilla… después de todo, él era el único causante de la situación en la que se encontraba… en realidad… ¡¿Qué mas podría haber llegado a pedirle a la vida?!
Tenía un trabajo por demás bueno, dedicaba su vida a la música, como siempre había anhelado, su ahora ex-novio… además de ser un estupendo amante, nada más había que ver el cuerpo que se cargaba y la manera en que lo usaba para provocarle más de un colapso mental, él… era un muy buen amigo, al igual que el otro trío de tontos que nunca le dejaban sentirse solo… siempre ahí, siempre para él… ¡Y ahora esto! Aoi y Uruha tendrían familia… ¡Cosa más maravillosa e increíble! ¡Imagínenlo! No era que desease subestimar a esos dos, pero estaba más que seguro de que requerirían su ayuda para sobrevivir, para no volverse locos o morir en el intento de ser padres primerizos. Vaya, que aquellos niños sería prácticamente también de su propia familia… ¿sus ahijados tal vez?...
¿Por qué había tenido que echarle en cara a Akira tantas cosas tan crueles? Pensándolo bien, tampoco es como si todo lo dicho realmente lo hubiera sentido…
¡Dios sabía que él habría rogado por una… ahora tercera oportunidad!... aunque siendo sinceros no se creía merecedor de ella… no en vano ya una vez aquel tema había estado más que discutido con el chico de la inseparable bandita en la nariz…
Recostado en la cama de ese departamento, que si bien no era habitado por ninguno de los dos, era más que visitado por ambos en todas esas veces en que les urgía amarse… saborearse por completo… o ya en el peor de los casos, antes de un concierto o un ensayo… echarse lo que vulgarmente se le llama como un “rapidín”.
Con la parte superior de su cuerpo descubierta… bien a la intemperie, siendo arropada de la deliciosa ventisca que le llegaba desde la ventana gracias a que esta había cierto abierta de par en par por esa “endemoniada iguana”… se dedicaba a saborear sus saladas lagrimas que bañaban sus mejillas…
-No estaba hablando en serio… -murmuraba el pequeño una y otra vez, tal cual niño que intenta memorizarse la lección para el examen – no estaba hablando en serio… -repetía mientras que enterraba sus uñas en la almohada que ahora le servia de único consuelo. El correr del agua de la ducha, en el único baño que había en esa pequeña morada, se escuchaba demasiado lejana en medio de su llanto no tan silencioso… sus hipidos le provocaban hacer caso omiso de todo lo que a su alrededor se hallaba - ¡No hablaba en serio, Akira estupido! – exclamaba ya enfadado, intentando de ahogar torpemente ese ultimo alarido lastimero con la textura de su compañera de sueños…
-Quiero pensar que no es así… - susurraron a su oído, cortando de tajo y de una vez por todas esos espasmos que el llorar le provocaba – quiero pensar que como yo, estas satisfecho con sentirte amado…- las yemas de los dedos del bajista recorrían de arriba abajo su blanquecina espalda… a saber en que momento había salido de la ducha ese Tsuzuki, lo ultimo que recordaba era haberlo visto algo turbado… encerrándose en el cuarto de baño luego de haber discutido una reverenda tontería: El hecho de no poder tener descendencia-Quiero pensar que esta será la segunda y única oportunidad que te daré en la vida para que pienses bien las cosas… -no paso mucho tiempo cuando ya era acunado en los brazos de su bajista, el llanto se calmo y solo le importaban las palabras que le eran dedicadas. Solo se limitaba a asentir a todo lo que le decían… no pensaba mucho en ello, simplemente no quería perderle- Ruki… yo no te puedo dar una felicidad completa, pero a cambio…
-… Intentare hacerte lo más feliz posible siempre que estés a mi lado- murmuraba para si mismo el vocalista de GazettE… recordando aquella primera vez en que había tenido ese mismo conflicto causante de que ahora estuviese mas soltero que nada. Y encima con ciertos pares de preocupaciones…
Primeramente aquella idiotez de las notas de primera plana, acerca de la posible novia que Reita se cargaba… ¡por todos los cielos! Esa ni él mismo se la creía, estaba cien por ciento seguro de que esa iguana era total y completamente homosexual… ¿Qué como lo sabia?... él tenia sus razones para asegurarlo; así como el hecho de que tal vez y solo tal vez… el Tsuzuki continuase tan enamorado como él lo estaba aún ahora a más de un mes de haber terminado con su relación amorosa… lamentablemente, su segunda preocupación… ligada a la anterior, era la que más escalofríos y temor le causaba.
En esa noche, esa noche en que Kai había salido corriendo del hogar del bajista luego de gritarle un bellísimo y magnifico “Te odio” a cierto solista que el se sabía… justo en ese momento, justo cuando se pensaba que tenía sus propios problemas como para continuar arreglándole su vida sentimental al interprete de Kabuki Boiz… en ese instante era cuando, absorto en sus pensamientos, noto que el dueño del departamento se le dirigía… únicamente alcanzo a escuchar sus ultimas y dolorosas palabras…
“No tenemos porque estar sin siquiera tratarnos. Regresemos a ser los amigos que alguna vez fuimos…”
Amigos…
Solamente eso…
¿Era eso o continuar carcomiéndose con la angustia de no volver a oír su voz, no saber que se dirigía a el nuevamente, de estar conciente de que ya no le dedicaba ni una sola mirada, de que prácticamente ya no mantenían ninguna conversación?
Amigos…
¿Era eso… o seguir pensando que al bajista le daba exactamente lo mismo si respiraba o no… si pululaba a su lado o no…?
Amigos…
Perfecto… eso quería creer, al menos el sin nariz volvería a tomarlo en cuenta sin ignorarlo olímpicamente…
Deseaba creer que eso estaba bien de momento, aunque por dentro… su alma continuase derramando esas lagrimas que alguna vez recorriesen sus mejillas en aquel, ahora abandonado departamento, su confidente y único testigo de todas aquellas veces en que… Akira le había hecho sentirse amado, sin siquiera llegar a pensar en necesitar algo más de la vida…
El viento de la noche estaba inclemente para no ser invierno, pero si no deseaba regresar solo a su hogar, debía de seguir esperando a su querido líder… a ultimas fechas pareciese que eran los únicos que se hacían compañía mutua. Abrazándose todavía a si mismo, desde afuera del edificio de la PSCompany observaba impaciente la salida del mismo… ¡pero como se demoraba ese endemoniado baterista! A veces se tomaba demasiado en serio su papel de líder… al grado de ser siempre el ultimo en salir… dejado empezados incluso algunos asuntos que podrían resolverse al día siguiente.
-¡¿Pero que demonios hacia allá adentro?! –Se apresuro al encuentro con su castaño amigo de la implacable sonrisa, en cuanto este dio asomo de vida por la puerta principal de la disquera en dirección a la calle -¡me dijiste que serian solo diez minutos! ¡¿Sabes que llevo más de media hora aquí?!
-… -una disculpa y una tímida sonrisita nerviosa era minimamente lo que esperaba por parte del batero, un trémulo silencio de su parte le tomo por asalto… ¿Qué sucedía ahí? ¿y que era ese estupido panfleto que no dejaba de leer y releer el líder entre sus manos?
-¿Fue esto lo que te entretuvo?- inquiría Ruki prácticamente arrebatándole su lectura, una vez que comenzaron a caminar… extrañamente su compañero zigzagueaba con aspecto deplorable, casi enfermizo… aun sin echar un vistazo al panfleto, una mirada curiosa y una ceja enarcada fue lo que el petaco le dedico al mas alto –andas raro…
El Matsumoto en esos momentos no supo como tomarse aquella noticia anunciada con vivos colores en ese panfleto, ni mucho menos la razón de que el Yutaka reaccionase así… tan… ¿sin reacción? ¿tan ido? ¿tan perdido?
“LANZAMIENTOS, NUEVAS GIRAS, TRABAJO AL POR MAYOR, QUERIDOS J-ROCKERS ”
Vaya manera alentadora era la que tenían en la disquera para hablarles acerca de la forma en que les explotarían en los meses venideros, un colorido itinerario encabezado en letras enormes por…
“Miyavi… nueva gira. Nombre en proceso de evaluación. 6 meses aprox.”
Con esas palabras bastaba y sobraba… no era necesario leer a fondo… aún aturdido, no pudo evitar escuchar las palabras de su acompañante…
-Y ni siquiera me he disculpado por lo de la última vez…
¡Diablos! Tampoco era como si el anoréxico ese partiese al día siguiente… pero conociendo a Kai… unas disculpas, precisamente a ese que alguna vez fuese su mejor amigo, ese al que a ultimas fechas no había hecho más que herir una y otra vez… quizás seria un proceso un tanto complicado… encima de que a días recientes, el solista…
-Ni siquiera me dirige la palabra…
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