¿POR AMOR… POR DESPRECIO… AHOGADO EN UNA BOTELLA?
La primera vez que le dedico esas palabras… fue justificadamente, eso le quedaba más que claro. Varias fueron las veces en que ese esquelético solista había intentado besarle, siempre de a juego, siempre haciendo como que erraba en sus intentos, depositando esos besos, como no, en sus mejillas con hoyuelos.
A decir verdad, se consideraba estupido en relación con cosas del corazón, de no haber sido así seguro que se habría percatado de las verdaderas intenciones que se escondían detrás de los “extraños” cariñitos de su ahora antiguo mejor amigo.
Había sido tan ciego que aquella primera vez en que un “Te odio” surco sus labios, fue por el simple hecho de que ese mejor amigo le confesara sus sentimientos de la manera más inocente: Dejando de errar en su intento por apresar sus labios. La metida de pata sin lugar a dudas se había hallado en el que todo hubiese ocurrido justo frente a los negros ojos de quien para ese entonces fuese su pareja… cosa de la que por supuesto Miyavi estaba mas que conciente.
Lo que nunca en su vida se llego a preguntar, e incluso ahora se negaba a cuestionarse acerca de ello, era si… de haber sido otras las circunstancias… ¿habría correspondido?
Aquellas primeras palabras de desprecio se habían debido a una cosa llamada “ofensa”, una ofensa a su relación con Yuu… ese tonto había hecho caso omiso de sus sentimientos hacia el segundo guitarrista de su banda, anteponiendo los propios sobre todas las cosas. En esos instantes poco le importo lo que el mas alto pudiese haberle profesado.
¿Cuánto tiempo llevaba ahí, en la terraza de su departamento, pensando en todos y cada uno de sus debrayes mentales, que si bien no le dejaban como el principal implicado, también le lastimaban?
Y ahora venia ese recuerdo de lo mas reciente, con Miyavi y ese pequeñazo de Alice Nine encerrados en el sanitario del hogar de Reita… ¡Bendito momento en el que se le ocurrió ayudar a Shou-kun en la tarea de ir a salvar a su princesa guitarrista de las garras de cierto pervertido solista! ¡Por todos los cielos! ¡Que estaban en casa ajena como para andar haciendo esas cosas! ¡y el alcohol en las venas no les excusaba!
Nada de eso les excusaba…
Nada…
Especialmente a él…
Abrir la puerta esa noche, fue la cosa mas sencilla del mundo, mas no para el vocal de ojos grandes, quien según sabia era casi tan intolerable al alcohol como el mismo. Y contemplar esa panorámica desde primera fila… el solista a cuatro patas encima de la sudorosa figura de la “ardillita”, a quien trabajo le costaba respirar, tan juntos y apegados… y las ropas tan revueltas que mas bien parecían a medio colocar… ¡¿Qué mierda querían que pensara?! ¿Pero que iba a andar sabiendo él sobre lo que podía a llegar a pasar por la cabeza de una persona ebria… si para él no había nada mejor que el zumo de manzana?
¡¿Y que diablos tenia que andar él opinando acerca de los acostones que se ponía o no Miyavi?! El tenía todo el derecho de hacer lo que desease con quien quisiera, después de todo su relación no era mas que meramente laboral, tal vez y de manera muy remota… amistosa, pero nada mas…
Y aun así no dejaba de preguntarse dos cosas… ¿Cómo era que después de analizar todo eso… palabras como “Te odio” habían salido tan fácilmente de su boca, casi como si luego de haber presenciado aquella escena… de verdad las hubiese sentido? ¿A que se debía? ¿Por qué su sangre hirvió luego de ver como ese sujeto acosaba al Ogata, mientras que Shou desde la puerta resbalaba hasta el suelo para quedar profundamente dormido? Y por sobre todo… ¿de donde había surgido ese sentimiento de desilusión al darse por enterado, de que lo que sus ojos veían no eran otra cosa sino el hecho de que: él terminaría cansándose, él tenia toda la libertad de buscar a alguien mas, a alguien que de verdad le valorase? Él, Miyavi… no le perseguiría de por vida. Era algo curioso, pero… tenia miedo ¿de que? Quien sabe… solo lo tenía, y eso… dolía.
La segunda cuestión se la planteo ya cuando el frío de la noche comenzó a mostrarse inclemente contra su persona aun fuera en la terraza. Luego de demorarse con tanto desglosamiento en la anterior interrogante, la que venia le parecía todavía mas inquietante.
Si su bebida favorita se suponía era el zumo de manzana… ¿que extraña razón le llevaba a rememorar todo aquello ya con la novena lata de cerveza que había conseguido toparse en la nevera de su hogar? ¡Demonios, que eras cosas solo las conservaba en casa para las visitas!
Poco a poco sentía como la embriaguez le dominaba, los parpados se le iban cerrando, ambos brazos cayeron por su propio peso en dirección al suelo, logrando con ello que la dichosa lata, que yacía aun en su mano, derramara su contenido espumoso de manera irremediable por los suelos…
Seguramente de haber podido permanecer ahí toda la noche, se habría ganado un estupendo resfriado que le mantendría por días en la cama, de a menos con el viento que hacia quizás y hasta una fuerte pulmonía, pero nuevamente ese idiota de Yuu, con su facha de mejor amigo venia a salvarle… sino físicamente, si con una insistente llamada a su teléfono celular.
El endemoniado aparato no dejaba de sonar en el interior de uno de sus bolsillos, ¿Qué como sabia que se trataba del pelinegro? ¡Bah! Que más daba confesar que tenía un tono personalizado para identificar a cada uno de sus colegas y amigos. Simple organización de un líder y nada mas…
Lo que ni como líder se habría imaginado recibir por parte del Shiroyama, era un tremendo regaño de esos que no recordaba haber recibido ni por parte de su madre cuando niño…
-¡¿En donde estas?! – le fulminaron del otro lado de la línea.
-En… casa…- respondía trabajosamente y alargando sus palabras, viva muestra de que no podía ocultar tan fácilmente el hecho de que varios mililitros de alcohol transitaban por todo su organismo.
-¿Y tienes el cinismo de responder de esa manera? - ¡¿Qué carajo tenían en su contra?! Por una vez que se embriagaba a gusto, en soledad y en SU casa y ya querían que ardiera Troya por segunda vez en esta vida - ¡hace mas de dos horas que Ruki y Reita llegaron! ¿Cuánto tiempo más te piensas que estaremos haciendo tiempo para irnos al hospital? ¿No fuiste tu el que mas alego que fuéramos todos cuando el medico decidiese internar a Shima?
¡Cielos! Eso si resultaba ser un problema ¿cierto? Era verdad, el medico de Uruha había dispuesto internarlo por lo menos un mes antes de la labor de parto, todo esto según para mantenerlo lo mejor vigilado posible… porque a saber como llegarían a complicarse las cosas.
-¿Aoi?- inquiría Ruki, curioso, sentado al borde de la cama de la habitación de los dueños de ese hogar, ayudando a Uruha a preparar su maleta para partir al hospital, observaba extrañado al pelinegro como todos los demás -¿Qué pasa con Kai?
-No va a venir ¿cierto?- intentaba adivinar Reita, quien de brazos cruzados optaba por observar a los demás siguiendo orgulloso el lema de “mas ayuda el que no estorba”, o eso le había dejado en claro el petaco vocalista después de que se le ocurriese la gran idea de apoyar a Uruha en su necedad de llevar consigo una consola de videojuegos; luego de esto evidentemente Ruki y Aoi le callaron con una mirada asesina y un “Uruha necesita descansar, no estresarse con videojuegos”
-Me ha colgado- respondía el Shiroyama, quien no cabía en su asombro… ¿Kai colgando sin siquiera despedirse? ¿Desde cuando tenia esas muestras de mala educación?
-¿A ti? – agregaba Uruha aun mas sorprendido que los dos anteriores, si es que se podía -¿no le habrás colgado por error?- ok, era una hipótesis por demás estupida, pero aun mas estupido resultaba el hecho de siquiera pensar que Kai podría llegar a rechazar cualquier tipo de contacto con Yuu, después de todo… muy a su pesar, el Yutaka aun amaba al guitarrista ¿no? Aunque doliera… así era ¿no?... ¡¿o no?! O de a menos que alguien le contase que capitulo de la historia se había perdido como para no enterarse de que los sentimientos del batero por el futuro padre de sus hijos iban desmejorando.
-No, no he sido yo, Shima…
Si se habían retrasado dos horas ¿Qué más daba seguir llevándose todo a la ligera? Después de todo Sugisaki-dono adoraba a Uruha casi como si fuese uno de esos sobrinos con los que cualquier tipo solía convivir de a menos una vez por semana, Shima era como parte de su familia, la familia de ese anciano medico…
-Yuu…- lloriqueaba el Takashima ya cuando le hicieron salir de la cama para partir de una vez y por todas a aquel lugar habitado por personas de pulcra vestimenta blanca- ¿en verdad no puedo llevarme ni la PSP? Esa ni siquiera hace bulto… ¡no pesa!
Una mirada condolente fue compartida por Ruki y Reita luego de ver como Aoi acribillaba con la mirada a su pareja. Al final vocal y bajista se ofrecieron una mutua y tierna sonrisa… mientras comenzaban a cargar el equipaje, en silencio dedujeron algo sabido ya por todos: En aquel sanatorio, Uruha moriría de aburrimiento antes que de poder dar a luz.
-Yo llevo las maletas, tu ayuda a Shima- se ofreció el Tsuzuki intentando arrebatarle al mas bajo el bolso en el que transportaban, según recordaban, accesorios de aseo personal para el “paciente”; Yuu ya se estaba encargando de dejar el departamento en optimas condiciones, todavía revisando los últimos detalles del lugar, como ventanas bien cerradas y llaves de gas y agua de igual manera selladas… aun no se hacia a la idea de hospedarse todo un mes en un hotel cerca del hospital donde reposaría el otro guitarrista; después de todo, fuese donde fuera… serian casi treinta días en los que dormiría solo y sin el calor de su chico de fantásticas piernas…
-Puedo con ellas- refunfuñaba el Matsumoto ante la amabilidad de la iguana esa.
-Eres un debilucho y descuidado; así que o llevas el equipaje o vigilas a Shima, ya sabes lo atareado que anda Aoi- los jaloneos de Reita continuaban hacia el bolso que Ruki insistía en portar- y si algo le sucede a Shima…
¡No! Ahí venia ese “algo” que tanto le incomodaba al petaco, que ahora le observaba aprehensivo, con un solo vuelco en el corazón termino por aflojar su agarre en el bolso. Si tan solo Reita hubiese seguido con sus palabras… ¡Maldita sea! Venia superando de a poco su ruptura con el bajista, y si el hubiera continuado hablando… si le seguía diciendo aquello de que “Shima era su mejor amigo, casi su hermano, una de sus personas mas preciadas”… no lo habría soportado, y sus cutres intentos por demostrar que podía vivir sin el sin nariz a su lado… todos sus esfuerzos se irían por el drenaje…
El hecho de que Akira considerase a Kouyou como un hermano, le daba la garantía de que jamás podría enamorarse de él, pero… aun así continuaba siendo su mejor amigo… y precisamente el, Takanori Matsumoto, hacia no mucho había sido degradado al titulo de “amigo”, si Shima era el mejor de todos… ¿A dónde iría a parar el? ¿En que parte del corazón de Reita quedaba plasmado el nombre de “Takanori”?
Ya había comenzado a aprender a controlar sus lagrimas, pero…
-Si algo le sucede a Shima… - un nudo en la garganta fue con lo que tuvo que lidiar el mas pequeño durante la pausa que en sus palabras hizo el de la bandita- supongo que Aoi no te lo perdonaría…
¡¿Ah?! ¡¿Solo eso?! ¿No diría nada en su nombre? ¿El no querría matarlo si se atrevía a descuidar al castaño guitarrista?
A punto había estado de apelar algo, pero justo cuando lo decidió, cuando sus labios se entreabrieron, el par de guitarristas se precipito hacia la puerta, alguien desde fuera la tocaba con insistencia, ya cuando estaban tomando sus abrigos y las llaves…
-Lo encontré tirado en las escaleras del edificio, seguramente venia para acá- Miyavi era el único que aunque animado deseaba acompañarles, con tantas cosas que pensar acerca de su próximo tour, no les había confirmado su asistencia en si. A final de cuentas resultaba que siempre si podría acompañarles- al parecer las pastillitas de menta y los litros de loción que se echo encima no sirvieron de nada, esta totalmente alcoholizado- explicaba el interprete de Kabuki boiz, quien llevaba prácticamente a rastras al siempre admirable líder de los cuatro chicos que tenia en frente- lo dejo aquí, voy a pasar a tu baño- acoto con un gesto hacia el Shiroyama mientras recostaba a Kai en el sofá mas cercano – lo intente despertar y en cuanto me vio volvió el estomago sobre mi manga- inevitablemente una mueca de asco se dibujo en los caretos del gesto y el vocal de Gazette, al apreciar una mancha de considerable tamaño, la cual el solista mostraba con una amplia sonrisa, como de quien presume la mejor de sus pertenencias.
-Supongo que así te será imposible ir con nosotros ¿cierto?- observaba Reita, ahora recargado en el costado aseado de Miyavi.
-Puedes pasar a lavarte- permitía el mayor de los guitarristas ahí presente, sin siquiera mirarle, sus ojos no dejaban de estar posados en la deplorable figura del que alguna vez fuese su pareja; despatarrado en el sofá, durmiendo con la boca abierta y un hilillo de saliva escurriendo de ella y por sobre todo apestando toda la estancia con su alcoholizado hedor de borracho de cantina… El semblante de Aoi era serio, insensible y casi frió- llevamos algo de prisa, te agradeceríamos i le ayudases a entrar en si y a asearse, puedes tomar algo de nuestro guardarropa- explico señalando su habitación- sino puedes no hay problema, ya el despertara y pensara en el porque de estas… ridículas acciones suyas…
Miyavi no respondió y se encamino al sanitario a paso ligero.
-¿Qué demonios tienes en la cabeza, Uke?- escucharon todos murmurar al Shiroyama, ya cuando este comenzaba a caminar escaleras abajo en busca de su auto.
Ruki acomodo el abrigo de Uruha para que este quedase mas arropado, Reita y Aoi acomodaban en la cajuela del auto el equipaje… y el único gazetto ausente aun inconciente de si mismo, tirado en un sofá decía cosas incomprensibles entre sueños…
-Perdóname… -el único oyente de sus palabras ahora le observaba aseado, muy de cerca recargado en uno de los brazos del inmueble- perdóname… Miyavi-kun…
Aquellas palabras habrían enternecido al guitarrista, Kai hablando de ék entre sueños; de no ser porque en esos momentos el baterista abrió sus ojos… mas lucidos que nunca.