¿Y EL VEREDICTO ES…?
-Preparado psicológicamente, Reita ya esta abajo esperándome, desayune sin ningún contratiempo, no he vuelto el estomago el día de hoy, Aoi y el resto de los chicos ya están en el recibidor esperándome para despedirme… bien, todo esta perfecto…
Era la enésima vez que Uruha se repasaba las cosas aquella mañana, el día anterior luego de que faltase al ensayo y que la banda en conjunto fuese a sermonearle al departamento que compartía con el otro guitarrista… por fin había accedido a darles la grandiosa noticia: Se asistiría con un médico, solo si Reita lo acompañaba…
¿Por qué Reita? Si, seguro se lo preguntarían… todo se resolvía a una única respuesta… Se sentía tan mal como nunca le había tocado sentirse y prefería que no fuese otra persona pues seguro le consecuentarían demasiado, por no complicarnos la vida, Aoi y Kai estaban totalmente descartados… y Ruki… con ese enano simplemente se la pasaría discutiendo por tontería y media y al final el vocal seguro terminaría cediendo ante la idea de que era preferible no acudir con un médico antes de continuar soportando a Uruha…
Reita era la única opción fiable, a parte de ser su mejor amigo desde hacía siglos, era el único que le daría la vuelta ante sus berrinches y pucheros que solía hacer con los otros integrantes. Estaba seguro de que ese rubio “sin nariz” era inflexible con todo mundo, incluso tal vez también con Takanori… bueno, de eso no se encontraba cien por ciento seguro… pero quizás y si… El punto era que el joven Tsuzuki era de su confianza, casi tanto como Aoi y de serle posible quizás y más…
-Y después presionas fuertemente con tus manos para que el arroz no se termine desmoronando… así como hago yo… -esa era la escena con la que el castaño guitarrista se había encontrado una vez que aún nervioso, pero ya listo para salir, se topo con que nadie se encontraba en el recibidor, sino… todo mundo se hallaba en la cocina…
-Kai, eres muy mal maestro de cocina. Además tu comida ni siquiera sabe rica… - bufaba Reita con las manos en la cintura en una pose de autosuficiencia mientras que el batero todavía con un onigiri sin terminar en mano le observaba con el ceño fruncido interrumpiendo a la explicación que le trataba de dar a Aoi. Uruha sonrió ante tal escena, al parecer todos estaban en medio de una apreciación acerca de los avances culinarios de su pareja…
-Ejem…- interrumpió al fin el vocal, el único que al parecer se había percatado de la presencia del recién llegado – Uruha ya esta aquí, muchachos. Hora de que se vayan largando al médico, Akira…- dijo Ruki sacando a empujones por la espalda al bajista, por lo visto continuaba molesto por su “discusión” del día anterior. Pero Reita tenía dignidad ante todo… y por nada del mundo se rebajaría a cantarle nada… ¡todo menos la tonta canción de Aoi!
Luego de que Aoi simplemente sonriera a manera de despedida desde la puerta, con resignación y con pasos demasiado pesados se encamino junto con el bajista a su destinatario con olor a medicina, camillas y gente vestida de blanco… Un hospital donde Uruha insistía se encontraba un médico de la confianza de toda su familia desde tiempos ancestrales, según él. Un sitio al que podían llegar incluso caminando, después de todo le haría muy bien el viento fresco.
-Me decía Aoi que ahora hasta el alcohol te tiene mal… -comentaba Reita para romper el silencio caminando al lado del castaño con las manos dentro de los bolsillos del pantalón oscuro que hoy vestía – eso en definitiva es preocupante, ¿no será que por eso ha aceptado ir a hacerse un chequeo médico nuestro querido Shima bebedor compulsivo?- sonrió con sorna ganándose así una mirada rencorosa del guitarrista.
El camino entero seguro que se lo llevaría repleto de comentarios mordaces y sarcasticos por parte de Reita, y es que era así cuando en verdad estaba molesto… seguro se encontraba así por su actitud caprichosa de no aceptar asistirse desde un principio ese malestar que tenía fuese cual fuese. En resumen: Reita estaba molesto con él y mofándose de su situación era como se lo demostraba.
-¡Ey! Que a final de cuentas creo que no soy el único pésimo en cocina – exclamaba un muy emocionado Aoi ya sin importarle que su bolita de arroz se desmoronase por completo aún entre sus manos.
Las clases de cocina impartidas por Kai, en el departamento del segundo en guitarra, continuaban… ante el hecho de que por la ausencia de Uruha se cancelara todo tipo de ensayo o quedada… incluso Ruki se les había unido, dejando en claro el porque de que el batero y líder de Gazette era el encargado de cocina: Ninguno de los demás integrantes era capaz de crear algo comestible, ya ni siquiera unos pobres onigiris…
Un largo suspiro salio de los labios de Kai, con las manos en la cintura observaba como sus ahora alumnos comenzaban un altercado digno de hacerse llamar “Pelea del arroz”, con la única defensa de los delantales que traían puestos y que levantaban de cuando en cuando para que un puñado de arroz no les cayera en plena cara… No se imaginaba que esa ida y venida aérea de onigiris deformes se hubiese comenzado solamente por burlas acerca de lo que Ruki podía preparar. A su parecer ambos chicos estaban igual de mal en cuestiones culinarias… con decisión tomo una sartén y fue a darles de lleno en plena cabeza a ambos “niñatos” como decidió llamarlos en ese instante. Si se hablaba de cocina, para Kai era un asunto serio.
-Cuando Uruha vuelva seguro le recetaran comer comida saludable, no onigiris deformes o en su defecto comida rápida, Aoi- repuso con severidad Kai, y al percibir una pequeña risita de burla por parte de Ruki se volvió para observarle serio – por otra parte tampoco creo que le haga mucha gracia encontrarse con que utilizaron la cocina como campo de guerra, así que más vale que te vayas poniendo a limpiar todo el desastre de arroz, Takanori.
Al vocal le habría gustado repelar algo, pero… uno, Kai le llamaba por su nombre completo, ya ni siquiera “Taka-chan” como a veces hacia con cariño y dos, no estaba sonriendo amigablemente como siempre hacia aun cuando se encontrase un poco enfadado.
El ambiente se tranquilizo y recargado en la barra que tenía la cocina del departamento de Aoi, Kai se dedico a observar una de sus revistas de cocina que había llevado para ese día… de reojo checaba que ambos chicos se dedicaran a lo suyo en silencio.
-¡Awwww! ¡Es ahora cuando recuerdo porque diablos es que odiaba los hospitales de pequeño! ¡Sobre todo los análisis de sangre y eso! –exclamaba Uruha con ojos lagrimosos, en medio del drama continuaba haciendo un poco de presión en el brazo en el que seguramente le habían hecho el pinchazo para sacar la muestra para hacer el examen de sangre ya reglamentario… se encontraba así y eso que…
-Hace más de tres horas que te han hecho ese pinchazo, creo bien podrías dejar de lloriquear de una vez por todas – aseveraba Reita de brazos cruzados, comenzaba a hastiarse, en definitiva lo suyo no era la paciencia… y es que aunque fuesen tres horas ya le habían parecido tres años, su único consuelo era que el viejito ese que les recibió, y que Uruha presumía de llamar su “médico familiar”, ya les llamaría en cualquier momento. Debía de reconocer algo, a comparación de otros hospitales aquí tenían los resultados de los análisis ese mismo día que te los practicaban y no después de varias semanas cuando bien ya podrías encontrarte en tu lecho de muerte.
Su amigo permaneció callado por alrededor de quince minutos, minutos de verdadera paz considerando que al parecer eran los únicos en la sala por el momento quizás dos o tres personas más a parte de ellos se dedicaban a esperar su llamado, y justo cuando Uruha estaba a punto de abrir la boca…
-Takashima Kouyou-san… -una pausa- ¿Takashima Kouyou-san se encuentra en la sala?
-Shima, ya te están llamando –replicaba Reita entre dientes, no recibía respuesta, y al momento de querer encararlo ya con los nervios crispados… se detuvo en seco, el guitarrista temblaba… todo el camino le había venido diciendo entre líneas que tenía un mal presagio con respecto a sus malestares, era normal que estuviera nervioso y por tanto… podía justificarse el hecho de que todo el rato estuviese haciendo al tonto con sus niñerías- Vamos… todo va a estar bien – completo poniéndose en pie dándole a entender que entraría con el para ver al viejito ese con los resultados.
Presuroso, Uruha le dio alcance a su rubio amigo cuando este ya se estaba sentando en una de las sillas frente al escritorio del “Doc” como le llamaban en su familia a ese anciano con lentes de fondo de botella, escaso y cano pelo en la cabeza y un abundante bigote también canoso… se sentó a un lado de Reita y enmudeció, eran escasas las veces que se preocupaba realmente por su salud y ese mal presentimiento no le dejaba de dar vueltas en la cabeza…
-¿Y bien, Sugisaki-dono? ¿Qué se supone que tiene el idiota este? – pregunto el del trapito sin nada de tacto para tratar de hacer menos tensa la situación, para que su acompañante se relajara de una vez por todas… de otra manera Uruha terminaría por enterrarse las uñas en las palmas de las manos con la fuerza en que apretaba los puños.
-… - Uruha a penas y alzo la mirada, una vez que hubo tomado asiento se dedico a observar el suelo… la incertidumbre le mantenía vulnerable ¡por eso es que no quería visitar un médico!... porque en un sitio así no se sentía él, se cohibía ante lo que pudiera resultar…
-… - el anciano dejo salir un largo y cansino suspiro, hojeo unas dos o tres veces el fólder en el que se encontraban los análisis del guitarrista, subió la mirada para contemplarlos a ambos con atención y al instante volvió a enterrarse en la información dada en los análisis.
El bajista comenzó a golpear insistentemente el escritorio con un boligrafo que ahí se encontró en medio del papeleo del médico… ¡¿Qué tanto veía en esas hojas ese anciano decrepito?! ¿Qué acaso no veía el estado de ansiedad en que Uruha se encontraba?
-¡Argh! ¡¿ya?! ¿Qué tan difícil es leer esos resultados, doc?- pregunto al fin Reita botando a quien sabe donde el mentado bolígrafo, su objeto de entretenimiento por escasos segundos – si es que no sabe leerlos podemos ir a consultarlos con alguien más…- decía ceñudo, más sin embargo el anciano no se inmuto, lentamente alzo la mirada e ignorando al exaltado joven se dirigió hacia su paciente…
-Shima… - comenzó conciliadoramente mientras Reita le dedicaba miradas de odio- si nos hemos demorado poco más de dos horas con tus análisis, tiempo que habíamos estimado para realizarlos, ha sido porque… hemos encontrado algo demasiado increíble para nosotros… algo que no puede curarse pues ni a mi ni a ninguno de mis compañeros nos había tocado encontrarnos con un caso como el tuyo…
-…- Reita ablando el semblante… el rostro de su amigo era todo un poema, se estaba quebrando por dentro… ¿tan enfermo se encontraba?
-…- Uruha por su parte, pese a no poder ocultar su temor en su mirada, se armo de valor para plantear lo siguiente - ¿podría morir…? –dejo salir en un hilo de voz…
El anciano negó con la cabeza, la cuestión no era de muerte ni nada por el estilo… pero los resultados no dejaban de ser complicados de dar…
-Nunca en toda mi experiencia me había costado tanto dar un veredicto como este, pero al no encontrar otra posible explicación, tan solo te lo diré de la manera más simple para que lo entiendas… - proseguía.
-…- tanto Reita como Uruha aguardaron a lo que se viniera, le observaron con total atención
-Shima… - comenzó Sukisaki-san, se aclaró la garganta un poco para luego observar con intensidad a su paciente- estas embarazado.