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Nueve meses por sakua_chan

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Notas del capitulo: WTF?! O: En que momento dije yo que dejaría de escribir este fanfic? Si ya este es el ultimo capitulo de este fanfic y lo último que haría seria dejarlo de publicar, por aquello de la falta de apoyo y eso… pero nada mas… aunque con el reciente capitulo no se si les trastorne o que o.o… pero reaccionaron O.O los rewies volvieron ;___; awww… como les extrañaba… en fin, si creyeron que los últimos dos capítulos habían estado para cortarse las venas… ¡de una vez les digo que… este estará un poquitin mas leve n-ñ! solo un poco… Disfruten! *O*…

Pd: Son mas de cuatro mil palabras, me he superado a mi misma *-*U… insisto, este es el final de mi fanfic, planeo hacer un Epilogo, pero solo lo escribiré si me lo piden varias personas n_n

Pd2: Capitulo dedicado a la Señorita Nozomi y nuevamente a mi niña Hidetita n.n

Creditos: Las canciones no me pertenecen…

1ra: “Por besarte” Lu
2da: “Duele” Lu
3ra: “En cambio no” Laura Paussini

CAPITULO FINAL
EL COMIENZO DE UNA NUEVA VIDA… SIN TI…

Y no me has dado tiempo de disimularte
que te quiero amar
que por un beso puedo conquistar el cielo
y dejar mi vida atrás

Quiero pertenecerte ser algo en tu vida
que me puedas amar
con un abrazo fuerte hacerte una poesía
renunciar a lo demás

Y en cada frase oculta de lo que tu digas
en un beso hablara
ya no me queda duda solo ven y escucha
decidamos comenzar


Habían llegado a pensar que les costaría demasiado trabajo regresar a su vida habitual, en especial ellos dos, después de todo lo recientemente acontecido, no era para menos, nada le importaba que tanto pleito les creara la PSC con respecto a su ya casi imposible regreso de la banda. Por ahora era “feliz”, sonreía de a menos… y poco le interesaba ser un tanto egoísta, aunque una parte de su mente siempre se ensombreciera por cierta situación inconclusa y dolorosa… solo deseaba volver a sonreír; el antiguo The Gazette, ese que estaba por ser disuelto, ya había padecido demasiado…

No estaban seguros de que sería lo que les depararía en adelante, harto se encontraba de revisar el fax en su casa con un montón de memorandums membretados con el sello de su disquera, solicitando urgentemente su presencia. ¿Para que lo solicitaban? Era evidente que no querían que GazettE saliera del mundo del espectáculo, seguramente querrían obligarles a buscar a algún nuevo miembro para completar ese maravilloso quinteto que alguna vez fueran. Que lastima le daban… les dejarían fuera de si, puesto que una vez que alguno de ellos saliera de la banda GazettE desaparecería de la faz de la Tierra, eso habría quedado estipulado hacia ya años… lastima que no hubiesen podido tocar un ultimo Wakaremichi en son de despedida para las fans. Esa tonta disquera no les esperaría mas… y si lo hacían, podrían sentarse de una vez para continuar esperando.

-¿Tan temprano y ya despierto…?- susurraron a su oído, erizándole completamente la piel, estaba seguro de que ese intruso en la sala de estar debería de estar mas que dormido en su habitación… vale, que aun no se atrevía a compartir habitación con él, pero… ¡en ningún momento había escuchado abrirse la puerta de la habitación de invitados! Se dirigió pronto a la cocina, era hora de preparar el desayuno, aun llevando abrazado al otro a su cintura…

-Debes de dejar de darme esos sustos a tan tempranas horas… -sermoneaba cariñosamente dirigiéndose a frigorífico, siempre bien dotado de los recursos alimenticios que el dueño de aquel apartamento consideraba necesarios para subsistir.

-Siempre me gusta que despiertes sorprendido con algo… - y todavía teniendo como lapa a su compañero, comenzó a batir unos huevos… era mas que evidente que cocinaría sus ya características, en él, tostadas francesas – no quiero que te aburras de mi por nada del mundo… -susurro nuevamente en su oído, esta vez acompañándole con una divertida lametada en el lóbulo del otro.

-Seguro que comenzaras a aburrirte de mi antes de que consigas que yo lo haga de ti…- no estaba seguro desde hacia cuanto tiempo, pero no debía de ser mucho… pero… ese guitarrista de largos cabellos y gran altura… últimamente le ponía muy nervioso; luego de tanto tiempo siendo el quien siempre se imponía con sus sermones y regaños al mayor… ahora el quien se sentía intimidado con cada uno de sus toques y discretos roces cariñosos… sus mejillas levemente sonrojadas podían decir muchas cosas a estas alturas de su vida compartida.

-De existir esa posibilidad, creo que ya lo habría hecho hace mucho tiempo- murmuraba el otro aspirando suavemente el aroma de los cabellos oscuros del chico cocinero que ahora tenia delante.

-¿Me-me pasas unos platos de la alacena?- pedía el mas bajo cohibido al por mayor, siempre que se acercaban al tema que se refería a aquellos tiempos en que se la pasaba rehuyendo e ignorando a ese que ahora tan bien le hacia en compañía suya… simplemente no podía evitar entristecerse… tiempo le había costado realmente darse una oportunidad con él, y ahora no deseaba arruinar ninguno de esos momentos que pasaban juntos.

-Lo que sea, Kai… - incluso el solo hecho de escuchar como le llamaban esos labios hacia todavía mas furioso su sonrojo… gran error, de haber sabido que ahora se hallaba en esas condiciones, jamás le habría pedido ese favor… ¿Quién iba a pensar que las manos le temblarían tanto como para dejar caer entera la vajilla que ahora le habían intentado pasar?

-¡Diablos!- mascullo luego de que casi por inercia se agachara a recoger los trozos vidriosos de sus ahora destrozados platos- lo siento, fue mi culpa, Miya…

Y podría haber continuado disculpándose, de no ser porque nuevamente los latidos de su corazón se aceleraron, ¿Cómo hacia para sobrevivir todos los días al lado de ese guitarrista del demonio? Todos los días ocurrían cosas de este tipo… se sentía tan idiota, y ese tonto con sonrisa ligeramente burlona le admiraba a pocos centímetros de su rostro, con el mero pretexto de ayudarle a recoger semejante tiradero… ahora se aprovechaba de la situación abochornante para el batero…

-¡Auch…-un silecioso quejido de parte del gazetto se perdió en el aire… un pequeño corte hizo acto de presencia en uno de sus descuidados dedos a los que ya nada de atención ponía luego de estar todo el rato perdido en la mirada del otro, realmente habrían sido un par de segundos, pero estaba seguro de que esa era una de esas situaciones que hasta la mas mínima fracción de tiempo te parece toda una eternidad…

-No deberías de poner en riesgo estas manos, considerando que en ti es lo que vende… -recomendaba Miyavi tomando entre sus manos la afectada del Yutaka, y como si se tratase de un pequeño de cinco años con su madre se dispuso a cauterizar la herida como todos conocemos desde pequeños…

-¿Qué-que haces?- cuestionaba Kai con los ojos bien abiertos, por todos los cielos… a saber porque continuaba descolocandose con esas actitudes por parte del guitarrista, cosas como curar con su boca esa herida… eran del tipo de situaciones que siempre provocaba, y él… nada más no terminaba de acostumbrarse. De repente los labios curativos de Miyavi le parecieron muy interesantes… era eso o simplemente no se atrevía a alzar la mirada para toparse con la seguramente divertida que el de enfrente le dedicaría.

-Kai…

Se negaba a levantar la vista… o quizás en realidad la voz del solista no le llegaba por lo ensimismado que se encontraba.

-Kai…

Tan ensimismado, que aunque de sorpresa le tomaron por el mentón para ser encarado con su compañero de vivienda… nada de trabajo le costo corresponder por vez primera a esos labios que tantas veces se le había ofrecido, pero que no era sino hasta ahora que en verdad se le antojaban.

Nunca supo en que momento Miyavi tuvo que dejar de esforzarse para por fin quedar enamorado de él… como tampoco se dio por enterado de cuando fue que Yuu salio de su cabeza…

Miyavi siempre le besaba y hacia cariños… el siempre se sonrojaba y avergonzaba, más nunca había correspondido sino hasta ahora…

Había llegado la hora de dejar de tratar de quedar bien con nadie, de esforzarse vanamente por el bienestar de sus relaciones… era el momento de dejarse consentir sin tener que pagar nada a cambio por todas esas muestras de cariño.

Aquel beso se intensifico ahora que se encontraban en pie y podía entrelazar sus dedos perfectamente en los cabellos del más alto… mientras las manos de este jugueteaban alrededor de su cintura.

Estupida gira que Miyavi haría dentro de poco… no se percató de ello hasta ahora que tanto tiempo llevaba de convivir con él: En verdad le extrañaría…

Esto era tan solo el comienzo de su nueva vida sin Yuu como su ex-pareja, esta era su nueva vida sin el recuerdo de lo que ya había pasado… una nueva vida sin ese otro Kai dentro de él mismo que se la pasaba mendingando por amor. Una nueva vida sin él…



Mira como el tiempo se te esfuma entre los dedos
se te pierde en el momento,
se te olvida que aun estas viviendo

juegas con la historia de una forma que no asombra
y en tu boca no hay estrofas
no hay aliento, no hay remordimiento

si tan solo tocas la esperanza y luego lloras,
desahogando el sufrimiento
que provoca en ti los sentimientos

sin estar oyendo de tu propio pensamiento
reconoce que podemos comenzar de nuevo si queremos

sin lastimarnos, duele...

duele, duele, duele
dime que puedo hacer por ti
duele, duele, duele
y no me rindo sigo aquí


Aquellas ojeras eran viva muestra de sus dos largas noches de desvelo, aun cuando la persona del otro lado de la cama aún no despertaba… y pese a todo el cansancio físico que se cargaban encima… se hallaba contento.

Estando al tanto de su desnudes mutua, se dedico a acariciar con el dorso de su mano el rostro de su acompañante, luego de tanto trabajo con esos enanos que lo ultimo que deseaban era dormir… y después de tantos meses en abstinencia, aquella noche por fin todas sus frustraciones y miedos habían desaparecido.

Ahora sus “sobrinos” estaban en casa de su abuela, había caído en la cuenta de que todo mundo tenía razón: La llegada de esos niños había sido como la llegada de dos nuevos miembros a su propia familia… además de ellos y sus amigos… su única familia era la persona que tenía al lado, esa persona a la que sin palabras y en silencio… hasta hacia poco le había conseguido pedir disculpas a mudas.

-Me haces cosquillas…

De improviso, y quizás aprovechándose de su pequeña complexión aquellos brazos que le enloquecieran la noche anterior en recompensa de todo el trabajo que habían tenido al cuidado de los hijos de sus compañeros de cuerdas… ahora se había dedicado a sujetarle hasta sentarle sobre el pecho de su rubio acompañante.

-No recordaba que fueras tan inquieto a primeras horas de la mañana, Taka-chan…

Y no era para menos, considerando que después de tantísimo tiempo, esta era la primera vez en que Reita y él volvía a compartir sabanas, era la primera vez en muchos meses en que el desnarigado ese que lo volvía loco… le hacía el amor.

-Buenos días… - respondió ante el “cumplido” con una amplia sonrisa justo antes de completar aquella escena con un pequeño beso robado.

A lo lejos a penas y les alcanzaba a distraer el vibrar el teléfono celular de alguno de los dos… preferían mantenerlo así, a tener que escuchar otra vez la sarta de cuestiones de la compañía disquera a la que extrañamente todavía pertenecían: O buscaban un reemplazo de guitarrista o se iban. ¡Válgame el cielo! Que la respuesta era más clara que el agua, ¿acaso el hecho de que se les negaran tanto no les decía nada?

-No respondas… -decían ambos al unísono, sin estar al tanto acerca de a quien pertenecía el dichoso aparatejo, un solo pensamiento pasaba por sus mentes: Si uno de ellos hacía falta… The GazettE terminaba para siempre, no recorrerían ese camino si no era con los cinco integrantes que ya tan bien acoplados se encontraban a los largo de ya varios años de sus carreras como músicos.

-¿Crees que Aoi lo haga?- preguntaba el petaco regresando a su postura original para enterrar su rostro completamente en la almohada.

-El médico ha dicho que si no piensa desconectarlo ya va siendo hora de que desaloje su lugar en el hospital…

-Han pasado a penas poco mas de tres meses…

-El pretexto es que Japón es enorme, y el no da ningún signo de vida…

-Aoi no se resignará a esa cosa del “Caso perdido”…

Un silencio gutural invadió la habitación, no era nada agradable hablar acerca de la posible “muerte” que se le pudiese dar a uno de sus mejores compañeros y amigo, más encima no si con ello fomentaban la dichosa “eutanasia” siendo llevada acabo por la persona que más amaba al “moribundo”… No era nada agradable aquella conversación, por mucho que ese endemoniado tema les hubiese invadido a todos desde hacía algunas semanas en que el médico de cabecera de Uruha, con enlagrimados ojos detrás de sus enormes gafas, les dijese el escaso porcentaje de esperanza que daba sobre que el castaño despertará…

-Hikaru y Kaoru le necesitaran… mucho… - argumentaba con un nudo en la garganta el de la bandita. El recordar a esos pequeños le removía algo en el estomago; en definitiva su nacimiento no había ocurrido en las mejores condiciones, después de todo no hacia mucho que su padre Shiroyama había conseguido salir de su desquiciado letargo que de haber continuado seguramente le habría llevado a la demencia total.

Ahora que lo veían así, no resulto tan fallido el intento de hacer que se acercase a sus hijos… el llanto desesperado por falta de cariño por parte del varoncito, Hikaru, le consiguió quitar esa venda de los ojos que no le dejaba ver mas allá del malestar de su pareja… eso, aunado a las risas de su niña de ensueño, Kaoru de cabellos tan castaños claros como los de su padre progenitor a diferencia de los oscuros de su hermanito, le habían hecho romper en un llanto silencioso… consiguiendo que por fin soltase la mano del Takashima, esa mano a la que por meses se hubiese estado aferrando…

-Estoy seguro de que Aoi podrá hacerlo… después de todo tuvo la fuerza de nombrarlos… - a tientas el vocalista hizo su lucha por entrelazar su mano con la del Tsuzuki por debajo de las sabanas. Aun en su memoria quedaban las vagas palabras de aquel hiperactivo Uruha que alguna vez enajenado de a saber que anime absurdo había decidido que sus futuros retoños se llamarían como cierto par de gemelos pelirrojos que dentro del elenco se encontraban… - aunque aun no me cabe en la cabeza que haya accedido a llamarlos así por mero capricho de Uruha –soltó una pequeña risita ante el hecho recién citado.

-Me pregunto si… será el propio Shima quien no quiere despertar… -a saber en que momento había ocurrido, pero de un instante a otro el menor dentro de aquella cama se encontraba consolando al mas alto acunándolo entre sus brazos protectores… no encontraría mejor cobijo ahora que le acongojaba el padecimiento de su mejor amigo guitarrista… ningún mejor cobijo, ningún mayor apoyo.

-… - eso nadie lo sabia a ciencia cierta… no podía darle respuesta alguna a eso… ni el ni nadie en el mundo. La medicina ya había hecho lo que en sus manos estaba.

Más aferrado que nunca a su cuerpo, hasta ahora era que caía en la cuenta de que entre mas fuerte intentaba aparentar ser, más necesitado del enano se encontraba…

Más sensible de lo que nunca antes se hubiese conseguido mostrar con cualquiera, hasta este preciso momento era que se fijaba en el hecho de que era Ruki quien le hacía aunque fuese un poquito mas firme ante la tempestad por la que transitaban todos… esperando que nunca soltase su mano… creía que era la única manera de conseguir salir en pie de aquella situación… fuese cual fuese el desenlace de todo.

Debía de decirle adiós a ese Reita que se limitaba ante todo por mostrarle cariño a su petaco adorado… por mucho que quisiera ocultar sus palabras de amor detrás de falsas discusiones y comentarios mordaces y sarcásticos como alguna vez hubiera hecho, ahora todo eso debía quedar atrás…

Pondría todo de su parte por dejar a ese Akira que tanto hería al vocalista. Por su propia salud mental y la de su pareja, ahora también arrepentida de todo el daño causado mutuamente, comenzarían desde cero…

-Taka-chan…

¿Hacía cuanto que no le llamaba así…? Le echaba tanto de menos hasta a eso… ladeo su rostro en dirección al de Reita indicando que tenía su atención…

-Te amo…

Sorprendido de que esas palabras saliesen tan a la ligera de esos labios que antes ni en sueños dirían algo cursi y lleno de afecto… no atino a mas que enterrar su avergonzado y colorado rostro todavía más en su almohada…

Que vergüenza y que alegría le producía el sentirse amado… con el rostro todavía oculto, cual avestruz, no pudo evitar que una sonrisa boba se dibujase en sus labios.



Quizás bastaba respirar, solo respirar muy lento
Recuperar cada latido en mi
Y no tiene sentido ahora que no estas,
Ahora donde estas
porque yo no puedo acostumbrarme aun
Diciembre ya llego,
no estas aquí yo te esperare hasta el fin

En cambio no, hoy no, hay tiempo de explicarte
Y preguntar si te ame lo suficiente
Yo estoy aquí y quiero hablarte
ahora, ahora...

Porque se rompen en mis dientes,
Las cosas importantes,
Esas palabras
que nunca escucharas
Y las sumerjo en un lamento
haciéndolas salir
Son todas para ti, una por una aquí.


Y hasta el momento continuaba cuestionándose acerca de que tanto podrían prolongarse los escandalosos llantos de un bebé. En verdad que admiraba a los chicos, a sus queridos amigos, que habían tenido que lidiar con esos pequeños engendros productores de lágrimas, vómitos, desvelos y pañales sucios… se hallaba solo, aquellos tres gazettos seguramente felices de la vida por el momento descansaban de sus “sobrinos”… un par de ellos aprovechando su tiempo perdido, y el otro, ese que alguna vez fuese el líder de los cinco… tal vez preparándose para despedir a ese que a penas hacia no más de un mes comenzase a formar parte del rol de “pareja” que tanta falta le hacia al Yutaka. Miyavi partiría en menos de una semana, y aunque dejase atrás a Kai… tal parecía que lo suyo tenía un futuro que se podría ir fortaleciendo de poco en poco.

Mientras tanto él, ahí… en ese departamento que rebosaba de vida, con ese par de chiquillos que ya le habían provocado unas enormes ojeras, intentaba ver su existencia de la manera más positiva y alegre que le era posible, después de todo ¿Qué mas podía pedir? Una familia, una carrera que aunque truncada había sido por demás exitosa y… como no, la persona que más quería aún con vida, dependiendo todavía de un par de sondas y de un respirador… pero vivo, en ese maldito coma… pero vivo, para él, para sus hijos… para esa familia que continuaba con la pequeña esperanza de verle sonreír de nuevo para él, por primera vez para los integrantes más jóvenes de ese pequeño circulo familiar.

Las pesadillas de aquel fatídico día en que la eclampsia de Uruha fuese declarada… aún no se desvanecían de sus sueños, no dejaría de agradecerle a Hikaru y sus estridentes llantos para despertarle a media noche e interrumpir esos desagradables recuerdos que aun le atormentaban…

-¡¿Cómo que no me informaron de esa presión alta?! ¡Rápido!

-¡Al quirófano! ¡Inmediata despolarización!

-¡Cesárea de emergencia!

-¡¡Rápido!! ¡Rápido! ¡¿Es que quieren que el paciente nos gane con un coma?!

-¡Paro respiratorio!


No salían de su cabeza, todas y cada una de las alteradas indicaciones de Sugisaki-dono y sus colegas, parecían tan frescas como si las hubiese presenciado el día anterior. La imagen de Uruha siendo rápidamente transportado en una camilla hacia el quirófano tampoco era la excepción, era lógico, considerando que el no iba más que a su rutinaria visita matutina… no esperaba ver nada como aquello, a lo mucho ver a escondidas como ese castaño de apetecibles labios jugaba con la PSP sin estar al tanto de que sus oscuros ojos desaprovadores siempre le vigilaban… jamás, nunca espero que como “Buenos días” sería la convulsionante silueta del primero en guitarra lo que le recibiría aquella mañana.

-Lo sentimos… los productos están en perfectas condiciones, pero Shima, él…

Bien, de ser sinceros no se encontraba preparado para aquello, para lo que fuese que ese anciano quisiera informarle… pero ya se venia esperando venir un algo como “Ha fallecido” o algo por el estilo, más sin embargo cuando escucho que había caído en un coma indefinido… el alma le regreso al cuerpo…

¡Shima estaba con vida!

¡Su Uruha! ¡Su amado guitarrista respiraba!

Tan solo era cosa de esperar por su pronto despertar… tarde se dio cuenta de que aun más dolorosa le resultaría una eterna espera como esa, antes que la noticia de una repentina muerte.

Ya había olvidado las veces en que le fueron a dar el comunicado de que quizás lo mejor era desconectarlo y dejarle descansar de una buena vez, la propia madre del Takashima había acudido a su presencia para tomar una decisión en conjunto, pero… ¡¿Cómo diablos esperaban que accediera a eso?! Antes prefería tenerlo así de por vida ¡por siempre! ¡Para siempre, pero con él! Por muy enfermo que le resultase a medio mundo… no en vano antes de dejarle morir, corrección, de provocarle su muerte como todos los médicos insinuaban… había optado por llevarle a casa, a su casa, con todo el equipamiento que fuese necesario para mantenerlo respirando…

¿Era eso forzar al destino?

Existían preguntas que no tenían respuesta, y esa era una de ellas…

No sabía si lo forzaba o no… y tampoco le importaba…

El llanto socorrido del ya de por si lloroncito varón que tenía en casa, le saco de su ensimismamiento… no estaba conciente de cómo demonios había llegado hasta el pie de la cama en que Uruha reposaba, aislado en esa habitación para huéspedes, esa que alguna vez el resto de gazettos utilizaran para hospedarse en su hogar…

Falsa alarma. Un breve llanto antes de quedar de nuevo profundamente dormido, era hora de su siesta de las cinco de la tarde y su hermana le había dado sin querer un suave roce con una de sus piernecitas, interrumpiéndole sus sueños…

¿Dedicarse a ellos que ahora eran también su vida? ¿O continuar velando por el descanso eterno en vida del chico que más había amado…? A regañadientes reconocía que esta situación pintaba perfectamente para ser uno de esos doramas koreanos que Uruha había comenzado a ver en sus últimos meses de gestación. Una cruda sonrisa se dibujo en sus labios ¿Cómo era posible? Ese sujeto, aun sin poder mover un solo dedo… le continuaba robando más de una sonrisa… aunque a recientes días, una más dolorosa que la anterior…

Lagrimas saladas comenzaron a bañar sus mejillas, mas ningún gimoteo ni hipido les acompañaron, silenciosas… continuaban resbalando mientras que él contemplaba desde el filo de la puerta la apacible figura del guitarrista cuyas piernas alguna vez, e incluso ahora, le enloquecieran…

Debía de aceptarlo…

No le volvería a sonreír… tal vez nunca, no en muchísimo tiempo…

Debía de aceptarlo…

No volvería a escuchar su voz, a componer canciones a su lado… tal vez nunca, no en muchísimo tiempo…

Debía de aceptarlo…

Podría besar sus labios, pero esos labios no volverían a corresponderle ningún beso… tal vez nunca, no en muchísimo tiempo…

Debía de aceptarlo…

Podría tocarlo… pero no podría hacerle el amor, podrían decirle palabras de amor y cantarle y arrullarle por las noches… pero no volvería a ser escuchado… tal vez nunca, no en muchísimo tiempo…

Aquí comenzaba una nueva historia…

Se secó las lagrimas con el dorso de la mano y del bolsillo el teléfono celular sacó… un par de segundos tuvo que esperar y pronto la bien conocida voz de Sugisaki-dono le recibió del otro lado…

-Shiroyama-san…

El comienzo de una nueva vida…

-Shiroyama-san… desde que se lo llevó del hospital le deje en claro que solamente me llamase cuando decidiera acabar con la “vida” de Shima-chan, le dije que sería inútil seguir intentando…

-¿Qué tengo que hacer para… desconectarlo?

El comienzo de una nueva vida… sin él…

-Bien… siga mis instrucciones…

Realmente el mismo anciano medico se había quedado sin aliento, e incluso con la palabra en la boca, aquel día en que viese partir a Shima-chan en una ambulancia rumbo al hogar que compartía con el Shiroyama… realmente había esperado que el pelinegro se tomase por lo menos medio año para decidir lo que ya era inevitable: El definitivo descanso de uno de los pacientes con el que se hubiese encariñado desde pequeño.

-Primeramente va a buscar…

Las instrucciones le sonaban completamente lejanas, sus piernas incapaces de dar un paso adelante rumbo al lecho próximamente de muerte del Takashima le temblaban por completo… Ya hacían cuatro meses que le había comenzado a extrañar… con los puños tan cerrados que las uñas le hacían daño en las palmas de sus manos comenzó con un paso lento pero decidido en dirección a su “victima”…

Un incontenible gemido de dolor salio en silencio de sus labios… y una vez posicionado al pie del que aun yacía dormido, sus manos se congelaron a la sola mención de una palabra…

-Yuu…

¿Estaría desvariando? ¿O porque era tan cruel el destino como para jugar con su salud mental de aquella manera?

-Buenos días… Yuu…

Ahí estaba… como despertando a buenas horas de la mañana, pero al parecer conciente del tiempo transcurrido durante su descanso, seguramente por el dolor físico en todo su cuerpo… Uruha, su Uruha había abierto los ojos… y le sonreía, le volvía a sonreír…

Una llamada inconclusa y un “homicidio” a medias, eran el preludio de aquel nuevo amanecer para ese par que ahora entre el desgarrador llanto de uno y el rostro fatigado del otro después de su reciente despertar, agradecían a quien hiciera falta por ese segundo acto en su historia, por esa oportunidad que se les ofrecía para continuar viviéndola juntos…

-Buenos días, Shima…

FIN

Notas finales:

Y al fin llegamos a esta palabra tan esperada... "Fin" .____. ahora que lo noto... fue triste escribirla cielos... Bueno, fue a lo largo de un año que estuve escribiendo este fanfic, de hecho es el primero dentro de cualquier categoria que termino... realmente me siento muy orgullosa de lo que he logrado, pero sin lugar a dudas no lo habria hecho sin el apoyo de todos aquellos que comenzaron conmigo y siguen a mi lado, con los que ya se fueron y los que se acaban de unir a mi lista de lectores...

Se perfecto que este final seguramente no les dejara satisfechos, pero... si quieren un Epilogo tendran que decirmelo con un rewie, dependiendo de ustedes lo publicare o no...

Los Debrayes Debrayosos de Sakua se han terminado, realmente fue una cosa supa graciosa escribirlos, en realidad no se ni como le hacia para escribir semejante sarta de sandeces... pero se que al menos a uno que otro le saque una sonrisa...

Sin mas por el momento...

Les quiere: Sakua Shimizu (tambien conocida como Ahiru)

 

:::::EXTRA:::::

AMOR EN ROJO
Por Sakua-chan
UA [AoixUruha]
Fanfic de GazettE

El se había enamorado de su talento y sonrisa… jamás descubiertos por nadie…
El otro por su parte, de su música, y esos pozos negros que tenía por ojos…

Shiroyama Yuu, a sus casi diecinueve años y como reciente becario ingresado en una reconocida academia de música y artes ha corrido con la fortuna, o desgracia, de toparse con cierto trío de músicos que más allá de joderle la tranquila vida de estudiante que esperaba tener… le llevaran a conocer a la codiciada joyita del lugar… Takashima Kouyou, la persona más inalcanzable en medio de toda la población estudiantil del lugar.

 

Capitulo 1: Había una vez un chico…

Es hora de que el telón abra sus amplias cortinas color carmín, es momento de que el público guarde silencio… ha llegado la ocasión perfecta para darnos la oportunidad de saber, que aún en estos tiempos, las desgracias inundadas de romance existen…

Había una vez un chico… un chico bastante… “extraño”, ¿Por qué no decirlo así? Un chico bastante extraño e iluso, en esto último residía su extrañeza. Se decía que había viajado desde muy lejos, no se sabía bien si por tierra y también por mar, pero…

-“¡Que no te engañen, Yuu!”- retraído, con el semblante un tanto triste… pero de pensamientos sabios aún a su corta edad… así era él – “¡de la música nadie vive!”- nada le importaba que los argumentos de su padre taladraran en su cabeza… eso ya nada le valía. Componiendo música que inspiraba a escenas de romances y buenas esperanzas… una promesa era lo único que le importaba. El compondría la mejor música, aquella que transmitiera los sentimientos de su tragedia misma, los sentires de su historia… la historia de su vida, de su amor… Toda una “vida” suya y de él…

-Shima...

 


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