Nueve meses por sakua_chan

EPILOGO: GRACIAS POR SEGUIR CON NOSTROS

Si, la verdad era que los fans la habían sufrido como nunca, esa larguísima ausencia era realmente algo que ninguno de ellos se había previsto jamás, ni Heresy mismo creyó que semejante reposo podría darse en la trayectoria de los gazettos; si, aun recordaban aquellos viejos tiempos en que entre single y single se demoraban siglos, pero… ¡¿año y medio?! Eso era demasiado. Los rumores de que The Gazette se disolvía se acrecentaron de manera descomunal por algún tiempo.

Quién sabe qué golpe les había parecido más fuerte, si el de no saber para cuando regresarían sus músicos favoritos, o el del hecho de que uno de los cinco miembros había sufrido un accidente de tráfico, el cual le había mantenido hospitalizado durante meses. Los noticiarios hablaban y hablaban en la sección de Espectaculos: “Takashima Kouyou, Uruha, guitarrista de la ya inactiva banda The Gazette, ha caído en estado de coma, después de haber permanecido en terapia intensiva por largo tiempo luego de su accidente de tráfico hacia unos meses entre las calles…”

Eso solamente podía significar una cosa: La agrupación que por más de seis años provocase euforia entre el público… se desintegraría. Los rumores se esparcieron hasta límites insospechados. En los dos lados del océano se sufría por el malestar del guitarrista y sus compañeros.

Si, después de tanta angustia, después de la depresión de las masas… era justo que les recompensaran con algo a sus miles y miles de seguidores en todo el globo.

Debían de admitir que no habría existido mejor recompensa que la recuperación del Takashima y con ello la nueva publicidad acerca del regreso del quinteto. ¡Entrevistas, sesiones fotográficas, nuevo single y próximos proyectos también! Hacia unos meses que en todas partes comentaban sobre “El regreso a la vida de Uruha-san” y para rematar un nuevo tour para celebrar al lado de sus fans la tan esperada vuelta a los escenarios.

-Si, amor… si, cariño…

El calor en las mejillas de cierto chico de oscuros cabellos hacían que estas se le tornasen aun más sonrosadas de lo que de por si eran. De un momento a otro el ambiente del camerino le parecía un tanto abochornante.

-Sí, corazón… no, no… ¡No, Miyavi! ¡He dicho! Deja de pedirme que te diga tanta sarta de estúpidas cursilerías! No, ¡no me lloriquees! Los chicos están haciéndome muecas raras… ¡Por favor!

No se necesitaba ser muy inteligente para saber que Kai, el batero de la sonrisa con hoyuelos, se había metido en un gran lió al haberse enamorado del mas alocado de los solista dentro de la PSC.

-Jejeje, muy gracioso- la ironía inundaba sus labios antes de cortar la llamada -¡Ahí de aquel que se atreva a decir aunque sea un mínimo comentario al respecto!- advertía amenazador el Yutaka luego de echar un vistazo a sus alrededores y corroborar que sus compañeros fingían de muy mal modo el no haber estado fisgoneando la duración y el contenido de su llamada… no en vano habían sido mas de veinte largos y abochornante minutos para quienes pudieron apreciar en primera fila -¡Me refiero a ustedes dos! Una risita mas y no vuelvo a dejar que me usen de nana para su endemoniado par de niños.

Los dos guitarristas del agrupamiento se hundieron en sus asientos, mientras tanto su equipo de estilistas se encargaba del manejo de sus cabellos.

-¿Has terminado ya tu romántica conferencia?- inquiría cierto rubio desnarigado, quien recién ingresaba a los camerinos ya listo para salir a escena.

-A callar, Reita… que para conferencia románticas nada más las tuyas cuando te pones a rogarle al chaparro cuando te hace sus berrinches- la respuesta del baterista lo tomo de sorpresa, vaya que Miyavi le había enseñado como defenderse de los comentarios burlescos de cualquiera.

Había estado a punto de volver a rezongar, sin embargo cuando el vocalista entró al camerino con Kaoru en brazos… su aura adorablemente paternal con la mocosita y ese sarcástico enarcamiento de cejas por parte de Kai… hicieron que volviese a guardar silencio. No pudo evitar tampoco su leve empomulamiento por debajo de la banda de su nariz.

-¿En dónde has dejado al mocoso?- preguntaba el bajista cambiando de tema, a la vez que le arrebataba a la primogénita Shiroyama de los brazos. Kaoru había sido dada a luz antes que su hermano durante la cesarea.

-Manager-san se ha quedado dormido con él en brazos, están aquí afuera en una banca del pasillo. Ultimamente no ha dormido muy bien con todo el ajetreo del concierto- explicaba Ruki, quien de puntitas trataba de alcanzar a la bebé que iba por los aires cada vez que Reita la lanzaba hacia arriba para luego atraparla. Era el juego favorito de los gemelos y la tortura psicológica para el resto de la banda, quienes no podían evitar ponerse de los nervios.

El mundo de los medios daba por hecho que ese par de niños eran ni más ni menos que los sobrinos de Reita, aquello se había decidido gracias a que el bajista se pasaba de descuidado y había sido visto por los paparazzis más de una vez con los niños acompañándole… de más estaba decir que mucho se especulaba acerca de su posible paternidad oculta. En cierta manera el secreto continuaba seguro.

-¡The Gazette a escena!- se anuncio por fin.

Hacía varios años que Uruha no usaba ese liguero tan sexi que tanto le llamase la atención a Yuu… en esta ocasión se trataba de un liguero parecido con algunas pocas modificaciones… y cuando el Takashima al fin acudió al rescate de la niña de sus ojos, fue cuestión de que le diese la espalda para que le dejase ver su maravillosa silueta ahustada a sus sensuales prendas… casi volvía a caer rendido de la misma manera que hacía algunos años.

-Déjamela a mí, ve por Hikaru. Tendremos aun unos cinco minutos, Shima- desde que su amado guitarrista había “vuelto a la vida”, le era casi imposible ser tan dulce con él, también le seguía sacando de quicio algunas veces, como cuando se negaba a levantarse por las noches una vez que los niños pedían de comer, pero por alguna extraña razón sus enojos ya no le hacían explotar.

-¡Hecho!- respondió el del liguero, y antes de lo que se podría haber imaginado, ya regresaba con él pequeño Hikaru en brazos, quien a diferencia de su hermana, venía más que dormido.

-¡Dos minutos para salir a escena!- anunciaron de nuevo. El resto de sus compañeros ya les habían abandonado, seguramente estarían tomando sus posiciones en el escenario. Pronto llegó una de las tantas hermanas de Uruha, a veces se turnaban para cuidar de los nuevos sobrinos, y esta no sería la excepción. Era momento de que los bebés comieran, aunque Hikaru llorase por tener que despertarse, y nuevamente ir a dormir, pero esta vez en un bonito cunero ya dispuesto en el camerino.

Por otro lado era también momento de que los padres de ambos saliesen a trabajar. Un beso por parte de Yuu en sus pequeñas frente, y una leve caricia en sus sonrosadas mejillas de parte de Shima y en un santiamén los guitarristas estaban justo detrás del telón translucido que les separaba del público.

-¡Estaba a punto de matarlos si no llegaban de una buena vez!- Kai parecía histérico. La pareja de las cuerdas se sonrío con complicidad y el telón se alzó.

-¡¿Cómo están esta noche?!- saludaba Takanori con sus fuertes pulmones y con esa ronca voz que tanto derretía a medio mundo. Los fans respondieron con eufóricos y ensordecedores gritos -¡Gracias por seguir con nosotros!- era una manera de disculparse por su larga ausencia… y justo después de otra horda de gritos enloquecedores, fue el momento de recordarles a todos algo que siempre debían de tener presente. Incluso ellos mismos:

-¡Gazerock is not dead! ¡Woooo!