ASI ES COMO ME GUSTA, ASI ES COMO ME GUSTAS…
-Shima-chan… Shima-chan~…
-¿Cuánto dices que lleva ahí?
-Shima-chan… Shima-chan~…
-Alrededor de unos tres meses, desde que ese chico cayó en coma…
-¿Indefinidamente?
-Shima-chan… Shima-chan~…
-Indefinidamente…
-¿Y ese joven a su lado?
-Lleva ahí exactamente el mismo tiempo que el otro lleva dormido.
Un silencio sepulcral inundo aquel pasillo de hospital luego de la cruda respuesta de la joven enfermera… Sugisaki-dono, el encargado de ese pabellón, pese al cariño que le tenia a ese paciente en especial… daba pocas esperanzas de que despertase… ese chico al que había estado dando revisiones medicas desde que el mismo fuese a penas un niño… tal y como lo había dicho hacia meses: Shima-chan, con suerte y estas vivo.
El tranquilo paso en que las enfermeras daban, con ciertos medicamentos y tratamientos a cuestas en brazos, no hizo ruido alguno… aquella era una zona aislada, llena de serenidad… tan solo el cántico insistente de cierto chico pelinegro, visita de uno de los ya “casos perdidos”, era lo único que podía apreciarse en el ambiente…
-Shima-chan… Shima-chan…~
Si le preguntaran si alguna vez había disfrutado de haber estado al lado del batero líder de su banda, sin duda respondería que no solo lo había disfrutado… ¡le había encantado! El chico en cuestión era una cosa súper detallista y atenta, siempre al cuidado y pendiente de cuanta cosa surgiera, para que todo fuese perfecto según le explicaba…
Debía de admitir que no podría comparar su relación con Kai con ninguna otra… Kai le tenía en cierta manera enamorado, embelesado, el solo ver su sonrisa satisfecha porque las cosas anduvieran sobre ruedas… le hacía sentir cierta tranquilidad. Su relación era más que ideal. Todo era perfecto. En más de una ocasión llegó a sentir que el propio Yutaka se aguantaba las ganas sobre reñirle en algo que no le pareciera… todo por el simple hecho de no comenzar ningún tipo de discusión… para estar bien… para no tener problemas. Para que lo suyo no se viese en peligro.
Y realmente llegó a pensar que así estaba bien su vida. De veras que si. Bien con su pareja, con los amigos y con la banda… todo era tan pleno, hasta que hubo algo… por no decir alguien, que rompió para siempre con todos sus esquemas de serenidad:
-Uruha…
-…
-Vamos… ese tipo de cosas nunca te habían molestado, ¿Qué más te da un “Shima-chan” mas o uno menos? Incluso Ruki te había llegado a llamar así –era cosa de que llevaban ya mas de diez minutos así, luego de un ensayo por demás agotador, Aoi persiguiendo a su compañero de cuerdas y todo a petición del líder de la banda- vamos, no tienes porque ignorarme. Si, ya se que fue mi culpa por haberte llamado así en medio del bar… ¡pero estabas tan ebrio como yo y medio mundo también! De hecho es increíble que lo recuerdes…
-…
-¡Takashima Kouyou! No te voy a perseguir toda la maldita vida –gruñía el pelinegro luego de ver que sus palabras no surtían efecto, el castaño continuaba a sus anchas acomodando su guitarra en su funda pasando completamente de lo que tuviese que decirle el segundo en guitarra. Si tan solo ese imbecil Shiroyama realmente supiese la razón de su enojo…
Todo el día había estado bien, grandioso, y la noche ni se diga considerando que los cinco en un bar era fascinante, pese a… ser el único dentro de la banda de no tener pareja. Ruki y Reita recién emparejados, mientras que el otro par a penas volviendo estable su relación comenzando a vivir juntos.
¡¿Para que había tenido que intervenir ese tonto cuando el se encontraba en medio de su rol de “conquistador”?! ¡Carajo! Un poco de privacidad era lo único que pedía ¡¿Qué tenia que andar de metiche ese Shiroyama justo en el momento en que ya tenía a X camarero del lugar, con cara de ingenuo, acorralado contra una pared?! ¡que se metiera en sus propios asuntos! Habría estado ebrio, pero con una interrupción del tipo “Shima-chan…!” a cualquiera se le bajaría lo alcoholizado, ¡¿con que cara no le habría visto medio mundo luego de eso?! Encima se le colgó cual niño pequeño del cuello, todo para terminar completamente dormido ahí en medio de todos… ¡que la tierra le hubiese tragado…!
-…
-Uruha…
-…
-¡Vamos! ¡Ya! ¡Discúlpame!
Primero hacia las cosas y luego ahí venía como desquiciado tratando de enmendar sus errores… ¡¿Por qué jodidos no se había ido a arruinarle la velada a su noviecito?! Ahh… claro, ahora lo recordaba, todo porque el batero se había mostrado distante luego de que un sujeto desconocido le hubiese intentado besar en medio de la pista de baile… ¡por todos los cielos! Debería de dejar de preocuparse de eso considerando que su condenado novio guitarrista andaba mas que alcoholizado para siquiera vislumbrar la idea de que le estuviesen queriendo quitar a su pareja… un simple “eso me pasa por cargarme a un novio tan bueno”, fueron las únicas palabras de ese idiota borracho… debería de haber aprendido a él que con todas sus idas y venidas de bar en bar nunca había terminado en ese estado… ¡Kai, idiota que debería de cuidar mejor a su idiota con el que salía!
-¡Uru…!
Y mas insistente podría ser por lo que se veía. ¡Bueno! ¡¿Qué acaso todos debían de estar de buenas nada más porque la vida de ese sujeto de negros cabellos estuviese a la mar de bien en todos los aspectos de su vida?! Que le dieran pero si bien bonito, que se fuera por donde había venido… una vergüenza como esa no se la perdonaba y encima seguramente…
-… Solo vienes a disculparte porque tu noviecito así te lo ha pedido ¿cierto?
Aquello había sido a penas un murmullo, con los puños bien cerrados, se vio tan sorprendido por sus palabras igual o quizás hasta más que el propio Aoi, quien por fin detrás de él había detenido su paso… ¿A que venia todo eso?
-…
Un silencio mutuo, tan denso que casi podría haberse cortado como mantequilla por un cuchillo. ¿Aquellas palabras habían sonado tan mal como él mismo, y seguramente Aoi, las había escuchado? Ahora el mismo se daba pena ajena… ok, no tenían porque dar rienda suelta a un doble sentido ese tipo de cosas ¿o si?
-Uru…
¡Casi podría haber sentido la mano derecha de Aoi a punto de tocarle el hombro! ¡¿Y ahora porque diablos le ardía la cara, tanto como para no querer darse la vuelta?!
-¡Ya! Déjalo… esta bien, te disculpo. Nos vemos mañana…
Nunca supo a ciencia cierta en que momento la distancia entre él y la puerta de salida del estudio le pareció tan enorme, aun así no tanto como para que sus piernas tan rápidas no pudieran conducirle hasta ahí en una fracción de segundo. Dejando encerrados en ese lugar una mezcla de pensamientos confusos… ninguno de los dos tendría ni idea de las secuelas que aquel encuentro dejaría en ambos y su relación que hasta entonces se había limitado hasta simplemente amigos…
¿Por qué a partir de ahí habían comenzado a tenerse miedo mutuo?
¿Por qué desviaban la mirada nada más estas chocasen en medio de un ensayo?
¿Por qué ahora ya no podían ni sincronizarse en una canción por mucho que se la supieran de memoria?
Y por sobretodo…
¿Por qué ya ninguno de los dos podía ver a los ojos a Kai sin recordar aquellas palabras que en labios de Uruha dedicadas a Aoi habían llegado a sonar incluso despechadas…?
¡Maldita boca la suya! ¡Maldita boca la suya que actuaba antes que su cerebro!
-¡Y de ahí no salen hasta que no se arreglen! ¡me tienen hasta la coronita con sus idioteces que nada más nos retrasan!- dejando atrás su faceta de novio encantador, a la larga Kai se vio en la necesidad de dejar de consecuentar al torpe que tenía por pareja para que este arreglase sus conflictos con ese con el que al parecer llevaba días evitándose… Gran error… después de todo… ¿Quién se imaginaría que después de ello tendría que toparse al mismo besando tiernamente a uno de tus mejores amigos…? Al parecer lo había entregado en bandeja de plata… o… a saber desde hacía cuando que le habían robado los pensamientos de Yuu que antes le pertenecieran sola y únicamente a él…
-¡El ha empezado! –fue la única excusa que el castaño había dado llevándose las manos a sus ahora enrojecidos labios, muestra total de que había correspondido en algún momento a aquel beso. Excusa digna de un niño de cinco años y Kai, un adulto que no estaba dispuesto a escuchar ninguna sandez de esa magnitud… retirándose de la escena sin esperar por fuera que Yuu le persiguiera, y destrozado por dentro, suplicando porque el mayor de la banda en verdad le buscase… había caído en la cuenta de que hacía mucho que había perdido aquella batalla, aún cuando hacía no más de un par de minutos que se había enterado de que esta había dado comienzo.
Interfiriendo en la monótona tranquilidad de su vida, así era como Uruha había comenzado a inmiscuirse en sus pensamientos… así era como le gustaba, de poco en poco sacando de su cabeza cualquier tipo de pensamiento romántico en el que involucrara a Kai para solo pensar en una posible reconciliación con su compañero de cuerdas, para únicamente fantasear en el hecho de poder recrear pensamientos románticos con ese mismo que le hacía resquebrajar su mente… Uruha…
Asi era como le gustaba…
Así era como se había enamorado de ese chico idiota con labios de patito…
Así era como Uruha le gustaba…
Y así de tanto era que amaba a ese Takashima del demonio…
Le adoraba…
-Shima-chan… Shima-chan…~
El silencio en aquella habitación de hospital no dejo de ser interrumpido por ese incesante cantico…
-Shima-chan… Shima-chan… no fue mi intención llamarte así anoche en el bar…
La mirada todavía perdida de Aoi, continuaba fija en esa inerte mano que sostenía entre las suyas, esperando que en algun momento los dedos de esta se entrelazaran con los suyos…
-Shima-chan… hablame…
¿Cuándo sucedería eso?