DE CORTINAS Y BUENOS TIEMPOS
Con pesar abrió los ojos, en esta ocasión no había sido la luz de un nuevo día lo que le despertó, sino su compañero de habitación, quien tercamente se mantenía despierto con la lámpara de noche encendida dando a penas una tenue visión de las cosas, con el ordenador portátil encendido sobre sus piernas, celular en mano atendiendo llamadas en silencio para a según no despertarle, cosa en la que ya había fracasado hacia un rato, y un montón de papeleo sobre las sabanas en su lado de la cama… que compartía, gracias a la insistencia del dueño del departamento, quien no le había dejado dormir en el sofá de la sala como el lo solicitó en un principio.
-Uke…- susurraba el adormilado guitarrista, con voz aun demasiado ronca, producto de su reciente despertar- ¿Qué diablos crees… que haces a estas… horas?- preguntaba dándose la vuelta entre las sabanas, luego de verificar en el despertador que ya pasaban de las cuatro de la madrugada.
-¡Ah!- soltaba una repentina exclamación el baterista, dejando de lado los papeles que revisaba aun en la cama- Yuu… siento haberte despertado. Si gustas me voy a la sala a seguir trabajando- era solo una propuesta, mas sin embargo Kai ya la estaba llevando a cabo tratando de salir de las sabanas con cuantas cosas le era posible llevar en los brazos.
-No se trata de eso- cortaba tajantemente el guitarrista luego de tomar por sorpresa a su compañero jalándole de un brazo bruscamente hasta dejarle caer prácticamente sobre su regazo. Con mirada severa le encaro- se trata de que todos decidimos que te quedarías conmigo para descansar, y es justamente lo que no estas haciendo- el montón de papeles salio volando en todas direcciones ante la horrorizada mirada del líder.
-Desperté hace un rato, ya no tenia sueño- respondía cohibido por los intensos pozos negros que ahora le observaban a no mas de quince centímetros de su rostro- pensé que podría adelantar algo de trabajo- se excuso dudoso de sus propias palabras desviando su mirada.
-Por Dios, Kai- suspiraba Aoi cansado de esa conversación que seguramente ya habita tenido reiteradas veces con el batero- decir que te procuras a ti mismo antes que a tus responsabilidades, es como decir que el sueño de Ruki es llegar virgen al matrimonio- ante semejante ocurrencia Kai dibujo una pequeña y tímida sonrisa, como quiera que fuera sabía que se encontraba en medio de un sermón- y como a mi no me engañas con tus excusas, te vas a acostar a dormir para desaparecer estas ojeras- señalaba la tenue sombra que comenzaba a aparecer debajo de los ojos de Kai; como pudo le obligo a meterse en las sabanas- se perfecto que todas las noches te has estado durmiendo después de las tres y despertando antes de las seis para hacer el desayuno aun cuando te he pedido que no lo hagas…
-Pero… era para agradecer tus atenciones que has tenido con…
-¡Nada de atenciones!- refutaba Aoi quizás un poco molesto mientras le arropaba para después levantarse a recoger todo lo que de la acama había volado a los suelos- yo no estoy jugando con esto de que te hospedes en mi casa, el propósito de este plan era que te relajaras y tal parece que no quieres cooperar, y si a esas vamos…- decía hora con tono amenazador- no me importa si debo de esposarte a la cama sin todas tus cosas de trabajo, pero te voy a obligar a descansar- dicho esto regreso a la cama apagando ambas lámparas de noche- ahora, duerme…
Intentaba dormir, podía decir que sus parpados incluso le pesaban, de hecho sentía todo su cuerpo dormido, y aun así no conseguía hacer otra cosa más que mirar atentamente el techo de la oscura habitación. Un largo suspiro salió de sus labios al notar la acompasada respiración que Aoi había recuperado… al parecer el guitarrista quedaba nuevamente rendido ante el sueño. Y ahí venia, una de las razones mas importantes por las que el batero prefería mantenerse en vela antes que refundido entre las mismas sabanas que su compañero, bueno… una razón a parte del montón de trabajo acumulado luego de que Kouyou les abandonase… y esto era cuando el guitarrista, que a su lado dormía, se amurraba tanto hacia su cuerpo hasta terminar abrazándole posesivamente por la cintura.
Esta vez fue un suspiro de resignación lo que dejo escapar. Se preguntaba si a Shima-kun también lo apresaba de esa manera por las noches. Según recordaba en aquel entonces en que había llegado a dormir con Aoi siempre lo mantenía abrazado de esa manera bajo las sabanas luego de arroparlo. Su ya inexistente relación de pareja no se había basado únicamente en hacer el amor y darse fogosas muestras de afecto, como recordaba que Aoi hacia ahora con Uruha… aunque quizás eso era en público solamente, no tenía ni remota idea de cómo podrían comportarse en la intimidad.
El abrazo a su cuerpo se estrecho todavía mas, y por primera vez, desde que se estuviese hospedando en ese sitio, decidió corresponderle relajándose por completo y acurrucándose en el pecho desnudo del pelinegro, quien según sabia siempre insistía en dormir únicamente con la parte de abajo del pijama, mientras que el, reservado como era… siempre hacia uso de las dos piezas.
Sus noches al lado de su ex-pareja continuamente habían sido placenteras, sino siempre siendo poseído por el otro con amor, bien podían pasar una noche entera conversando y riendo con todas las trivialidades ocurridas a lo largo del día; de igual manera recostados en el sofá de la sala rodeados de palomitas de maíz, sodas y golosinas de todos sabores, disfrutando de una buena película, o las que hicieran falta para que quedasen derrotados de cansancio uno encima del otro.
Ahora mismo sentía la respiración tranquila del guitarrista a la altura de su oído… recordaba que esa era una de sus malas costumbres desde siempre aun cuando le recriminaba que aquello le provocaba unas tremendas cosquillas; pese a eso debía soportarlo de a diario hasta el amanecer, por sorprendente que pareciera… habían sido en esos tiempos cuando ya estaban mas que acostumbrados a despertar viendo el rostro del otro, cuando Kai amanecía descansado y relajado, al lado del guitarrista había aprendido a vivir sin preocupaciones, al grado que no le interesaba si eran las siete, las ocho o las nueve de la mañana cuando Yuu le permitía salir de la cama para preparar el desayuno de ambos mientras que el guitarrista le ayudaba poniendo la mesa…
Siempre llegaban juntos a la disquera, Reita y Ruki mofándose de Aoi de manera acostumbrada, argumentando que según ellos el guitarrista comenzaba a volverse un romántico al lado de su líder, Uruha… simplemente se limitaba a sonreírles por encima del hombro, dedicándose de lleno a revisar las cuerdas de su preciada guitarra.
¿Qué había salido mal? Aun ahora se lo preguntaba… todo iba a la mar de bien ¿Qué había salido mal? Era una pregunta realmente interesante, curiosa, confabulante, vaya… que podría sacar cientos y cientos de adjetivos para definir semejante cuestión sin encontrarle ni una sola respuesta.
¿Fue acaso el detonante aquella vez en que Reita intento meterle ideas raras a Aoi acerca de su comida que según el “sin nariz” sabía del asco? No… recordaba que eso se había terminado en un coro de risas incluso al lado de Reita… ¿O… tal vez cuando sin querer perdió las cuerdas para la guitarra de Yuu, las cuales habían sido las últimas que el pelinegro había encontrado en la tienda de música? No… una deliciosa cena y un “Te buscaré tus cuerdas aunque tenga que ir hasta el fin del mundo” resolvieron el conflicto; pero… ¡¿Qué tal esa vez en que un sujeto extraño, en una de sus tanta idas a un bar, le había intentado besar frente a los ojos del propio Aoi?! Eso en definitiva había sido algo malo, pero… cielos… Yuu terminó disculpando todo argumentando un simple “Eso me pasa por cargarme un novio tan guapo” seguido por las risas de todos mientras que él se encogía de hombros totalmente sonrojado.
Esa era la controversia en todo, nunca tenían problemas, siempre cualquier cosa terminaba por ser disculpada al instante. Jamás estaban en un mal momento, los líos de pareja eran cosa que nunca existió en su relación.
¿Era acaso tan malo desear ser un iluso perfeccionista incluso en sus relaciones amorosas? ¿Era un error tratar de que nada se saliese nunca de su control? ¿Qué tanto les pudo haber perjudicado el recaer en esa maldita palabra tabú conocida como “Monotonía” en la que su frase celebre comenzaba a ser continuamente “todo esta bien” aun cuando la mayoría de veces eso fuese una vil mentira?
Con miedo y un ligero temblor en toda su espina dorsal, se animo a levantar la mirada para admirar el dormido rostro de su acompañante por esa noche… grande fue su sorpresa al descubrir que, al parecer, Aoi tampoco tenía nada de sueño… gruesas lagrimas recorrieron su mejillas al recordar los buenos tiempos con aquel que ahora mismo le escrutaba con sus negros ojos a la vez que le revolvía los cabellos a modo conciliador.
Como le dolía el intentar buscar un culpable en el fracaso que había resultado ser su relación. Esos ojos negros siempre le habían hecho pasar por alto cualquier cosa que les afectase como pareja… aún cuando cayó en la cuenta de que no existía relación en pareja que procurar, puesto que se llevaban mejor como amigos que como cualquier otra cosa… aún cuando recordaba que fue el mismo quien confeso sus sentimientos al pelinegro, y este simplemente había aceptado darle la oportunidad más que nada por su propia petición. Estaba seguro de que alguna vez el guitarrista llegó a enamorarse de él, pero de ello a realmente amarlo… era algo que había puesto en duda hasta el momento en que como era su costumbre, abrió la puerta del estudio sin avisar y se topo con que los dos guitarristas de su banda se daban claras muestras de afecto de manera muy pasional.
¿Cuándo? ¿Cómo? Si por lo regular se les veía discutiendo en cada esquina de la disquera… jamás hizo ningún drama al respecto, simplemente dio todo por terminado con el segundo en guitarra, como quiera que fuera… una infidelidad no era algo que nadie aguantara. Pese a todo, nunca pudo sacar de su cabeza cierta incógnita… ¿Es acaso mas entretenido enrollarse en una relación tan conflictiva como la que ahora tenían Aoi y Uruga, que una llena de cotidianeidades y tranquilidad como la que él alguna vez tuviese con el Shiroyama? ¿A Aoi le gustaba así? ¡Cielos! Si ahora mismo ni siquiera podía decirse que ambos guitarristas estuviesen juntos ¿En realidad que era lo que tenía de especial Kouyou-kun? Bien, que esas eran mas de una incógnita, pero bah… que importaba… ya varios meses se resquebrajo la cabeza con tantas cosas, ahora tan solo se dedicaría a disfrutar del suave roce que le diesen las yemas de los dedos de Yuu, que ahora mismo le limpiaban todo rastro de agua salada en su rostro.
Con un beso en la frente, el pelinegro zanjaba su muestra de afecto hacia su amigo, saliendo de la cama le dejó terminar su sueño mientras el se dirigía a darse una buena ducha antes de comenzar a prepararse para asistir al ensayo con la banda; por hoy ya había estado bien de torturar a su compañero con su sola presencia, consciente se encontraba del daño que le provocaba al batero sobrellevar su actual situación como solamente amigos… era cruel decirlo, pero… aún cuando ya hubiesen transcurrido tantos meses desde que su relación culminase, no cambiaria de parecer: Kai era como su mejor amigo entre todos, deseaba su amistad, su apoyo y compañía… pero… no conseguiría volver a necesitar nada más de él…
Lo aceptaba, ese estupido mejor amigo suyo tenía un buen gusto, cuando menos para elegir sus cortinas… de hecho podría llegar a decir que era lo único decente visualmente en esa habitación. Esas largas cortinas de colores grises, a saber de que telas habían sido fabricadas, tan largas que llegaban hasta los suelos… habían terminado por enamorarle desde el primer día en que se le cruzaron frente a sus ojos… les encontraba gran fascinación nada mas levantarse de la cama e ir a abrirlas para que la luz de un nuevo día ingresase a esa alcoba.
Todavía un poco aturdido y desorientado por los plenos rayos de sol que le dieron de lleno en todo el rostro, pasos sus largos y delgados dedos por su castaña cabellera…
Se quedo todavía un rato más sintiendo el suave frote de la tela de las cortinas sobre sus brazos desnudos, había elegido un pijama sin mangas para pasar la noche, deseaba dormir relajada, tranquilo y sereno… pero por más que lo anhelo no consiguió cerrar los parpados como fuese debido… menos aún con lo que hoy se vería orillado a decidir. Aún observando el cielo matinal que le ofrecía el otro lado del cristal de la ventana, comenzó a esperar ansioso por alguna señal que le incitara a decidir por lo que era correcto, sus manos jugaban una con la otra cuando al final de todo… la señal le llego como caída del cielo…
-¡¿Reita?!- respondió instantáneamente al llamado de los timbrazos del teléfono inalámbrico en esa habitación. Bastaron un par de zancadas aceleradas para darle alcance al endemoniado aparato. Ni siquiera dudo en responder, a esas horas únicamente su amigo llamaría a su propio departamento.
-Ha transcurrido mes y medio, Uruha- hablaba severa la voz del bajista del otro lado de la línea- te juro que no he soltado palabra alguna acerca de tu paradero, pero ninguno de nosotros puede mas con la presión de retrasar más el tour…
-…- un silencio obtuvo como respuesta, era momento de presionar aún más.
-¡Decide de una maldita vez, Kouyou!- su amigo se escuchaba bastante alterado, pero sus palabras se encontraban lamentablemente estancadas en alguna parte desconocida de su garganta- ya estas casi de tres meses, el tour no durará más de dos, estoy seguro… podrás realizarlo sin problema alguno.
-Ya me has dicho eso…- hablaba al fin con voz muy queda el guitarrista.
-¡¡Entonces cual es el maldito problema?!- se desesperaba Reita dejando a relucir sus dotes tan desarrollados para maldecir una y otra vez con una inaudita facilidad- quedarían aun menos de dos semanas de ensayo, es que hagas el tour con nosotros, o que verdaderamente comencemos a pensar con seriedad en la posible desintegración de la banda…
-¡No!- daba una contestación ahogada el castaño. Podría aguantar todo menos eso…
-Tus actitudes tampoco demuestran que te preocupe demasiado el asunto, Uruha
-No es eso…- y realmente no lo era, sino la vergüenza de regresar después de tanto tiempo ¿en verdad nadie tendría problema con ello?, además… literalmente había estado “fuera de servicio” por algunas semanas, seguro que sus manos estarían mas torpes que nunca sobre su guitarra. Le daría tanta pena pedirle ayuda a Yuu, más aún cuando era el pelinegro quien siempre se la pedía a él. Serían tantas las explicaciones que debería de dar…
-Uruha…- le llamaba el Tsuzuki todavía mas serio si se podía- hay algo que aun no te he dicho y que quizás podría ayudarte a pensar con más rapidez las cosas…- a la vista de Reita, era momento de usar la artillería pesada en contra de su amigo, a pesar de que temía un poco de los posibles resultados que ello podría ocasionar.
-¿El que…?- inquiría el guitarrista casi en un susurro temeroso.
-Kai…- no estaba seguro de decirlo, en verdad que ya no lo estaba, conociendo lo bipolar que Uruha se presentaba en ocasiones quizás aquello desataría algo enorme_; mas aun considerando que el batero pese a ser el amigo de todos los integrantes de GazettE, era en si… un tema tabú para Uruha por obvias razones…
-¿Qué hay con él?- algo en la voz de su amigo le hizo pensar al bajista que se encontraba un poco más seguro de tomar la decisión que fuera… era oficial, Uruha le daría miedo una vez que le dijese lo siguiente…
-Él… bueno, Aoi…- balbuceaba, algo en definitiva raro en su persona, pero ni que hacerle… un gutural silencio era lo único que se “escuchaba” del otro lado de la línea. Y es que para Uruha las palabras “Aoi” y “Kai” bajo ninguna circunstancia podían llegar a estar en una misma oración, a no ser que fuese forzosamente necesario… Era ahora o nunca- Kai y Aoi están viviendo juntos otra vez…